24 julio 2020

LA CAMPANA DEL ZAR

... POR NICOLÁS PÉREZ-SERRANO JÁUREGUI


La Campana del Zar


Índice

- Desde tiempos de Rasputín ................................................................................  5
- Uno. La Campana ................................................................................................  9
- Un bronce nunca tañido ....................................................................................  13
- Dos. Kolia. Apariencias .....................................................................................  17
- El Kozlov que se dejaba aconsejar ..................................................................  19
- Tres. “Lechuza” o el Correo del Zar ................................................................  23
- Tatiana. Una aproximación a los Románov ...................................................  25
- Cuatro. Un escalador dentro de la campana ................................................  29
- Rasputín, un jlist particular, con dotes sobrehumanas ...............................  33
- Cinco. Tatiana trama un plan ...........................................................................  37
- Alejo, el zarevitch, varón, enfermo ..................................................................  43
- Seis. Operación aguja en un pajar ..................................................................  47
- La trama de los asesinos ..................................................................................  51
- Siete. Un intruso. Búsqueda del plano del tesoro .........................................  55
- Unas fotos acerca de Rasputín .......................................................................  61
- Ocho. Dieciséis pasos al oeste ........................................................................  65
- Verjoturie, la conversión ...................................................................................  69
- Nueve. De nuevo ante el pajar ........................................................................  73
- Pokróvskoie de mis amores ............................................................................  77
- Diez. El alcalde y cómo hacer desaparecer una buena parte del tesoro ..  81
- El contenedor, una matrioska .........................................................................  87
- Once. Revuelo en toda Rusia ..........................................................................  91
- San Petersburgo, el sueño báltico .................................................................  95
- Doce. Parte, junto al pavo real del Hermitage. El resto, paradero desconocido    99
- Otra Beria.............................................................................................................. 101





La Campana del Zar

Desde tiempos de Rasputín nadie se había ocupado seriamente de ella. Acumula año a año muchos visitantes, es cierto; pero no se habla casi nada de ella. Y ello choca: siempre se dijo que ocultaba un tesoro. Los rumores apuntaban a que tenía que ver con personajes y acontecimientos del tiempo de la gran revolución, la de octubre -para otros, noviembre- de 1917, esa que conmocionó el mundo, y que, medio año más tarde, acabó con la vida de los Zares. Quien más, quien menos todos en Moscú acariciaban la idea no ya de ponerse a buscarlo, sino de hallarlo, se supone que hacerse rico o cuando menos famoso, entrar en la historia, con mayúscula. Sobre todo porque la sospecha, casi convicción, era que, de haberlo, el tesoro estaría relacionado con elementos de la Historia reales (más bien “zaristas”, y perdónesenos el juego de palabras, que en todo caso serían “imperiales”) tales como el robo nunca confirmado, ni desmentido en tiempo y forma, de joyas de palacio, el más que posible embrujamiento de algún miembro de la familia Románov, la supervivencia de alguno de ellos tras la masacre de julio de 1918, la participación de Rasputín en esa desaparición de joyas de Alix, la zarina, y de sus hijas… Todo incógnitas pero que tenían, al menos en apariencia, conexión con la Historia de Rusia, con personajes de carne y hueso, con una época por demás convulsa, de deposiciones y asesinatos reales, de revoluciones con partidos bolcheviques y mencheviques, con una Corte pintoresca que, amén de nobles, daba cobijo a gente sin par y curiosa, a militares y santones, a primos de reyes y emperadores. Fasto, boato, riqueza, realeza;  mas también pasiones rastreras y odios que matan, pobreza, alcohol, traiciones, guerras y revoluciones, herencias y muertes, lucha sin cuartel por el poder, enfrentamiento bélico con otros países, Guerra Mundial, ocupación y miles de miles de soldados y civiles muertos, y alguna que otra enfermedad, sujeta a la medicina de entonces, pero también a prácticas menos ortodoxas, a imposición de manos de curanderos y santones.

Pero ¿por qué salían a la luz pública esos datos un siglo más tarde? Y, sobre todo, ¿qué relación había entre todo ello y el trágico fin del submarino nuclear de la Armada rusa ahogado, vaya paradoja, en el mar de Barents el 12 de agosto de 2000? La historia toma a veces caminos insondables, difíciles de seguir, y menos aún de interpretar o de aceptar. La gran campana de Moscú, los Románov, Rasputín, el Kursk… ¿todos amalgamados? Pasiones de personajes cuyos ropajes tienen polvo de la historia, del poder, de lo oculto, de la seducción, de ansias de riqueza. La realeza de los Románov parece que desapareció. Pero ¿se sacaron joyas de Petrogrado? ¿Dónde estuvieron durante esos cien años? ¿Es cierto que el Hermitage ya cuenta hoy con una muestra de aquéllas, adverada por el Alcalde de Pokróvskoie, el pueblo natal de Rasputín?

