POR NICOLÁS PÉREZ-SERRANO JÁUREGUI
A
propósito de la pandemia del coronavirus: Lecciones
para después de una crisis y una Alarma constitucional.
1ª.
No dejar de invertir en sanidad
incluso en tiempos de vacas flacas.
2ª.
Ídem: no dejar de invertir en
educación (tecnologizada).
3ª.
Ídem: no dejar de invertir en
investigación.
4ª.
Hay que delimitar bien los campos
de actividad y responsabilidad de técnicos y políticos. Si no, al confundirse,
pueden generar esferas de impunidad. En ese mismo orden de consideraciones, también
reportaría claridad que se definiesen bien, de manera que se pueda distinguir,
tanto el campo de los asesores como el de la actuación de la línea de mando.
5ª.
Hemos de buscar mecanismos
objetivos y eficaces para detectar las falsedades difundidas por las redes y
poner medios igualmente válidos y legítimos para luchar contra ellas y
descubrir sus posibles autores, que merecen repulsa sobre todo por actuar en
tiempos de debilidad generalizada de instituciones y personas y por utilizar
medios en que se diluye o desaparece la responsabilidad personal.
6ª.
(quizás la 1ª): La Constitución
sigue muy viva. Es sabia. Es previsora. Sabía bien lo que hacía al redactar el
artículo 116, y el 97, aunque de la “dirección política” del Gobierno cabe
esperar mucho más. Hay suficiente delimitación entre los diversos estadios de
lo que los clásicos del derecho público patrio denominaban “situaciones de anomalía
en la vida del Estado”, sin deberse perder de vista que todos ellos suponen
restricciones para el ciudadano justificadas precisamente por darse una
realidad excepcional.
7ª.
En tiempos de desolación extrema
no debe dejar de funcionar el Parlamento con asiduidad en sus dos capacidades
mayores: la legislativa y la de control, por mucho que pierda viveza y matices
si tiene que actuar sujeto a modelos de comportamiento y votación telemática.
8ª.
La coordinación de los poderes
públicos resulta vital siempre, y urgentísimamente imprescindible desde el
minuto cero en caso de emergencia. De lo contrario pueden incurrir en lo
prohibido por el 9 de la Constitución de 1978, a saber, la arbitrariedad.
9ª.
Las palabras son claves: el 30 de
enero de 2020 la OMS declaró que estábamos ante una emergencia de salud pública internacional, y el DRAE nos previene,
pues emergencia es “situación de peligro o desastre que requiere
una acción inmediata”. El Estado de Alarma se adoptó cuarenta y cuatro
días después, el 12 de marzo. Frente a tal falta de reacción inmediata muchas
consideraciones nos llevarían a analizar culpas, negligencias, dolos,
responsabilidades, indemnizaciones. La responsabilidad primera es atender al
lenguaje, cuidarlo. Si nos hubiéramos tomado en serio esa declaración de la OMS
acaso no serían hoy tan devastadoras las cifras de la pandemia.
10ª.
Habrá que dar nueva dimensión o
configuración a la distancia, en muchas de las cosas vestidas de “tele”.
Es preciso aprender a “televivir”.
El futuro estará lleno de ingenios que supuestamente nos facilitarán las cosas
de esa manera.
11ª.
Grandísima atención tendremos que
prestar al menos (para lo bueno, pero también para prevenirnos de lo malo que
alberguen en su seno) a dos aplicaciones “negativas”, a saber la ingeniería
inversa y la genética inversa, que a mí me producen honda
preocupación. Alguien versado en estas materias tendría que enseñarnos sus
potencialidades y posibles riesgos y consecuencias de todo.
12ª.
Sería bueno ahondar en la utilidad
de las “mutaciones constitucionales”,
que introducen cambios en los funcionamientos de los sistemas políticos sin
llevar a cabo reformas formales de la Constitución. Habría que pensar a qué
campos o materias concretas, con los máximos consensos posibles (no obviamente
los de quienes quieren desgajar España con conductas apartheidistas), `podría
aplicarse esa técnica de las mutaciones.
