24 julio 2020

LA CAMPANA DEL ZAR

... POR NICOLÁS PÉREZ-SERRANO JÁUREGUI


La Campana del Zar


Índice

- Desde tiempos de Rasputín ................................................................................  5
- Uno. La Campana ................................................................................................  9
- Un bronce nunca tañido ....................................................................................  13
- Dos. Kolia. Apariencias .....................................................................................  17
- El Kozlov que se dejaba aconsejar ..................................................................  19
- Tres. “Lechuza” o el Correo del Zar ................................................................  23
- Tatiana. Una aproximación a los Románov ...................................................  25
- Cuatro. Un escalador dentro de la campana ................................................  29
- Rasputín, un jlist particular, con dotes sobrehumanas ...............................  33
- Cinco. Tatiana trama un plan ...........................................................................  37
- Alejo, el zarevitch, varón, enfermo ..................................................................  43
- Seis. Operación aguja en un pajar ..................................................................  47
- La trama de los asesinos ..................................................................................  51
- Siete. Un intruso. Búsqueda del plano del tesoro .........................................  55
- Unas fotos acerca de Rasputín .......................................................................  61
- Ocho. Dieciséis pasos al oeste ........................................................................  65
- Verjoturie, la conversión ...................................................................................  69
- Nueve. De nuevo ante el pajar ........................................................................  73
- Pokróvskoie de mis amores ............................................................................  77
- Diez. El alcalde y cómo hacer desaparecer una buena parte del tesoro ..  81
- El contenedor, una matrioska .........................................................................  87
- Once. Revuelo en toda Rusia ..........................................................................  91
- San Petersburgo, el sueño báltico .................................................................  95
- Doce. Parte, junto al pavo real del Hermitage. El resto, paradero desconocido    99
- Otra Beria.............................................................................................................. 101





La Campana del Zar

Desde tiempos de Rasputín nadie se había ocupado seriamente de ella. Acumula año a año muchos visitantes, es cierto; pero no se habla casi nada de ella. Y ello choca: siempre se dijo que ocultaba un tesoro. Los rumores apuntaban a que tenía que ver con personajes y acontecimientos del tiempo de la gran revolución, la de octubre -para otros, noviembre- de 1917, esa que conmocionó el mundo, y que, medio año más tarde, acabó con la vida de los Zares. Quien más, quien menos todos en Moscú acariciaban la idea no ya de ponerse a buscarlo, sino de hallarlo, se supone que hacerse rico o cuando menos famoso, entrar en la historia, con mayúscula. Sobre todo porque la sospecha, casi convicción, era que, de haberlo, el tesoro estaría relacionado con elementos de la Historia reales (más bien “zaristas”, y perdónesenos el juego de palabras, que en todo caso serían “imperiales”) tales como el robo nunca confirmado, ni desmentido en tiempo y forma, de joyas de palacio, el más que posible embrujamiento de algún miembro de la familia Románov, la supervivencia de alguno de ellos tras la masacre de julio de 1918, la participación de Rasputín en esa desaparición de joyas de Alix, la zarina, y de sus hijas… Todo incógnitas pero que tenían, al menos en apariencia, conexión con la Historia de Rusia, con personajes de carne y hueso, con una época por demás convulsa, de deposiciones y asesinatos reales, de revoluciones con partidos bolcheviques y mencheviques, con una Corte pintoresca que, amén de nobles, daba cobijo a gente sin par y curiosa, a militares y santones, a primos de reyes y emperadores. Fasto, boato, riqueza, realeza;  mas también pasiones rastreras y odios que matan, pobreza, alcohol, traiciones, guerras y revoluciones, herencias y muertes, lucha sin cuartel por el poder, enfrentamiento bélico con otros países, Guerra Mundial, ocupación y miles de miles de soldados y civiles muertos, y alguna que otra enfermedad, sujeta a la medicina de entonces, pero también a prácticas menos ortodoxas, a imposición de manos de curanderos y santones.

