...Por Manolo Rincón.
Vamos a entrar en una exposición
que nos introduce en los objetivos de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) y
como sus ideales se plasmaron en dos centros de enseñanza, a comienzos del
siglo XX.
¿Qué es la ILE?. La Institución
Libre de Enseñanza fue creada a mediados del siglo XIX por Giner de los Ríos.
Pensaban los institucionalistas, en un principio, reformar la enseñanza
universitaria, que en un país como era la España de la época no estaba en
absoluto cuidada y solo atendía a unas élites que tenían recursos económicos
para el estudio.
Pero pronto se dieron cuenta que
para resolver el problema del atraso secular de España en educación, había que
empezar por la base, es decir por la enseñanza primaria. A fines del siglo XIX
los gobiernos conservadores apenas invertían en educación pública. Las élites
económicas utilizaban los colegios religiosos para la formación de sus hijos y
las clases populares no tenían acceso en general ni a la más elemental
educación.
La escasa enseñanza pública
primaria, se impartía en escuelas unitarias que eran costeadas por los
ayuntamientos. Por otra parte la formación de los maestros era muy deficiente,
en escuelas normales con muchas limitaciones. Hay que destacar que ya en esas
épocas el número de mujeres que estudiaba magisterio era elevado y superaba al
de hombres.
No existía un ministerio de
Instrucción Pública.
A la muerte de Giner, Cossío toma
las riendas de la ILE y se consigue que por fin se cree el Ministerio de
Instrucción Pública. Cossío ocupa la primera cátedra de Pedagogía de la
Universidad Central.
Negociando con el ministerio, los
hombres de la ILE, que únicamente disponían del Museo Pedagógico para tratar de
formar a maestros, consiguen que se mejoren los planes de estudio del
Magisterio que pasan a ser de 4 años y que se invierta en nuevas escuelas
normales. Además se crea el cuerpo de Maestros Nacionales unificado. Consiguen
que se abran paso dos proyectos:
·
Escuela Graduada piloto en Madrid.
·
Instituto-Escuela.
Ambos proyectos se desarrollarían
en la capital y se exportarían a toda España.
A estos dos proyectos está
dedicada la exposición, ya que en 2018 se ha cumplido el centenario de la entrada
en funcionamiento de ambos.
Colegio Graduado Cervantes.-
A comienzos del siglo XX, ya creado el
Ministerio de Instrucción Pública, la ILE que solo contaba con el Museo
Pedagógico para formación de maestros, comienza a negociar con el Ministerio
las partidas que se pueden dedicar a enseñanza primaria. Primero se mejora la
formación de los maestros. Se aprueba la construcción de un colegio graduado en
el populoso barrio de Cuatro Caminos, muy necesitado de un proyecto de esa
índole, por la gran población infantil que tenía y por la escasez de centros de
enseñanza primaria en el mismo.
Las obras, a partir del
diseño neomudejar del Arquitecto Antonio
Flórez Urdapilleta dieron comienzo en 1911 y concluyeron en 1914, aunque el
colegio no se inauguraría hasta 1918. El modelo resulta muy similar a los
edificios de la Residencia de Estudiantes, en
los que intervino Flórez, y a otros grupos escolares de Madrid, como el
Jaime Vera y el Menéndez Pelayo, característicos
por la utilización del ladrillo en las fachadas.
En primer lugar el
Marqués de Maudes cede unos terrenos al Ayuntamiento para la construcción del
Colegio, en la propia Glorieta de Cuatro Caminos, un solar que limita con las
actuales calles de Santaengracia y Raimundo Fernández Villaverde.
El Ministerio aportó,
pese a las restricciones del gobierno conservador, 160 mil pesetas para la
edificación. El colegio se construyó según las normas higienistas de la época
que tanto gustaban a los institucionalistas. Seis grandes aulas con amplios
ventanales, para seis grados. Además espacios especiales para maternales y
párvulos. Las aulas están unidas por amplias galerías Tienen capacidad para 40
alumnos, dotadas de cajoneras. Además hay dependencias para cocina,
laboratorios, talleres, piscina y solárium.