13ª.
Deberíamos pensar en el modo de
introducir asignaturas obligatorias -cuya finalidad sería reparadora de
nuestros vicios o malos hábitos- desde la enseñanza infantil. Una de ellas,
según mi visión de las cosas, tendría que ser enseñarnos a ser eficaces,
a no dejar sin terminar las cosas, a hacerlas con provecho para los demás, a no
realizarlas con premura o precipitadamente. Es decir, una variante del “no todo
vale”. Viene ello a cuento de cosas que suceden a nuestro alrededor y que se
explican con arreglo a esos parámetros de conducta, que a todos nos deberían
marcar indeleblemente hasta convertir esas malas maneras en excepción y a
sentar lo contrario como norma general de obligado cumplimiento. Sería
medianamente socializadora e introduciría valores de satisfacción por el deber
cumplido.
14ª.
Habremos aumentado, con toda
probabilidad, nuestro grado de dependencia respecto a ciertas adicciones.
Algunas lo habrán sido incluso propiciadas por el teletrabajo. Otras, que
obedecen a vicios o posiciones de antes, han gozado de mayor tiempo de
dedicación. Maquinitas, móviles, toda gama de aparatos… No es sino un toque de
atención, pero la reflexión me parece obligada. Acaso la diversificación de los
ocios, especialmente para críos y jóvenes, también deba ocupar la mente de
padres y educadores.
15ª.
En Estados muy descentralizados
pero de una extensión territorial abarcable (lo es España) en épocas de crisis
absoluta es remedio eficaz conjugar el mando único con fórmulas de coordinación
con autoridades autonómicas y puede ser enormemente útil la reunión periódica
de responsables sectoriales para intercambio de opiniones, información y
exposición de métodos e ideas para hacer frente al problema. La colaboración
coordinada se impone. Es una fase más desarrollada de la Conclusión 8ª. Desde nuestro excesivamente imperante
individualismo rechazamos muchas veces fórmulas de colaboración y de trabajo en
equipo que no son en absoluto desdeñables.
16ª.
Aprender de gente como Marina:
este autor y pedagogo, ante la posible modificación de los criterios para la
concesión de becas escolares, propone un híbrido entre el socialismo de las
oportunidades y la aristocracia del mérito. O de Borrell, Ministro de Asuntos
Exteriores de la UE, que define a ésta como “la mejor combinación que hay en el
mundo de libertades políticas, prosperidad económica y cohesión social”.
17ª.
Tendremos igualmente que aprender
a apostar por otros equilibrios entre actividades y riesgos: no es bueno
depender en un veinte por ciento del monocultivo Turismo, dios o panacea con el
que desde los 60 del pasado siglo pretendemos explotar nuestro don, el sol y
las playas… Yo no sé cómo se hace eso, pero creo imprescindible que nos replanteemos
no pocos de los aspectos inmersos en la explotación de ese tesoro. Construcción
(ladrillo) ha estado muchos años asociada con el turismo. Doble razón, pues,
para mirar este sector con lupa, ideas claras y acaso planes en mano para una
sana redimensión de las cosas.
18ª.
Como creo que no forma parte
específica de ninguna de las anteriores, llamo la atención acerca del papel de
los mayores en sociedades cada vez más ancianizadas. De una parte, muchos de
ellos conservan hasta el final capacidades y experiencia que despreciamos por
sistema. De otro lado, su reclusión en residencias ha de llevar consigo un
replanteo de todas las esencias y condiciones, así como una redefinición de los
requisitos a cumplir para que puedan desarrollar su cometido. Es cuestión lo
sé, compleja. No por ello debe dejarse de lado, sin solución tras estudio
meditado y partiendo de hasta hoy una acaso excesiva desconexión entre ese
sistema de “reclusión” y la sanidad.
19ª.