Kolia Kozlov, quizá también Románov, que ya se verá qué tipo de posible relación tenía con la familia imperial de ese mismo apellido, era depositario, acaso sin saberlo, de toda esta trama. La vida le iba a cambiar con un “legado”. Una herencia  relacionada con toda esta historia.


El desfile de los personajes de varias tramas irá desvelando cómo se superponen, aunque no se simultanean en el tiempo. ¿Es la “Lechuza”, o un familiar suyo, de verdad un Correo del Zar? ¿Qué significado tiene la Campana rota? ¿Cuánto da de sí el enfrentamiento entre las dos más subyugantes capitales de Rusia, Moscú y San Petersburgo?

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04 julio 2020

EL FINAL DE UNA ESPECIE


Cuento por Manolo Rincón.


Me desperté sobresaltado aquella mañana que yo suponía de junio. Tenía la boca seca y me habían agitado pesadillas durante la noche. Esto era normal en los últimos tiempos.
Por mi memoria solían pasar a gran velocidad los acontecimientos vividos en el pasado decenio. Recordé la expansión imparable de un insignificante virus que comenzó a matar a miles de seres humanos, ante el asombro y la impotencia de científicos y médicos.
Fue el primer aviso y los hospitales se colapsaron. Los ancianos fallecían a miles. Nadie sabía muy bien qué hacer. Vino la teoría del confinamiento que parecía entonces la única posible, nunca lo sabremos. Esto arruinó muchas vidas de gentes que quedaron en la miseria, sin que los fallecidos bajasen en número.
Los científicos no daban con la cura. El poder político dejaba de ser democrático por momentos y nos imponía una forma de vida dictatorial.
Luego comenzó a disminuir el ritmo de contagios. Sabíamos que los muertos eran muchos miles, lo sabíamos aunque nunca los vimos. Los más débiles sucumbieron de una forma espeluznante.
Se decidió volver a la normalidad, aunque ya nada fue igual. No había otra solución. El confinamiento no podía ser eterno. Usábamos mascarillas. Tratábamos de retomar los viejos hábitos, de que viniese el turismo, de que la economía funcionase de nuevo. Pero lo cierto es que cada vez había más gente hambrienta.
Comenzaron los disturbios sociales en las grandes ciudades. Ya nada era seguro.
La vacuna dijo tenerla alguna superpotencia. Y su mejor idea entonces fue vacunar a todo su ejército.
Ese fue el momento del gran desastre, pues el resultado de la esperada vacuna, fue muy diferente al esperado. Aunque se ocultó un cierto tiempo, los valientes soldados tuvieron una muerte horrible. Algo había fallado.
Las personas que compraron a precio de oro la vacuna estaban aterrorizadas y empezaron a morir. Pero los científicos constataron que la fuerza del virus había sido multiplicada por mil con la vacuna defectuosa.
La situación era dramática en todo el mundo. La cifra de fallecimientos era insoportable. Los servicios básicos fallaban, la cadena de distribución dejó de funcionar. Los científicos eran inoperantes y también ellos morían.
Era el momento de la gran decisión, mientras aún me encontraba bien. Recordé de nuevo la despedida de mi familia. Les deseé mucha suerte. Nunca olvidaría ya ese momento. Les di mis mejores consejos que sabía no pensaban considerar. Creían erróneamente que terminaría habiendo una solución. Y compré a un alto precio gasolina para mi coche.
Aún resuenan en mis oídos las órdenes absurdas del líder supremo para un nuevo confinamiento indefinido y me dispuse a escapar de la ciudad. Circulé por caminos secundarios esquivando las patrullas de policía y rodeando las poblaciones por las que fui pasando. Con mucha dificultad llegué a un pequeño pueblo castellano, que estaba abandonado.
No me fue difícil forzar la puerta de la casa que tenía mejor aspecto. Dentro se podía vivir con relativa comodidad. No había electricidad y el teléfono hacía días que no funcionaba. Tampoco se captaba ninguna emisora de radio.
Había agua abundante y como mis provisiones eran escasas empecé a ver que me ofrecía la naturaleza. Tenía a mi disposición árboles frutales y traté de cultivar una huerta abandonada.
Todos los días hasta hoy he dado paseos, pero no he visto rastro de vida en ningún lado. El coche quedó inservible. El tiempo lo pasaba pensando en lo que estaría ocurriendo en el mundo moribundo que había dejado.
He tenido tiempo de contemplar las estrellas, los planetas y las galaxias, visibles en las noches sin luna. Un espectáculo maravilloso y a la vez inquietante. La caída de estrellas fugaces es otro maravilloso espectáculo.
He ido llevando cuenta del tiempo pasado. Creo que 10 años han transcurrido desde mi llegada aquí. Mi aspecto ha cambiado. He tenido que hacerme ropas con lo que he encatrado en las distintas casas del pueblo.
Todo es silencio. Solo se oye el viento y algún pájaro. No he visto animales. Una vez avisté un perro y otra un caballo. Noto que me voy debilitando. Por ello escribo estas notas. Si en la novela de Wells los marcianos terminaban sucumbiendo por los virus, nuestro destino fue el mismo. Estos seres microscópicos habían terminado con la humanidad.
Tengo el convencimiento de ser el único humano vivo sobre el planeta. Nunca quise ponerme vacunas. Quizás eso me salvó.
Creo que estoy en el año 2031 y llega ya mi hora final. Lentamente me encamino al rio, donde algún pez había pescado para comer. Un rojizo atardecer me espera, con un sol poniente entre las lejanas montañas, como un incendio. Los recuerdos se agolpan en mi cerebro. Pronto pasaré a otro estadio. Tengo el convencimiento de que nuestra raza se ha extinguido y no de la manera apocalíptica en que creíamos sería el fin del mundo. De una manera silenciosa, un enemigo invisible sin hacerse notar a penas, ha terminado con nosotros. De nada han servido nuestros grandes avances de los que estuvimos tan orgullosos. Bien venidos sean los herederos de la tierra.
No sé si esta historia se ha repetido muchas veces a lo lago de eones de años o ocurre por vez primera. Es igual. El resultado es el mismo. Aquí me despido, aunque no se si esto será leído por alguien.

