30 marzo 2021

EL CAMINITO DEL REY

 ...POR KURT SCHLEICHER            

   Desde hacía varios años intentaba encontrar el momento de recorrerlo, pero la afluencia de turistas había crecido de tal forma que en los momentos óptimos (primavera y otoño) era dificilísimo reservar; confiar en acceder al limitado cupo disponible por día era también un riesgo y obligaba a pasar la noche allí mismo. Me enteré que en algunos hoteles proporcionaban billetes reservados, pero había que reservar con mucha antelación. Saliendo de Madrid, el lugar estaba lejos, pues se localizaba en El Chorro, provincia de Málaga, a más de cinco horas en coche, lo cual lo hacía más incómodo todavía. Lo ideal parecía ser prever varios días.

   Por fin, en 2019 averigüé dos cosas interesantes: la época de menor afluencia era el primer trimestre del año (a condición de hacer buen tiempo, pues con viento, tormentas o lluvia abundante el camino se cerraba) y la segunda que había una oferta de Renfe que permitía acceder “en el día” con un cupo generoso, siempre y cuando se durmiese la noche anterior en Málaga (u otro lugar comunicado por ferrocarril) y madrugar, por supuesto. La confluencia de estos eventos se nos dio en la última semana de febrero de 2020, en plena época de pandemia en Wuhan, pero que por entonces estaba “muy lejos”, según los medios de comunicación. Decidimos viajar pronto el día anterior, visitar Málaga y hacernos con una mascarilla, por si acaso. Primer aviso: no encontramos mascarillas en ninguna farmacia.

    En cualquier caso, esta excursión fue la última antes del Covid19 y los sucesivos confinamientos. Y hasta hoy…

    ¿Por qué resulta tan atractivo el Caminito del Rey?

    Pues porque existe desde hace más de un siglo, recorriendo unos precipicios impresionantes con unas vistas espectaculares entre desfiladeros de más de 300 metros de profundidad y en algunos zonas de menos de 10 metros de distancia a la pared de enfrente. El problema de visitarlo en épocas anteriores era el estado de abandono del camino, realmente peligroso, siendo muy conveniente tener cualidades de escalador y ningún vértigo. Por fin, desde 2016, el Camino ha sido remozado, convirtiéndose en la actualidad en uno de los primeros atractivos turísticos de Málaga; me figuro que el gasto de restauración habrá sido compensado sobradamente desde entonces, a la vista del éxito. Cierto es que las tareas de mantenimiento y organización requieren costes inevitables, pero con la afluencia asegurada para todo el año y con reservas de varios meses antes en épocas críticas, se seguirán compensando estos costes.

    Hagamos un poco de historia.

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29 marzo 2021

EL MISTERIO DEL RAMIRO

 

... Por Manolo Rincón.

El cuento que os propongo es fantástico, pero puede suceder algún día. Está relacionado con el Ramiro y espero que os distraiga y os haga soñar. Leer en:

 

https://manuelciudadano.blogspot.com/p/cuento-ramiro.html

27 marzo 2021

MI ESPECIAL TEORÍA DEL TORO BRAVO Y ESO QUE LLAMAMOS TOREAR

 

...Por Antonio Alcántara

Entre un toro bravo y un perro hay muchas diferencias. Muchas pero no tantas como, en un principio, podemos creer. Los dos son animales irracionales, domesticados por el animal racional, el hombre. Uno herbívoro, el toro, mientras que el perro es carnívoro, mejor dicho, omnívoro. Feliz si pudiera comer lo mismo que sus amos. Si el toro hubiera sido carnívoro, la fiesta nacional no existiría y los toros estarían en los circos o no estarían. Inteligencia no tiene ninguno de los dos pero listeza, sí. Y, en listeza, el perro le da mil vueltas al toro. El perro es el animal más listo de la creación. Desde el primer momento supo de qué lado se tenía que poner. Y decidió convertirse en "EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE". Recordad la historia de Babe, el cerdito que quería ser perro pastor como única solución para sobrevivir. Si, ya sé que existe alguna cultura oriental que come perros, pero son las menos.

Los dos, toro y perro, tienen armas con las que defenderse, cuernos astifinos el toro y dentadura fuerte el perro. Y, aunque hay perros de gran tamaño, éste, el tamaño, es un hecho diferencial claro de ambos animales. 

