15 enero 2014

RAICES DEL RAMIRO


Las raíces del Ramiro, por Manolo Rincón
Este curso escolar, en colaboración con el Departamento de Historia del Ramiro, estoy desarrollando varios trabajos de “investigación arqueológica” en el Instituto.
Fruto de ello es que voy descubriendo cada vez más cosas sorprendentes. Brevemente me voy a referir a los orígenes del Instituto, cuyas raíces se hunden en el Instituto-Escuela de antes de la Guerra Civil.
El Instituto fue fundado por Orden Ministerial dada en Vitoria (se supone por ser Ramiro de Maeztu de allí), el 4 de Abril de 1939, tres días después del cese de las hostilidades, por el entonces Ministro de Educación Nacional  Pedro Sainz Rodríguez, que firmó la Orden Ministerial por la que se creaba el Instituto Nacional de Enseñanza Media "Ramiro de Maeztu". El Régimen tenía prisa en ponerlo en marcha.
En dicha Orden se señalaba que el nuevo Centro se establecería en los locales ocupados anteriormente por el Instituto-Escuela en los Altos del Hipódromo, heredando edificaciones y algún profesorado del antiguo-Instituto Escuela, que es la verdadera raíz del Ramiro.
Sainz Rodríguez puso en marcha el primer Plan de Estudios de la nueva etapa en la Historia de España, que se vivía tras la Guerra Civil, y que se mantuvo hasta 1951 para dar paso a la Ley de 1953 de Ruiz Giménez. 
Sainz Rodríguez fue breve en su cargo, pues según las malas lenguas, al pasar Franco con Dª Carmen enfrente de un puticlub de los de entonces, vio el coche de Sainz, y le dijo después, te dimito no por hacer las cosas propias de un hombre sino por usar para ello el coche oficial.
Ibáñez Martín ministro ligado a la extrema derecha del franquismo, fue el que dotó al Ramiro de todo lo que hemos conocido nosotros. Por decreto de 4 de diciembre de 1941 (de refundación), hizo depender al Ramiro del CSIC, decidiendo dotar al Instituto de los mejores medios didácticos disponibles en la época. Se instaló en el recinto del Ramiro, el instituto de Pedagogía San José de Calasanz.
El Instituto además de Centro Piloto para experimentar el CSIC, era un Patronato, entrando el profesorado por libre designación del Ministerio.
Esta estructura se mantuvo casi intacta hasta comienzos de los años 80, es decir cuarenta años.
El Director que más tiempo estuvo en el Cargo fue D. Luis Ortiz Muñoz. Parece que su cátedra original era de Latín, asignándosele después la de Griego, para dar paso a D. Antonio Magariños.
D. Luis había sido censor, cargo que luego ocupó su hermano, que vivió con su numerosa prole en el propio Ramiro.
Ibáñez Martín impulsó el Internado Hispano Marroquí, dotándole de lujosos mobiliarios, y trayendo hasta un imán para que los alumnos marroquíes orasen.
A cambio su Alteza Imperial el Jalifa, regaló ricos presentes, entre los que se encuentran alfombras y cuadros. Había en el sótano mesas de Ping-pon y de billar. Hoy todo eso desgraciadamente se ha perdido, al quedarse el CSIC con el edificio.
Ibáñez Martín dejó el cargo para ir de embajador a Portugal, y posteriormente murió atropellado por un coche.
Su etapa se caracteriza por el predominio de la Iglesia en todo el ámbito estudiantil.
 
Mueble del Internado Generalísimo Franco ricamente tallado
 
Sótano en el que reposan gran cantidad de documentación sin estudiar

3 comentarios:

  1. Pues he pegado un respingo cuando he visto la última fotografía; efectivamente, se ve que tu labor de investigación arquelógica tiene bastantes "raíces" por delante... ¡mucha suerte!

    Se me ocurre comentar que, efectivamente, la nueva etapa del Ramiro en el año 40 coge impulso por el "tándem" que formaban Ibáñez Martín y Luis Ortiz; el primero dictaba y el segundo ejecutaba, pues es bien sabido que era su mano derecha. El Ramiro como lo hemos conocido surgió de esta "conjunción estelar", pero el que se arremangó fué Luis Ortiz, que hizo en el Ramiro algo parecido a lo que le encomendaron de poner en pie la Ciudad Universitaria, además de su labor como Director.
    Opino que, independientemente del entorno político (bueno, mejor dicho, apolítico) "obvio" en aquél periodo de postguerra civil, este tándem le vino muy bien al Ramiro. Un director con acceso directo a las alturas, además de sus otros cargos en Educación, siempre es beneficioso, especialmente cuando Ibáñez Martín tenía toda su confianza depositada en Luis Ortiz. Y eso que, según creo, ciertas directrices más extremas de aquél tuvieron que ser flexibilizadas o atenuadas por nuestro Director.
    Si juntamos todo esto con la panoplia de profesores y catedráticos que hubo entonces, no es extraño que cogiera fama de modélico...

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  2. A lo mejor investigando, investigando se nos caen los sombrajos, como a pasado con José Navarro y Luis Ortiz..

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