La Orden Real de 1916 que estableció el proyecto innovador de modelo de
enseñanza que regía el centro, nombró como primer director al maestro Ángel
Llorca, un docente integrante de esa primera generación del magisterio que veía
la solución de España en la educación.
Pertenecía a la corriente de pensamiento denominada regeneracionismo,
cuya idea principal consideraba que el “progreso y el bienestar difícilmente se
alcanzaría en un país atrasado y analfabeto. El futuro debía cimentarse en la
educación y la escuela y sus maestros serían los guías de la nueva España”.
La apuesta por la escuela graduada era uno de los principios fundamentales
del innovador pedagogo, Ángel Llorca. “En vez de escuelas aisladas con un
maestro al frente de mayor o menor número de niños de todas clases y
condiciones, necesitamos grupos escolares con una clasificación rigurosa entre
el alumnado, una bien estudiada graduación en la enseñanza y con el personal
técnico necesario…”. Toda una declaración de intenciones.
Historia
entre sus paredes
Fue un Centro referente en educación a nivel mundial, hasta el punto de que
toda la intelectualidad de la época pasó por él para dar conferencias. Por
ejemplo, Antonio Machado recitó alguno de sus poemas en sus salas. Era una
construcción pensada para la infancia, donde se pudiera crecer y jugar. Además,
tenía la Casa de Salud al lado, edificio que luego pasó a ser la primera Biblioteca
Pública que hubo en Madrid.
La escuela abrió por primera vez sus puertas el 5 de enero de 1918 con una
matrícula de 240 alumnos, seleccionados por riguroso orden de inscripción entre
más de 500 solicitudes. Fue, junto al colegio Príncipe de Asturias, la primera
“escuela de ensayo y reforma”, es decir, un centro impulsado desde el
Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes para servir de modelo a todos
los demás del país.
El colegio era masculino
únicamente en esa época, por no permitirse en la enseñanza pública colegios
mixtos. La capacidad que tenía era de 250 alumnos.
El primer director, D.
Ángel Llorca, poseía un currículum muy brillante. Fue pensionado en varios
países europeos y dedica todo su tiempo a la enseñanza, con numerosas
publicaciones. Decidido impulsor de los ideales de la ILE se rodeó de un
conjunto de profesores seleccionados, todos con oposición, que era difícil de
igualar en la época. Fue probablemente el mejor colegio público de Madrid.
Contaba con biblioteca, proyecciones para familias y alumnos, clases de
taquigrafía-mecanografía y francés y una cuidada educación musical, en artes
plásticas y en talleres (encuadernación, imprenta, carpintería, repujado y
cerámica). Se enseñaba también a profesores-alumnos. Cuando se proclama la
República pasa a ser un colegio con coeducación. Los alumnos recibían además de
la enseñanza, comedor, guarda ropas y libros, de manera gratuita.
El método pedagógico de
Llorca se basaba en unas fichas muy detalladas de cada una de las materias, que
entrega a los profesores para su desarrollo. Las clases se completaban con
diversos talleres (encuadernación, repujado, imprenta, mecanografía-taquigrafía
o dibujo). Posteriormente se darían clases de idioma francés. Varios maestros
del centro, asistieron pensionados por la JAE a
cursos en el extranjero con el fin de conocer los métodos pedagógicos más
avanzados de Europa y adaptarlos en el colegio. Fueron innovadoras la atención
al cuidado físico y la higiene, incluyendo clases de natación en la piscina del
centro, las proyecciones cinematográficas –en las que a veces podían participar
familiares de alumnos– y el comedor escolar gratuito. La idea era expandir este
modelo de colegio por toda España.
Este gran centro deja de
funcionar en 1936. En 1939 reabre las enseñanzas como Colegio Nacional
Graduado.
Instituto-Escuela.-
El segundo gran proyecto
a realizar en Madrid, inicialmente sobre las ideas de la ILE. Posteriormente se
exportó el modelo a Barcelona y Valencia.