Muy pocos -y los que lo hacen
desenfocan la cuestión y muestran afiladísimos colmillos y fobias viscerales
solo por el hecho de ser cosa española- son capaces de poner en tela de juicio
ni las actuaciones de la UME ni de otras unidades de las Fuerzas Armadas ni la
llevada a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Aun así, es
lícito cuestionar algunas acciones de fuerzas de esa índole más cercanas a lo
que todos entendemos por protección civil, de las que, al menos los Ejércitos,
están alejados por no formar parte intrínseca de su función constitucional.
20ª.
Ignoro cuándo, pues la cosa puede
que no vaya a más, pero acaso en determinado momento el Estado tendrá que
legislar acerca del uso (partidista o por parte de ciertas organizaciones o
movimientos) de los colores. Del rosa al amarillo, pasando por el morado y llegando
al arcoíris parece que cada uno en su parcela trata de que el color
elegido para su formación, de ese momento en adelante, quede reservado en
exclusiva para ellos. Tal apropiación resulta inadecuada o injusta y un claro
abuso que coarta libertades, ideas y hasta actividades, o genera indebidas
asociaciones de ideas, conductas o incluso inclinaciones de cualquier tipo.
21ª.
Derecho y lenguaje deberían ir
siendo cada vez más finos, ajustados, precisos, de cara sobre todo a su
presencia en el complejo campo de la política. Ahí va un ejemplo: en la Mesa
para el Diálogo con la Comunidad del Nordeste de España, debería dejarse claro
que no es término correcto ni independentismo ni secesionismo, pues así, de
forma indebida, se aludiría a un supuesto derecho a separarse; lo que más se
aproxima a lo que definen ERC, JxCat y otros grupos ideologizados de ese
cuadrante Nordeste de España es “apartheidismo” y segregacionismo. Estos términos no albergan ese componente
jurídico mencionado, un derecho a… Históricamente algo similar se daba en
movimiento o ideologías que pregonaban el convencimiento de una raza superior,
o un territorio superior, o una sublime lengua superior. Las identidades
territoriales no enervan la unidad de la Nación ni llevan ínsito un derecho a
la desconexión. En Cataluña, como en el resto de España, reina la pluralidad de
todo orden, pero pequeñas (o mayores) minorías, en procesos de sinécdoque o
hipostatización, tratan por todos los medios de que se tome la parte por el
todo.
22ª.
Asimismo tendremos que hilar fino
en y ante Europa. Sin ellos acaso nos ahogaríamos sin remisión. En su seno
hemos de hacer lo pertinente para que la ayuda que recibamos encuentre acomodo
digno para su devolución en tanto en cuanto se nos exija, y en las mejores
condiciones. Además, creo imprescindible apostar por bases de carácter europeo
que centralicen insuficientes esfuerzos nacionales en campos muy heterogéneos
pero todos con un sello que implica seriedad, competitividad, solidario buen
hacer: por poner dos ejemplos, para buscar conjuntamente una vacuna anticovid19
y para adquirir material sanitario tipo mascarillas, etc. que ahorre dinero y
busque calidad asegurada y ofertas competitivas… Habrá, obviamente, muchos más,
que ahondarán en la conveniencia y necesidad de ir juntos en aras de la
consecución de fines y objetivos comunes.
23ª.
Parece a priori buena idea
contar con la opinión de 100 reconocidos economistas, sociólogos y científicos,
a plasmar en un documento relativo a soluciones y medidas concretas para la
España postcovid y que yo llamo “el año de la postdemia”, para definitivamente
vernos libres de ese mal que nos asola durante todo el 2020. Habrá que conocer
su composición, altura profesional y la capacidad que tienen en esos terrenos,
incluso en el de conseguir consensos en sus propuestas y definición (y
cuantificación) de prioridades, así como el coste de esta iniciativa del
Presidente del Gobierno, aunque algunos sueltos de la prensa apuntan que no se
retribuirá económicamente ese trabajo. En todo caso, aplaudimos esta iniciativa
que ayuda a realizar lo que plasma y prevé el artículo 97 de nuestra
Constitución y que en teoría política se corresponde con la competencia del
Ejecutivo para fijar el rumbo del “indirizzo” o dirección política. Lo mismo
digo de la creación de un núcleo de expertos para analizar -los indicios
apuntan a que funcionará en el entorno de la Vicepresidenta Calviño- las
carencias (muy relevantes por estar inmersos en la era de las
telecomunicaciones vía internet) de la protección del usuario de instrumentos
digitales.