Y, ahora, me vais a permitir que os presente a CURRO. Curro fue nuestro primer "hijo", de Montse y mío. Nos acabábamos de casar y eso de tener perro había sido uno de los grandes deseos de Montse. Cuando le decían sus padres que qué quería por su santo o por su cumpleaños ella respondía que un PERRO VIVO, pues harta estaba de los de peluche. 

CURRO era, antes de deciros la raza, RAMIREÑO. Nació en los primeros días de 1971 y lo hizo en una de las pequeñas cuevas que lindaban con el canalillo que estaba frente al Internado Hispano Marroquí en el Instituto Ramiro de Maeztu. Yo decía que era braco de raza, pero era algo mestizo. Su madre, a la que llegué a conocer, era bastante grifón. Curro era un perro guapo. De color marrón intenso y con corbata blanca que indicaba su mestizaje. Y bueno. Fue un buen amigo. Montse lo crió a biberón, que hervía previamente. Curro,de alguna manera, sirvió a Montse de entrenamiento para la que se le iba a venir encima. Montsita en el 72, Juan Antonio en el 74, Beatriz en el 76 y Pepe, el último, en el 79. Curro fue un ejemplo claro de las bondades de criar a los hijos en compañía de un perro. Cuando llegaba la hora de la merienda y los niños se sentaban en el suelo a ver dibujitos en la tele, él se sentaba junto a Juan y, apoyando su cuerpo en el del niño, se dejaba pasar el brazo de Juan por encima, como dos amiguetes. Y, además de los dibujitos, algo de merienda caía.

Y a lo que vamos.

Curro pasó largas temporadas en una casa que, por aquellos entonces, tenían los padres de Montse en la Moraleja. Allí pasábamos los veranos. El cuidado jardín de aquella casa era "su territorio", pero en cuanto veía la puerta de la parcela abierta, el puñetero perro se escapaba y volvía al cabo de las horas hecho una guarreria.

Y de lo que os voy a contar ahora tengo testigos. Que Luis Herraiz y Ángel Gómez Ganzo vinieron alguna vez a pasar la tarde con nosotros.

Curro tenía una pequeña alfombrilla de pelo largo en la que dormía, con la que jugaba y a la que, si era menester, se pasaba por la piedra. Alfombrilla para todo.

Y, con aquella alfombrilla, doblada por la mitad, para que cogiera dureza, en el césped cuidado del jardín de aquella casa, Curro y yo jugábamos a torear. Con la mano izquierda le adelantaba aquella especial muleta, Curro esperaba el cite y embestía persiguiendo su alfombrilla que daba gusto. Terminada la serie con el de pecho, Curro esperaba, jadeante, la siguiente. Estaba jugando conmigo a ver si me quitaba su cama, su juguete, su novia. Cuando conseguía pillarla montaba la de dios. "Te la quité"

Alguna vez que Luis o Ángel lo intentaron, Curro tardó un suspiro en engancharles la alfombra. Si hubiera sido un toro, cogida segura.

Y ahora, hablemos del toro bravo.

Tranquilo en su hábitat natural, la dehesa. Suele estar agrupado con sus compañeros, si hay que correr un poco se corre, si hay que comer, se come. Admite con naturalidad la presencia de otros animales como el caballo o el perro y la presencia del ser humano tampoco le incomoda. Como si creyera que el ser humano está ahí, a su servicio. Echa de menos a las chicas, cosa que comentan entre ellos con frecuencia. Se habla de un abuelo que, tras un viaje a un lugar desconocido, al regresar, lo rodearon de chavalas. Y no saben más.

Hasta que un toro bravo sale a la plaza por la puerta de toriles ha tenido que recorrer un camino no demasiado agradable para él. Ha visto como, sin venir a cuento, era separado del grupo grande en el que se encontraba a gusto. Ahora son sólo seis-siete-ocho. Y no todos sus mejores compis. Lo han metido en un sitio estrecho, incomodo, que, además, se mueve. Como si estuviera yendo a algún sitio. Pasado un tiempo, eso que se mueve se para, lo bajan y se ve con el resto en un sitio cerrado, que nada tiene que ver con el campo abierto del que le han sacado. El colorao le ha dicho no sé qué y, como están inquietos, a la primera que salta, se han medio pegado. Poca cosa. Y, de repente, le echan agua, bastante fuerte, por encima. Lo introducen, de nuevo en un lugar muy estrecho y oscuro y espera. Por lo menos eso no se mueve.