El
10 de mayo de 1918 se publicó el Real Decreto de creación del Instituto-Escuela
firmado por Alfonso XIII, siendo Santiago Alba ministro de Instrucción Pública
y Bellas Artes, en el primer gobierno de “concentración nacional”. Nacía el I-E
sin locales para desarrollar su actividad, con la idea de facilitar el paso de
los alumnos de enseñanza básica a la enseñanza media.
Inicialmente
las clases se impartían en un local alquilado al Instituto Internacional (en la
calle Miguel Ángel 8), tras un acuerdo con la JAE. De esta manera fue posible
comenzar en el curso 18-19 las clases del I-E. El alumnado era aquel curso
mixto (masculino y femenino). Esta solución era provisional.
Dado
que el Instituto Internacional era femenino, impone como condición para el
alquiler, al curso siguiente, que solo asistan alumnas a las clases en este
edificio. Por este motivo en 1920 la Junta decidió separar a los estudiantes en
dos sedes: los varones fueron al pabellón 5 cedido por la Residencia de
Estudiantes (en los "Altos del Hipódromo” o "Colina del
Viento"), y las alumnas quedaron en el edificio de la calle Miguel Ángel.
En
1922 la Junta de Ampliación de Estudios planeó levantar en los terrenos adquiridos
junto al Parque del Retiro todo un complejo de edificios destinados a la
Preparatoria, a la Enseñanza Secundaria y a residencias para alumnos. El
conjunto de edificaciones se encargó al arquitecto Francisco Javier Luque
quien, por limitaciones presupuestarias, sólo pudo construir uno de los
edificios proyectados, que la Junta destinó a partir de 1928 al Bachillerato y
fue la sección Retiro del Instituto-Escuela. Allí se trasladaron los alumnos
varones, por considerar la Junta que su equipamiento científico era superior;
mientras que las alumnas se trasladaron a los Altos del Hipódromo, a pesar de
que la Junta desconfiaba de las posibles consecuencias perniciosas de su
proximidad con los alumnos de la Residencia, que tendría todos los inconvenientes y ninguna de las posibles ventajas de
la coeducación. Hubo pequeños internados para alumnos sin residencia en
Madrid.
El
edificio del Olivar de Atocha, o de Retiro, estaba dentro de la estética de la
Institución Libre de Enseñanza, mezcla de tradición y modernidad, historicista
en el exterior y funcional en su interior. Su arquitecto Francisco Javier Luque
había trabajado con Antonio Flórez en la Residencia de Estudiantes, otro
edificio de la Junta para Ampliación de Estudios. En la Residencia, Luque había
construido la vivienda del director y los pabellones 4 y 5.
Desde
1925 el Instituto Escuela se regía por un patronato formado por miembros de la
Junta de Ampliación de Estudios.
Durante
la década de 1930 se inauguraron nuevos edificios para el Instituto en los
Altods del Hipódromo; así, los pabellones de Bachillerato, Biblioteca y
Auditorio (1931), y el pabellón de Primaria, en 1933. El proyecto fue obra del
arquitecto Carlos Arniches. Arniches diseñaría también los campos de deportes,
piscina cubierta y pista de hockey. De esta forma se reanuda la coeducación,
que ya era habitual en los Institutos de la época, en un espacio amplio, con
posibilidades para deportes y juegos y con capacidad suficiente para atender
las demandas de matrícula que eran superiores a las mil quinientas solicitudes.
Se implantan servicios de comedor y médico.
En
1936 deja de funcionar el centro. En 1939 las instalaciones de Atocha se
convierten en el Instituto Isabel la Católica (femenino) y las de los Altos del
Hipódromo en el Instituto Ramiro de
Maeztu (masculino).
