Llevo muchos días pensando si compartiros esto o
guardármelo para mi, ya que temo que penséis que soy un “chorra” contando
tonterías que no vienen al caso, pero he decidido hacerlo por si de algo sirve
para cualquiera, y es que… me siento orgulloso de haber sido vuestro compañero.
Antes
no os conocía, pero ahora que se un poco de vuestras vidas, me siento orgulloso
de todos vosotros, de vuestros logros, de lo que habéis sido y, principalmente,
de lo que seguis siendo.
No
es fácil que en nuestra vida profesional recibamos sinceros agradecimiento por
lo que hayamos ido consiguiendo, pues para eso nos pagan, pero a poco que
pensemos, hemos podido hacer mucho bien a gente anónima y eso es un verdadero
orgullo para cada cual.
Cuando,
en la comida de Valencia, Kurt hablaba de sus “hijos” llamados “Airbus nº no se
que”, yo pensaba lo importante que era su labor para que miles de personas
pudieran desplazarse de un sitio a otro y quizás –no lo se- a un precio más asequible.
O
cuando Cornelio dijo que tenía 8 hijos –estos de carne y hueso- le admiré por
su valor de ir en contra de la corriente social y soportar a tantos que le
dirían que estaba loco. Y encima yendo de un país a otro para ganarse la vida.
Leyendo
la lista que mandó Vicente, lo primero que me sorprendió fue el encontrar tanto
sacerdote, desde curas de parroquia hasta cargos importantes en la Iglesia.
Pensé que ¿cómo era posible tal porcentaje de vocaciones en una promoción?, y
más con la extrema escasez de personas que deciden entregar su vida a los
demás. Esto seguirá siendo para mi un misterio, pero ahí están.
Una
promoción de ingenieros, abogados, médicos, catedráticos, notarios,
periodistas, sacerdotes, etc… y que llegaron a ser personas influyentes en su
trabajo.
Y
que decir de los deportistas. Hoy sólo vemos –o creemos ver- que estos solo se
preocupan de ganar “pasta”, pero veo que no es así. Vicente se preocupa de
unirnos, de que vayamos más allá de mirarnos el ombligo, a ver si llegamos a
que Iturralde haga sus pozos y no es nada fácil, y menos en los tiempos que
vivimos, pedir dinero.
Así
es, también estoy orgulloso de los deportistas, hasta de Aitor, al que solo
conocí por la tele porque se incorporó a la promoción en Preu, cuando yo tuve
que marcharme de Madrid.
Y
descubro vuestra importancia –sin contar con vuestros muchos triunfos- cuando
hablando con un amigo (unos 20 años más joven que nosotros), diciéndole que iba
a comer con vosotros en Valencia, estaba realmente emocionado y con una envidia
sana de ver que yo si podía hacerlo. El baloncesto, y concretamente, el
Estudiantes, era su pasión desde niño. Yo le invité a que viviera a tomar café,
pero no se atrevió. O cuando un chaval de 15 años, primo de mi yerno, cuando
presumía de conocer a Salcedo, me pide una foto del Atlético de Madrid de su
época.
Sinceramente
no acabo de entenderlo, pero así es, habéis sido, y continuáis siendo después
de tantos años, muy importantes para muchas personas aunque no seáis
conscientes de ello.
Muchas
cosas habrá podido hacer a lo largo de su vida De Bergia de lo que todos
podamos admirarle, pero eso de lograr con un simple y sincero abrazo a Vicente
Ramos, que miles de personas le devuelvan a Vicente “la pilila” y sea admitido
un “enemigo del Madrid” como si fuese del Estudiantes –ver el blog de Vicente-,
es algo importante en la vida de ambos.
También
es un orgullo ver como Ildefonso, dedica desinteresadamente su tiempo a
nosotros, creando el blog para unirnos, y escribiendo e ilustrándonos con sus
escritos –cosa que hace francamente bien- con el fin de animarnos a todos a
hacerlo. Pero sobre todo por su inquietud en Majadahonda ayudando a los más
necesitados. Es sin duda algo importante.
