...Por MANOLO RINCÓN
Hoy quiero rememorar a un profesor de educación física que
todos recordareis sin duda alguna, independientemente de en qué curso o grupo
estabais entonces.
Se trata del aquel militar que todas las mañanas con frio o
calor, de 8:30 a 9 de la mañana, en nuestro querido campo de fútbol nos dirigía
una tabla de gimnasia, para que fuésemos bien despiertos a clase.
Por si alguno no lo recuerda bien, voy a rememorar como era
aquel acto cotidiano, tal como yo lo tengo memorizado. En nuestro caso (el 64)
lo realizamos de 1º a 4º, ya que en 5º quedó suprimido.
Un poco antes de las ocho y media, por los altavoces del
recinto se escuchaba una marcha (generalmente la de San Marcial), que nos
indicaba que debíamos de formar en el campo de fútbol en el lugar asignado a
nuestra clase y así lo hacíamos.
En la tribuna D. Antonio y un comandante del ejército de
tierra (al que llegamos a ver con las estrellas de teniente coronel, con el
paso del tiempo).
Tras lograr D. Antonio un silencio sepulcral, a través de un
megáfono (primero simple y más tarde con amplificador), dirigía el rezo del
Ángelus en latín. Luego se izaba la bandera nacional y el comandante daba los
gritos de rigor: España!!! Una, España!!! Grande, Arriba España!!! y comenzaba
la tabla de gimnasia, un poco incómoda pues teníamos ropa de calle y las
carteras. La dirigía también por megáfono.
Hacia las 8:50, empezaban a desfilar las clases, comenzando
por primero A y terminando por 6º E. Bajábamos las escaleras, con el escudo del
Ramiro a nuestros pies, marcando el paso al son del tambor que “el Tabas”
tocaba en la plaza y a veces ejecutábamos unas difíciles y vistosas
variaciones, que el jefe de clase marcaba con las palabras: “cabeza, doble
variación derecha. AR!!”. Al pasar junto a la estatua de Francisco Franco, el
jefe decía: “vista a la derecha. AR!! Y Viva Fraco (Viva!!!), Arriba España
(Arriba!!!), Vista al frete. AR!!” y entrabamos en el Instituto bajo la atenta
mirada de D. Antonio que concedía una puntuación a cada clase, y la mejor
puntuada recibía un balón de reglamento (en nuestro caso lo tuvimos en 3º A).
Ahora paso a rememorar un poco quien era aquel militar. Yo
supe su nombre bastante más tarde y le veía marcharse en su flamante Biscuter
Comercial. Se trataba del comandante del ejército de tierra D. Ramón Marcos
Daza.
Hasta hace muy poco no sabía más, pero por en la tarea de
recopilación documental que realizamos, ha aparecido un sobre con su
documentación personal referente al Instituto, por lo que ya es posible hacer
una pequeña semblanza de su persona.
Era andaluz y antes de la guerra civil se dedicó a la
educación física sobre todo castrense.
Fue: profesor en la escuela central de educación
física en 1925, de educación física en la Escuela Militar de Sevilla en 1926, y
en el Instituto de Enseñanza Media de Sevilla en 1927. Profesor de educación
física en la Universidad de Sevilla y en la academia de preparación militar
(1933). Profesor y coordinador de las enseñanzas de educación física de los
colegios de: Padres Jesuitas, Maristas y Escolapios (Sevilla 1933). Jefe de los
campamentos juveniles.
Tuvo las siguientes condecoraciones: Medalla de
plata al mérito deportivo. Medalla Militar colectiva.
Al comenzar la contienda se unió al bando franquista, donde
fue Delegado de Educación Física y Deportes Nacional Accidental, desde 1938
hasta que entregó el testigo a Elola-Olaso.
En 1940 viene al Instituto y se encarga de la tabla de
gimnasia matutina, cargo que compatibilizaba con sus obligaciones militares y
por el que cobraba menos de 200 pts. mensuales, según el mismo refiere en algún
escrito. También estaba en el comité coordinador de la OJ. Su hermana Luisa
Marcos era profesora de la Preparatoria.
Terminados los desfiles y finalizando su estancia en el
ejército con el grado de coronel, pasa a ser profesor adjunto de educación
física.
Se dedicó fundamentalmente a la OJ (Organización Juvenil) y a
los campamentos, en coordinación con los instructores de Falange Española, por
lo que creo no daba clases a los alumnos, ya que el mismo recuerda a Pepín,
Escribano (que fue sargento en el ejército) y Lino (otro personaje interesante
del que ya os hablaré), como los que daban las clases que él dirigía.
Se jubiló el 1 de marzo de 1973.
Os adjunto la despedida del Ramiro, escrita por él mismo. No
ha sido posible obtener una foto suya
Si tenéis más interés en su persona, el siguiente enlace os
lleva a la documentación existente:
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