Creo que a junio de 2.031

LECCIONES PARA DESPUÉS DE UNA CRISIS Y UNA ALARMA CONSTITUCIONAL


POR NICOLÁS PÉREZ-SERRANO JÁUREGUI




A propósito de la pandemia del coronavirus: Lecciones para después de una crisis y una Alarma constitucional.


1ª.           No dejar de invertir en sanidad incluso en tiempos de vacas flacas.

2ª.           Ídem: no dejar de invertir en educación (tecnologizada).

3ª.           Ídem: no dejar de invertir en investigación.

4ª.           Hay que delimitar bien los campos de actividad y responsabilidad de técnicos y políticos. Si no, al confundirse, pueden generar esferas de impunidad. En ese mismo orden de consideraciones, también reportaría claridad que se definiesen bien, de manera que se pueda distinguir, tanto el campo de los asesores como el de la actuación de la línea de mando.

5ª.           Hemos de buscar mecanismos objetivos y eficaces para detectar las falsedades difundidas por las redes y poner medios igualmente válidos y legítimos para luchar contra ellas y descubrir sus posibles autores, que merecen repulsa sobre todo por actuar en tiempos de debilidad generalizada de instituciones y personas y por utilizar medios en que se diluye o desaparece la responsabilidad personal.

6ª.           (quizás la 1ª): La Constitución sigue muy viva. Es sabia. Es previsora. Sabía bien lo que hacía al redactar el artículo 116, y el 97, aunque de la “dirección política” del Gobierno cabe esperar mucho más. Hay suficiente delimitación entre los diversos estadios de lo que los clásicos del derecho público patrio denominaban “situaciones de anomalía en la vida del Estado”, sin deberse perder de vista que todos ellos suponen restricciones para el ciudadano justificadas precisamente por darse una realidad excepcional.

7ª.           En tiempos de desolación extrema no debe dejar de funcionar el Parlamento con asiduidad en sus dos capacidades mayores: la legislativa y la de control, por mucho que pierda viveza y matices si tiene que actuar sujeto a modelos de comportamiento y votación telemática.

8ª.           La coordinación de los poderes públicos resulta vital siempre, y urgentísimamente imprescindible desde el minuto cero en caso de emergencia. De lo contrario pueden incurrir en lo prohibido por el 9 de la Constitución de 1978, a saber, la arbitrariedad.

9ª.           Las palabras son claves: el 30 de enero de 2020 la OMS declaró que estábamos ante una emergencia de salud pública internacional, y el DRAE nos previene, pues emergencia es “situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata”. El Estado de Alarma se adoptó cuarenta y cuatro días después, el 12 de marzo. Frente a tal falta de reacción inmediata muchas consideraciones nos llevarían a analizar culpas, negligencias, dolos, responsabilidades, indemnizaciones. La responsabilidad primera es atender al lenguaje, cuidarlo. Si nos hubiéramos tomado en serio esa declaración de la OMS acaso no serían hoy tan devastadoras las cifras de la pandemia.

10ª.       Habrá que dar nueva dimensión o configuración a la distancia, en muchas de las cosas vestidas de “tele”. Es preciso aprender a “televivir”. El futuro estará lleno de ingenios que supuestamente nos facilitarán las cosas de esa manera.

11ª.       Grandísima atención tendremos que prestar al menos (para lo bueno, pero también para prevenirnos de lo malo que alberguen en su seno) a dos aplicaciones “negativas”, a saber la ingeniería inversa y la genética inversa, que a mí me producen honda preocupación. Alguien versado en estas materias tendría que enseñarnos sus potencialidades y posibles riesgos y consecuencias de todo.

