…por
FELIPE SAMARÁN (promoción de 1969)
Acabo de leer, el mejor retrato de mi generación, la de los niños que
nacimos después de la guerra civil. La escribe un muy buen articulista, Javier
Domenech y se titula “NIÑOS TARADOS DEL FRANQUISMO”
Intentaré
resumirlo en las menos palabras posibles, porque es un artículo largo y que
había que leer mascando cada palabra para comprender parte de lo que nos está
pasando. Estamos descubriendo ahora que los niños del franquismo éramos unos
tarados oprimidos por la disciplina, educados en la ignorancia, lastrados para
el futuro. Nuestra infancia, para algunos, debió ser el espejismo de un tiempo
oscuro.SEGUIR LEYENDO:
https://interesactualidad.blogspot.com/2019/02/ninos-tarados-del-franquismo.html
Buenas noches.
ResponderEliminarNo he leído el artículo, pero por los comentarios de nuestro compañero imagino el sesgo del mismo. Vivimos una época en la que se quiere reescribir nuestra historia reciente, sin pensar como fue realmente. Estos "niños tarados", una vez formados, a menudo de manera más sólida que ahora pasando reválidas y exámenes de junio y septiembre no vemos aquella época "en blanco y negro" si no plena de color. Jamás canté el Cara al Sol ni levanté mi brazo al estilo romano.
Yo ví a unos padres sacrificados por nuestra formación, vi un sistema de becas (PIO) que me permitió estudiar, vi a excelentes profesionales de la educación, vi como el país crecía, había empleo por doquier. Había vivienda digna a precios módicos, las empresas crecían. Estudiamos con la idea de un país mejor que teníamos que construir nosotros a partir del legado de nuestros padres y en general guardamos gratos recuerdos de aquel pasado. Intentar cambiarno se podrá hacer, pero será cuando nosotros hayamos desaparecido. Mientras contaremos nuestras experiencias tal y como fueron. Exigir veracidad a los historiadores actuales es lo mínimo que podemos pedir.
Completamente de acuerdo. Los valores que nos nos infundieron nuestros padres y maestros ya los quisiéramos ahora y es lo que algunos hemos tratado de que sean compartidos por nuestros hijos. Nada menos que esfuerzo, sentido de la familia, trabajo, orgullo de España...y todo con ilusión y proyectos de vida, no con el oscurantismo con el que pintan esa época.
ResponderEliminar¿Tarados? ¿Éramos niños tarados? Desde luego, el que afirme eso no puede ser más estúpido. En aquellos tiempos, el franquismo no existía, al menos a nuestros ojos de niños. La represión franquista era en todo caso aquello de tener que formar al lado de una estatua que decía no se qué de un caudillo y después entrar desfilando con orden al son del pito del sr Magariños.
ResponderEliminarSaber divertirse con unas bolitas de gua y unas carreras de chapas era toda una muestra de ingenio, de lo que entonces no nos dábamos cuenta. Se valoraba la palabra de honor, cosa que hoy ha desaparecido. ¿Qué tendrá que ver eso con el franquismo o ser catalogados de tarados?
¿Represión? Creo que nadie se sentía reprimido. Es probable que nuestra formación política fuera algo restringida, que no es lo mismo, pero a nadie se le ocurría entonces salir a voces por ahí insultando a un señor que no conocíamos más que por su afición desmesurada a inaugurar pantanos. No parecía ser algo tan malo…
Se nos educaba para saber apreciar el esfuerzo para conseguir algo; hoy la moda está en conseguir lo más posible con el menor esfuerzo…
Me pregunto si muchos niños de hoy, con tanto cambio y pobreza educativa, no estén algo “tarados”, y si no, que se lo pregunten a los profesores. En nombre de los derechos de los niños, se pueden permitir el lujo de organizar campañas contra el propio profesor, sabiendo que además estarán respaldados por sus padres. Cualquier día en el metro no hay más que fijarse que el 90% de los niños y jóvenes le dan a unas teclas de un aparatejo que les debe haber sorbido el seso. En la caja tonta de la televisión se nos muestra una sociedad podrida (¿tarada?) que se supone debe ser “ejemplar” y en la que sobresalen los más sinvergüenzas.
¿Qué niños están más “tarados” entonces? Hombre, esto es un poco exagerado, pero si vamos a buscarle las vueltas, a lo mejor el tiro sale por la culata.
(NOTA: en “Nuestros libros” tenéis un artículo que escribí en 2013 titulado “Retorno al Ramiro” en el que cuento cómo veíamos el mundo entonces (entre 1952 y 1964) desde nuestros ojos infantiles y alguna que otra crítica comparativa desde nuestra visión actual, por si a alguien le apetece leerlo.)
Hola de nuevo. He leído el artículo de Doménech y no era lo que pensaba. Es u alegato parecido al nuestro, sobre la "memoria histórica" que se está inventando y que considera a los niños de la época de Franco tarados mentales adoctrinados, ineptos e incapaces de hacer nada útil. No se da cuenta esa gentuza que entre nuestros padres y nosotros se levantó este país que les ha permitido en muchos casos vivir muy bien del cuento.
ResponderEliminarDe nuevo 18 de julio. Han pasado 84 años de algo que no conocimos por fortuna, pero de lo que mucho nos hablaron.
ResponderEliminarAlgo evitable si las partes hubiesen discutido en un foro internacional sus diferencia. Si hubiesen cesado los asesinatos por ambas partes. Pero como no fue posible la paz. Debemos evitar que algo así pueda producirse de nuevo.