18 enero 2021

LA AMISTAD COMO FORMA DE AMOR

...POR VICENTE RAMOS

A raíz de la lectura del libro de Juanito Corbalán, mi compañero por unos años, mi amigo para toda la vida, El Baloncesto y la Vida (http://tricente.blogspot.com/2014/11/el-baloncesto-y-la-vida-libro-de-juan.html), se me quedaron grabadas estas palabras que reproduzco a continuación; “Dar y recibir amor, en cualquiera de sus formas, es lo que nos mueve, lo que nos mantiene vivos”. Este párrafo, incluido en el capítulo “Aprendimos a Querernos” y en el que refiere como un grupo de deportistas de alta competición se hicieron mejores deportistas y personas y encontraron la unión exigida para conformar un equipo de élite, me hizo estar bastante tiempo a la búsqueda de lecturas acerca de la amistad. La amistad como forma de amor.



       Escuchaba hace poco a una neurocientífica americana, Helen Fischer, 
       quien entrevistada para el programa divulgativo Aprendemos Juntos,                      respondía así a la pregunta ¿qué es el amor?.

El amor, respondió, estimula tres circuitos cerebrales que denominaremos del deseo erótico, en el que se recibe información de la atracción que ejercen en nosotros individuos del sexo contrario, bien sea hombre, mujer o people in-between.

A continuación, cuando hemos elegido la pareja con la que deseamos unirnos surge el amor romántico, que activa más circuitos neuronales, y el deseo se complementa en una idealización de la persona elegida y objeto de nuestro amor romántico.

Seguidamente en el tiempo, explicó que el tercer circuito que se estimula y al que llama amor de apego (attachment, lo denomina en inglés), surge cuando hay una relación de mutuo entendimiento, o cuando la pareja es amiga, deseando compartir la vida juntos.

Saliendo ahora de la descripción de esta científica y entrando en nuestras normales vidas, somos capaces de comprender que la convivencia con la pareja se cimenta en las tres patas de este banco. Cuando falla una de ellas, la convivencia se deteriora, bien sea por mala relación erótica, por falta de idealización y cariño romántico o por falta de amistad o compañerismo en la pareja.

Acudiendo a los filósofos griegos, también en aquella época determinaban tres tipos de amor y alguno citaba un cuarto. Este cuarto es el amor natural o Storgé, que podemos percibir en el cariño de una madre hacia su hijo o las múltiples variaciones que de este amor se nos puedan ocurrir.

Con similar definición al anteriormente citado en primer lugar por la científica, describían el Eros; al que aquí antes denominamos romántico lo llamaban Agape (¿recordáis la canción de Mikis Teodorakis cantada en Eurovisión por Nana Moskouri Agape mu, amor mío?) y el amor de apego es al que llamaban Filia. Es en este en el que quiero centrarme para llegar a lo que deseo exponer en relación al título del escrito. 

Veamos pues por que tenemos esa capacidad de amar a nuestros semejantes, queridos amigos. Ahora se que si por cualquier circunstancia os perdiera por un tiempo, os recuperaría en instantes y siempre podría confiar en vosotros. En principio, y de esto me di cuenta al rencontrarnos todos en 2014, la verdadera amistad no tiene temporalidad.

Si fuimos amigos, muchos años después lo continuaremos siendo y con gran facilidad recuperaremos el anterior estatus de amistad e incluso lo superaremos.

La verdadera amistad no se mueve por fines egoístas, es desprendida, es darse, como el amor, sin pedir nada a cambio. Al ser altruista, tiene en mente el alter, lo cual es un valor ético, tener en consideración al otro.

La amistad es esencial para nuestra existencia. Procura felicidad, promueve el ser desprendido y da sentido a lo que desde la mente comprendemos como bien o mal. Tenemos perfecta conciencia de si somos buenos o malos amigos en función de como nos comportamos con ellos. Pero además lo percibimos mediante sensaciones que nos conducen en nuestro comportamiento de relación.

Porque el gobierno de los sentimientos permite controlar el amor afectivo, radica en nosotros gobernar nuestra conducta para una amistad más efectiva.

Ya Epicuro hizo popular el aforismo : “De todos los bienes que la sabiduría procura para que la vida sea feliz, el mayor es, con mucho, la adquisición de la amistad”.

Hay una línea muy fina entre epicureísmo y hedonismo que debemos tener bien delimitada y cuidarnos de no traspasar. Pero ello sería motivo de otra disquisición.

En alguna parte leí también que en el mundo griego se distinguía el amor de concupiscencia, conyugal, con relación sexual; el amor de benevolencia o de cercanía, y el amor de complacencia, de amistad. Parece que esta clasificación concordaría en bastantes puntos con las anteriormente citadas.

Dado que soy de los de la parte azul oscuro de nuestros colores, de los de ciencias, lanzo aquí el guante a los de letras para que nos ilustren acerca de las tres expresiones del amor que el diccionario clásico distingue. Son diligere, amare y caritas (en el sentido, no de caridad, sino de donación, de darse).

Voluntarios a la palestra… 



44 comentarios:

  1. Interesante artículo y tema, Vicente. Su lectura me ha recordado este breve texto que escribí hace tiempo, titulado 'Los amantes que no se amaban', cuyo enlace, atendiendo a tu invitación ("Voluntarios a la palestra...") es este: https://sangfreda.blogspot.com/2016/12/los-amantes-que-no-se-amaban.html
    Un abrazo y gracias.

