PÁGINAS

25 noviembre 2017

NUESTROS COMICS

...por Manolo Rincón

Creo que este tema de los comics no lo hemos tocado aún, y seguro que en los recuerdos de todos está y os va a interesar.
En el tiempo que estuvimos, tanto en la Preparatoria como en el Instituto, una de las distracciones más habituales era la de leer y coleccionar lo que hoy llamamos comics y entonces TBOs. Era un sano entretenimiento que nos permitía expansión en nuestro tiempo de ocio, fomentaba el coleccionismo y el intercambio con los compañeros de los ejemplares ya leídos.
Hay que tener en cuenta que el espectro de entretenimiento entonces, no era tan amplio como el que tienen los chavales de hoy en día. No había TV y por tanto nos centrábamos en libros y tebeos en nuestro tiempo libre en casa, además de los cromos.
Voy a tratar de rememorar para vosotros, entre la gran variedad de personajes que hubo, los que a mi me parecen más importantes dentro de la época de 1.952 a 1.964.
Cuando éramos muy pequeños teníamos dos publicaciones que se vendían en todos los kioscos y hacían nuestras delicias:
La primera era el clásico TBO, revista de historietas netamente españolas. Aparecía impreso en un papel como de estraza. El TBO ere muy antiguo, pues se empezó a editar en 1.917 en los talleres Arturo Suarez de Barcelona. Primero era una litografía en un solo color y posteriormente ya tuvo color. 


El dibujo era pequeño, no muy elaborado y llegó a las manos de nuestros padres. Inicialmente valía 5 céntimos y su tirada era de 9 mil ejemplares. En 1.936 fue de 350 mil ejemplares la tirada.








Al principio tenía pequeños chistes y gags, que se completaron desde 1.926 con los inventos del TBO y las historias de la familia ULISES.



En la guerra quedó interrumpida su publicación.
La segunda época va de 1.941 a 1.968 y es la que llegó a nuestras manos. Yo recuerdo las peripecias de la familia Ulises, con el padre gordo, bajito y calvo, los hijos traviesos, la abuela y el perrito. Era un humor sano e ingenuo. Otro personaje interesante era Dª Urraca, una vieja cascarrabias a la que todo le salía mal. Zipi y Zape, los traviesos hermanos gemelos que siempre fastidiaban a su venerable padre también hicieron época. Las hermanas Gilda nos hacían reír igualmente.






El competidor del TBO era el DDT, una copia del TBO que se publicó desde 1.951 y cuyos personajes más célebres eran los de la familia Cebolleta, con las batallitas del abuelo. También el botones Sacarino aparecía en esta revista.



Ambas publicaciones se editaban con pocos medios y para que tuviesen un precio ajustado no utilizaban un buen papel y a veces las viñetas eran excesivamente pequeñas. Los precios se situaban en 1 peseta, pero de segunda mano eran más baratas.
Cuando contábamos con algo más de dinero teníamos la posibilidad de comprar la publicación Dumbo, revista semanal editada por ERSA que nos traía a todo color las historietas de Walt Disney, con El Pato Donald y sus sobrinitos, el Tío Gilito, Mikey Mouse y otros. Su precio de 3 pts. ya era elevado pero su calidad era muy superior a las dos anteriores.






Estas eran las revistas más infantiles y cómicas.
Pero había otras que nos gustaban a partir de los 7 u 8 años. Hazañas Bélicas que tenía un formato apaisado, valía 5 pesetas y nos mostraba batallas de la Segunda Guerra Mundial, bastante bien dibujadas en blanco y negro. Me parecían un tanto monótonas las historias que contaban.


Sin duda el éxito principal lo tuvo Diego Valor, el cual creo está en el imaginario de todos nosotros. En su versión de revista eran unos pequeños cuadernos apaisados, con páginas en color y blanco y negro. Recogían en versión gráfica las aventuras narradas en Radio Madrid.




