...Por Luis Fernando Adrados
Recuerdo con muy gratas sensaciones las excursiones que hicimos en el Instituto.
Primero había que apuntarse (pedir en casa una aportación extra que dependía de tu comportamiento). Una vez conseguido la espera se hacía interminable y mis hermanos mayores comentaban lo que a ellos les había sucedido años antes en la misma excursión
Los preparativos en mi caso se reducían a los consabidos bocatas de tortilla, filetes empanados y en contadas ocasiones de Jamón con algo de fruta, que, por otra parte era mi madre quien los preparaba, unas botas de futbol o playeras en el macuto y…esconder a última hora un paquete de Feten o Bisonte para marearse como idiotas en el fondo del autobús.
El autobús que yo recuerdo era un “Pullman” (nunca he sabido que significa), seleccionado de las rutas como el mejor, largo, cuadradote y con lo que nos parecían grandísimos ventanales. Solo hice un viaje a Alicante en la Prepa a bordo de un viejo “Dodge” del PPM (Parque Movil Ministerio) que por cierto volcó durante el viaje.
Había que estar tempranito en La callejuela de La Prepa donde por lo general se enfilaban los autobuses para la excursión del día. El objetivo de muchos era cojer asiento atrás para estar alejado del Profe de turno, y si se terciaba “echar un pitillo clandestino”. Los viajes eran larguísimos y se aderezaban con cantos clásicos como el “Para se conductor de primera…acelera, acelera”, “Que buenas son las madres superioras…”o el “Vamos a contar mentiras”.
Las excursiones típicas que yo recuerdo se alejaban progresivamente de Madrid, y cuando eras mayorcito pegábamos un salto cuantitativo teniendo que hacer noche fuera.
De esta manera, empezábamos por El Escorial, Toledo, Segovia y Ávila, para más mayores ya viajar a Salamanca y Granada con pernoctas incluidas. El último curso tenia como objetivo excursionista Roma, que obsesionaba no solo a los participantes sino también al resto del instituto que aportaba ayudas organizadas en forma de tómbolas, actos culturales etc. para recaudar fondos para el Viaje de Fin de Curso. Yo no tuve la suerte de hacer este último viaje pues hice PREU fuera del Ramiro.
En las excursiones cortas era preceptivo y esperado un improvisado partido de futbol en algún “prao” ad hoc. Se celebraba ya de vuelta por la tarde y tengo recuerdo de uno en particular creo que fue a Segovia durante el que tuvimos un incidente que pudo ser gravísimo.
Un balón salio despejado por un defensa a una casa medio en ruinas aneja al prado, lloviznaba levemente pero no nos importaba acostumbrados a la “Finlandia” del campo de futbol del Instituto. Nuestro compañero Fuentes fue a recogerlo y se quedó pegado a un cable mojado cayendo al suelo enganchado con su brazo en alto y totalmente inmóvil. Se produjo una estéril jauría de gritos solicitando el corte de tensión, inútil allí no había nadie. Rápidamente, Victor Elviro intentó desasir el brazo del cable y sufrió una descarga considerable, veíamos que Fuentes se nos iba… angustioso, seguían los gritos y alguien que no recuerdo tuvo la inconsciente y visceral idea de pegar un patadón al brazo de nuestro compañero con la fortuna de despegarlo del cable. Fuentes muy aturdido fue recuperándose. El susto nunca mejor dicho de muerte y la “Omertá “funciono sin que se diesen por enterado los profesores de tan peligroso suceso.
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Luis Fernando Adrados Gautier
Echo de menos en la foto al profesor acompañante y responsable del curso. Siempre iba uno al frente del grupo en tales excursiones.
ResponderEliminarGracias por tu participación en el blog.
Vicente, según algunos de mis compañeros, en la excursión de la fotografía nos acompañan dos profesores, uno de los cuales se dice que era "Santiuste" y que es uno de los tres personajes centrales.
EliminarNo reconozco a ningún "profe".
EliminarBuenos días amigo Adrados:
ResponderEliminarLas excursiones de "El Ramiro", por casi todos son recordadas como unos momentos muy esperados y en general muy felices. El recuerdo imborrable que tengo es en 1º a Aranjuez. En 2º a El Escorial. En 3º a Segovia. En 4º a Toledo. En 5º a Salamanca (con una noche durmiendo allí). En 6º Granada (2 noches de pernocta). Lo pasábamos de maravilla y se nos hacía cortísima la excursión. Se pagaba una cantidad mensual y no había coste adicional. Preu era a parte. Era un viaje muy deseado pero tenía un coste. Las sesiones de cine y la tómbola más lo que daba el Instituto no era suficiente. Había que pagar creo recordar unas mil pesetas, cantidad alta para la época. Yo como tenía beca solicité una ayuda y recuerdo qué el Sr. Navarro, que lo organizaba, me llamó y me dijo: "dile a tu padre cuanto puede pagar y si no puedes pagar nada tú vas igual". Creo que pagué 400 pts. El viaje para mi fue maravilloso, por la cantidad e cosas que vimos, por la convivencia con los compañeros. No se me hizo largo (creo que fueron 16 días). Paco era el conductor de pullman (llamado así por su forma de pulmón). Los hoteles a mi me parecían magníficos y la comida buena y abundante. El Sr. Dellmans nos deleitaba las noches con sus narraciones sobre su experiencia en otros viajes y en el Ramiro. Lo del Padre Cuellar me parecía peor, amenazar con excomunión a quien leyese un periódico comunista. En fin cuando fue el 50 aniversario del viaje ya lo comenté en este blog ampliamente. Pobre Víctor, suerte tuvo con salir vivo. Francisco Aristegui Guindo falleció electrocutado en el Cine Tetuán, al tocar los cables del anuncio luminoso.