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  2. Muy interesante tu artículo, Vicente.
    Según Erich Fromm, un psicoanalista y psicólogo / filósofo alemán, el amor es esencialmente dar, darse de uno mismo al otro u otros a los que se ama. Eso indica que el amor no tiene por qué ser exclusivo, pues otro pensamiento suyo es “El amor no es esencialmente una relación con una persona específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad”.
    Yo añadiría a este pensamiento que el amor es ser capaz de sentir, de crear dentro de uno mismo un determinado sentimiento de afección, así como de generosidad, que vuelve a confirmar la relevancia del “dar” en el amor.
    Los objetos del amor pueden ser muy variopintos, pues puede ser por los demás, por un amigo (que es por donde has entrado tú) o por una mujer o un hombre. En el primer caso es una especie de amor universal; un ejemplo muy especial es el de Jesucristo por la Humanidad.
    En efecto, la Dra. Helen Fischer afirma que la actividad neuronal es diferente según si se trate de apego, amor o deseo sexual, por lo que nuestro cerebro no se activa de la misma forma. Habría que profundizar un poco más en mi opinión, pues dentro del amor hay también muchas facetas y unas se relacionan más con el apego y otras más con el deseo sexual. Incluso el propio enamoramiento es muy variopinto y obedece a la producción de diferentes hormonas y neurotransmisores, unos más específicos y otros más generales. No voy a entrar más en esto, pues tú hablas de la amistad.
    El apego es quizás el sentimiento más cercano a la amistad; hay un proceso químico que se activa a partir de unos compuestos químicos llamados endorfinas (que actúan como narcóticos) y que son los responsables de ese sentimiento generado en nuestro cerebro. Cuando el sujeto de ese sentimiento (sea la pareja o el amigo), desaparece, surge un gran sufrimiento, pues desaparece también esa dosis de narcóticos.
    En cuanto a las hormonas, la oxitocina es la más variopinta; se la conoce incluso como la “hormona del amor”. Es una hormona producida por los núcleos supraóptico y paraventricular del hipotálamo que es liberada a la circulación a través de la neurohipófisis. Ejerce funciones como neuromodulador en el sistema nervioso central modulando comportamientos sociales. En el cerebro parece estar involucrada en el reconocimiento y establecimiento de relaciones sociales y está envuelta en la formación de relaciones de confianza y generosidad entre personas, por lo que pienso que tiene mucho que ver con la amistad. Esto explica también por qué sentimos amor también por un amigo sin necesidad de tener que especificar “apego”, por lo que discrepo en esto de la mencionada doctora Fischer.
    Vuelvo a recalcar que el amor es un sentimiento muy amplio que se basa más en la capacidad de “dar” y la generosidad, así como de cierto altruismo y una preocupación activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos, sea pareja o amigo.
    Se podría hablar mucho de la amistad como concepto, pero eso requeriría casi un libro.
    Enhorabuena de nuevo por tu artículo; tiene mucho que ver con lo que sentimos también en nuestro grupito, pues lo hemos reactivado al cabo de medio siglo, toda una vida…

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  3. Muy interesante tu artículo, Vicente, gracias; todos los matices que abarca no creo que dieran lugar a un libro sino a unas cuantas enciclopedias, tantas como seres humanos porque, creo, hay un aspecto que no mencionas y es el del amor por un "flechazo" que , con el paso del tiempo, se va trasformando en acomodación a vivir con otra persona por circunstancias vitales que es imposible dejar a un lado y, menos, olvidar.

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    1. Si lees mi comentario más abajo, explico cómo tu "flechazo" no suele superar los seis mesos y va evolucionando hacia una unión estable e incluso de fidelidad de uno frente el otro, unión de mucha fuerza,muy rígida pero quizás poco flexible. En los tiempos que vivimos, la fragilidad de esta unión hay veces que se rompe. Una pena.

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  4. Decía Talleyrand, junto con Voltaire, Alejando VI y Bismarck el más grande de los filósofos que en el mundo han sido, que dentro de las propiedades prácticas del amor, la que quizá sea más importante es que gracias a él se escriben novelas muy malas. También añadió, creo recordar, que bajo determinadas circunstancias, y cuando lo padecen almas nobles, sensibles y delicadas, es un excelente inductor del suicidio. Ésto podría parecer exagerado, pero si revisáis la lista de poetas, dramaturgos, novelistas y periodistas que dejaron de fumar de propia mano desde primeros del XIX hasta nuestros días, veréis que son cantidad. De ahí que sea muy recomendable sugerir a la otredad que se enamore más, y no sólo porque muchos alcanzarían así la felicidad, sino porque, muy probablemente, aparcaríamos mejor. De ahí que os recomiende, muy encarecidamente, que volváis a leer el conmovedor, de veras inspiradísimo, 'Estamos muertos en el camino de Potsdam'. De nada.

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    1. Creo recordar que lo citabas en tu libro Álava en Waterloo en boca de cierto oficial alemán que por no descerrajarse un tiro cada noche se despertaba con el ansia de matar franceses...Será inspiradísimo, pero yo voy a caer en el camino de Huelva y no de Postdam. 😜

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    2. 'Estamos muertos en el camino de Potsdam' era la primera línea de la carta de suicidio de Heinrich von Kleist (la dejó sobre la cama del cuarto donde vivía), un poeta y dramaturgo prusiano apenas conocido en su tiempo (primeros del XIX), pero que al dejar este mundo cruel en compañía de su amada (le pegó un tiro, y luego hizo lo propio con él mismo, en un parquecillo situado al principio de la carretera de Berlín a Potsdam). Con ella sostenía un amor imposible, tanto que no consiguió ver una mejor salida para sus tormentos. Gracias a su magnífica nota de suicidio, que se publicó en casi todos los periódicos, se hizo con los corazones de casi todas las muchachitas prusianas de su tiempo, y en consecuencia se ganó un hueco imperecedero en la nómina de los poetas suicidas, la cual es tan numerosa que más de un cínico sostiene que suicidarse, para un poeta o un escritor, no es otra cosa que el más supremo acto de marketing.