12ª.       Sería bueno ahondar en la utilidad de las “mutaciones constitucionales”, que introducen cambios en los funcionamientos de los sistemas políticos sin llevar a cabo reformas formales de la Constitución. Habría que pensar a qué campos o materias concretas, con los máximos consensos posibles (no obviamente los de quienes quieren desgajar España con conductas apartheidistas), `podría aplicarse esa técnica de las mutaciones.

13ª.       Deberíamos pensar en el modo de introducir asignaturas obligatorias -cuya finalidad sería reparadora de nuestros vicios o malos hábitos- desde la enseñanza infantil. Una de ellas, según mi visión de las cosas, tendría que ser enseñarnos a ser eficaces, a no dejar sin terminar las cosas, a hacerlas con provecho para los demás, a no realizarlas con premura o precipitadamente. Es decir, una variante del “no todo vale”. Viene ello a cuento de cosas que suceden a nuestro alrededor y que se explican con arreglo a esos parámetros de conducta, que a todos nos deberían marcar indeleblemente hasta convertir esas malas maneras en excepción y a sentar lo contrario como norma general de obligado cumplimiento. Sería medianamente socializadora e introduciría valores de satisfacción por el deber cumplido.

14ª.       Habremos aumentado, con toda probabilidad, nuestro grado de dependencia respecto a ciertas adicciones. Algunas lo habrán sido incluso propiciadas por el teletrabajo. Otras, que obedecen a vicios o posiciones de antes, han gozado de mayor tiempo de dedicación. Maquinitas, móviles, toda gama de aparatos… No es sino un toque de atención, pero la reflexión me parece obligada. Acaso la diversificación de los ocios, especialmente para críos y jóvenes, también deba ocupar la mente de padres y educadores.

15ª.       En Estados muy descentralizados pero de una extensión territorial abarcable (lo es España) en épocas de crisis absoluta es remedio eficaz conjugar el mando único con fórmulas de coordinación con autoridades autonómicas y puede ser enormemente útil la reunión periódica de responsables sectoriales para intercambio de opiniones, información y exposición de métodos e ideas para hacer frente al problema. La colaboración coordinada se impone. Es una fase más desarrollada de la Conclusión 8ª.  Desde nuestro excesivamente imperante individualismo rechazamos muchas veces fórmulas de colaboración y de trabajo en equipo que no son en absoluto desdeñables.

16ª.       Aprender de gente como Marina: este autor y pedagogo, ante la posible modificación de los criterios para la concesión de becas escolares, propone un híbrido entre el socialismo de las oportunidades y la aristocracia del mérito. O de Borrell, Ministro de Asuntos Exteriores de la UE, que define a ésta como “la mejor combinación que hay en el mundo de libertades políticas, prosperidad económica y cohesión social”.

17ª.       Tendremos igualmente que aprender a apostar por otros equilibrios entre actividades y riesgos: no es bueno depender en un veinte por ciento del monocultivo Turismo, dios o panacea con el que desde los 60 del pasado siglo pretendemos explotar nuestro don, el sol y las playas… Yo no sé cómo se hace eso, pero creo imprescindible que nos replanteemos no pocos de los aspectos inmersos en la explotación de ese tesoro. Construcción (ladrillo) ha estado muchos años asociada con el turismo. Doble razón, pues, para mirar este sector con lupa, ideas claras y acaso planes en mano para una sana redimensión de las cosas.

18ª.       Como creo que no forma parte específica de ninguna de las anteriores, llamo la atención acerca del papel de los mayores en sociedades cada vez más ancianizadas. De una parte, muchos de ellos conservan hasta el final capacidades y experiencia que despreciamos por sistema. De otro lado, su reclusión en residencias ha de llevar consigo un replanteo de todas las esencias y condiciones, así como una redefinición de los requisitos a cumplir para que puedan desarrollar su cometido. Es cuestión lo sé, compleja. No por ello debe dejarse de lado, sin solución tras estudio meditado y partiendo de hasta hoy una acaso excesiva desconexión entre ese sistema de “reclusión” y la sanidad.

19ª.       Muy pocos -y los que lo hacen desenfocan la cuestión y muestran afiladísimos colmillos y fobias viscerales solo por el hecho de ser cosa española- son capaces de poner en tela de juicio ni las actuaciones de la UME ni de otras unidades de las Fuerzas Armadas ni la llevada a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Aun así, es lícito cuestionar algunas acciones de fuerzas de esa índole más cercanas a lo que todos entendemos por protección civil, de las que, al menos los Ejércitos, están alejados por no formar parte intrínseca de su función constitucional.

20ª.       Ignoro cuándo, pues la cosa puede que no vaya a más, pero acaso en determinado momento el Estado tendrá que legislar acerca del uso (partidista o por parte de ciertas organizaciones o movimientos) de los colores. Del rosa al amarillo, pasando por el morado y llegando al arcoíris parece que cada uno en su parcela trata de que el color elegido para su formación, de ese momento en adelante, quede reservado en exclusiva para ellos. Tal apropiación resulta inadecuada o injusta y un claro abuso que coarta libertades, ideas y hasta actividades, o genera indebidas asociaciones de ideas, conductas o incluso inclinaciones de cualquier tipo.