Pero ¿por qué salían a la luz pública esos datos un siglo más tarde? Y, sobre todo, ¿qué relación había entre todo ello y el trágico fin del submarino nuclear de la Armada rusa ahogado, vaya paradoja, en el mar de Barents el 12 de agosto de 2000? La historia toma a veces caminos insondables, difíciles de seguir, y menos aún de interpretar o de aceptar. La gran campana de Moscú, los Románov, Rasputín, el Kursk… ¿todos amalgamados? Pasiones de personajes cuyos ropajes tienen polvo de la historia, del poder, de lo oculto, de la seducción, de ansias de riqueza. La realeza de los Románov parece que desapareció. Pero ¿se sacaron joyas de Petrogrado? ¿Dónde estuvieron durante esos cien años? ¿Es cierto que el Hermitage ya cuenta hoy con una muestra de aquéllas, adverada por el Alcalde de Pokróvskoie, el pueblo natal de Rasputín?

Kolia Kozlov, quizá también Románov, que ya se verá qué tipo de posible relación tenía con la familia imperial de ese mismo apellido, era depositario, acaso sin saberlo, de toda esta trama. La vida le iba a cambiar con un “legado”. Una herencia  relacionada con toda esta historia.


El desfile de los personajes de varias tramas irá desvelando cómo se superponen, aunque no se simultanean en el tiempo. ¿Es la “Lechuza”, o un familiar suyo, de verdad un Correo del Zar? ¿Qué significado tiene la Campana rota? ¿Cuánto da de sí el enfrentamiento entre las dos más subyugantes capitales de Rusia, Moscú y San Petersburgo?

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04 julio 2020

EL FINAL DE UNA ESPECIE


Cuento por Manolo Rincón.