De pronto, suena una especie de música, se abre la puerta, le hacen salir, está oscuro y siente en su lomo que le han clavado algo. No duele demasiado pero se le empiezan a inflar los hocicos. Al fondo se ve luz y avanza hacia ella con una mezcla de curiosidad y temor. 

Si a Curro, cuando jugábamos a que no me quitara su alfombrilla, en un momento determinado,  le hubiese pinchado con un alfiler, un poquito solamente, me habría mirado con cara de ESTO NO ES, O me habría mordido, como aquel triste día que se rompió una pata. Yo colaboré algo. Resulta que Curro, cuando veía que cogía su correa, aunque siempre lo saqué suelto, o le pronunciaba la palabra CALLE, YA, pero YA, tenía que estar saliendo con él por la puerta. Su mecanismo de hacer pis se había puesto en marcha. Y ese día, cuando estábamos abriendo la puerta de casa, sonó el teléfono y lo cogí. Y me puse a hablar. Y Curro, a mi lado, saltando como un loco con cara de QUE ME ESTOY MEANDO. Lo toqué ligeramente, para apartarlo, cayó de mala manera, quejándose y al agacharme a ver que le pasaba me mordió la mano. Poco, pero me mordió. Era un NI SE TE OCURRA VOLVERME A TOCAR. Se había roto la pata izquierda. Qué fatalidad. El primer veterinario, el de las vacunas, intentó arreglar el destrozo metiendo un clavo largo en el hueso roto. Pero era una mala solución. "Es una fractura de pico de flauta. No va quedar más remedio que sacrificarlo" me decía el inútil. Curro acababa de cumplir su primer año y no estábamos dispuestos a perderlo sin lucha. Menos mal que algo hizo bien el de las vacunas. "Si hay alguien que pueda curarlo es Miguel Ruiz, en Avenida del Mediterráneo". Y el doctor Ruiz, gracias doctor Ruiz, que no sé si sigue o no, la clínica si existe aún, le puso una placa, lo escayoló y lo tuvo ingresado en su hospital canino más de un mes. Cuando nos lo devolvió, Curro caminaba con una ligera cojera en la pata operada, cojera que lo hacía más interesante.

Y el toro, con ese pinchacito molesto, sale a la zona de luz. Ruido, mucho ruido, y unos humanos, los conoce, ha estado con ellos, vestidos raramente eso sí, le agitan trapos a lo lejos. Y él acude a los trapos con intención de quitárselos de las manos... Está jugando, como Curro. Y le cuesta trabajo conseguirlo, pero cuando lo logra, cornea el trapo con saña. Por fin lo ha logrado. Y aparecen unos caballos. También los conoce, pero estos van, también, raramente tapados. Y con los trapos, que esta vez no consigue pillar, lo acercan al caballo, como si quisieran que lo embistiera. No tiene nada contra el caballo, pero lo embiste y al hacerlo siente que le clavan algo algo arriba que sí, le ha dolido más. Y empuja. Y cuanto más le duele, más empuja. Y le siguen enseñando trapos, siguen queriendo jugar y él sigue persiguiendo el trapo. Pero ya no van a parar de clavarle cosas. Y, aunque sigue queriendo jugar, cada vez se siente más cansado. Y no quiere jugar más, y descubre al que vestido raro le mueve el trapo y quiere alcanzarle con sus cuernos, pero no lo consigue. Acaba de sentir un pinchazo que ha llegado más dentro, mucho más dentro que los anteriores. Y se empieza a encontrar mal, muy mal. Y cae al suelo. Y ya no siente nada...

...y, de repente, despierta en una infinita dehesa, lleno de muchos, muchísimos toros, y nota que se siente a gusto, que no le duele nada, en la gloria...

...Y es que el cielo de los toros bravos EXISTE.

CURRO, nuestro querido CURRO, vivió trece años. Nos acompañó hasta 1984. Me lo imagino correteando por otro infinita pradera, rodeado de miles y miles de perros, es posible que jugando en compañía de HEIWA y WINNIE, las otras dos perritas que nos acompañaron, más tarde, en nuestra casa, con nuestros hijos... 

...Y es que el cielo de los perros buenos TAMBIÉN EXISTE.