      Lo del Major von Bürsche, al que haces referencia, también tiene que ver con un amor imposible. En su caso lo imposibilitaron los franceses, que se cargaron a su amada, y él, en consecuencia, durante un largo año (el que terminó en Waterloo) se dedicó a la esforzada tarea de liquidar a todos los soldados franceses que pudo, y fueron docenas si no cientos. Como verás, y en cierto modo, lo suyo no deja de ser una historia de amor, vertiente 'imposible'.

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  5. Muy bonito tu articulo,querido Vicente.No soy erudito del tema,pero si se que amor en todas sus formas,es desear lo mejor para el otro,por delante de ti mismo.Para mi el amor mas puro es el de los padres por los hijos,todos teneis experiencia de esto.La amistad que se genera en el deporte de equipo,tambien es extraordinaria,como ejemplo os dire,que una vez al año me reuno con mis compañeros del equipo de futbol de terceradivision,y parece que fue ayer cuando dejamos de estar juntos,y han pasado 50 años.La Oxitocina es mi amiga desde hace años,pues la utilizabamos en goteo endovenoso en los partos estancados , para inducir contracciones uterinas.Gonzalo S.del Cura.

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  6. Querido Vicente buenas reflexiones de madurez, Un abrazo

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  7. A la vista de que se ha creado cierto debate sobre el tema del amor y no circunscrito a la amistad, voy a entrar un poco más al trapo en el fenómeno amoroso.
    En primer lugar comentar que estoy en desacuerdo con Vicente cuando dice (copio): “cuando hemos elegido la pareja con la que deseamos unirnos surge el amor romántico”. Pues no, de eso nada. El “click” del enamoramiento no se produce tras una elección de la muchacha en cuestión, sino que suele surgir de repente y sin previo aviso cuando nos tropezamos con un espécimen (femenino para los chicos) que nuestro cerebro asocia a una imagen-impronta que tiene grabado desde la infancia o adolescencia (según el sexólogo John Morley). En ese misterioso momento y en décimas de segundo, se produce un desplome de serotonina, que el cerebro, sorprendido, decide compensar desesperadamente generando fenitilamina, una especie de anfetamina. El cerebro, nuevamente sorprendido al notar que se está inundando de esta droga, empieza a secretar como un loco dopamina, responsable del enamoramiento romántico. También da la orden de secretar vasopresina, norepinefrina y sobre todo oxitocina, que empuja al feliz enamorado a desear estar cerca todo el tiempo posible con la persona objeto de su deseo. Hay que hacer notar que si la persona que se le ha metido entre ceja y ceja es muy sexy o da pie para ello, la oxitocina estimularía en tal caso la producción de testosterona y el matiz romántico quedaría reemplazado por un deseo sexual muy “levantisco” y estimulante (en el caso femenino, la cosa queda regida por estrógenos). Estando el cerebro inundado todavía de dopamina, las regiones cerebrales relacionadas con el juicio crítico se APAGAN, así como la capacidad de detectar una situación de riesgo. De ahí viene mi afirmación de que no elegimos a la persona que empezamos a amar; eso ya vendrá más adelante cuando impongamos a Dios y al mundo que la persona elegida sin juicio alguno “debe” ser nuestra compañera. Esto –el enamoramiento brutal - no suele durar mucho más de seis meses; a partir de ahí se entra en una fase más sosegada, en la que priman sentimientos de mantener la unión de pareja, de tener hijos, surgiendo así otro tipo de amor muy relevante, que es el paternal. La dopamina y la oxitocina preparan a la pareja para una unión estable y la vasopresina – llamada la “hormona de la fidelidad” – consigue eso mismo (salvo que a uno de los dos le entre otro “click” y se repita el mismo proceso del comienzo con una tercera persona, con lo cual todo el asunto se liaría mucho.
    Bueno, pues con todo esto se han construido montones de novelas romanticonas, la mayoría malas como decía Ildefonso; sin embargo, el enamoramiento no es más que un proceso químico, como acabo de contar. ¿Será por eso que las novelas románticas son tan malas y repetitivas?

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    1. Cuando dices 'estando el cerebro inundado todavía de dopamina, las regiones cerebrales relacionadas con el juicio crítico se APAGAN, así como la capacidad de detectar una situación de riesgo', ¿no estarás invocando el juicioso madrileñismo que afirma de un modo tajante, 'picha tiesa no cree en Dios'?

      Yo habría apostado por eso, pero con tantos sustantivos acabado en 'ina', y alguno en 'ona', me he hecho con la tal un lío, y es que, espero lo recuerdes, a mí la química me odiaba, casi tanto como la física, las matemáticas, el latín, la religión y, sobre todo, la espantosa formación del espíritu nazional.

      De no ser como lo he entendido, mis más avergonzadas disculpas. Yo, la verdad, a la hora de meterse uno en harina nunca tuve la serenidad necesaria para descomponer el acto en inquietantes episodios químicos. Por lo general, y dadas las pocas oportunidades que los de nuestra edad tuvimos para pecar en los tiempos en que tal cosa era tan improbable que resultaba casi un milagro (salvo si eras una alero del Estu, claro está; ésos pecaban lo que no está escrito, y siento la más retrospectiva de las envidias al afirmarlo), rara vez pasaba del 'voy p'allá y que no nos pase ná'.