Me desperté sobresaltado aquella mañana que yo suponía de junio. Tenía la boca seca y me habían agitado pesadillas durante la noche. Esto era normal en los últimos tiempos.
Por mi memoria solían pasar a gran velocidad los acontecimientos vividos en el pasado decenio. Recordé la expansión imparable de un insignificante virus que comenzó a matar a miles de seres humanos, ante el asombro y la impotencia de científicos y médicos.
Fue el primer aviso y los hospitales se colapsaron. Los ancianos fallecían a miles. Nadie sabía muy bien qué hacer. Vino la teoría del confinamiento que parecía entonces la única posible, nunca lo sabremos. Esto arruinó muchas vidas de gentes que quedaron en la miseria, sin que los fallecidos bajasen en número.
Los científicos no daban con la cura. El poder político dejaba de ser democrático por momentos y nos imponía una forma de vida dictatorial.
Luego comenzó a disminuir el ritmo de contagios. Sabíamos que los muertos eran muchos miles, lo sabíamos aunque nunca los vimos. Los más débiles sucumbieron de una forma espeluznante.
Se decidió volver a la normalidad, aunque ya nada fue igual. No había otra solución. El confinamiento no podía ser eterno. Usábamos mascarillas. Tratábamos de retomar los viejos hábitos, de que viniese el turismo, de que la economía funcionase de nuevo. Pero lo cierto es que cada vez había más gente hambrienta.
Comenzaron los disturbios sociales en las grandes ciudades. Ya nada era seguro.
La vacuna dijo tenerla alguna superpotencia. Y su mejor idea entonces fue vacunar a todo su ejército.
Ese fue el momento del gran desastre, pues el resultado de la esperada vacuna, fue muy diferente al esperado. Aunque se ocultó un cierto tiempo, los valientes soldados tuvieron una muerte horrible. Algo había fallado.
Las personas que compraron a precio de oro la vacuna estaban aterrorizadas y empezaron a morir. Pero los científicos constataron que la fuerza del virus había sido multiplicada por mil con la vacuna defectuosa.
La situación era dramática en todo el mundo. La cifra de fallecimientos era insoportable. Los servicios básicos fallaban, la cadena de distribución dejó de funcionar. Los científicos eran inoperantes y también ellos morían.
Era el momento de la gran decisión, mientras aún me encontraba bien. Recordé de nuevo la despedida de mi familia. Les deseé mucha suerte. Nunca olvidaría ya ese momento. Les di mis mejores consejos que sabía no pensaban considerar. Creían erróneamente que terminaría habiendo una solución. Y compré a un alto precio gasolina para mi coche.
Aún resuenan en mis oídos las órdenes absurdas del líder supremo para un nuevo confinamiento indefinido y me dispuse a escapar de la ciudad. Circulé por caminos secundarios esquivando las patrullas de policía y rodeando las poblaciones por las que fui pasando. Con mucha dificultad llegué a un pequeño pueblo castellano, que estaba abandonado.
No me fue difícil forzar la puerta de la casa que tenía mejor aspecto. Dentro se podía vivir con relativa comodidad. No había electricidad y el teléfono hacía días que no funcionaba. Tampoco se captaba ninguna emisora de radio.
Había agua abundante y como mis provisiones eran escasas empecé a ver que me ofrecía la naturaleza. Tenía a mi disposición árboles frutales y traté de cultivar una huerta abandonada.
Todos los días hasta hoy he dado paseos, pero no he visto rastro de vida en ningún lado. El coche quedó inservible. El tiempo lo pasaba pensando en lo que estaría ocurriendo en el mundo moribundo que había dejado.
He tenido tiempo de contemplar las estrellas, los planetas y las galaxias, visibles en las noches sin luna. Un espectáculo maravilloso y a la vez inquietante. La caída de estrellas fugaces es otro maravilloso espectáculo.
He ido llevando cuenta del tiempo pasado. Creo que 10 años han transcurrido desde mi llegada aquí. Mi aspecto ha cambiado. He tenido que hacerme ropas con lo que he encatrado en las distintas casas del pueblo.
Todo es silencio. Solo se oye el viento y algún pájaro. No he visto animales. Una vez avisté un perro y otra un caballo. Noto que me voy debilitando. Por ello escribo estas notas. Si en la novela de Wells los marcianos terminaban sucumbiendo por los virus, nuestro destino fue el mismo. Estos seres microscópicos habían terminado con la humanidad.
Tengo el convencimiento de ser el único humano vivo sobre el planeta. Nunca quise ponerme vacunas. Quizás eso me salvó.
Creo que estoy en el año 2031 y llega ya mi hora final. Lentamente me encamino al rio, donde algún pez había pescado para comer. Un rojizo atardecer me espera, con un sol poniente entre las lejanas montañas, como un incendio. Los recuerdos se agolpan en mi cerebro. Pronto pasaré a otro estadio. Tengo el convencimiento de que nuestra raza se ha extinguido y no de la manera apocalíptica en que creíamos sería el fin del mundo. De una manera silenciosa, un enemigo invisible sin hacerse notar a penas, ha terminado con nosotros. De nada han servido nuestros grandes avances de los que estuvimos tan orgullosos. Bien venidos sean los herederos de la tierra.
No sé si esta historia se ha repetido muchas veces a lo lago de eones de años o ocurre por vez primera. Es igual. El resultado es el mismo. Aquí me despido, aunque no se si esto será leído por alguien.

Creo que a junio de 2.031

LECCIONES PARA DESPUÉS DE UNA CRISIS Y UNA ALARMA CONSTITUCIONAL


POR NICOLÁS PÉREZ-SERRANO JÁUREGUI




A propósito de la pandemia del coronavirus: Lecciones para después de una crisis y una Alarma constitucional.


1ª.           No dejar de invertir en sanidad incluso en tiempos de vacas flacas.

2ª.           Ídem: no dejar de invertir en educación (tecnologizada).

3ª.           Ídem: no dejar de invertir en investigación.