24 marzo 2021

DICEN QUE SE HA MUERTO GARIBALDI

 

...POR JOSÉ LUIS TORRALBA MARCO

 

 

Ramiro de Maeztu; curso 52-53 del pasado siglo XX. En “tercero” teníamos de profesor de ciencias a D. Joaquín Ortiz Muñoz, hombre que, con independencia de su vínculo fraterno con nuestro Director, era persona mediática (tenía un programa de divulgación médica en Radio Madrid, que se llamaba “Plasmón”) y sobre todo, tenía muy mal carácter; fama merecida de “hueso” y de poco “filing” con el alumnado, al que yo tenía el honor de pertenecer por aquel entonces; su apodo era “Don Célulo” por su reiterada referencia a tal minúscula parte de nuestro organismo, además de todos los huesos, músculos y vísceras que se empeñaba en describir al dictado, que nos apresurábamos a manuscribir,  sin posibilidad de error, porque no se repetía nunca.

 

Hay que aclarar previamente que, en el laboratorio de Ciencias del Instituto, que creo, -han pasado muchos años- estaba en la última planta, había entre otras cosas curiosas,  por ejemplo un feto en formol, fósiles, minerales etc. un esqueleto autentico, esto es, digamos, de cuerpo presente, no de plástico que, por aquel entonces, no se prodigaba demasiado, ni bajo el nombre de “plexiglás”, esto es, un esqueleto, como se dice ahora,  “por su sitio”,  no de “carne y hueso”,  esto es, de hueso, mondo y lirondo.,

 

Un buen día, aparece Don Célulo en clase;  serio –como siempre-; mirada adusta –como siempre-, pero esta vez mas; ahora diríamos, “cabreado” y nos espeta, sin mas: 

 

“En el laboratorio de Ciencias, teníamos un esqueleto”  (Silencio)

“Pero vinieron los “barbaros del norte”….Y rompieron el esqueleto….”

 

No recuerdo las diatribas que siguieron al caso, dedicadas a los barbaros del norte que sin duda fueron aquellos que, todavía en el campo abierto de asfalto que estaba a la izquierda del edificio principal, cogieron al esqueleto y se lo bajaron a no sé qué partido, que posiblemente sería importante, contra el Madrid, el Estudio o qué se yo.  En todo caso eran los antecesores de lo que luego ha sido la “Demencia”. Y lo que está claro: lo llamaron “GARIBALDI” que, desde entonces, había muerto.

 

Bueno, si no muerto, por lo menos, se había roto….

21 marzo 2021

VALENCIA. EL CABANYAL-EL GRAO, AHORA

 ...POR JOSÉ LUIS CERDÁN


El Cabanyal es un barrio de Valencia a orillas del Mar Mediterráneo. vecino de la Marina de Valencia, zona lúdica del Grao y de la Playa de la Malvarrosa.

Hasta finales del S. XIX tuvo un Ayuntamiento independiente denominándose Poble Nou del Mar, estaba integrado por tres núcleos: Canyamelar, desde las instalaciones portuarias hasta la acequia del Gas, dónde en su tiempo se cultivó la caña de azúcar, de ahí la denominación, Cabanyal propiamente dicho, entre la acequia del Gas hasta la de los Ángeles y Cap de França, entre la acequia de los Ángeles hasta la de Vera. En esos últimos predominaba la pesca y los cultivos hortofrutícolas.----

continua:   https://13escultor.blogspot.com/2021/02/2021-02-17-valencia.html

15 marzo 2021

PESADILLA EN PINAR STREET

 

...POR KURT SCHLEICHER


   Al cabo de más de medio siglo me he decidido por fin a revelar esta aventura, de la que podría no haber salido sano y salvo. Lo que no quiero es desvelar mi identidad. Pertenezco a la Promoción del 66 del Ramiro y me he enterado recientemente de la existencia de la agrupación de la del 64, con su blog y todo. He pensado que no estaría de más que finalmente esta historia salga a la luz en este blog que asimismo se dedica a servir de cohesión a los diferentes artículos, sean del Ramiro o no. La historia se la he enviado a uno de los autodenominados “dinamizadores” de la Promoción 64, a condición de que no revelase nunca mi nombre; prefiero quedar en el anonimato. Le pedí a Kurt que la escribiera, pues nunca se me ha dado bien expresarme por escrito. A cambio, él me pidió que a partir de lo que le contara, prefería redactar mi historia en primera persona, expresando mis impresiones personales como si yo la hubiera escrito, ya que en su opinión quedaría mejor así y no que él la contase de segundas.

