Que no, que no, que el título no se
corresponde con lo que seguramente ya estáis pensando:
No es una arenga política para volver la
vista hacia la derecha y dar más beneplácitos para recortes adicionales ni nada
que se le parezca…
No se trata de de recordar nuestras
evoluciones infantiles en la Plaza del Caudillo del Ramiro, cuando girábamos la
vista antes de entrar en formación de a tres en las clases para mirar hacia
aquél señor de bigote a caballo, que en nuestras infantiles mentes debía de ser
muy importante, a juzgar por aparecérsenos en los duros a pesetas y muy
frecuentemente en el NODO inaugurando pantanos o pescando maravillosas truchas.
Tampoco se trata de una soflama a favor de
la bandera española, cuando en nuestra época de “mili” desfilábamos, de nuevo -
esta vez con la gorra en la mano-
mirando hacia el ondeante símbolo de la Patria, hoy en día aparentemente
en claro declive, siendo usada casi en exclusividad para celebrar nuestras hazañas
futbolísticas y menos veces de lo que nos gustaría en la fórmula 1 o en el
tenis.
Pues no. No se
trata de nada de eso.
La verdad es que es
un truquillo para llamar la atención hacia algo mucho más cercano a nosotros
como grupo y es que miremos alguna vez
hacia la derecha de nuestro blog, pues, al igual que dijo Galileo-Galilei, “E
pur si muove”, o sea, que “…y
sin embargo se mueve”. En cierta forma es un complemento de la lista que hizo
Paco Acosta recientemente en relación con las diferentes portadas del blog,
pero “la parte derecha” se quedó fuera. Hombre, en este caso no hace falta
relacionar todas y cada una de las contribuciones, ya que están ahí a la vista.
Sin embargo, estoy convencido que todos caemos –yo el primero- en que
ocasionalmente echamos una ojeada displicente al blog y nos quedamos en la
primera página o de portada. Si no aparece nada nuevo, pues sencillamente
apagamos y nos dedicamos a otra cosa. El blog tiene una limitación informática
y es que no nos avisa cuando se haya incorporado alguna novedad en la columna
de la derecha, como es el caso de las portadas; a mí me gustaría que cada vez
que se añadiera algo, lo nuevo apareciese marcado en rojo o algo equivalente
temporalmente, pero no se deja. El truquito de avisarlo en la portada tampoco
vale, porque sencillamente no está para eso.
Y la verdad es que me da pena, porque habría que mirar, de vez en cuando
al menos, en los avisos generales en
la parte superior, en nuestra música,
en nuestros libros, en nuestras pelis, en nuestros viajes y hasta en la de los que estamos o ya no estamos, aunque en ésta última sección es mejor que
no haya novedades (y ya que estamos en ésta, si alguien puede preparar alguna
semblanza de nuestros lamentables últimos óbitos, pues sería muy de agradecer).
En las semblanzas de nuestros profesores
ya no es fácil que aparezcan muchas semblanzas más, pero cualquier sorpresa
sería asimismo bienvenida.
Hay unos cuantos incansables que de vez en cuando siguen colgando alguna
contribución más, y muchas de ellas son pequeñas joyitas que merecen la lectura
reposada de todos nosotros. Y comentarios, por supuesto. No hay nada más triste
que cuelgues algo y veas que al cabo del tiempo no sale ni un solo comentario;
al final te puedes llegar a cansar y marcharte por el terreno de dar morcillas.
Esto podría suponer hasta el declive del blog, si algunos se llegasen a cansar
de verdad. Y sería una pena.
En relación a una reciente incorporación mía en “Nuestros libros”,
quiero aprovechar para destacar los comentarios al respecto de la novela “Álava
en Waterloo” de nuestro compi Ildefonso y que pudiera servir de acicate para la
eventual compra de algún ejemplar más, pero que escondido allí es fácil que
pase por alto, o incluso para alguno que esté empezando a leerlo ahora.
Menciono también que nuestras fichas
personales y las primeras páginas
parece que no han tenido mucho eco; la primera quizás por nuestro prurito o
pudor de salir en algo público y lo segundo tres cuartas partes de lo mismo,
probablemente, pues seguro que muchos de nosotros tienen cosillas por ahí
guardadas y que no se han publicado. Y, por cierto, también cabe mencionar las
que se hayan publicado.
Creo que como intención para este año sería bonito que dedicáramos
también algún que otro ratejo perdido a ver “qué hay de nuevo”, disfrutar de
ello y hasta aportar algo bueno de nosotros mismos que a veces no nos damos
cuenta que contribuye también a la felicidad de algún “valiente” que se meta en
el blog en busca de sensaciones. Y seguro que las encuentra, en especial en
“Nuestros viajes”, aunque no sea matando elefantes como de alguno que yo me sé
(y que su nuera fue del Ramiro, no él).
Tenemos un instrumento que está ahí para llenar el hueco entre que
tengamos –como el día de Inocentes- la posibilidad de compartir unos momentos
“en vivo y en directo”, evidentemente mucho más emotivos y que siempre tienen
éxito, pero el plasmar algo de nosotros en un lugar común también nos une más y
nos sirve para conocernos, cosa que tras casi 50 años es todo un lujazo.
Dixit queda.