Cada uno vive de lo que buenamente puede. Unos trabajan para terceros, otros por su cuenta, los hay que son artistas, también hay artesanos y los más tenemos una profesión, o un oficio. Yo soy de los últimos, y debo decir que me tocó uno muy cruel. No porque lo sea en sí mismo. Es porque no resulta fácil hablar de él. Imaginen, si no, una fiesta en casa de un vecino, mucha gente desconocida. Nada más normal, a poco que la temperatura social se incremente unos grados, que un amistoso ¿y tú qué haces, a qué te dedicas?...
SEGUIR LEYENDO:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe en el recuadro tu comentario.
NO TE OLVIDES DE FIRMAR.
¡ LOS MENSAJES ANÓNIMOS SERÁN BORRADOS !.