21 julio 2022

LA HERMANA FEA

 ... por Vicente Ramos


Os informo de la próxima presentación del libro de nuestro compañero Ildefonso Arenas titulado La Hermana Fea.

 


Tal presentación tendrá lugar el día 14 de septiembre a las 19:00 horas en el Instituto de Ingeniería de España. Le presentará el teniente general Monforte, vicedecano del colegio de ingenieros de armamento, dado que el libro trata, entre otras cosas, de armamento muy siniestro...

Ni que decir tiene que estamos todos invitados a la presentación, por lo que los interesados podeis ir ya anotando en la agenda fecha y hora de la misma.

Abrazos a todos de parte de Alfonso y mía.


20 julio 2022

COLADURA EN EL CINE

 

POR ELOY MAESTRE 

Éramos muy jóvenes Moncho y yo, diez o doce años calculo; ambos asistíamos a la misma clase en el Ramiro de Maeztu, nuestro querido Instituto de Enseñanza Media madrileño.

Inseparables dentro y fuera del Instituto, nos unía la pasión por el cine. Amábamos especialmente los cines de sesión continua de nuestra época: dos películas cada tarde, al menos tres horas de cine. Si tenías tiempo y te gustaba especialmente la primera o entraste a media película y desconocías sus inicios, podías repetir y verla completa o hasta donde hubieses llegado.

Eso era posible porque las butacas no estaban numeradas. Sólo constaba en ellas la fecha del día y la ubicación: entresuelo o butaca de patio. Nosotros y la mayoría de los jóvenes, siempre en entresuelo en el piso de arriba, más barata que la butaca de patio.

Mi amigo Moncho era vivo como una ardilla e ideó la forma de colarnos en ese cine sin pagar.

La peculiaridad del López de Hoyos era que carecía de bar, o si lo tenía, que no lo recuerdo, en él no se vendían polos. Así que en los descansos de cada película se presentaba un polero con su carrito y colocándose a la puerta del cine confiaba en que los espectadores, avisados por la costumbre, salieran del cine a comprar sus polos y se reintegraran a sus butacas después a seguir viendo películas.

Nosotros habíamos ido al cine pagando las entradas otras veces, pero Moncho pensó ahorrarnos la entrada y a la vez chupar polos. Llamábamos de hielo a aquellos polos, que aspirabas con fuerza unas pocas veces y absorbías la esencia: menta, fresa y limón eran las más habituales, dejando la blancuzca masa de hielo a tu disposición para morderla o chuparla y refrescarte la boca.

Moncho y yo nos apostábamos en la esquina del cine que daba a otra calle, fuera de la vista del acomodador que salía a la puerta vigilando a los espectadores consumidores de polos, y en cuanto Moncho percibía la mejor coyuntura: distracción del acomodador o concentración de espectadores, nos metíamos a la cola de los polos con los demás, adquiríamos el nuestro y entrábamos al cine tan campantes, chupándolos junto a los espectadores paganos. No era necesario mostrar la entrada al acomodador, y de esa forma nos colábamos mi amigo y yo.

Un fenómeno, Moncho.

 

 

Eloy Maestre Avilés

 

eloymaestremadrid@gmail.com