      Era muy bonito ser joven, después de todo e incluso en esas pavorosas condiciones.

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    2. Respondiendo a tu pregunta, cuando uno se enamora, ésa es la razón por lo que se hacen locuras (lo que es fuente de muchas novelas, por cierto). Tanto, que alguna termina en suicidio, y si no que se lo pregunten a Mariano José de Larra...

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  8. Hay otro aspecto que no quiero dejar de lado y es el dicho reciente “hacer el amor”, que en mi opinión es una cursilería y encima es mentira; todos entendemos ahora en estos tiempos lo que se quiere decir con esta aseveración. El amor no se “hace”; habría que llamar al pan pan y al vino vino y seguir llamándolo “follar” como antes. (No es una palabra bonita y pido perdón por su uso, pero es que no me gusta meter las “xx” de rigor). Si una chica de buen ver nos dice “Qué, ¿hacemos el amor?” ya ni perdemos tiempo en quitarnos la camisa y nos echamos encima de ella. ¡Qué pena! ¡Qué mal uso de la noble palabra “amor”! ¿A que ninguno recordáis esta frasecita en nuestros años sesenta?
    Aprovecho para comentar a Paco González que sus “amantes que no se aman” es más de lo mismo, pues si se usara la palabra de forma más rigurosa, es muy posible que solamente se dedicaran a “hacer el amor” todo lo que dieran de sí, pero que amarse, lo que se dice amarse, nada de nada. Hombre, también podría ser que Rodrigo fuera una nulidad como amante (en el sentido actual de la palabra) y que dejase fría a Inés; habría que preguntarle a ella para averiguarlo.
    Volvamos al principio; los amores nobles, en especial el de la amistad o el parental, son mecedores de todo mi respeto. También lo es el de los matrimonios que cumplen sus bodas de oro y manifiestan que “siguen enamorados”; ya sabemos que es mentira (recuérdese la mencionada limitación de los seis meses), pero si ellos lo perciben así y han sabido mantener un nivel aconsejable de dopamina y oxitocina para lograrlo, es que han sido muy hábiles. Chapó por ellos.

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  9. 'Hacer el amor' es un piadosismo de fornicar, que no ya un vulgar eufemismo, y por eso los que por edad, y por facultades intelectuales y de las otras, hoy en día están en eso, ni se les ocurre decir tal cosa, pues son conscientes de que, si lo hacen, su posible compañero/a de juegos huirá espantado (nada es menos sexy, ni más proceloso, que un/una cursi). En estos azarosos tiempos que corren, la fórmula más al uso, al menos cuando el sujeto activo desea verificar sus posibilidades efectivas frente al sujeto pasivo, suele consistir en un sencillo, directo y claro '¿echamos un polvo, tio/a?', que a nada compromete y deja el ego intacto si la respuesta no es afirmativa, como podría ser '¿y por qué no se lo preguntas a tu madre/padre'? En mi observación minuciosa de las respuestas a esa pregunta, y tras una detenida investigación de la casuística (cosa obligatoria dado mi oficio), las respuestas afirmativas no se suelen basar en palabras, y hasta aquí puedo escribir. Lo cierto es, y siento una envidia de lo más nostálgica cada vez que lo constato, es que la vida de los jóvenes actuales, cuando menos en 'eso', es fácil y sencilla, mucho más placentera que la que padecimos nosotros, aunque también es verdad que al no ser conscientes de cometer un gran pecado, pues son plenamente conscientes de que el pecado no existe, de que Dios se ha muerto y de que todo está permitido (salvo los que han sufrido el bachillerato en un colegio concertdo, y aún peor si es del Opus), se pierden unos placeres deliciosos, que otra cosa no eran el terrible sinvivir de quedar expuesta/o al infierno, el de lo doloroso del arrepentimiento, el del consuelo de la confesión, y el de volver a empezar a poco que venteáramos feromona de alta graducación (en el caso de los jóvenes; en el de las jóvenes solía bastar con la comprobación, al bailar 'lento', de que la pareja se había traído de casa una Luger Parabellum). Definitivamente, cualquier tiempo pasado fue muchísimo peor.

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    1. Yo diría que nos perdimos alguna que otra "oportunidad", pero por lo demás yo lo dejaría en "diferente"; tenía su encanto. Ahora son menos tímidas y es muy posible que te pidan sacar la Luger a la primera ocasión. Cuando hay un objetivo, es muy agradable cuando se logra, pero también lo es el "durante", lo que invertimos en lograrlo. ¿O es que tú sólo te lo pasas bien cuando has terminado una novela? Seguro que disfrutas preparándola y escribiéndola. Pues en esto, igual. Eran otros tiempos, eso es verdad...

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    2. Hombre... era verdad que lo pasaba bien con lo que tenia, porque no tenia otra cosa y porque no podía siquiera imaginar cómo sería mi vida de haber nacido medio siglo después, aunque me bastaba con ver de soslayo cómo ligaba algún determinado alero del Estu -uno al que supongo que a estas alturas de su vida habrán tenido que recauchutarle la Luger, por exceso de uso- para decirme que leches, que no, que la vida estaba muy mal repartida. Quizá sea verdad eso que dicen los optimistas, que al final siempre ligan los mismos.

