16 enero 2022

KURT, UN GRANDE DE NUESTRA ÉPOCA

POR NICOLÁS PÉREZ-SERRANO

Nuestro compañero del Ramiro de Maeztu, Kurt Schleicher Tafel, murió el viernes 14 de enero. La noticia nos sorprendió, nos amargó hasta lo indecible, en el desayuno del sábado 15. En televisión el concierto de la 2 empezaba con La bienvenida, del Tannhäuser de Wagner. Esa misma tarde varios capítulos en el canal de Historia nos revelaban los últimos descubrimientos acerca de Tutankamon. No parecía casualidad. Todo empezaba a recordarme a Kurt, sus orígenes alemanes (nació en Stuttgart, pero ¿no era más castizo que cualquiera de nosotros?), su pasión, entre otras muchas, por Egipto, que supo transmitirnos sin altanería, con la sencilla humildad de los auténticos conocedores de las cosas.

En la semana pasada logré hablar varios días seguidos con él y Mari Carmen, antes de que ya no me cogieran el teléfono a partir del día 11. Aunque él sabía que su mal empezaba a hacer mella en la médula, hicimos de verdad risas auténticas, cordiales, pasamos espléndidos ratos y nos intentamos convencer de que, aunque había que subir otra montaña, pronto vendría la meseta de la mejoría. Todo se ha precipitado, sin embargo, y hoy ya le echamos de menos.

Nos hemos quedado sin uno de los grandes amigos, un hombre bueno, cordial, animoso, lleno de espíritu sano, emprendedor, comprensivo, inteligente, amable, con su lista sonrisa siempre a flor de piel, lleno de ideas y saberes, irónico, muy seductor. De la época del Ramiro guardo recuerdos a partir de las clases de alemán, en que sólo estábamos, con Don Domingo Hernández o con Carmina Ortiz, unos ocho alumnos, los Valdovinos, Marsá, Casas…Era su época de ponerse más nervioso en el hablar. La cabeza le iba deprisa. El corazón aceleraba . Y su lengua no se acompasaba a tanta velocidad como quería. Luego vinieron los años intermedios. Él, de ciencias. Yo, de letras. Se separaron nuestras vidas. Pero el reencuentro, a partir de 2014, al celebrar los 50 años de nuestro Preuniversitario, fue fácil. Reanudamos la conversación como si no hubiesen pasado cinco décadas.

Ya maduros, comprobamos pronto que teníamos muchos magmas comunes, valores compartidos, aficiones que nos transmitíamos sin esfuerzo, cariño y admiraciones que afloraban de inmediato, capacidades hasta ese momento no descubiertas sino atisbadas desde antiguo, pero atractivas, llenas de matices, dignas de ser contadas ante la atenta escucha del otro. Todos en la Promoción 64 hemos visto cómo era, y podremos imitarle, pero siempre será insustituible. Cuando se acercaba la Navidad, dibujaba, y lo recordaréis bien, en la pizarra del aula, en su mano un christma de Ferrándiz, una escena para competir con los de las demás clases. Pudo dedicarse a muchas cosas, pues sus talentos abarcaban gran cantidad de campos y actividades. Pero creo no equivocarme si digo que, con lo que hizo en sus setenta y cuatro años de vida intensa (habría cumplido los tres cuartos de siglo el próximo 8 de junio), supo acertar en su ser y en su estar en el mundo. Parte de la buena culpa que hay en todo ello se debe a Mari Carmen y a David, a quienes mando el más fuerte de los abrazos.

Hay muchos cielos, el universo es inmenso. A ellos se dedicó Kurt en cuerpo y alma. Viajar en avión es hoy, gracias a él, más estable, más cómodo, más seguro. Todos somos mejores tras haberle conocido. Todos tenemos una inmensa deuda de gratitud a lo que hizo, a cómo fue, a su paso por la tierra y a sus vuelos por el espacio, tan incomprensible para algunos como yo, pero que él dominó como pocos. Gracias, Kurt. 

Nicolás Pérez-Serrano Jáuregui.

6 comentarios:

  1. No tengo palabras. Lo siento de veras. No sabia de su gravedad, aunque habia oido aires confusos.
    DEP

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  2. Muy emotivo; gracias Nicolás; se merecía este homenaje y más.

    Francisco González García

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  3. Yo le guardo un cariño especial. Fue de los compañeros que, sobre todo en mi última enfermedad, vino a casa a verme para acompañarme un rato y charlar lo que le agradeceré siempre y Laura, que no le conocía, enseguida le apreció porque supo vislumbrar pronto qué clase de persona era y cómo no tenía nada de fachada, que era un hombre sencillo a pesar de sus logros profesionales; los dos le echaremos mucho de menos. aunque permanece en nuestros corazones PARA SIEMPRE.

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  4. Con gran dolor recibí la noticia de la muerte del amigo Kurt. La semblanza que el sabio Nicolás ha hecho de él dice todo sobre su persona que recordamos los amigos con la alegría de haber compartido tantas vivencias con él.

    ELOY MAESTRE

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  5. Yo no estudié en el Ramírez,pero tuve el privilegio de trabajar con èl durante 25 años (como poco).
    Se me saltan las lágrimas cuando leo lo que habéis escrito,porque lo que yo conocí de Kurt no es más que un hombre bueno en el sentido machadiano del término.
    Compañero con el que siempre podías contar (algunos momentos duros pasamos juntos)
    Optimismo y un enciclopédico conocimiento de la profesión hacían que cuando la cosa se ponía fea,la frase era: " Llama a Kurt"
    Gracias por todo lo que me enseñaste.

    Enrique Suarez

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