Recuerdo que al llegar de la Prepa por las tardes hacia 1.956 me sentaba ante el receptor de radio y mientras merendaba oía el correspondiente capítulo de 15 minutos de duración. La ambientación era muy buena con efectos sonoros especiales, la música de la Suite “los Planetas” de Holst, muy oportuna y las voces de los protagonistas eran las de Joaquín Peláez o Eduardo Lacueva en el Comandante Valor y María Romero como la Profesora Fontana. Hubo varias aventuras: Diego Valor y Venus, donde se enfrentaban los héroes terrestres al malvado Mekong de Venus, que interpretaba Javier Dastis. Diego Valor y el Príncipe Diabólico se desarrollaba en Marte y en esta ocasión se enfrentaban a un despiadado Príncipe y su madre. La tercera entrega fue la de los hombres sin rostro o el misterio de Júpiter, donde combatían con enmascarados que desintegraban al quitarles la capucha que les cubría.
La revista era muy sencilla y costaba 50 céntimos inicialmente, para luego pasar a 75. El guión de Jarber era interpretado en dibujos por Buiya y Ballo. La calidad del dibujo dejaba bastante que desear, pero nos deleitábamos con las aventuras que ya habíamos oído por radio.
El chocolate “Matías López”, aprovechó el tirón y sacó cromos para un álbum y unas tabletas de chocolate con el mismo nombre que el que tomaba Diego Valor.
Para terminar he de comentar, otros héroes que también nos entusiasmaron:
 El Guerrero del Antifaz, un guerrero cristiano que luchaba contra los moros infieles. Sus cuadernos se vendían a una peseta. El Capitán Trueno y sus amigos Goliat y Crispín que luchaban contra numerosos enemigos de todo tipo.





Recuerdo también a Roberto Alcázar y Pedrín. Eran aventuras varias de tipo policiaco.



Cuando teníamos más dinero comprábamos las revistas mejicanas de la Editorial Novaro que distribuía Queromón Editores. Su precio era de 5 o 6 pesetas:
Supermán, Batmán, El Halcón Negro o Super Ratón eran las más populares. Supermán quizás es la que más leíamos. Eran traducciones de las americanas DC comics. En Argentina se tradujo por Superhombre y a veces nos llegaba algún número de estas aventuras.
Os dejo algunas imágenes para que podáis recordar aquellos comics que nos hacían pasar horas felices.












23 noviembre 2017

AULA 64 - Nº 10 - LA TRANSFORMACIÓN DEL FERROCARRIL QUE CAMBIÓ NUESTRA FORMA DE VIAJAR. PONENTE: GONZALO MADRID

...Por Kurt Schleicher

  Como siempre, Vicente nos hizo una breve presentación de nuestro ponente, indicándonos que su extenso curriculum no le cabía en una hoja. Pocos más autorizados para hablar del ferrocarril y de Renfe en particular, compañía de la que fue director general nuestro compañero Gonzalo, aparte de un largo etcétera en otras compañías.


  A Gonzalo le tocó vivir una época trascendental en la compañía a finales de los años ochenta con la decisión de entrar en la alta velocidad, en el AVE, para ser concretos. Aquello debió de ser toda una aventura, en la que estuvo acompañado por otro compañero nuestro, Leopoldo “Polo” Iglesias, asimismo presente en nuestra reunión. 




Las decisiones del cambio de ancho de vía, las dificultades del trazado y el requerimiento de que estuviera todo listo para la EXPO de Sevilla en 1992 supuso todo un reto, pues hubo que recuperar retrasos y tomar decisiones trascendentales para evitar el bochorno que hubiera supuesto no conseguirlo. Y se hizo: el 21 de abril de aquel año entró el AVE en la estación de Santa Justa y al mismo tiempo en la historia. No me extraña que a Gonzalo le gustara esta estación más que ninguna otra.
  Gonzalo nos hizo la exposición sin hacer uso prácticamente de su presentación, que como siempre ya se distribuirá a todos. Se centró en contarnos los modelos de gestión empresarial habidos en la compañía, ilustrándolo con multitud de anécdotas que vivió en vivo y en directo con conocidos personajes, como por ejemplo Josep Borrel y Luis de Guindos. El primero estuvo muy involucrado en el AVE; siendo catalán, sorprende que la primera línea fuese a Sevilla, pero es obvio que lo de la expo tenía mucho peso. Más tarde también se inauguraría el AVE Madrid Barcelona, pero Gonzalo nos comentó que la línea de Sevilla siempre ha sido muy exitosa, bastante más que las expectativas iniciales. 