Instituto Escuela
Colegio Cervantes
Muy bien lo de Manolo Rincón. Añado algunos datos. El Instituto Escuela lo hicieron Carlos Arniches (hijo del dramaturgo) y Martín Domínguez (que era republicano y se exilió a Cuba a raía de la guerra civil). La Escuela Preparatoria la hicieron también, con la colaboración del ingeniero Eduardo Torroja. Colaboraron también con este ingeniero en la realización del Hipódromo de la Zarzuela, que ganaron en concurso, y que se hizo para poder quitar el que estaba entonces en la Castellana, entre Gregorio Marañón y San Juan de La Cruz. Todavía recuerdo yo que el profesor de la Prepa Quirós llamaba a ese lugar "el Hipódromo", en vez de Castellana.
ResponderEliminarArniches y Domínguez hicieron también el Salón de Actos del Instituto Escuela, que estaba donde hoy se alza la Capilla del Espíritu Santo, realizada por el arquitecto Miguel Fisac, que era del Opus Dei, muy joven, y a quien encargaron casi todo el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, sustitutp franquista de la Junta de Ampliación de Estudios, como el Ramiro lo fue del Instituto Escuela. Fisac hizo el pabellón de las columnas, de acceso a la plaza por Serrano, el edificio principal de enfrente y el Instituto de Óptica en el costado derecho. En el Espíritu Santo aprovechó parte de la fachada del Salón de Actos (puede notarse si se comparan fotos de antes y después de la guerra) y también el claustro, que era parte del Salón, aunque pueda parecer que se hizo cuando la iglesia. Esta operación del Espíritu Santo, derribando el Salón de Actos y aprovechando parte de sus fábricas fue una operación muy grosera del franquismo, simbólica y dictatorial,
Antón Capitel
Algún dato más: la Escuela Preparatoria tenía en su inicio un solo piso, y así las clases estaban iluminadas cenitalmente, por la cubierta. Después de la guerra se añadió otro piso y la luz cenital desapareció. Las aulas tenían, pues, cada una su patio, de recreo y de clase al aire libre, siendo una de las primeras escuelas (quizá la primeras, habría que consultar las fechas) que tenía esta disposición, acompañada por las marquesinas de hormigón que calculó el ingeniero Torroja.
ResponderEliminarAntón Capitel
Gracias Antón por completar los datos arquitectónicos y aclarárselos a los lectores. Espero que vengas a ver esta interesante exposición (si no lo has hecho ya). Por mi parte añadir que mis padres estaban formados en los ideales de la ILE. Mi madre pese a la depuración pudo ejercer su profesión 45 cursos consecutivos en el Colegio Cervantes. Mi padre fue inhabilitado por sus ideas. Desde muy pequeño oí hablar de los excelentes principios de la ILE en mi casa. Como el Ramiro lo consideraban mis padres como una cierta continuación del Instituto Escuela, nos llevaron a mi y a mi hermano a él, cosa que no me cansaré de agradecer. Este pequeño artículo está dedicado a exponer la introducción básica que creo necesaria par poder ver esta maravillosa exposición con un cierto conocimiento de causa.
ResponderEliminarAVISO!!! LA VISITA ES EL LUNES 27 DE ENERO EN MARTINEZ CAMPOS. PARECE QUE ALGUNO ENTENDIÓ OTRA COSA.
ResponderEliminarTodos los días de clase pasaba cuatro veces por el edificio de Martínez Campos
ResponderEliminarQue nostalgia José Luis.
EliminarEstupenda la información, Manolo. Esto nos prepara para la visita de esta tarde, y más con el complemento arquitectónico de Antón.
ResponderEliminarA título de comentario, he leído en tu texto que la Junta tomaba decisiones de traslados en función "del mayor alejamiento posible" entre ambos sexos, por considerar que el "equipamiento científico" de los varones era superior (¡!) y que la cercanía de unos y otras podría tener "efectos perniciosos" (¡!). Desde la perspectiva actual, desde luego llama fuertemente la atención ese criterio...
Hola Kurt. Está claro que en 100 años han cambiado mucho las cosas. Yo diría que "ni tanto ni tan calvo". Es necesario un término medio.
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