21ª.       Derecho y lenguaje deberían ir siendo cada vez más finos, ajustados, precisos, de cara sobre todo a su presencia en el complejo campo de la política. Ahí va un ejemplo: en la Mesa para el Diálogo con la Comunidad del Nordeste de España, debería dejarse claro que no es término correcto ni independentismo ni secesionismo, pues así, de forma indebida, se aludiría a un supuesto derecho a separarse; lo que más se aproxima a lo que definen ERC, JxCat y otros grupos ideologizados de ese cuadrante Nordeste de España es “apartheidismo” y segregacionismo. Estos términos no albergan ese componente jurídico mencionado, un derecho a… Históricamente algo similar se daba en movimiento o ideologías que pregonaban el convencimiento de una raza superior, o un territorio superior, o una sublime lengua superior. Las identidades territoriales no enervan la unidad de la Nación ni llevan ínsito un derecho a la desconexión. En Cataluña, como en el resto de España, reina la pluralidad de todo orden, pero pequeñas (o mayores) minorías, en procesos de sinécdoque o hipostatización, tratan por todos los medios de que se tome la parte por el todo.

22ª.       Asimismo tendremos que hilar fino en y ante Europa. Sin ellos acaso nos ahogaríamos sin remisión. En su seno hemos de hacer lo pertinente para que la ayuda que recibamos encuentre acomodo digno para su devolución en tanto en cuanto se nos exija, y en las mejores condiciones. Además, creo imprescindible apostar por bases de carácter europeo que centralicen insuficientes esfuerzos nacionales en campos muy heterogéneos pero todos con un sello que implica seriedad, competitividad, solidario buen hacer: por poner dos ejemplos, para buscar conjuntamente una vacuna anticovid19 y para adquirir material sanitario tipo mascarillas, etc. que ahorre dinero y busque calidad asegurada y ofertas competitivas… Habrá, obviamente, muchos más, que ahondarán en la conveniencia y necesidad de ir juntos en aras de la consecución de fines y objetivos comunes.

23ª.       Parece a priori buena idea contar con la opinión de 100 reconocidos economistas, sociólogos y científicos, a plasmar en un documento relativo a soluciones y medidas concretas para la España postcovid y que yo llamo “el año de la postdemia”, para definitivamente vernos libres de ese mal que nos asola durante todo el 2020. Habrá que conocer su composición, altura profesional y la capacidad que tienen en esos terrenos, incluso en el de conseguir consensos en sus propuestas y definición (y cuantificación) de prioridades, así como el coste de esta iniciativa del Presidente del Gobierno, aunque algunos sueltos de la prensa apuntan que no se retribuirá económicamente ese trabajo. En todo caso, aplaudimos esta iniciativa que ayuda a realizar lo que plasma y prevé el artículo 97 de nuestra Constitución y que en teoría política se corresponde con la competencia del Ejecutivo para fijar el rumbo del “indirizzo” o dirección política. Lo mismo digo de la creación de un núcleo de expertos para analizar -los indicios apuntan a que funcionará en el entorno de la Vicepresidenta Calviño- las carencias (muy relevantes por estar inmersos en la era de las telecomunicaciones vía internet) de la protección del usuario de instrumentos digitales.

Hasta ahí unas cuantas reflexiones. La invitación es a que otros sumen, resten, perfilen, etc. lo que tengan a bien hacer al respecto. Acaso “Aula 64” pueda resultar plataforma adecuada, en el formato que consideren oportuno los miembros de nuestro inefable “Comité de Dirección/Coordinación”, para la discusión de todo ello.

Nicolás Pérez-Serrano Jáuregui, en los días finales del “Estado de Alarma”, junio de 2020.




20 junio 2020

VERNE, GALDÓS Y VALLE-INCLÁN

... POR ELOY MAESTRE

Devorando letra impresa a toda velocidad en este aislamiento, cinco horas al día como mínimo, he leído un total de treinta y una obras de Julio Verne, Benito Pérez Galdós y Ramón del Valle-Inclán. Salvo mi mirada apasionada, casi nada une a estos autores dispares y geniales.
Citados por orden de antigüedad, no pueden considerarse contemporáneos: Verne (1828 – 1905), Galdós (1843 – 1920) y Valle – Inclán (1870 – 1936). Los dos primeros se consideran del siglo XIX y Valle- Inclán, del XX. 
De mayor a menor volumen he leído las obras siguientes: 14 de Valle – Inclán: Sonatas, Tirano Banderas, La corte de los milagros, Viva mi dueño, Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera, Gerifaltes de antaño, Divinas palabras, Martes de Carnaval, Luces de bohemia, Cara de plata, Águila de blasón, Romance de lobos y Jardín umbrío.
Diez de Verne: Cinco semanas en globo, Veinte mil leguas de viaje submarino, Los hijos del Capitán Grant en América del Sur, Miguel Strogoff, Viaje al centro de la Tierra, La vuelta al mundo en 80 días, Robur el conquistador, Escuela de Robinsones, Un capitán de 15 años y De la Tierra a la Luna.
Siete de Galdós: Fortunata y Jacinta, El amigo manso, Marianela, Miau, Nazarín, Tristana y Misericordia.