   No recuerdo con precisión la fecha del sucedido, pero creo que fue a principios de la década de los sesenta. Procedo de una familia de espeleólogos y quizás eso influyó en mis afanes de descubrir e investigar las interioridades de cualquier cueva con la que pudiera toparme. La verdad es que nunca he sido buen estudiante y ya era conocido por mis “pellas” a la mayoría de las clases, lo que me había creado cierta mala fama. Siempre me atrajeron los alrededores de lo que se llamaba el Canalillo y ya había recorrido toda aquella zona. Me había enterado que por las laderas de lo que se llamó los Altos del Hipódromo debía de haber restos de la Guerra Civil, del bando republicano, que debieron de construir cuevas desde las que montar defensas desde una posición elevada para rechazar potenciales ataques de los nacionales. Me pareció haber detectado desde lejos unos huecos o entradas de cuevas que podrían coincidir con estas defensas.           

.../... PARA SEGUIR LEYENDO:

https://interesactualidad.blogspot.com/2021/03/pesadilla-en-pinar-street.html

08 marzo 2021

PUBLICACIONES DEL PADRE MINDÁN (D. MANUEL MINDÁN MANERO)

 

...POR PACO ACOSTA

 

(Si no se ha leído ya, véase La Producción bibliográfica de nuestros profesores, en donde se fundamenta esta serie de artículos. Hasta ahora se compone de:

 

1.-  Publicaciones de D. Antonio Magariños

2.-  Publicaciones de D. Luis Ortiz Muñoz

3.-  Publicaciones de D. Rafel Ybarra

4.-  Publicaciones de D. Jaime Oliver Asín

5.   Publicaciones del Padre Mindán (D. Manuel Mindán Manero)

 

y espero seguir…)

  

Según la BNE es autor de 21 obras y participa en otras 5. A este respecto Antonio Jiménez García, en su trabajo “Vida y obra de Manuel Mindán Manero. Sacerdote, profesor y filósofo”, dice <<La obra publicada por el P. Mindán no es muy numerosa, pero sí muy selecta>>. Indica el autor que, además, publicó cuantiosos y enjundiosos artículos filosóficos en prestigiosas revistas (que sería prolijo enumerar aquí ya que el objetivo de esta serie es recopilar principalmente aquella producción bibliográfica que ha tenido una edición independiente).

 

Las publicaciones mas importantes, los libros, las he ordenado por la fecha de su primera edición, y en último lugar he situado las “separatas”, de unas pocas páginas, que supongo se refieren a temas de cierta relevancia, en su contenido o en su tratamiento, y que por tanto han merecido ser extraídos de su lugar original y publicados independientemente. Lamentablemente, en estos casos, aparte de sus referencias, me ha sido casi imposible encontrarlas… ¡Queden ahí, a modo testimonial de su existencia! Aunque me imagino que habrá muchas más… 


En lo que nos afecta, como antiguos alumnos del Ramiro, hay que destacar que el Padre Mindán fue el segundo profesor, tras D. Tomás Alvira, en publicar un libro sobre el Instituto Ramiro de Maeztu.

 

DESCARTES: Reglas para la dirección del espíritu   [1935]

Traducción del latín por Manuel Mindán

Libro, 181 pág.,

Madrid, Revista de Occidente

Tamaño: 18 cm.



 Para continuar leyendo: 

https://interesactualidad.blogspot.com/2021/03/publicaciones-del-padre-mindan-d-manuel.html