4ª.           Hay que delimitar bien los campos de actividad y responsabilidad de técnicos y políticos. Si no, al confundirse, pueden generar esferas de impunidad. En ese mismo orden de consideraciones, también reportaría claridad que se definiesen bien, de manera que se pueda distinguir, tanto el campo de los asesores como el de la actuación de la línea de mando.

5ª.           Hemos de buscar mecanismos objetivos y eficaces para detectar las falsedades difundidas por las redes y poner medios igualmente válidos y legítimos para luchar contra ellas y descubrir sus posibles autores, que merecen repulsa sobre todo por actuar en tiempos de debilidad generalizada de instituciones y personas y por utilizar medios en que se diluye o desaparece la responsabilidad personal.

6ª.           (quizás la 1ª): La Constitución sigue muy viva. Es sabia. Es previsora. Sabía bien lo que hacía al redactar el artículo 116, y el 97, aunque de la “dirección política” del Gobierno cabe esperar mucho más. Hay suficiente delimitación entre los diversos estadios de lo que los clásicos del derecho público patrio denominaban “situaciones de anomalía en la vida del Estado”, sin deberse perder de vista que todos ellos suponen restricciones para el ciudadano justificadas precisamente por darse una realidad excepcional.

7ª.           En tiempos de desolación extrema no debe dejar de funcionar el Parlamento con asiduidad en sus dos capacidades mayores: la legislativa y la de control, por mucho que pierda viveza y matices si tiene que actuar sujeto a modelos de comportamiento y votación telemática.

8ª.           La coordinación de los poderes públicos resulta vital siempre, y urgentísimamente imprescindible desde el minuto cero en caso de emergencia. De lo contrario pueden incurrir en lo prohibido por el 9 de la Constitución de 1978, a saber, la arbitrariedad.

9ª.           Las palabras son claves: el 30 de enero de 2020 la OMS declaró que estábamos ante una emergencia de salud pública internacional, y el DRAE nos previene, pues emergencia es “situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata”. El Estado de Alarma se adoptó cuarenta y cuatro días después, el 12 de marzo. Frente a tal falta de reacción inmediata muchas consideraciones nos llevarían a analizar culpas, negligencias, dolos, responsabilidades, indemnizaciones. La responsabilidad primera es atender al lenguaje, cuidarlo. Si nos hubiéramos tomado en serio esa declaración de la OMS acaso no serían hoy tan devastadoras las cifras de la pandemia.

10ª.       Habrá que dar nueva dimensión o configuración a la distancia, en muchas de las cosas vestidas de “tele”. Es preciso aprender a “televivir”. El futuro estará lleno de ingenios que supuestamente nos facilitarán las cosas de esa manera.

11ª.       Grandísima atención tendremos que prestar al menos (para lo bueno, pero también para prevenirnos de lo malo que alberguen en su seno) a dos aplicaciones “negativas”, a saber la ingeniería inversa y la genética inversa, que a mí me producen honda preocupación. Alguien versado en estas materias tendría que enseñarnos sus potencialidades y posibles riesgos y consecuencias de todo.

12ª.       Sería bueno ahondar en la utilidad de las “mutaciones constitucionales”, que introducen cambios en los funcionamientos de los sistemas políticos sin llevar a cabo reformas formales de la Constitución. Habría que pensar a qué campos o materias concretas, con los máximos consensos posibles (no obviamente los de quienes quieren desgajar España con conductas apartheidistas), `podría aplicarse esa técnica de las mutaciones.

13ª.       Deberíamos pensar en el modo de introducir asignaturas obligatorias -cuya finalidad sería reparadora de nuestros vicios o malos hábitos- desde la enseñanza infantil. Una de ellas, según mi visión de las cosas, tendría que ser enseñarnos a ser eficaces, a no dejar sin terminar las cosas, a hacerlas con provecho para los demás, a no realizarlas con premura o precipitadamente. Es decir, una variante del “no todo vale”. Viene ello a cuento de cosas que suceden a nuestro alrededor y que se explican con arreglo a esos parámetros de conducta, que a todos nos deberían marcar indeleblemente hasta convertir esas malas maneras en excepción y a sentar lo contrario como norma general de obligado cumplimiento. Sería medianamente socializadora e introduciría valores de satisfacción por el deber cumplido.

