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07 enero 2021

DE LA VIDA UN TRASLADO: EL FÚTBOL EN LA CULTURA ACTUAL

...POR JOSÉ LUIS GONZÁLEZ QUIRÓS

 

DE LA VIDA UN TRASLADO: EL FUTBOL EN LA CULTURA GLOBAL

 [Publicado en Revista de Occidente, Julio-Agosto de 2010, nº 351, pp. 11-38.]


Hay muchos cuerpos, solo hay un alma”

(Inscripción en la iglesia de Saint Francis (Manchester), en honor de Duncan Edwards, fallecido en el accidente de aviación que diezmó la plantilla del Manchester United en 1958)

 

De la misma manera que ha abundado el desdén intelectual respecto de la tecnología, y, de la ciencia, continúan existiendo una serie de prejuicios muy fuertes contra el deporte, en especial contra el fútbol. Se podría decir que al resto de los deportes les ha llegado una cierta redención, pero que el fútbol continúa siendo demasiado popular e innoble, como lo viera Borges: “siempre me ha parecido más viril el desafío entre cuchilleros. Sigo sintiendo que a pesar de que matar formaba parte de esta práctica, había una cierta nobleza que no he podido encontrar en un hombre que patea una pelota”.

Mi intención no es argumentar que el fútbol sea importante, lo que me parece fuera de duda, aunque será bueno considerar algunas magnitudes que ayuden a precisar su influencia, sino que es intelectualmente interesante, tanto como deporte, como en cuanto fenómeno contemporáneo, de modo que intentaré mostrar que posee algunas cualidades singulares que son la causa esencial de su éxito. Creo que se ha pensado muy poco en lo que el fútbol es y en lo que, por ello, está pudiendo significar en la sociedad contemporánea y que eso es, cuando menos, un error, de manera que trataré de averiguar las razones por las cuáles el fútbol ha llegado a tener la importancia que tiene. Las razones más poderosas para preguntarse por el fútbol son también el mayor obstáculo para entenderlo correctamente: su enorme popularidad, su aparente simpleza, su componente azaroso, pasional, irracional.

El fútbol es un fenómeno estrictamente contemporáneo que, independientemente de sus variopintos antecesores, se consagra como deporte de masas tras la segunda guerra mundial, especialmente a mediados de la década de los cincuenta, y ha ido experimentando un crecimiento apabullante en los últimos cincuenta años. En mi opinión, uno de las razones que más contribuyeron a convertir el fútbol en una figura imprescindible de la actualidad fue, precisamente, una tragedia, el accidente de aviación de 1958 en el que murió gran parte de la plantilla del Manchester United, un equipo que parecía llamado a reinar en Europa, a arrebatarle el cetro continental al Real Madrid de Bernabéu. Pese a que había sucumbido frente al Real Madrid el año anterior en semifinales de la Copa de Europa por un global de 5-3, el Manchester, en el que ya jugaba Bobby Charlton, era la gran amenaza para la supremacía blanca. Sin la amenaza del Manchester, el Real Madrid, ganó seis de las diez finales entre 1955 y 1965 y fue finalista en otras tres, más o menos como ahora..

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https://trinjolbuz.blogspot.com/2021/01/de-la-vida-un-traslado-el-futbol-en-la.html

5 comentarios:

  1. Me quito el sombrero ante esta exhibición de imaginación: hablar - en este caso, escribir - de fútbol llenando tal cantidad de páginas es inaudito. No podía yo imaginar que en algo para mí no demasiado interesante (salvo quizás un enfrentamiento entre España y Alemania en una final) se puedan encontrar tantas facetas y reflexiones tan agudas. Chapó, querido José Luis.
    No estoy yo muy seguro que el fútbol se popularizara tan sólo desde el desgraciado accidente del equipo de Manchester en 1958, pues en nuestro Ramiro creo que ya era popular en los 50 y si no que se lo pregunten a nuestros héroes futboleros Aparicio, Peiro, Alcaide, etc, que antes de los diez años ya debían saber jugar. Tengo en la memoria la animosa participación por parte del profesorado (Don Pepín, el sr. Dellmans, el sr Moneo, etc). ¡No todo era el baloncesto de don Antonio! También en los 50 había ya alguien que se había dado cuenta de lo útil que resultaba alentar la afición futbolística (junto a la de los toros) y evitar así que los pensamientos del gran público se pudieran enfocar hacia aspectos de la política.
    Por mi parte tampoco soy un aficionado y me temo que nunca he acudido a un estadio para ver un partido; a la vista de tu escrito, seguro que me he perdido algo. También me temo que sea algo tarde para cambiar ahora. ¡Qué le vamos a hacer!