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  10. En el artículo de Vicente y en varios comentarios se marca al amor como efecto de la activación de los circuitos neuronales y de la secreción de diversas hormonas, lo que es una reducción materialista de uno de los sentimientos más humanos. Prefiero, por esto, acudir a un filósofo racionalista, de los que consideran que la acción del alma es independiente de la acción del cuerpo, y leo la Ética de Baruch Spinoza, en la que se dice: “Una afección, que es una pasión, cesa de serlo tan pronto como formamos de ella una idea clara y distinta” (5ª parte, De la libertad del hombre, proposición III) y, a continuación: “Puesto que conocemos clara y distintamente […], se deduce de aquí que cada uno tiene el poder de conocerse a sí mismo y de conocer sus afecciones […] y de lograr, en consecuencia, padecer menos a causa de ellas” (Escolio de la prop. III).
    El amor es una elevada afección que engrandece nuestro espíritu, sobre todo si se trata de un amor correspondido, y esto forma parte de la intelección, más allá de las pasiones, como dice Spinoza. Así, nuestro espíritu puede dominar estas tendencias, que es el camino que conduce a la libertad del hombre.

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    1. No se trata de reducción materialista, querido Jose Enrique, sino una explicación científica de cómo funciona el cerebro y en particular los neurotransmisores y las hormonas. El milagro es que el cerebro es capaz de sentir sentimientos excelsos como el amor con mayúsculas a partir de fenómenos químicos y eléctricos; en mi opinión, eso es algo que facilita nuestra Consciencia, asimismo localizada en el cerebro, y que no puede reducirse sin más a una mera química, que es a lo que me refería en relación al enamoramiento y no al AMOR, que merece todos mis respetos como he explicado aparte.

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  11. Muchas gracias, José Enrique por tu comentario que nos ilustra desde la perspectiva racionalista que presentas de Baruch Spinoza. Ya me has dado otra pista acerca de como progresar en mi conocimiento al proponer su Ética.
    Qué bien nos vendría que ampliaras nuestro conocimiento con algún artículo al respecto. Piensa, como decía el Padre Mindán, que los deportistas somos los más tarugos ya que el deporte es la animalización del individuo al querer emular a los animales en su salto y carrera. Un gran abrazo

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    1. En el Escolio de la Proposición XIII de la Segunda Parte de la Ética, Spinoza afirma: "Por lo que precede, no solamente conocemos que el alma humana está unida al cuerpo, sino también lo que debe entenderse por la unión del alma y del cuerpo […] Diré en general que, cuanto más apto es un cuerpo en comparación de los demás para obrar y para padecer de muchos modos a la vez, tanto más apta es el alma de este cuerpo, en comparación de las demás para percibir muchas cosas a la vez". Luego Spinoza considera que la excelencia del cuerpo influye en la excelencia del alma, y no creo que el P. Mindán hiciera oídos sordos a la máxima clásica de "mens sana in corpore sano", que se atribuye al latino Juvenal.

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  12. A estas alturas de curso, ¿de verdad podemos tomarnos en serio eso del 'alma'?

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    1. Puedes llamarlo "alma", puedes llamarlo "espíritu", puedes llamarlo "autoconciencia", o puedes llamarlo "dimensión ideal de la realidad", en cualquier caso, se trata de eso que percibimos intelectualmente, como el amor, que existe ciertamente, pero que no forma parte del mundo físico.

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    2. Puedes llamarlo "alma", puedes llamarlo "espíritu", puedes llamarlo "autoconciencia", o puedes llamarlo "dimensión ideal de la realidad", en cualquier caso, se trata de eso que percibimos intelectualmente, como el amor, que existe ciertamente, pero que no forma parte del mundo físico.

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    3. Creo que en el fondo se trata de problema semántico; el alma es un concepto para los creyentes, pero para los demás se podría aceptar su existencia de forma más material como una capacidad del ser humano en el cerebro, en la Consciencia misma. Podría constituir incluso la propia Consciencia humana. Hacer notar que el alma es un concepto que existe también en las religiones orientales y es parte de la religión, por lo tanto, y no es algo exclusivo del Cristianismo.

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    4. Cuando hablo de "reducción materialista" me refiero a la que se puede asimilar al sensismo o sensualismo, según el cual la acción de la razón no es diferente a la acción de las sensaciones, y la primera se reduce a la segunda, lo que también equivaldría a reducir la intelección a la actividad neurofisiológica. Más allá del sensismo, muchos filósofos consideran que, en efecto, es detectable un orden trascendente, el de la conciencia, que fundamenta la semántica y el lenguaje, y aun la comprensión del mundo por parte del sujeto, es decir, el pensamiento del ser humano. Como –a mi parecer– es imposible obviar la conciencia, postulo su existencia, y la denomino de todas esas maneras con las que se han referido a ella la filosofía y la religión, singularmente llamándola "alma".
      Asegura Kurt que también la conciencia está localizada en el cerebro, lo que yo matizaría diciendo que toda operación mental necesita del cerebro, pero que –repito– ella trasciende a la actividad neurofisiológica.

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    5. Observo con delectación que estamos "casi" de acuerdo. Donde discrepamos es en tu afirmación de que la Consciencia trasciende la actividad neurofisiológica y yo defiendo que se las apaña en el entorno de lo que tú llamas "mundo físico", entendiendo a éste como multi-universal, incluyendo eventuales físicas diferentes a las que percibimos o entendemos nosotros. El problema de base es que yo no concibo un "mundo espiritual" diferente o fuera del físico que, remedando a Alfonso, a estas alturas del curso me cuesta mucho tomármelo en serio. Otra cosa es que lo que se conoce como "alma" equivalga a la Consciencia humana o a un "cacho" de ella: nuestra Consciencia trasciende a nuestro universo e incluso a nuestra física, cosa que afirma también el premio Nobel de física de 2020, el sempiterno Sir Roger Penrose. A mí esta idea me conforta, como expliqué en mi artículo de Cerebro, Consciencia, Ciencia y Religión, ya en el blog.