Hasta ahí unas
cuantas reflexiones. La invitación es a que otros sumen, resten, perfilen, etc.
lo que tengan a bien hacer al respecto. Acaso “Aula 64” pueda resultar
plataforma adecuada, en el formato que consideren oportuno los miembros de
nuestro inefable “Comité de Dirección/Coordinación”, para la discusión de todo
ello.
Nicolás
Pérez-Serrano Jáuregui, en los días finales del “Estado de Alarma”, junio de
2020.
Muy interesante y denso tu articulo. Sin duda dará mucho de si el curso próximo en aula 64.
ResponderEliminarLa literalidad de la definición de la RAE no pareció precisa para la gestión de la pandemia, así el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias dirigido por un experto desde 2012 dijo
ResponderEliminarhttps://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Valoracion_declaracion_emergencia_OMS_2019_nCoV.pdf
En cuanto a la cooperación, esta es disfuncional si no está jerarquizada
Basar una reforma constitucional dejando fuera a millones de ciudadanos parece que el adjetivo de consensuada es un chiste.
Complejo artículo que habrá que comentar por partes.
ResponderEliminarDe inicio me da la impresión general de que se plantean soluciones o enseñanzas pre-pandémicas. Es lógico ya que ha pasado poco tiempo y la evolución del sistema nervioso central desde el punto de vista biológico (no del cultural) es lenta.
Por ejemplo invertir en sanidad. La inversión en sanidad como en otras cosa depende de los medios disponibles y de la ideología. Para dedicar más a sanidad hay que restarlo a otros aspectos ¿a cual?.
El problema es que en tiempos de vacas flacas el recorte es obligado y yo no sabría si hacerlo en sanidad, seguridad vial, subsidios de desempleo, justicia gratuita o educación.
Por otra parte frente a epidemias virales en principio lo que se necesita es disponer de medios pasivos (mascarillas, guantes, trajes epi) para los 47 millones de habitantes. Si almacenamos mascarillas por ejemplo para tres meses (40*90*3) (tres diarias para utilizarlas como mucho cuatro horas en el trabajo (2) y otra el resto del día) nos salen más de diez mil millones de mascarillas ¡QUE CADUCAN! al cabo de un tiempo y habría sido dinero tirado. Lo mismo vale para respiradores e incluso fármacos. Es un ejemplo pero ya ocurrió con las vacunas para la anterior epidemia anunciada lo que puede que explique algunos retrasos en esta.
Lo que necesitaríamos es disponer de una infraestructura que permitiese producir algunos millones de mascarillas al día o cientos de respiradores o del tratamiento farmacológico, si lo hubiera. Esto estrictamente no es sanidad sino industria aplicada a la sanidad. ¿Se ha hecho algo? ¿Dónde?
Lo que me lleva de un salto a tu reflexión décimo séptima. Fabricar mascarillas, guantes, respiradores y trajes protectores suponen un actividad industrial ligera, no se trata de industria pesada y junto con otras podría sustituir a una parte de la actividad que supone el turismo, que por otro lado implica una actividad que no requiere demasiada preparación profesional. ¿Quién de nosotros no se pagó unas vacaciones trabajando algún tiempo en un chiringuito?