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  2. En efecto en Santo Tomás de Aquino era tradicional el encuentro profesores-alumnos con Dellmans de árbitro, Pepín de delantero y Moneo de portero. Yo fui muy malo en fútbol (enviaba a Peiró, Del Cura o Alcoba, que eran los buenos). Por eso quizás jamás he ido a un partido de este deporte, ni los veo en TV. Sinceramente no entiendo que levante pasiones. Curioso escrito, supongo que de un gran aficionado.

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  3. Confieso que jamás he visto, en el campo, un partido de primera división. Tampoco he visto una sola corrida de toros (ni en la plaza ni por la tele), lo que me hace sospechar que soy un mal español, pero qué se le va a hacer. De todos modos reconozco al fútbol una notable propiedad estratégica para los partidos políticos especializados en galvanizar a las masas, esos que dan un gran valor al carisma de sus líderes, sea lo que sea eso. Hoy en día, un niño que padezca la educación obligatoria es probable que se resienta de tanta carga intelectual como se le impone, y más a sabiendas de que si, por milagro divino, consigue terminar una carrera universitaria, si consigue algún empleo será de perra gorda y sardina, y eso si no acaba condenado a preparar unas oposiciones. Y total, para tener, a sus 30 o aún más viejo, un empleo mierdosillo, de ganar dos duros, o dos euros, y vivir su vida del modo más xodido imaginable. Al mismo tiempo que por su mente pasan tan oscuros pensamientos, ve por la tele como cualquier tarado semianalfabeto que marca un gol de vez en cuando vive como un rey de los de antes, tiene un supercochazo, levanta varios millones de euros al año, y las pibas con las que el no podría ni soñar se lo disputan. Es razonable que se pregunte si la sociedad no le estará tomando el pelo, de modo que renuncia a desarrollar su mente para ocuparse de sus piernas, en la esperanza de no ser mucho peor jugando al fútbol que cualquiera de las mentes privilegiadas a las que escucha su riquísimo castellano después de cada partido. Si eso le pasase a un solo niño no sería un problema, pero el caso es que les pasa a muchísimos. Eso conduce, inexorablemente, a que cada día sean más los desempleados juveniles, porque al tener una preparación muy precaria no consiguen empleos de una mínima dignidad. Esos, que por falta de cultura carecen también de criterio, son el caladero favorito de los partidos populistas, esos que aseguran que con ellos todo les caerá del cielo sin necesidad de dar ni golpe. Que luego nunca ocurra eso también da igual, porque la segunda derivada de no tener cultura, ni criterio, es no tener memoria, de modo que una y otra vez votarán lo mismo y a los mismos. Así pues, Dios bendiga el fúmbol. Gracias a él no sólo cada día seremos más idiotas, y más pobres, sino que además ni siquiera nos daremos cuenta. Por lo demás, no concibo nada más gilipollas que un partido de fútbol. Hay que tener la cabeza vacía de verdad para gastar el dinero en ver esa majadería, pero no es cosa de quejarse. Quizá sólo suceda que de veras nos lo merecemos.

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    1. Yo soy otro mal español. Nunca he asistido a corridas o partidos de futbol. Solo voy de cuando en cuando a ver al Estu. En una sociedad donde el futuro de la mayoría de jóvenes es ser repartidor, reponedor o conductor de furgoneta, cuando no camarero, muchos sueñan con ser grandes figuras y ganar esas animaladas que se pagan por parte de ciertos equipos. La afición siempre la han alimentado partidos de derechas como de izquierdas. Es la forma de evitar que se piense en política y en los obscenos sueldos que se han puesto.Igual que potenciar quinielas y lotería para que el pobre mieurista crea que tiene oportunidad de hacerse millonario.

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    2. Es que el populismo no es de derechas ni de izquierdas. Sólo es populismo. Su razón de ser es que sus dirigentes vivan muy bien sin necesidad de trabajar, y para eso necesita del aborregamiento de las masas. Dime, si no, qué diferencias conceptuales hay entre el NSDAP y Podemos. A poco que profundices, verán que los dos vienen a ser lo mismo.

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