Y
que decir de Cerdán, ¿es que podríamos haber encontrado a alguien más ilustrado
que él para nuestra visita turística de Valencia?. Nos explicaba con toda
naturalidad, como si todos los días se dedicase a ello, nos daba montones de
datos como si los manejase a diario, sin que nadie pensase en las horas que
dedicaría para que todo fuese perfecto y poco menos que sin que nadie le diese
una palmada en la espalda agradeciéndoselo.
Y
de Rosas Caruana, que al acercarme a él, que creo hablaba con Portolés, crei
entender que ahora que estaba jubilado, quería hacer algo por los demás –perdón
por la intromisión inoportuna-.
Orgulloso
de mi querido amigo Francis, desempeñando un cargo con viajes pagados al
extranjero –entre tu y yo, si lleva incluida la Visa Oro, ya nos tomaremos unas
cañas-. Y de Aberturas y Gonzalez Quirós, que se acordaban más de mi que yo de
ellos. Y del grupo en el que me movía entonces (Salcedo, Francis, Mialdea,
Zori,..) que aunque hayan pasado tantos años, aún se reúnen con frecuencia,
hasta para ir al Camino de Santiago a recorrer cada año una etapa.
Orgulloso
de mi otro gran amigo, Eloy, trabajando en algo que siempre pensé formaba parte
de su vocación y que seguro que a su padre le engrandecía, pues creo recordar
que, además del latín, era un adicto lector.
Y
de Valmayor, que superó muchas barreras para acercarse a comer a Valencia, pues
yo también en ocasiones he vivido lo mismo, y se lo que cuesta, pensando “… y que pinto yo allí, si no se ni que
decir, si ni siquiera se acordarán de mi”.
Poco
nos conocemos, pero si lo bastante como para reconocer a Rincón su callada
labor de iniciador de esta idea y de lo que debe estar muy orgulloso, visto lo
conseguido.
Y
si no cito a más nombres de los asistentes a la comida de Valencia, es que,
como siempre me pasa en las reuniones, me distraigo con cualquier cosa y
además, soy un “escuchador” muy malo, pero podéis estar seguros de que también
estoy orgulloso de vosotros, aunque no sea nada más por ver en la lista a lo
que os dedicais, que sin duda es lo más pequeño de lo que sois.
Y
dejo para el final a Iturralde, que además de su testimonio de ayudar a los
necesitados de Gambia, nos ha dado a nosotros la oportunidad de participar en
ello, sin que ni siquiera lo haya pedido. Nos da la oportunidad de ser mejores,
más de lo que ya somos.
Yo
también me siento orgulloso de mi vida profesional y privada. En lo profesional
por saber que mi esfuerzo de muchas noches de trabajo, no retribuidas,
sirvieron para conseguir que cerca de cien pequeños núcleos de población
llevasen agua a sus viviendas y otros tantos casos para tener un camino de
acceso digno. O saber que colaboré para que más de 400 agricultores, la mayoría
con dificultades de leer, pudieran ir legales con sus tractores, y de paso
sacarse el carnet de coche, al aprobar la parte teórica al examinarse de
tractoristas. Algunos incluso, pasados más de 30 años, aún me presentan a su
familia diciendo que fui su “maestro” y que gracias a ello, pueden conducir.
Muchos reconocen que fueron sus únicos estudios. O de muchas pequeñas cosas en
que no merece la pena extenderse.
Y
en lo personal, junto a mi mujer, estoy orgulloso de haber compartido nuestras
experiencias a más de 400 matrimonios y una docena de sacerdotes, intentando
mostrarles un camino en el que pudieran mejorar su relación, cosa que muchos de
ellos me consta consiguieron.
Me
da la sensación de que, todos, hemos sido importantes en la vida de los demás
por cosas sencillas, la mayor parte de ellas desconocidas por los otros, por
nuestra forma de ser, por hacer nuestro trabajo correctamente, sin esperar nada
a cambio salvo el jornal que nos correspondía, más que por cuestiones
deslumbrantes.
