...por Manolo Rincón
Creo que este tema de los comics no lo hemos
tocado aún, y seguro que en los recuerdos de todos está y os va a interesar.
En el tiempo que estuvimos, tanto en la
Preparatoria como en el Instituto, una de las distracciones más habituales era
la de leer y coleccionar lo que hoy llamamos comics y entonces TBOs. Era un
sano entretenimiento que nos permitía expansión en nuestro tiempo de ocio,
fomentaba el coleccionismo y el intercambio con los compañeros de los
ejemplares ya leídos.
Hay que tener en cuenta que el espectro de
entretenimiento entonces, no era tan amplio como el que tienen los chavales de
hoy en día. No había TV y por tanto nos centrábamos en libros y tebeos en
nuestro tiempo libre en casa, además de los cromos.
Voy a tratar de rememorar para vosotros,
entre la gran variedad de personajes que hubo, los que a mi me parecen más
importantes dentro de la época de 1.952 a 1.964.
Cuando éramos muy pequeños teníamos dos publicaciones
que se vendían en todos los kioscos y hacían nuestras delicias:
La primera era el clásico TBO, revista de
historietas netamente españolas. Aparecía impreso en un papel como de estraza.
El TBO ere muy antiguo, pues se empezó a editar en 1.917 en los talleres Arturo
Suarez de Barcelona. Primero era una litografía en un solo color y
posteriormente ya tuvo color.
El dibujo era pequeño, no muy elaborado y llegó a
las manos de nuestros padres. Inicialmente valía 5 céntimos y su tirada era de
9 mil ejemplares. En 1.936 fue de 350 mil ejemplares la tirada.
Al principio tenía pequeños chistes y gags,
que se completaron desde 1.926 con los inventos del TBO y las historias de la
familia ULISES.
En la guerra quedó interrumpida su
publicación.
La segunda época va de 1.941 a 1.968 y es la
que llegó a nuestras manos. Yo recuerdo las peripecias de la familia Ulises,
con el padre gordo, bajito y calvo, los hijos traviesos, la abuela y el
perrito. Era un humor sano e ingenuo. Otro personaje interesante era Dª Urraca,
una vieja cascarrabias a la que todo le salía mal. Zipi y Zape, los traviesos
hermanos gemelos que siempre fastidiaban a su venerable padre también hicieron
época. Las hermanas Gilda nos hacían reír igualmente.
El competidor del TBO era el DDT, una copia del
TBO que se publicó desde 1.951 y cuyos personajes más célebres eran los de la
familia Cebolleta, con las batallitas del abuelo. También el botones Sacarino
aparecía en esta revista.
Ambas publicaciones se editaban con pocos
medios y para que tuviesen un precio ajustado no utilizaban un buen papel y a
veces las viñetas eran excesivamente pequeñas. Los precios se situaban en 1
peseta, pero de segunda mano eran más baratas.
Cuando contábamos con algo más de dinero
teníamos la posibilidad de comprar la publicación Dumbo, revista semanal
editada por ERSA que nos traía a todo color las historietas de Walt Disney, con
El Pato Donald y sus sobrinitos, el Tío Gilito, Mikey Mouse y otros. Su precio
de 3 pts. ya era elevado pero su calidad era muy superior a las dos anteriores.
Estas eran las revistas más infantiles y
cómicas.
Pero había otras que nos gustaban a partir de
los 7 u 8 años. Hazañas Bélicas que tenía un formato apaisado, valía 5 pesetas
y nos mostraba batallas de la Segunda Guerra Mundial, bastante bien dibujadas
en blanco y negro. Me parecían un tanto monótonas las historias que contaban.
Sin duda el éxito principal lo tuvo Diego
Valor, el cual creo está en el imaginario de todos nosotros. En su versión de
revista eran unos pequeños cuadernos apaisados, con páginas en color y blanco y
negro. Recogían en versión gráfica las aventuras narradas en Radio Madrid.
Recuerdo que al llegar de la Prepa por las
tardes hacia 1.956 me sentaba ante el receptor de radio y mientras merendaba
oía el correspondiente capítulo de 15 minutos de duración. La ambientación era
muy buena con efectos sonoros especiales, la música de la Suite “los Planetas”
de Holst, muy oportuna y las voces de los protagonistas eran las de Joaquín Peláez
o Eduardo Lacueva en el Comandante Valor y María Romero como la Profesora
Fontana. Hubo varias aventuras: Diego Valor y Venus, donde se enfrentaban los
héroes terrestres al malvado Mekong de Venus, que interpretaba Javier Dastis.
Diego Valor y el Príncipe Diabólico se desarrollaba en Marte y en esta ocasión
se enfrentaban a un despiadado Príncipe y su madre. La tercera entrega fue la
de los hombres sin rostro o el misterio de Júpiter, donde combatían con
enmascarados que desintegraban al quitarles la capucha que les cubría.
La revista era muy sencilla y costaba 50
céntimos inicialmente, para luego pasar a 75. El guión de Jarber era
interpretado en dibujos por Buiya y Ballo. La calidad del dibujo dejaba
bastante que desear, pero nos deleitábamos con las aventuras que ya habíamos
oído por radio.
El chocolate “Matías López”, aprovechó el
tirón y sacó cromos para un álbum y unas tabletas de chocolate con el mismo
nombre que el que tomaba Diego Valor.
Para terminar he de comentar, otros héroes
que también nos entusiasmaron:
El
Guerrero del Antifaz, un guerrero cristiano que luchaba contra los moros
infieles. Sus cuadernos se vendían a una peseta. El Capitán Trueno y sus amigos
Goliat y Crispín que luchaban contra numerosos enemigos de todo tipo.
Recuerdo también a Roberto Alcázar y Pedrín.
Eran aventuras varias de tipo policiaco.
Cuando teníamos más dinero comprábamos las
revistas mejicanas de la Editorial Novaro que distribuía Queromón Editores. Su
precio era de 5 o 6 pesetas:
Supermán, Batmán, El Halcón Negro o Super Ratón
eran las más populares. Supermán quizás es la que más leíamos. Eran
traducciones de las americanas DC comics. En Argentina se tradujo por
Superhombre y a veces nos llegaba algún número de estas aventuras.
Os dejo algunas imágenes para que podáis
recordar aquellos comics que nos hacían pasar horas felices.