PARA SEGUIR LEYENDO:


07 mayo 2020

Un poema de Nicolás



                  Un poema de Nicolás.

   Durante el AULA 64 que mantuvimos en enero pasado, Nicolás nos leyó un poema siguiendo el estilo del conocido “If”, de Rudyard Kipling, que éste escribió en memoria de su hijo muerto joven tras alentarle a que fuera a la guerra. El poema refleja el dolor que el premio Nobel sintió por este hecho y que probablemente le persiguiera toda su vida. 

   El poema de Nicolás no tiene nada que ver, sin embargo, con el de Kipling, excepto por su métrica, comenzando con el condicional “If”, en español “Si…”

    El tema tiene que ver con su disertación sobre “El lazo constitucional” y lo ha dedicado a España. Como no lo había recogido en la reseña y ahora me ha aparecido con ocasión del intercambio de poemas que alguno habrá recibido y – sobre todo que me ha gustado mucho, creo que es más que merecedor de aparecer aquí y que lo conozcáis todos.

    Aquí está:

           Nuevo If sobre España.


Si los surcos de España / mimas con recia mano.
Si como lengua madre / usas el castellano.
Si logras conmoverte / con sus símbolos patrios.
Si quieres que la abracen / todos sus ciudadanos.
Si besas nuestra tierra y / veneras sus entrañas.           5
Si consideras tuyos / sus ríos y montañas.                
Si adoras los rincones / de todas sus regiones.
Si con razón rechazas / sus detractoras voces.
Si con conducta firme / lealmente la tratas.
Si el respeto por ella / a tus hijos inculcas.                   10
Si a quienes la denigran / apartas con vehemencia.
Si contemplas su Historia / con singular querencia.
Si tu esfuerzo y trabajo / enderezan sus sendas.
Si sus triunfos celebras / y sus fracasos lloras.
Si en su futuro crees / y su pasado adoras.                  15
Si al darle vida y cuerpo / su esencia paladeas.
Si te irritan sus vagos / truhanes, malhechores.
Si la surtes de puentes /de nobles materiales.
Si con tu recto orgullo / le perdonas sus males.
Si con honor la tratas / signo de pleitesía.                    20
Si las notas de su himno / cantas con alegría.
Si inventas mil estrofas / para darle sentido.
Si enhiesta la cabeza / no abjuras de tu sino.
Si piensas que tu Pueblo / tiene un común destino.
Si defiendes su idea / a izquierda y a derecha.            25
Si de buen grado acatas / sus súplicas de lucha.
Si al pisar sus senderos / enardecido avanzas.
Si con el “Non Plus Ultra” / más todavía te adentras.
Si con una Corona / cinco Reinos abarcas.
Si al rojo y amarillo / flamean tus banderas.                30
Eres hijo de España / Tendrás que merecerlo.
Que nadie lo malogre / Nada es mejor que serlo.



Madrid, a doce de abril de dos mil veinte.

Nicolás Pérez-Serrano Jáuregui.




Nuestra profesora de francés Mª Ángeles Bueno



  Nuestra profesora de francés en el Ramiro,
 Mª Angeles Bueno

Por Kurt Schleicher

  Vicente encontró una detallada biografía de nuestra profesora (creo que los que estudiaron solamente francés la tuvieron en segundo de bachillerato).

   Podéis ver la biografía completa en el acceso:

                                    http://www.fgbueno.es/fgb93.htm


y una foto que traerá recuerdos a más de uno:





    La señorita Bueno, como la conocíamos, se licenció en Filosofía y Letras en 1942 a la temprana edad de 23 años, pero su faceta de profesora de francés proviene de haber realizado en Montpellier entre 1950 y 1951 dos cursos, obteniendo el pertinente certificado de estudios franceses.

    En el Ramiro fue admitida en 1955 por D. Luis Ortiz Muñoz, siguiendo la recomendación del Catedrático de Francés D. Leopoldo Querol. Nos dio clases hasta 1963, por lo que “nos toca de lleno” en nuestra época allí. En 1961 fué adscrita al “Nocturno” por D. Antonio Magariños.
   Más adelante, en 1962, sacó la cátedra de Francés de Escuelas Normales.  
   
   Nada más entrar como profesora del Ramiro, seguramente fue contagiada del ambiente baloncestítico imperante y se hizo “socio protector” del Estudiantes, como atestigua esta imagen del carnet:





    Durante esta época vivió en la Residencia de Auxiliares de Investigación, adscrita al CSIC y sita en la calle Jorge Manrique 27,  lo que le resultaría muy cómodo por su cercanía al Ramiro.

