...por Manolo Rincón
Quisiera en primer lugar saludar a
todos los compañeros y lectores del Blog. Durante estos dos últimos años he
tenido dos ocupaciones que no me han permitido dedicar el tiempo que hubiese
querido a la publicación regular de colaboraciones en este lugar.
Por una parte están los trabajos
diarios del Ramiro, que no solo están dedicados al Blog de Documentación sino
que junto a Rosa María nos encargan algunos otros trabajos como el Acto de
Santo Tomás de Aquino (28 de enero), Taller de Astronomía y consultas varias, que
realizamos con gusto trabajando en equipo. Este trabajo tiene visos de que aún
durará bastante tiempo.
En otro orden de cosas durante dos años
he colaborado con el Partido Ciudadanos y tuve la osadía de intentar ser
Diputado en dos ocasiones (en una de ellas me acompañó Rosa María amablemente),
por suerte para todos no conseguí mi objetivo. Este capítulo político, lo doy
por terminado y cerrado, por lo que ahora dispongo de algo más de tiempo para
poder realizar estas otras actividades.
Disculpadme esta pequeña disertación y
vamos ya al objeto de este artículo.
Ha llegado a nuestras manos una
maravillosa fotografía, que me honro en presentaros.
Supongo que ha dormido décadas en un
cajón en la que casualmente fue encontrada. No está datada, pero ciertos
detalles me hacen creer que es del año 56. Se supone está tomada en un lugar
indefinido del Ramiro (probablemente la tribuna) y en época de invierno. Es una
fotografía entrañable, que debe de ser conocida por todos.
Antes de seguir leyendo os invito a
hacer un ejercicio de memoria y ver a quienes reconocéis en ella. Si no habéis
podido identificar a todos, yo os digo las personas identificadas y me podéis
ayudar si conocéis a alguna más.
Se ve en primer término a la derecha a
Felix Remartínez sonriente, tal cual yo lo recuerdo con su uniforme azul con
galones.
En la parte central de la fotografía
tenemos a cuatro profesores. A la izquierda con la cabeza descubierta D.
Domingo nos sonríe. A su izquierda vemos a D. Luis y D. Tomás tocados con
sendos sombreros. A la izquierda de D. Tomás aparece otro personaje que hemos
sido incapaces de identificar.
En la fila de debajo, de niños vemos a
Miguelito Gil (Promoción 65), con un brazo en cabestrillo y a su izquierda
tenemos a Jesusito Magariños, también del 65. A su izquierda sacando la lengua
hay otro compañero cuya cara me suena mucho, pero que no identifico. Y ya no
puedo reconocer a nadie más. Si localizáis a alguien conocido, indicadlo por
favor en los comentarios.
La segunda fotografía es una rareza,
pues hay pocas fotografías de la estatua. Para los desmemoriados recordar que
donde ahora se asienta el polideportivo Magariños, hubo en aquellos años
felices un Parque Infantil, con columpios y toboganes.
En su puerta estaba una preciosa
estatua de la Diosa Minerva, de Orduna.
No recuerdo cuando desapareció, creo
que en el año 60 o 61 ya no estaba. Es un misterio donde fue a parar.
Era una talla bonita y muy
significativa. Hay solo dos fotografías que yo conozca de la estatua. La
primera es una primicia y no la conocía hasta ahora, por lo que quiero
compartirla con vosotros. La segunda es la que ya Paco Acosta nos presentó en
su trabajo anteriormente. Esta primera foto parece la más antigua por el estado
de los rótulos del Parque.
A ver si alguien puede dar con el
paradero de la estatua.
Y esta es una pequeña aportación a ir
conociendo mejor nuestras raíces.
Remartínez lleva un par de cohetes en la mano. Creo recordar que se usaban para anunciar el comienzo de la procesión tras la tómbola y el partido profesores-alumnos. Por ello podría tratarse de una festividad de Santo Tomás de Aquino. Vicente Ramos.
ResponderEliminarLa verdad es que encontrarse con estas sorpresas de fotos es algo impagable. ¡Gracias a los "descubridores"!. Resulta muy entrañable encontrarte de repente con vestigios de personas que nos han acompañado de niños y que sean de tan buena calidad como ésta.
ResponderEliminarLa verdad es que encontrarse con estas sorpresas de fotos es algo impagable. ¡Gracias a los "descubridores"!. Resulta muy entrañable encontrarte de repente con vestigios de personas que nos han acompañado de niños y que sean de tan buena calidad como ésta.
ResponderEliminar