01 marzo 2021

ERIS, LA DIOSA

 ...Por Ildefonso Arenas

Primer día de vacaciones. Ya tenía yo ganas. De aquí a primeros de julio, vi­da idí­lica. Pastoril. Con un calor que te cagas, eso sí. Mojácar-Turre-Car­bo­­ne­ras, en junio, es como el Sahara. Luego aún es peor, pe­ro no estaremos aquí. Será el tiempo de ir por América, para que nos mi­­­ren los dientes y visitar a tía Livy, que tiene un ran­cho cerca de San Anto­nio. Eso será en julio. Ahí nos se­pararemos. Este año, por pri­­me­ra vez, salgo al mundo sin no-pa­dres. Deirdre, Miriam y yo. Las tres aca­­bamos de cum­plir die­­ci­sie­te. Somos ami­gas porque sus padres y mis no-pa­dres también lo son, no porque ten­ga­­mos de­masiado en común. Son idiotas y me aburren, pero mis no-padres to­da­vía no se atreven a dejar­me ir sola por la Europa degenerada. Pensa­­mos tirar­­nos seis se­manas de va­ga­bun­­deo total, nue­ve países para nosotras solas. Nos juntare­mos en Zü­rich, donde vive mi no-abue­la, la madre de mi no-ma­dre. De allí a Tromsö en avión, que Mi­riam tiene allí a su chico, y des­­­de ahí, siempre por tren, condición que hu­­bi­mos de aceptar o si no se jodía el plan, Ber­­­gen, Oslo, Copenha­­gue, Hamburgo, Berlín, Praga, Viena, Venecia, Roma ‑de donde Deirdre se ha jurado no salir en­te­ra; no es mi caso, que bien vacu­nada estoy‑, Florencia, la Riviera, Sitges y por fin, que ya se­rá me­diados de septiem­bre, Sierra Cabrera otra vez.

         A estas alturas ya se habrán imaginado que pobres de pedir no somos, ¿verdad? Muy cier­to, aunque tampoco somos esa clase de millonarios deficientes cuyos fortunones sólo les dan para deambular por la vida inmer­sos en la vaciedad de sus cerebros. En realidad, tampoco somos tan millonarios. Mis no-pa­dres trabajan, y lo hacen por la pasta, no por devoción, que podríamos vernos justi­tos si de­jaran de cu­rrar. Una vez le pregunté a mi no-ma­­dre cuán­to tenía­mos, y tras asegurarse de que sólo era un ra­zo­na­ble interés por saber si po­dría ir a Har­vard o si, por el contrario, debe­ría conformarme con Granada, me ase­­gu­ró que sí, que po­dría, y que por menos de veinte millones no se nos ahorcaba.

         Mi no-madre pasa por ser una temible analista de inversiones. Trabaja por libre, pe­ro ca­­­­­si to­do lo que hace se lo compra la UBS. No sale de casa. La buhardilla, que es inmensa, es don­­de opera. Una docena de PC's conectados a to­do lo imaginable. Esa es otra, la co­ne­­­xión. Sie­­rra Ca­brera se reparte a lo largo de un conjunto de montañas perdidas en la nada, entre Turre-Mo­­jácar-Carboneras y la A-7, y pese a lo mu­cho que el ayuntamiento se afa­­­­na en mimar­nos ‑no porque nos ame; sólo sucede que de aquí sale bue­na parte de su presupuesto, y el alcalde tie­ne cla­ro que o nos cuida o nos lo montamos en propio, nom­­bra­mos leh­en­da­ka­ri y nos segregamos‑ la infra­es­­truc­tu­ra no es la que debería ser, así que somos mu­­chas las familias con en­laces por saté­lite. Gracias a eso mi no-­ma­dre se mantiene todo el tiempo co­nectada, como si esto fuera Lon­don, o Fran­k­­­furt, o Zü­rich. En otros tiem­pos no ha­bría podido, por­que ni las comuni­ca­cio­nes eran las de hoy ni las empresas fa­cilitaban sus datos co­mo lo ha­cen ahora. Unos tiem­pos don­de ha­bía que fastidiarse y asistir a las con­fe­ren­cias de analistas, tragarse unos rollos mo­nu­men­­tales aunque para nada, por­que nadie les libra­­­­ba después de pasarse horas investigando papelo­tes hasta encontrar Los Nú­­me­ros. Los buenos, los que importan a los analistas. Las em­presas, hoy en día, ya se han ren­­di­do. Sa­ben que po­­nér­se­lo di­fícil a las arpías como mi no-madre sólo sirve pa­­ra ma­chacar el pro­pio va­lor, así que casi todas ha­bi­­li­tan websites de acceso restringido don­de los analistas acre­ditados dan con lo que buscan sin moverse de sus casas. De sus Arcadias. Bueno, esto no lo he di­cho, pero nuestra ca­sa, que sin ser de las más gran­­des sus dos mil metros habitables si tendrá, se lla­ma precisamente así: Ar­ca­dia.

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