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ResponderEliminarA mi la pandemia me deja algunas acciones dudosas que nadie ha aclarado y que se tocan en algún punto del escrito de Nicolás: 1. ¿Por qué en el parte diario que dirigía el Dr. Simón había que sacar todos los días a 3 uniformados llenos de medallas, para dar una información que un locutor o locutora podía haber leído cómodamente sentado?. No lo entendí y se le puede dar muchas interpretaciones. 2. Tuve la sensación de estar en un estado totalmente policial las dos veces que me detuvieron en mi vehículo en la ciudad llevando comida a una familiar enferma de corona que vive sola. 3. Se ha utilizado en efecto muy poco el hemiciclo en la pandemia. Más útil para el Gobierno colar leyes por decreto sin ninguna posibilidad de discusión parlamentaria. Esto me parece muy poco democrático en especial para muchos temas que ninguna relación guardaban con la pandemia 4. Lo de asignaturas moralizantes, rara vez ha causado el efecto deseado (recordar la famosa y olvidada FEN). 5. Las industrias (de momento), se mueven por el beneficio. Si alguna ve mercado en mascarillas y respiradores los hará. Falta que el Gobierno lo tenga en cuenta y no se vaya a China para traer mascarillas caducadas a altos precios y con sustanciosas comisiones para algunos. 6. Por más que nos expriman a impuestos, hay que recortar. Hasta un estudiante de primero de ADE lo tiene claro. Yo aplicaría la máxima de "O mantequilla o cañones". ahí está el intríngulis. Feliz mes de julio a todos.
ResponderEliminarMe parece que el artículo de Nicolás, con el que se puede estar de acuerdo, parcialmente de acuerdo, o parcial o totalmente en desacuerdo, es indudablemente, sin ningún género de dudas, una plataforma que incita a la reflexión y a la discusión, más que sobre el pasado, sobre el futuro.
ResponderEliminarFG
Esperemos discutir sobre todo el curso próximo
EliminarExcelente compendio de lecciones aprendidas tras un desastre, querido Nicolás, que merece un estudio detallado, así como posibles ampliaciones o matices.
ResponderEliminarDe momento, sólo quiero añadir que la vida me ha enseñado que "tras un desastre siempre surge una oportunidad (o varias) que hay que saber encontrar".
A modo de ampliación a nivel mundial, hay una seria de TENDENCIAS que estamos viendo y que, por tanto, aún no constituyen lecciones aprendidas.
ResponderEliminarA nivel mundial, tan sólo en la primera semana de julio 2020 ya hay un millón de casos confirmados más y 25000 muertos.
En América del Sur y Caribe: de 40000 casos diarios a 60000 en esta semana de julio. Las influencias “negacionistas” de Brasil y EEUU equivalen al 7% de la población mundial y el 36% de más casos confirmados.
El efecto futuro en países subdesarrollados constituye la gran incógnita: En Asia, ya tenemos 50000 casos diarios más. En África, las cifras son aún sorprendentemente bajas, pero si se produce una explosión de casos, éstos serían incontrolables y ya veríamos si el resto del mundo les podría ayudar. Todo indica que morirían como chinches; con las diatribas entre China, Rusia, Europa y EEUU, el futuro de África no parece muy claro.
Y ya veremos lo que pase el próximo invierno del hemisferio norte con los efectos combinados Covid19 junto con gripes estacionales, además de los rebrotes.
No se trata de ser pesimista, sino anticiparse, que es otra regla de oro.
Pensando como lo harían Voltaire y Talleyrand, y también Canaris, yo diría que otra de las grandes lecciones es una de la que no se habla, pues el cinismo de calidad tiende a ser muy púdico: tanto a Brasil como a México les sobra población. Hoy Brasil pasa de 200 millones de bípedos, y México de 100. A finales del XX no llegaban a 180 y 85, respectivamente. Son habitantes tienden a reproducirse muchísimo (se conoce que lo encuentran placentero), al punto de que un exagerado porcentaje de sus poblaciones, del orden del 70%, no pasa de 30 años. Pese a que el bendito SARS-Cov-2 no se comporta de un modo virulento con la gente joven, aplicado en muy grandes números da lugar a un efecto sangría en absoluto indeseable. Cierto que opera con mayor violencia sobre los mayores (como nosotros), pero eso tampoco es malo para México y para Brasil, ya que sus sistemas de pensiones están aún más cercanos a la ruina que el nuestro. Mi caritativa conclusión final es que tanto los gobiernos de López Obrador como de Bolsonaro (tan populistas como Podemos y como Vox, respectivamente) estarían encantados de hacerse con 200K muertos el primero y 500K el segundo. Según las cifras del Johns Hopkings, llevan un prometedor camino de conseguirlo.