Como
veis, hay razones para estar orgulloso de vosotros y la única pena es de no
conocer a algunos más, pues seguro encontraría motivos de estarlo todavía más.
Y
finalizo con algo de nuestra época.
¿Os
acordáis de aquel locutor de radio que se llamaba Alberto Oliveras?, pues como
decía él….
“….
USTEDES SON FORMIDABLES”.
(Tampoco
estaría mal otro foro sobre aquellos programas de radio……)
Pues si Moncho. Poco coincidimos en clase y además muy separados, tu en la A y yo en la R. Me alegra mucho que esta idea, comenzada hace un poco más de un año, haya dado el fruto que estamos viendo. Y he de decir en honor a la verdad, que Vicente Ramos la acogió con entusiasmo y ha sido el "buscador" de compañeros, necesario par que fuésemos más de 4 los participantes.
ResponderEliminarUn saludo
Lo que más me asombra es la cantidad de amigos que he conocido a los 65 tras haber estado seis años, de los ocho a los catorce, separados por una simple letra. Algo debía estar muy mal hecho en el Ramiro para que hayamos tardado tanto en disfrutarnos.
ResponderEliminarAlfonso
En aquellos años, y por la edad, la amistad tenía otras connotaciones mas simples que lo que es una amistad en el amplio sentido de la palabra. Se limitaba a un contacto de juegos mas o menos colectivos y con un sentido un poco "tribal", incluso con jefes de tribu y todo. Solo un poquito mas tarde, en los últimos años, la amistad como compartir experiencias y pensamientos empieza a llegar.
ResponderEliminarLuego la mayoría de nosotros sigue caminos dispares y con otras circunstancias, mujer, hijos, trabajo, la amistad gira a relaciones de familia o de trabajo.
Ahora gira otra vez, muy desinibidos, sin competencias sociales o laborales podemos volver otra vez a los inicios, y sin jefe de tribu, mas libres de expresarnos y con mucho que decir y compartir.
Pues sigamos así y que animemos a toda esa "masa" colegial que aún calla.
Creo que lo que describes son unos sentimientos que estamos teniendo todos de forma muy similar.
ResponderEliminarNi está fuera de lugar ni es insignificante; es el corazón de todos nosotros. Y no te dejo solo:
Se da la circunstancia que, como todos tenemos la misma edad, la mayoría ya estamos en esa tercera franja de la vida en la que ya has hecho lo que has podido, unos en unas áreas y otros en otras, pero no creo que tanga tanta importancia "lo" que hayas hecho, que ya pertenece al pasado y que conlleva recuerdos más o menos agradables, según le haya ido a cada uno, sino el "poso" que te queda: las satisfacciones por las cosas buenas que hayas logrado, personales y profesionales, los amigos, la familia que se ha formado...
El que ahora se sume a esto el "darle la vuelta al guante" y encontrarnos de nuevo todos nosotros de la "promo" al cabo de tantos años, una vida, es también una satisfacción, en cierta forma inesperada, de la que estamos disfrutando.- El que eso sea posible, el que tú mandes estos correos a alguien que hace un par de meses ni te imaginabas que existiera, es... espléndido (no se me ocurre otra palabra mejor.. ¿sublime?...).
En cualquier caso, es para sentirse orgulloso de lo que se está formando entre todos y de todos. Tienes razón...
Un abrazo y gracias por expresar y compartir esos sentimientos.
Tú si que eres formidable, ten cuidado no se te salga el corazón por la boca y nos des un disgusto.
ResponderEliminarCuando se escribe con el corazón, no se puede pedir más.
Cerdán
Releo hoy, un tiempo más tarde, este post de Moncho y me vuelven a emocionar las palabras que escribe y las ideas que expresa. BRAVO MONCHO.Gracias por ser un magnífico exponente de los nuestros.
ResponderEliminarReleo hoy, un tiempo más tarde, este post de Moncho y me vuelven a emocionar las palabras que escribe y las ideas que expresa. BRAVO MONCHO.Gracias por ser un magnífico exponente de los nuestros.
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