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    6. Simplificando lo que dice Kurt (a los que no somos premios Nobel de Física no nos queda otra que simplificar), me atrevería a suscribir la tésis de que el amor no es mucho más que una divertida merienda de moléculas y hormonas. La mayoría de la gente, por fortuna, padece un cierto sentido del humor, de modo que se las componen razonablemente bien para soslayar sus perniciosos efectos (casarse y reproducirse acostumbran a ser los peores, sobre todo si se tiene poca pasta), aunque los que carecen de tal cosa suelen padecer un cierto riesgo de curar su males al estilo de Larra, lo que no siempre es una pena (sobre todo para los demás). Es otra pena que algunos de nuestros más preclaros gobernantes no se puedan enamorar de individuos que no sean ellos mismos, pues éstos jamás les darán calabazas, y así no habrá ninguna esperanza de que puedan escribir algo así como 'Estamos muertos en el camino de Galapagar'.

      TGIF & Happy Finde

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    7. En efecto, Penrose dice en "La nueva mente del emperador" (cap. 10, ap. "Qué hace realmente la consciencia?") que "la contemplación consciente puede a veces capacitarnos para comprobar la verdad de un enunciado de un modo en que no podría hacerlo un algoritmo […]. Me estoy refiriendo a los juicios que hacemos continuamente mientras estamos conscientes, reuniendo todos los hechos, impresiones sensoriales y experiencias recordadas que son de relevancia, y sopesando las cosas". Es, por tanto, el quehacer consciente del sujeto el que genera la verdad, la cual ni pertenece al mundo físico ni es deudora de la actividad neurofisiológica. Otras muchas cosas dependen de la conciencia, como los conceptos (¿dónde, en el mundo físico, está el número tres?), y todo esto constituye el mundo ideal, trascendente, al que sólo con su conciencia puede acceder el sujeto. Que haya otros universos –físicos– posibles no niega en absoluto la trascendencia del mundo ideal.

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    8. La Consciencia humana es capaz de trascender a ese mundo trascendente que mencionas (valga la redundancia), pero no por ello deja de pertenecer al mundo físico en el amplio sentido (universal) de la palabra; eso es lo que creo. Todavía no hemos entendido ni siquiera el noventa por ciento de nuestro universo (materia y energía oscuras, p.ej.) y mucho menos otros universos u otras físicas, aparte ya de la mecánica cuántica, que es como para darla de comer aparte.
      El cerebro se sirve de esa consciencia para "dar forma" a esos conceptos que mencionas, por lo que no necesitamos buscar en el mundo físico -léase en el jardín de tu casa- el número tres, que somos capaces de entender "conscientemente".

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    9. La mecánica cuántica no forma parte del mundo físico, sino que es un constructo ideal de la mente consciente para explicarse a sí misma cómo se comportan las inasibles partículas subatómicas; igual que tampoco otro constructo ideal, la ley de gravitación universal, forma parte de la naturaleza, en la que, a lo sumo, podemos constatar con nuestros sentidos la existencia de cuerpos celestes que giran unos alrededor de otros, pero el genio de Newton descubrió que la fuerza que genera estos giros puede ser calculada por una ley matemática (no física) que relaciona las respectivas masas con el cuadrado de la distancia entre ellas.
      No es el cerebro el que se sirve de la consciencia, pues aquel órgano es sólo un conjunto de neuronas en interacción, interacción física, mientras que la consciencia es la verdadera protagonista de la actividad mental consciente, si bien esta es una actividad que emana de la neurofisiología del encéfalo, que pertenece al orden biofísico. No obstante, la mente consciente trasciende lo físico y nos lleva a lo ideal. Acaso por esta trascendencia, religión y filosofía han sustantivado la consciencia y la han llamado “alma”, la cual trasciende de tal modo a la materia que se convierte en inmortal.

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    10. Siento no verlo así de claro. Para mí la consciencia se manifiesta en las preguntas que somos capaces de hacernos, del estilo ¿Quién soy? ¿Cuál es mi destino? ¿Cuánto me van a pagar? Un ser sin consciencia, como podría ser un leopardo, un delfín, una cucaracha o un profesor de formación del espíritu nacional, no es capaz de hacerse preguntas, o no al menos como estas, porque no es capaz de comprender el sentido de la palabra YO. La consciencia radica en eso, en entender que el YO existe, y que lo opuesto al YO son LOS OTROS, que a su vez pueden consistir en clientes, enemigos, rivales, adversarios o individuos a los que conviene cargarse antes de que a uno, al YO, le puedan hacer daño. También es verdad que entre LOS OTROS abundan los que podrían servir para reproducirnos, y es natural que a estos, siquiera bajo determinadas condiciones, los miremos, si no con simpatía, sí con un menor ánimo de liquidarlos antes de que nos hagan daño, o que nos presenten a sus padres. Todo esto, por supuesto, en el plano más primario, el de cuando vivíamos en las cavernas. Nos hemos civilizado lo suficiente para reflexionar sobre la mecánica cuántica, ya que encender una hoguera ha dejado de ser algo que nos requiera un esfuerzo sobrehumano, aunque no por eso, diría yo, pasamos a no poder percibir la naturaleza sin recurrir a un 'ideal'. Lo que sucede, me parece, es que se nos han desarrollado unos sentidos impensables para quienes se afanan en complementar nuestra esencia con conceptos tales como las almas y todas esas cosas, las cuales, si lo pensáis, ni p..a falta que nos hacen (como habría dicho el Gran Felipe). De hecho, y si queréis iniciar un hilo que podría ser de lo más entretenido, pensad en qué ocurrirá una vez aprendamos con el suficiente detalle cómo se comportan nuestros higadillos (entendiendo por tales nuestras DNA's y RNA's), de tal forma que podamos construirnos unos cuerpos mejores, más competitivos y duraderos, donde podamos depositar nuestras consciencias y nuestros conocimientos, abandonando estos cuerpos rudimentarios que padecemos. Dicho de un modo que recomiendo a caulquiera que no haya envejecido demasiado de la parte de las neuronas, que construyamos un humano 2.0 al que nos vayamos a vivir con la misma facilidad con la que cambiamos de coche. Si lo pensáis, no es algo que se halle tan lejos. Dentro de las cosas maravillosas que nos está regalando la pandemia, figura un desarrollo colosal de nuestro conocimiento de nuestra propia mecánica molecular, lo cual será uno de los primeros pasos para construirnos unos cuerpos que no envejezcan y que nos hagan ser siempre guapos y esbeltos, siempre y cuando nos lo podamos pagar, por supuesto.