14ª.       Habremos aumentado, con toda probabilidad, nuestro grado de dependencia respecto a ciertas adicciones. Algunas lo habrán sido incluso propiciadas por el teletrabajo. Otras, que obedecen a vicios o posiciones de antes, han gozado de mayor tiempo de dedicación. Maquinitas, móviles, toda gama de aparatos… No es sino un toque de atención, pero la reflexión me parece obligada. Acaso la diversificación de los ocios, especialmente para críos y jóvenes, también deba ocupar la mente de padres y educadores.

15ª.       En Estados muy descentralizados pero de una extensión territorial abarcable (lo es España) en épocas de crisis absoluta es remedio eficaz conjugar el mando único con fórmulas de coordinación con autoridades autonómicas y puede ser enormemente útil la reunión periódica de responsables sectoriales para intercambio de opiniones, información y exposición de métodos e ideas para hacer frente al problema. La colaboración coordinada se impone. Es una fase más desarrollada de la Conclusión 8ª.  Desde nuestro excesivamente imperante individualismo rechazamos muchas veces fórmulas de colaboración y de trabajo en equipo que no son en absoluto desdeñables.

16ª.       Aprender de gente como Marina: este autor y pedagogo, ante la posible modificación de los criterios para la concesión de becas escolares, propone un híbrido entre el socialismo de las oportunidades y la aristocracia del mérito. O de Borrell, Ministro de Asuntos Exteriores de la UE, que define a ésta como “la mejor combinación que hay en el mundo de libertades políticas, prosperidad económica y cohesión social”.

17ª.       Tendremos igualmente que aprender a apostar por otros equilibrios entre actividades y riesgos: no es bueno depender en un veinte por ciento del monocultivo Turismo, dios o panacea con el que desde los 60 del pasado siglo pretendemos explotar nuestro don, el sol y las playas… Yo no sé cómo se hace eso, pero creo imprescindible que nos replanteemos no pocos de los aspectos inmersos en la explotación de ese tesoro. Construcción (ladrillo) ha estado muchos años asociada con el turismo. Doble razón, pues, para mirar este sector con lupa, ideas claras y acaso planes en mano para una sana redimensión de las cosas.

18ª.       Como creo que no forma parte específica de ninguna de las anteriores, llamo la atención acerca del papel de los mayores en sociedades cada vez más ancianizadas. De una parte, muchos de ellos conservan hasta el final capacidades y experiencia que despreciamos por sistema. De otro lado, su reclusión en residencias ha de llevar consigo un replanteo de todas las esencias y condiciones, así como una redefinición de los requisitos a cumplir para que puedan desarrollar su cometido. Es cuestión lo sé, compleja. No por ello debe dejarse de lado, sin solución tras estudio meditado y partiendo de hasta hoy una acaso excesiva desconexión entre ese sistema de “reclusión” y la sanidad.

19ª.       Muy pocos -y los que lo hacen desenfocan la cuestión y muestran afiladísimos colmillos y fobias viscerales solo por el hecho de ser cosa española- son capaces de poner en tela de juicio ni las actuaciones de la UME ni de otras unidades de las Fuerzas Armadas ni la llevada a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Aun así, es lícito cuestionar algunas acciones de fuerzas de esa índole más cercanas a lo que todos entendemos por protección civil, de las que, al menos los Ejércitos, están alejados por no formar parte intrínseca de su función constitucional.

20ª.       Ignoro cuándo, pues la cosa puede que no vaya a más, pero acaso en determinado momento el Estado tendrá que legislar acerca del uso (partidista o por parte de ciertas organizaciones o movimientos) de los colores. Del rosa al amarillo, pasando por el morado y llegando al arcoíris parece que cada uno en su parcela trata de que el color elegido para su formación, de ese momento en adelante, quede reservado en exclusiva para ellos. Tal apropiación resulta inadecuada o injusta y un claro abuso que coarta libertades, ideas y hasta actividades, o genera indebidas asociaciones de ideas, conductas o incluso inclinaciones de cualquier tipo.

