Mis primeros partidos con el Estudiantes, por Vicente Ramos

La primavera de 1.964, en las mismas fechas en que todos los de la promoción realizábais el viaje a Roma, algunos de nosotros estábamos en Zaragoza disputando la final del Campeonato de España Juvenil.

Allí estábamos, fotografiados en la Plaza del Pilar, de izquierda a derecha, Javier Magariños, hoy tristemente fallecido, García Tirado, Gárate, Marciel, Salcedo, Frade, también ya fallecido, Bufalá, Bretón, Ramos, Antonio Prieto, Coso, Segura, Del Cura, Aito y Rosas.

El resultado fue óptimo, quedamos campeones, y eso nos supuso a Emilio Segura, a Aito Reneses y a mi un premio adicional. Como ya había acabado la competición juvenil nos ascendieron al equipo de Liga Nacional, hoy ACB,  y disputamos la Copa del Generalísimo de aquel año 64 en Lugo.

La competición de Copa, en la temporada 63-64, se celebró con una final a 8. En cuartos de final ganamos al Real Madrid, que había ido en esa ocasión sin algunas de sus figuras, por 106-66, aunque no llegamos a la final, que ganó el Picadero al Aismalibar.

Pero la anécdota que quiero contaros es mi primer partido en el Campo Nuevo de Ramiro, más adelante conocido como La Nevera, con el primer equipo del Estudiantes.

Yo no salía entonces de titular, era un recién ascendido y tuve que clavarme bastantes astillas del banquillo en el culo antes de ser titular.

Jugábamos ese día contra el Picadero, bien lo recuerdo, y en un momento en que el partido estaba ya encauzado, el entrenador, Paco Hernández, me dijo: Vicente, sales. Me quité el chándal, fui a la mesa de anotadores y solicité el cambio. La primera jugada en la que participé fue un ataque y al recibir el balón, el árbitro pitó fuera de banda. Estaba tan nervioso que no me había dado cuenta que estaba pisando la línea de banda, lo que fue sancionado con esa fuera de banda a favor del contrario. Lo que hacen los nervios de juventud…

Posteriormente alcancé la titularidad y jugué muchos minutos cada partido. Fui adquiriendo soltura y llegaba a permitirme ciertas alegrías, Diaz Miguel las llamaba “folies”, como la que os dejo en la siguiente fotografía. En ella estoy soltándome un gancho de izquierda bastante lejos de la canasta frente a Harge, americano del Picadero.

Esta foto ya es del año 1.966, año en el que tanto Jesús Codina como mi propio hermano, José Ramón, que aparece en la foto, ficharon por el Picadero. Como apreciareis, La Nevera en ese año todavía estaba abierta a los cuatro vientos y sin cubrir, lo que la hacía tan fría en invierno. De ahí su apropiado nombre.