   Su vida fue muy intensa y longeva; abonada a la cultura en sus diversas facetas, fue una gran aficionada al cine, al arte ─ perteneció a Amigos del Museo del Prado hasta su fallecimiento ─  a la música – espectadora fija en los ciclos del Teatro Real y del Auditorio Nacional de Música – y también a las actividades organizadas por el Centro Riojano de Madrid.

  Fue también una gran e infatigable viajera.
  Murió a los 91 años no hace mucho tiempo, en el año 2010, en Madrid.
  À bientôt, Mademoiselle…

KS, mayo 2020.

Las malas noticias





Las malas noticias
Por Manuel Limones

    A nadie le gusta transmitir noticias desagradables. Pero hay personas que por su profesión no tienen más remedio que comunicar algunas que no quisieran dar nunca.
    El médico actúa con un mismo objetivo y fin, curar al paciente. Es por ello que comunicar una mala noticia es desagradable para el médico porque va en contra de su razón de ser, pero la realidad es que el encargado de la salud tiene el deber de informar, tanto de las noticias buenas como de las  malas. Para ofrecer una buena información, tanto por imperativo legal como por reflexiones bioéticas, es muy importante trasmitirla correctamente en la forma y en el momento oportuno para no erosionar la confianza del paciente o familiar, ya que una deficiente o contradictoria información puede ser origen de recelos, incomprensiones, quejas o incluso demandas judiciales.
    Desde la perspectiva de muchos años de ejercicio profesional, no dejo de considerar que la información en la relación médico-paciente y familiares es una tarea harto compleja. Se puede estar al corriente de los avances de la medicina, de una técnica quirúrgica novedosa, pero la comunicación de malas noticias es frustrante para el facultativo y siempre resulta una tarea difícil, porque la labor de informar tiene unas connotaciones especiales sobre las que es preciso reflexionar. Se ha dicho que los factores que dificultan la información pueden provenir del ambiente sociocultural, del paciente o familiar cercano, o incluso del propio médico, pero en realidad el acto de comunicar malas noticias, me atrevo a decir, depende casi exclusivamente de una correcta relación interpersonal, en la que el facultativo se debe adaptar a cada caso. Nunca la información que se va a facilitar al paciente o familiar va a ser igual, aun informando de lo mismo, con mayor motivo si se trata de dar una mala noticia. Existen diferentes causas por las que el médico se puede encontrar en esta situación: resultados no esperados que no indican mal pronóstico, resultado con mal pronóstico, resultado inminente de desenlace fatal, comunicación al familiar de un desenlace fatal en un plazo muy próximo o confirmación de un fallecimiento. En cualquiera de estos casos, el ser capaz de mostrar empatía con la persona a la que se le informa es esencial para que fluyan las palabras de la manera más natural y menos traumática posible, con claridad y sin eufemismos, para que la información sea recibida con la mejor disposición y comprensión, esta última difícil de conseguir en muchos casos.  Las Facultades de Medicina no forman en estas habilidades, incluso con los modernos sistemas interactivos. Es algo que se adquiere después de años de actividad profesional, unos antes y otros más tarde…   
    Se me vienen a la memoria muchas situaciones dolorosas en las que la comunicación del fallecimiento de un ser querido fue realmente traumática y no solo para el familiar. Fueron en su mayoría casos inesperados: la comunicación de la pérdida de un hijo, el resultado nefasto de un accidente de tráfico… Son situaciones dolorosas que impactan al informador, no solo por la mala noticia en sí misma, sino por las preguntas que te hacen y no sabes responder.
    No estamos preparados para el sufrimiento, ni lo estamos tampoco para dar malas noticias, incluyendo a los médicos. No hay guías ni métodos infalibles para comunicar una muerte, ni siquiera en circunstancias excepcionales como en una pandemia. Nos queda mucho por aprender en este difícil encargo de transmitir una mala noticia.
    La empatía y la capacidad de sintonizar con los sentimientos o preocupaciones de la otra persona, siguen siendo la “regla de oro” en la trasmisión de malas noticias. Pero, aun teniendo empatía y formándonos cada vez mejor en la comunicación médica, ¡cuántas preguntas quedarán sin contestación! 
    Actualmente, ante los fallecimientos masivos por la infección del coronavirus, me pongo en el pellejo de mis colegas, no solo por la situación que están pasando  desde el punto de vista asistencial, sino a la hora de comunicar un fallecimiento. ¡Cuántas preguntas no tendrán respuestas! ¡A cuántas preguntas no sabremos cómo responder!