21ª.       Derecho y lenguaje deberían ir siendo cada vez más finos, ajustados, precisos, de cara sobre todo a su presencia en el complejo campo de la política. Ahí va un ejemplo: en la Mesa para el Diálogo con la Comunidad del Nordeste de España, debería dejarse claro que no es término correcto ni independentismo ni secesionismo, pues así, de forma indebida, se aludiría a un supuesto derecho a separarse; lo que más se aproxima a lo que definen ERC, JxCat y otros grupos ideologizados de ese cuadrante Nordeste de España es “apartheidismo” y segregacionismo. Estos términos no albergan ese componente jurídico mencionado, un derecho a… Históricamente algo similar se daba en movimiento o ideologías que pregonaban el convencimiento de una raza superior, o un territorio superior, o una sublime lengua superior. Las identidades territoriales no enervan la unidad de la Nación ni llevan ínsito un derecho a la desconexión. En Cataluña, como en el resto de España, reina la pluralidad de todo orden, pero pequeñas (o mayores) minorías, en procesos de sinécdoque o hipostatización, tratan por todos los medios de que se tome la parte por el todo.

22ª.       Asimismo tendremos que hilar fino en y ante Europa. Sin ellos acaso nos ahogaríamos sin remisión. En su seno hemos de hacer lo pertinente para que la ayuda que recibamos encuentre acomodo digno para su devolución en tanto en cuanto se nos exija, y en las mejores condiciones. Además, creo imprescindible apostar por bases de carácter europeo que centralicen insuficientes esfuerzos nacionales en campos muy heterogéneos pero todos con un sello que implica seriedad, competitividad, solidario buen hacer: por poner dos ejemplos, para buscar conjuntamente una vacuna anticovid19 y para adquirir material sanitario tipo mascarillas, etc. que ahorre dinero y busque calidad asegurada y ofertas competitivas… Habrá, obviamente, muchos más, que ahondarán en la conveniencia y necesidad de ir juntos en aras de la consecución de fines y objetivos comunes.

23ª.       Parece a priori buena idea contar con la opinión de 100 reconocidos economistas, sociólogos y científicos, a plasmar en un documento relativo a soluciones y medidas concretas para la España postcovid y que yo llamo “el año de la postdemia”, para definitivamente vernos libres de ese mal que nos asola durante todo el 2020. Habrá que conocer su composición, altura profesional y la capacidad que tienen en esos terrenos, incluso en el de conseguir consensos en sus propuestas y definición (y cuantificación) de prioridades, así como el coste de esta iniciativa del Presidente del Gobierno, aunque algunos sueltos de la prensa apuntan que no se retribuirá económicamente ese trabajo. En todo caso, aplaudimos esta iniciativa que ayuda a realizar lo que plasma y prevé el artículo 97 de nuestra Constitución y que en teoría política se corresponde con la competencia del Ejecutivo para fijar el rumbo del “indirizzo” o dirección política. Lo mismo digo de la creación de un núcleo de expertos para analizar -los indicios apuntan a que funcionará en el entorno de la Vicepresidenta Calviño- las carencias (muy relevantes por estar inmersos en la era de las telecomunicaciones vía internet) de la protección del usuario de instrumentos digitales.

Hasta ahí unas cuantas reflexiones. La invitación es a que otros sumen, resten, perfilen, etc. lo que tengan a bien hacer al respecto. Acaso “Aula 64” pueda resultar plataforma adecuada, en el formato que consideren oportuno los miembros de nuestro inefable “Comité de Dirección/Coordinación”, para la discusión de todo ello.

Nicolás Pérez-Serrano Jáuregui, en los días finales del “Estado de Alarma”, junio de 2020.