ResponderEliminarParece que el confinamiento estricto era necesario a pesar de los seguidores de los de Núñez de Balboa.
ResponderEliminarEl confinamiento masivo era necesario, pues no había alternativa. Hoy ya no se haría así. Sería selectivo. Se cuido más a la población con menos peligro que a los muy vulnerables ancianos. Ahora de miles de ancianos muertos nadie se responsabiliza. Normal, sobraban y se ahorran pensiones.
ResponderEliminarEn los fuertes brotes hay un significátivo porcentaje de jóvenes y maduritos. El confinamiento selectivo lo intentaron el Reino Unido y Suecia, sin buenos resultados
ResponderEliminarPara seguir con lo del confinamiento, ya a toro pasado, en Suecia no les ha ido peor que a nosotros y en Reino Unido casi igual. La pregunta es si al final los fallecidos por millón de habitantes son similares ¿en cuál de los tres países ha sido más catastrófico el resultado económico?. Se ve muy fácil representado en un eje el descenso del PIB y en otro la mortalidad por millón de habitantes y se sacan rápidamente las conclusiones oportunas.
ResponderEliminarCon respecto al punto 11 de la ingeniería inversa y la genética inversa: no es nada peligroso en sí mismo, si no se utiliza con fines malévolos, naturalmente. No es más que encontrarnos con el final de un proceso de desarrollo, es decir, unos resultados. Si éstos nos parecen interesantes, la ingeniería inversa es la investigación para llegar al punto de partida y obtener así un nuevo producto de forma racional con las mismas características que deseemos (esto se utilizó por EEUU en los años posteriores a la IIGM con aviones alemanes muy avanzados que no llegaron a combatir y otras armas "Wunderwaffen"). También se ha utilizado en el espionaje industrial.
ResponderEliminarCon relación al Coronavirus, pasa igual: partiendo de lo que hay, se trata de conocer el principio del proceso. Este estudio puede facilitar la consecución de una vacuna, pero también podría, en malas manos, ser el punto de partida de otro virus más mortífero. Me figuro que en esto se basa el temor de Nicolás, en particular en cuanto a la genética inversa. Hoy en día ya somos capaces de manipular el ADN o provocar mutaciones en el ARN a partir de la introducción de un cambio en la hélice de éste rompiendo su estructura. Terrible. Ya no es sólo que el propio virus pueda mutar, sino que esa mutación fuera provocada. ¿Como puede evitarse este riesgo? No lo sé, pero no es fácil poder contar con una vigilancia eficaz.
Vacuna: tendemos a pensar que una vez que exista, asunto resuelto, pero no es tan fácil. Primero hay que ver la eficacia de la vacuna y después nos encontraremos con dos problemas, en cierta forma contrapuestos: su disponibilidad y la predisposición de la gente para ponérselas. Y además una posible "guerra" entre vacuneros: "la mía es la mejor y la más veloz..."
ResponderEliminarPara que una vacuna de una eficacia media aceptable del 60% pudiera llegar a frenar la pandemía, debería poder ser administrada a la mayoría de los habitantes del planeta. Dificilillo. Con una vacuna del 80% tampoco se resolvería de un plumazo, pero con el tiempo podría mitigarse siempre que no se dejen alegremente a un lado medidas de distanciamiento social y mascarillas.
Total: que durante bastante tiempo, con vacunas o sin ellas, no parece que podamos expansionarnos social o privadamente como hacíamos antes. Los abrazos y los besos deberán esperar aún. Paciencia.
El tema de la vacuna presenta muchas dificultades y no seré yo el que me la ponga. Enumero las mayores desde mi punto de vista:
Eliminar1. El paso de vacuna de laboratorio a la producción industrial es difícil y mal hecho puede desnaturalizar la vacuna.