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    11. En 2016 te envié un trabajo titulado "Clonación e inmortalidad" en que analizaba las consecuencias que se podían seguir de lo que escribes en tu estupenda narración titulada "La vida perdurable". En dicho trabajo objetaba si era posible transmitir la propia personalidad a un clon más joven de uno mismo y también discutía si realmente era digna de deseo la vida perdurable sobre la faz de la Tierra. Además, te planteé que transmitir la personalidad a otro ser pensante no parece posible, porque conciencia y autoconciencia no son miembros extirpables de nuestra neurofisiología, sino propiedades emergentes del cerebro activo y, por tanto, inherentes a este concreto cerebro, y sólo a él.
      Ahora afirmas que la conciencia radica en entender que el Yo existe, pero más bien debemos entender que la conciencia es el mismo YO, lo que ya fue puesto de manifiesto por Descartes cuando dijo: "Pienso, luego existo", frase que fundamenta todo el idealismo posterior.

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    12. Con todos mis respetos por Descartes, y sin dejar de tener en cuenta lo mucho que le debemos como especie, lo que dijera en su momento no vale mucho más, hoy en día, que lo que dijo Aristóteles sobre que los pies venían a ser algo así como el radiador del ser humano. Siendo un individuo al que si se le hablase del RNA, del DNA y de las mutaciones de los virus seguramente se santiguaría (más o menos cómo haría yo si me hablasen de las misteriosas tácticas zonales del santísimo baloncesto), comprende mi escepticismo sobre su afamado 'Pienso, luego existo'. Sobre transmitir la propia personalidad a otro ser pensante sigo pensando que no es imposible, siempre y cuando el sujeto pasivo, el que recibe la transferencia, sea un clon exacto del que la emite. De esa manera, en realidad, no se transfiere nada, porque el resultado es la misma persona, sólo que bastante más joven y con menos kilómetros en las cuadernas. Más o menos lo mismo que cambiar de PC conservando nuestras bases de datos. Seguiremos haciendo lo mismo, aunque más deprisa y con más oportunidades funcionales. Es una pena que no lo vayamos a ver, porque no creo que sea cosa que se matarialice antes de un cuarto de siglo, y para entonces este blog se habrá caído del todo y para siempre, pero si de algo estoy seguro es de que nuestra especie no permanecerá mucho más tiempo esclavizada por las limitaciones de nuestros cuerpos mortales. Lo natural será que nos demos otros mucho más avanzados, donde ninguno tengamos tripa (por poner un ejemplo).

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    13. Hola: siento esta tardía respuesta, pero no he vuelto a entrar aquí hasta hoy.
      Jose Enrique y yo mantenemos desde hace tiempo una postura diferente en cuanto al mundo físico: yo “postulo” que no existe otro que no sea éste y que nuestra Consciencia está sencillamente en nuestro cerebro, que es capaz de manejarla sin tener que recurrir a mundos fantásticos. Es evidente que el mundo físico es tan amplio conceptualmente que escapa a nuestra comprensión si nos vamos muy lejos. En cuanto a la Mecánica Cuántica, se considera demostrada y comprobada, no así la Teoría de Cuerdas (una pena, pues explica muchas cosas). A partir de aquí es posible sacar infinidad de conclusiones, de las que unas resultarán ser ciertas y otras no; en cualquier caso, resulta verdaderamente fascinante tan sólo imaginarlo.
      Volviendo a la Consciencia humana: está admitido por reputados científicos que es posible reproducirla en una futura Inteligencia Artificial, que, repito una vez más, no es humana. Siendo así, ¿a quién le puede chirriar que el cerebro contenga a la Consciencia y no al revés? Suponiendo aceptada la Teoría ORCH OR de Penrose y Hameroff (la mayoría científica la apoya), gracias a los microtúbulos contenidos en las neuronas a nivel molecular somos capaces de utilizar el cerebro en un entorno cuántico. Esto abre unas tremendas posibilidades para entender que trasciende de lo que podemos captar a primera vista.
      En cuanto al alma, no quisiera mezclar aquí conceptos religiosos y no científicos, pero tampoco es algo excluyente a priori; la Consciencia sería capaz de “funcionar” como el alma para los creyentes.
      En cuanto a la gravedad, todavía no se sabe cuál es su naturaleza; se ha especulado con la partícula “gravitón”, pero sigue estando fuera del modelo de partículas. Quizás algún día se pueda incorporar al modelo como se ha podido hacer con el famoso bosón de Higgs 50 años más tarde de su concepción. Hoy por hoy se supone que la gravedad es lo único que conecta entre sí a los distintos multiversos, pero para eso habría que tirar de la Teoría de Cuerdas sin demostrar todavía. Si añadimos el concepto del multiverso inflacionario (quizás la más admitida en la actualidad junto con el Big Bang), las once dimensiones que preconiza la T. de Cuerdas y que el tiempo es sólo una variable más, resulta un mundo físico tan “amplio” que cabe todo, incluso conceptos mencionados en la mayoría de las religiones.
      He tratado de simplificar al máximo lo escrito arriba, lo que redunda en falta de rigor científico, por supuesto. Lo siento.
      Un abrazo para mi querida amiga Raquel; su idea de que nuestro subconsciente esté compuesto por un 85% amoroso, me parece una preciosidad. Lo malo es que el cerebro también elimina muchos pensamientos y recuerdos para no explotar; habría que encontrar la forma de que los amorosos no se diluyan con el tiempo, ¿verdad?