Manuel Limones Esteban
Médico jubilado

21 abril 2020

Jenofonte y Shackleton: dos fracasos coronados por el éxito



Jenofonte y Shackleton: dos fracasos coronados por el éxito
Por Eloy Maestre

En estos tiempos de aflicción, leer es más importante que nunca. Los libros nos abren los ojos cumpliendo el anhelo de nuestros maestros de enseñar deleitando.
Hoy quiero comentaros dos libros: La expedición de los diez mil de Jenofonte y Atrapados en el hielo de Caroline Alexander. Tratan de epopeyas separadas por veinticinco siglos con un nexo común: sólo la unión y solidaridad en un grupo logran el éxito de las empresas.
Jenofonte protagonizó y escribió La expedición de los diez mil (Anábasis) en el siglo V a. C. Se describe la expedición a Mesopotamia de quince mil mercenarios griegos al mando de Clearco, que se alistaron a luchar junto a un ejército reclutado por Ciro, joven hermano del rey de reyes persa Artajerjes II, que pretendía destronarle y erigirse él como rey.
Ciro y los griegos obtuvieron la victoria decisiva contra Artajerjes II en la llanura de Cumaxa en Mesopotamia. La temeridad de Ciro le impulsó a luchar en primera línea y resultó muerto, con lo que volvió su victoria en derrota al dispersarse su ejército.
A más de seis mil kilómetros de su patria, la expedición griega en número de diez mil emprendió el regreso a pie. Los persas le tendieron una trampa y bajo promesas de amistad con el señuelo de un salvoconducto para regresar a Grecia convocaron a sus jefes a una reunión y los mataron a todos.
Privados de sus generales, los expedicionarios convocaron reuniones y acabaron eligiendo como jefe a Jenofonte, hasta entonces un simple soldado ateniense. Entre enormes penalidades, guerreando casi continuamente contra ejércitos y tribus hostiles por tierras desconocidas, Jenofonte les condujo con gran pericia durante meses, siempre unidos, hasta su patria y transformó la derrota en la batalla en una victoria.


Caroline Alexander describe en su libro, ilustrado con maravillosas fotografías de Hurley, la epopeya protagonizada por el anglo-irlandés Ernest Shackleton al mando de la Expedición Imperial Transantártica, que partió de Inglaterra en 1914 y concluyó el 8 de octubre de 1916 en Buenos Aires. Veinticinco siglos más tarde, Shackleton convirtió su derrota inicial al no lograr su objetivo de atravesar la Antártida a pie con la ayuda de trineos tirados por perros en una victoria al regresar vivos cuantos iniciaron la aventura.
Shackleton promocionó su empresa afirmando: “Nos han derrotado en la conquista del Polo Norte y en la conquista del Polo Sur. Queda el viaje más impresionante de todos, la travesía del continente (Antártida)”. El desafío era imponente. La Antártida es un continente helado nunca habitado, con vientos de hasta 300 km por hora y temperaturas de 50º C bajo cero.
(Peary, estadounidense, conquistó el Polo Norte en 1909 y el noruego  Amundsen el Polo Sur en 1911, adelantando por pocos días al británico Scott que alcanzó el Polo Sur y pereció con sus compañeros en el camino de vuelta.)
(Shackleton ya fue derrotado por el hielo en una expedición anterior para alcanzar el Polo Sur en 1909. Llegó hasta los 88º sur y a menos de 160 km del Polo tuvo el valor de dar la vuelta al no concebir esperanzas de culminar el regreso).
A bordo de la goleta Endurance (resistencia) de tres palos, de madera y trescientas toneladas, con 48 m de eslora y planchas de roble y de pino noruegos de hasta 80 cm de espesor, recubierta de ocote, una madera muy dura, se embarcaron 27 tripulantes entre oficiales, científicos y marineros, 28 con Shackleton, así como 69 perros de trineo canadienses. No lograron alcanzar la Antártida y el hielo acabó tragándose la goleta.
Permanecieron quince meses atrapados en el hielo y después se embarcaron en los tres pequeños botes auxiliares de que disponían. En una primera travesía llegaron todos los expedicionarios a isla Elefante, a la que siguió otra de sólo seis personas en un bote abierto de siete metros de eslora hasta isla San Pedro, situada a 1.300 km de distancia, donde sabían que se encontraba una base noruega de pescadores de ballenas. Una vez en ella, y ante la imposibilidad de alcanzarla por mar, tan sólo tres de ellos realizaron una angustiosa travesía de la isla a pie por parajes desconocidos al mando del propio Shackleton y lograron llegar a dicha base. Finalmente regresaron a por sus compañeros con un barco de los noruegos y se salvaron todos.


Jenofonte y Shackleton muestran la necesidad de mantenerse unidos, activos y esperanzados, ayudándose mutuamente ante las adversidades para lograr una empresa. Shackleton añade su experiencia en confinamientos prolongados, primero en la goleta y luego en barcos pequeños, y siempre en superficies heladas e inhóspitas. Hay que mantener un buen tono físico con ejercicios y trabajos, y la salud mental con diversiones y tareas. Las rutinas diarias resultan imprescindibles en condiciones de aislamiento extremo.