2. El virus muta y puedes tener una vacuna para una cepa que ya no actúa (recordad las diversas vacunas de la gripe que cambian constantemente).
3. Nadie te garantiza que tipos de "aditivos" acompañan a la vacuna.
En fin no creo en la guerra de laboratorios, más bien en un acuerdo tácito para inundarnos dios sabe de que productos bajo el genérico "vacunas".
Totalmente de acuerdo, Manolo, y refuerza mis temores sobre la "inmediatez" de las vacunas. Ahora bien, si todo el mundo piensa igual que tú y nadie se va a poner vacunas por falta de confianza, ¿para qué servirán? Habrá que contar con voluntarios o tener al Covid como compañero perenne...
EliminarQuerido Kurt. Como todos amo mi vida como es. He sido siempre reacio a los medicamentos. Solo en algunas situaciones como una operación he consentido en su uso. Tengo múltiples razones para ello. El tema de las vacunas esta cuestionado por muchos médicos. Con el comida, pues hay que vivir junto a el evitandolo. Es mejor que vacunarse. Un 50% de los contagios de esta segunda ola es por imprudencias. Ocio nocturno, relajo de medidas, botellones, reuniones. Todo ello junto a viajes innecesarios esta aumentando los contagios. Yo no tengo miedo pero soy muy precavido. Salud
EliminarEl término 'ingeiería inversa' se aplica desde cuando dice Kurt, aunque pasó a ser del dominio público, y de uso generalizado, a raíz de un celebrado pleito entre las compañías Intel y AMD de finales de los 80's. Hasta un par de años antes Intel tenía el virtual monopolio del microprocesador con el que funcionaban los PC's, que ya constituían un mercado importantísimo y que crecía de un modo exponencial. El Intel 8086 y su derivado 8088 se habían convertido, para Intel, en la gran gallina de los huevos de oro -hasta el nacimiento del PC Intel era una compañía pequeñaja, desconocida para casi todo el mundo y que ni siquiera se listaba en el Nasdaq-, porque el sistema operativo Microsoft DOS, el que daba vida a los PC's, sólo reconocía su 'instruction set'. Ahí apareció AMD, con un microprocesador mucho más barato que el 8088 (menos de la mitad de su precio), 100% compatible y con el mismo 'instruction set'. Como era natural no tardaron en venderlo como escombro, y como también era natural Intel no tardó en demandar a AMD, alegando que para conseguir esa cerrada compatibilidad había tenido que fusilar la circuitería del 8086. AMD, que ya contaba con ello, explicó al juez que no, que habían recurrido a la 'ingeniería inversa'; no sólo eso, sino que con toda minuciosidad explicó cómo lo habían hecho, consiguiendo que cada una de las ciento y pico instrucciones del 8086/8088 arrojaran en el AMD los mismos resultados. El juez, es de suponer que debidamente asesorado, y tras tomar todas las precauciones imaginables -nadie quería meter el dedo en el ojo a Intel, y por extensión a Microsoft y a IBM-, falló en favor de AMD, lo que dio lugar a que hoy mismo los PC's equipados con microprocesadores AMD sean no sólo perfectamente competitivos frente a los Intel, sino que ocupan más del 33% del mercado. Un efecto secundario de todo eso fue que a partir de tal fallo judicial el concepto 'ingeniería inversa' no sólo fue de dominio público, sino que pasó a usarse para casi todo. Por ejemplo, y no creáis que es una exageración, para explicar por qué los Whopper son tan inmundos como los Big Mac.
ResponderEliminarLa Ingeniería inversa, tal como la conocemos los ingenieros, consiste en obtener de un producto terminado, todos los detalles de su construcción. Se usa para hacer copias o modificaciones de productos de los que no se tienen los detalles de sus procesos productivos. Aplicable también al software. AMD (la réplica de INTEL), puede que la haya utilizado. Los chinos mucho.
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