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  13. Hola. Teniendo en cuenta que tan solo hacemos conscientes el 15% de los pensamientos sobre los que forjamos nuestra realidad (incluida la afectiva), me gustaría imaginar que el 85% del resto de los pensamientos subconscientes son también amorosos.
    Raquel Marín

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    1. De tus amigos, te garantizo que si.

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    2. ¿Qué cosa es un pensamiento subconsciente? Lo pregunto porque hasta hoy no sabía de su existencia.

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    3. Perdona. No entro en este blog casi nunca. Te envío este vínculo a una entrevista muy interesante desde la neurociencia y la psiquiatría de la nueva ciencia del inconsciente (unconciousness):
      https://nyaspubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/nyas.13390

      Espero que sea de tu interés.
      Un cordial saludo.

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    4. Me temo que mi interés por la ciencia del inconsciente y por las cosas que se nos ocurren cuando no somos conscientes, no da para gastar US$49 en comprar el .pdf donde los ilustrísimos señores Heather Berlin, Efrat Ginot y George Makari, todos ellos sin duda muy conocidos en el mundo donde se gana muchísimo dinero vendiendo .pdf's, explican al humano común qué cosa es esa de (cito textualmente) "does the brain classify and sort its different functions into conscious or unconscious processes? How has the history of human conceptualizations about the unconscious influenced current theories?". Sólo me atrevo a decir que si Madame Slodovska-Curie hubiera tenido a mano la posibilidad de componer un .pdf, se habría forrado, en vez de regalar a la muy rácana humanidad el fruto de su trabajo (plagadito, todo él, de fórmulas matemáticas demostrables). Claro que también es posible la idea contraria: si tienes una chorrada que contar (de las que no requieren un simple 2+2=4), envuélvela en un .pdf, pide un dineral al que se lo quiera 'bajar', y te levantarás un montón de pasta. En cualquier caso, gracias por tu interés en desasnarme.

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    5. Soy Vicente Ramos

      No te pases, con 8 € tendría arreglo. Entiendo tu postura, y además en inglés a mi me supondría un esfuerzo enorme, aunque lo haya recomendado nuestra neurocientífica de cabecera, Raquel Marín.

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  14. Buenos días. Parece que hay un talante ofensivo en la forma de comentar que no va conmigo y no lo necesito.
    Las áreas cerebrales y la áreas que complementan la actividad neuronal de zonas que no rigen la conciencia ha sido ampliamente demostrada y documentada. Pensé que el PDF se podía abrir, yo de hecho lo leí, pero quizás porque estaba en una cuenta institucional. Lamentablemente el acceso a los resultados de la investigación actualmente son casi siempre de pago, excepto desde cuentas institucionales que hayan llegado a acuerdos con las revistas. Y ésta en concreto, PNAS, es una de las más prestigiosas del mundo.
    El contenido no es ninguna chorrada. Seuramente sabes mucho de muchos temas, pero lo que desconoces no deja de ser válido aunque no te interese o nunca lo hayas oído.
    No comparto esta forma de contestar en un blog de intelectuales. Además del intelecto se necesita humildad.
    Lo que no conozcas, no lo desacredites o seguirás asnado.

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    1. Buenos días, Raquel. Vaya por delante que en modo alguno he pretendido ofender. Sólo sucede que me sorprendió un poquito que en un foro de amigos, que no de intelectuales, donde se usa un lenguaje relajado y hasta cierto punto bromista, el propio de ancianos caballeros que llevan más de sesenta años siendo amigos, a una pregunta concreta se responda con un link a un .pdf de pago (y no de cuantía despreciable, al menos para caballeros jubilados pensionistas) que además está en inglés, dando por sentado que si no se conoce ese idioma el que pregunta se quedará sin conocer la respuesta. En mi desgraciadamente muy larga experiencia en toda clase de comunicaciones, intelectuales o no, he llegado a sintetizar una ley de andar por casa y que rara vez me falla: a más sencillo y claro es lo que se dice, y más facilidades se dan para comprenderlo, más probable es que no se trate de un camelo. Esta ley se complementa con la inversa, como casi todas las leyes. De todos modos, si mis palabras te han parecido ofensivas, te presento mis más sinceras disculpas.

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  15. ¡Fantástico! Los que aún conservamos buenos amigos sabemos el tesoro que tenemos. Besos

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  16. No me cabe la menor duda de que el Amor es una "enfermedad fisiológica" y grave a la que como bien apunta Kurt, el cuerpo humano reacciona segregando diversas drogas fuertes para restablecer equilibrios. También es una "enfermedad grave" neurológica capaz de desequilibrar el normal comportamiento de los seres humanos (ejemplos variados se han derramado en los comentarios). Todavía no hay especialidad médica que haya encontrado tratamiento idóneo.

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