...Por Kurt Schleicher
Como siempre,
Vicente nos hizo una breve presentación de nuestro ponente, indicándonos que su
extenso curriculum no le cabía en una
hoja. Pocos más autorizados para hablar del ferrocarril y de Renfe en
particular, compañía de la que fue director general nuestro compañero Gonzalo,
aparte de un largo etcétera en otras compañías.
A Gonzalo le tocó
vivir una época trascendental en la compañía a finales de los años ochenta con
la decisión de entrar en la alta velocidad, en el AVE, para ser concretos.
Aquello debió de ser toda una aventura, en la que estuvo acompañado por otro
compañero nuestro, Leopoldo “Polo” Iglesias, asimismo presente en nuestra
reunión.
Las decisiones del cambio de ancho de vía, las dificultades del
trazado y el requerimiento de que estuviera todo listo para la EXPO de Sevilla
en 1992 supuso todo un reto, pues hubo que recuperar retrasos y tomar
decisiones trascendentales para evitar el bochorno que hubiera supuesto no
conseguirlo. Y se hizo: el 21 de abril de aquel año entró el AVE en la estación
de Santa Justa y al mismo tiempo en la historia. No me extraña que a Gonzalo le
gustara esta estación más que ninguna otra.
Gonzalo nos hizo la
exposición sin hacer uso prácticamente de su presentación, que como siempre ya
se distribuirá a todos. Se centró en contarnos los modelos de gestión
empresarial habidos en la compañía, ilustrándolo con multitud de anécdotas que
vivió en vivo y en directo con conocidos personajes, como por ejemplo Josep
Borrel y Luis de Guindos. El primero estuvo muy involucrado en el AVE; siendo
catalán, sorprende que la primera línea fuese a Sevilla, pero es obvio que lo de
la expo tenía mucho peso. Más tarde también se inauguraría el AVE Madrid
Barcelona, pero Gonzalo nos comentó que la línea de Sevilla siempre ha sido muy
exitosa, bastante más que las expectativas iniciales.
También es verdad que en
la competencia con el transporte aéreo, el AVE copó todas las rutas menores de
600 km; entrar en Santa Justa, en pleno centro de Sevilla, no es lo mismo que
volar a un aeropuerto y después tener que recoger maletas, tomar taxis, etc,
con lo que el menor tiempo de vuelo – ya no tan diferente - queda bien
compensado por la comodidad. Doy fe de ello, pues yo fui en uno de los primeros
días tras la inauguración, renunciando al vuelo. Luego repetí bastantes veces y
creo que ya no volví a ir a Sevilla en avión.
Una sabrosa anécdota
que nos contó está relacionada con la transformación que sufrió la empresa en
aquellos años ochenta, pasando de una organización focalizada en directores de
zona a otra por funciones; le pasaron el “muerto” de tener que contar a aquellos
directores “plenipotenciarios” que de un
día para otro dejaban de serlo y que perderían sus prerrogativas.
Para dar una idea de
órdenes de magnitud, Renfe manejaba por entonces del orden de sesenta y cinco
mil millones (entiendo que de pesetas) y se enfrentaba con pérdidas que podrían
llegar a ser de de los veinte mil millones (cito de memoria; espero no haberme
equivocado entre tantos millones). A modo de referencia curiosa, la calle
principal de la urbanización de Renfe cerca de Chamartín se llama “la avenida
del Déficit”.
Los modelos de gestión debían de lidiar sobre
todo los aspectos económicos, hasta el punto que el 50% de los objetivos
personales de los directivos estaban relacionados con este aspecto. La manera
de establecer estos objetivos se dirimía en largas reuniones que Gonzalo ha
vivido en vivo y en directo, así como en la “lidia” con los representantes de
los sindicatos.
Gonzalo nos
mencionó también la situación de la red ferroviaria de alta velocidad, de las primeras
del mundo, pese a que ahora surjan protestas
por parte de regiones que “pían” por no haber cerrado todavía las
conexiones con Extremadura, por ejemplo (la manifestación reciente en la plaza
de España en Madrid da fe de ello). Queda mucho por hacer aún, pero hay que
sentirse orgullosos de lo logrado hasta ahora, incluyendo los aspectos de
exportación a países del oriente medio, como es bien conocido.
Asimismo nos
mencionó que la organización de los servicios en el AVE fue copiada del
transporte aéreo, con sus “azafatas” y
sus servicios de catering, por poner
algún ejemplo.
También hizo
referencia al otro éxito de la compañía, en lo referente a las líneas de
Cercanías, a las que dotó de una moderna imagen corporativa que contribuyó muy
probablemente a su éxito. Comparativamente, el presupuesto es relativamente
menor en relación al número de pasajeros, pero hay que tener en cuenta la
amortización de las enormes inversiones relacionadas con la alta velocidad. Nos
mostró una tabla con la cantidad de pasajeros; actualmente es del orden de 89
millones de pasajeros pasando por la estación de Atocha, frente a los 27 de la
de Sants en Barcelona, lo que da una idea del “poder de la centralización”…
Está bien claro
que los tiempos de los trenes de principios del siglo XX con sus bancos de
madera ha pasado a la historia;
recomiendo una visita al Museo del Ferrocarril en Madrid, en el paseo de las
Delicias, para darse cuenta de su enorme transformación.
Hay que agradecer a
Gonzalo su magnífica exposición, que más que una conferencia ha sido una
lección magistral de gestión empresarial y encima vivida “desde dentro”. Me
permito sugerir a Gonzalo que escriba algo sobre ello, pues sus dos horas de
exposición en AULA 64 nos han sabido a poco.
A continuación celebramos la correspondiente cena de hermandad de los miembros de la promoción que asistieron al acto.
KS, 23 de Noviembre de 2017
No es que el C.V. de Gonzalo no cupiera en una hoja, es que ocupaba 5 folios y era apabullante para un ciudadano de la media. Por eso hice la broma en la presentación parafraseando el texto del anuncio aquel del detergente OMO: Yo creí que mi curriculum era bueno, hasta ver el tuyo, Gonzalo.
ResponderEliminarMuy cierto. Al preparar las reseñas de memoria, será que tengo algún rechazo visceral hacia las campañas propagandísticas...
EliminarMuy cierto. Al preparar las reseñas de memoria, será que tengo algún rechazo visceral hacia las campañas propagandísticas...
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