También es verdad que en la competencia con el transporte aéreo, el AVE copó todas las rutas menores de 600 km; entrar en Santa Justa, en pleno centro de Sevilla, no es lo mismo que volar a un aeropuerto y después tener que recoger maletas, tomar taxis, etc, con lo que el menor tiempo de vuelo – ya no tan diferente - queda bien compensado por la comodidad. Doy fe de ello, pues yo fui en uno de los primeros días tras la inauguración, renunciando al vuelo. Luego repetí bastantes veces y creo que ya no volví a ir a Sevilla en avión.
  Una sabrosa anécdota que nos contó está relacionada con la transformación que sufrió la empresa en aquellos años ochenta, pasando de una organización focalizada en directores de zona a otra por funciones; le pasaron el “muerto” de tener que contar a aquellos directores  “plenipotenciarios” que de un día para otro dejaban de serlo y que perderían sus prerrogativas.
  Para dar una idea de órdenes de magnitud, Renfe manejaba por entonces del orden de sesenta y cinco mil millones (entiendo que de pesetas) y se enfrentaba con pérdidas que podrían llegar a ser de de los veinte mil millones (cito de memoria; espero no haberme equivocado entre tantos millones). A modo de referencia curiosa, la calle principal de la urbanización de Renfe cerca de Chamartín se llama “la avenida del Déficit”.
   Los modelos de gestión debían de lidiar sobre todo los aspectos económicos, hasta el punto que el 50% de los objetivos personales de los directivos estaban relacionados con este aspecto. La manera de establecer estos objetivos se dirimía en largas reuniones que Gonzalo ha vivido en vivo y en directo, así como en la “lidia” con los representantes de los sindicatos.
   Gonzalo nos mencionó también la situación de la red ferroviaria de alta velocidad, de las primeras del mundo, pese a que ahora surjan protestas  por parte de regiones que “pían” por no haber cerrado todavía las conexiones con Extremadura, por ejemplo (la manifestación reciente en la plaza de España en Madrid da fe de ello). Queda mucho por hacer aún, pero hay que sentirse orgullosos de lo logrado hasta ahora, incluyendo los aspectos de exportación a países del oriente medio, como es bien conocido.
   Asimismo nos mencionó que la organización de los servicios en el AVE fue copiada del transporte aéreo, con sus “azafatas”  y sus servicios de catering, por poner algún  ejemplo.
   También hizo referencia al otro éxito de la compañía, en lo referente a las líneas de Cercanías, a las que dotó de una moderna imagen corporativa que contribuyó muy probablemente a su éxito. Comparativamente, el presupuesto es relativamente menor en relación al número de pasajeros, pero hay que tener en cuenta la amortización de las enormes inversiones relacionadas con la alta velocidad. Nos mostró una tabla con la cantidad de pasajeros; actualmente es del orden de 89 millones de pasajeros pasando por la estación de Atocha, frente a los 27 de la de Sants en Barcelona, lo que da una idea del “poder de la centralización”…
   Está bien claro que los tiempos de los trenes de principios del siglo XX con sus bancos de madera  ha pasado a la historia; recomiendo una visita al Museo del Ferrocarril en Madrid, en el paseo de las Delicias, para darse cuenta de su enorme transformación.

  Hay que agradecer a Gonzalo su magnífica exposición, que más que una conferencia ha sido una lección magistral de gestión empresarial y encima vivida “desde dentro”. Me permito sugerir a Gonzalo que escriba algo sobre ello, pues sus dos horas de exposición en AULA 64 nos han sabido a poco. 
A continuación celebramos la correspondiente cena de hermandad de los miembros de la promoción que asistieron al acto.













KS, 23 de Noviembre de 2017


INAUGURACIÓN DEL RENOVADO OBSERVATORIO ASTRONÓMICO DEL RAMIRO

...por Kurt Schleicher

A las 18:00 del 22 de noviembre de 1997 nos encontrábamos unos cuantos en el vestíbulo del Instituto. La invitación partió de nuestro compañero Manolo Rincón, verdadero artífice de esta renovación, organizando las donaciones para ello; éstas no han sido exclusivas de nuestra promoción 64, pues en especial varios de la de 1967 también han contribuido a ello y han estado asimismo presentes.








En el último piso y tras una cristalera que daba paso a una 
especie de “museo tecnológico del Ramiro”, tuvimos ocasión de subir a la terraza, desde donde se puede observar una magnífica vista de Madrid. 









El cambio de aspecto de la cúpula del observatorio y su telescopio ha sido notorio. Se ha pintado con pintura epoxi resistente a los cambios de temperatura. Al acceder al interior, se siente la misma impresión; aquello ya no es la antigualla medio oxidada que había antes.








Allí estaba el blanco telescopio que algún día se podrá utilizar de nuevo para acercarnos a las estrellas. Queda mucho por hacer, pues el movimiento giratorio de la cúpula todavía no se ha implementado, pero algún día llegará…

Después celebramos la inauguración con champán y bocatas,
gentileza de Rosa María y Manolo.


KS, 23 noviembre 2017