Manuel,....No fué Victor el damnificado, fué Fernando Fuentes. Gracias por tus documentados comentarios.
EliminarPerdón por el error.
EliminarGracias, Luis, por retrotraernos a las excursiones del Ramiro, pues no deja de ser un placer recordarlas a través de escritos como éste; solo hay que cerrar los ojos y percibir.
ResponderEliminar¡Pues sí que tenían peligro! El Dodge a Alicante que mencionas y que volcó, que casi se electrocutan dos compañeros... ¡Madre Mía del Amor Hermoso! Sin embargo, pese a la inseguridad inherente a aquellos vejestorios de autobuses y las carreteras, al final no pasaba nada. Desde luego, tanto Víctor como Fernando tuvieron suerte, por no decir que se salvaron de milagro.
Se me ocurre comentar la gran diferencia entre la época aquélla y la actual en cuanto a la sobreprotección; en los años 50 y 60 habría menos seguridad pero no nos preocupábamos. En cuanto a que alguno se cayese resbalando a un charco era algo normal y hoy a lo mejor a alguien le cae una denuncia por hacerse una herida o mancharse la ropa. ¿Seremos alumnos de otra época y encima supervivientes?
Querido Kurt, el citado y accidentado viaje a Alicante fué en el 57. Yo fuí de "pegote" acompañando a mi hermano Antonio, que junto a Frade recuerdo como los mayores de la 64, Conservo foto de los tres con el Sr. Escalona en la playa Alicantina. Saludos
EliminarRecuerdo que yo también fu a Alicante, allá por el 55 o 56, pero en tren y no en autobús. También recuerdo bastantes lloros en las despedidas de los papis que estaban en el andén; en aquella ocasión creo recordar que nos acompañó Dª María Luisa, acompañada de su hija, preciosa morenaza de 18 años. Yo me despedía con una gran sonrisa de mis padres y sin llorar, mirando de reojo a la interfecta y pensando para mis adentros lo bien que me lo iba a pasar en Alicante. Por cierto, querido Luis, os recuerdo muy bien tanto a ti como a tu hermano, pues me dabais envidia por ser morenos y yo tan rubio; debía tener el síndrome del patito feo...
EliminarA Granada fui en la doble faceta. En la excursión de sexto en 1962 y 10 años más tarde como profesor-delegado de 6º F. En los dos casos en el mismo hotel. El hotel Casablanca. Un hotel bastante humilde en una estrechísima calle del centro de la ciudad.
ResponderEliminarUn par de historias.
La primera tarde, nada más llegar, Ángel Gómez Ganzo, que era educador y que me acompañó, y yo dimos un rato libre hasta la hora de la cena. La visita cultural empezaba al día siguiente.
Llegó la hora de la cena con sorpresa. Al hotel había llegado otro colegio de niñas quinceañeras con enormes ganas de diversión.
Tras la cena se nos acercaron las profesoras para decirnos que algunas chicas y chicos querían ir a una discoteca y nos pidieron que sólo dejarían a sus niñas si los profesores del Ramiro íbamos también en labores de control. Accedimos y ya en la discoteca las niñas sólo querían bailar con los profes, cosa que por supuesto no hicimos. Éramos los profesores. Seriedad, señoritas.
Cuando estábamos preparando el viaje de vuelta, tras el desayuno, y pasamos lista para comprobar que estábamos todos, resultó que no estábamos. Faltaban tres. Comprobamos que los tres dormían en la misma habitación y fuimos a ver si estaban. Estaban. Entramos...y Ángel salió rebotado, mareado. Nos os podéis imaginar cómo olía aquella habitación. Recuerdo en un rincón, sobre una toalla, unos cuantos cigarrillos mojados en modo secadero. No preguntamos qué habían hecho...
El caso es que regresamos y conseguimos regresar los mismos que fuimos.
Buenos recuerdos; la primera pernocta en Salamanca que era algo emocionante y las entradas salidas de su plaza; de Granada tengo la imagen de todos dentro de las cuevas del Sacromonte, y respecto a Preu, el objetivo era Roma, pero no todos tuvimos la suerte, porque como había exceso de número se dividió la excursión en dos, unos a Roma y otros a Jaca y Lourdes, y como entre la puntuación contaba la antigüedad, y yo no estaba en el Ramiro desde la prepa, me tocó Jaca/Lourdes, y me parece recordar que, entre otros, a Kurt también. Por cierto Luis, tengo un recuerdo que no sé si es verdadero o simplemente es una de esas cosas que con el paso del tiempo crees que han sucedido pero no es así: ¿tenías la habilidad de girarte los párpados?
ResponderEliminarFrancisco González García
Hola Francisco en relación con la "revuelta de párpados" toda la familia Adrados era capaz de hacerlo y convertirse en monstruitos...seguramente se lo habrías visto hacer a mi hermano Antonio de vuestra promoción.
EliminarYo tambien viajaba en el viejo Dodge ,con direccion a una colonia que el Instituto tenia en Alicante.Nos atendieron con mucho cariño en el pueblo El Pedernoso,nadie quedo herido grave,pero muchos sufrimos diversos cortes en todo el cuerpo.Gonzalo S.del Cura.
ResponderEliminarEn numerosas ocasiones escuché a mi hermano Antonio hablar de tí como amigo y compañero. Saludos
EliminarEn el viaje a Italia,antes de salir del hotel de Roma,tuvimos que devolver los ceniceros ,de recuerdo, que habiamos acumulado durante el viaje.
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