22 agosto 2020

MANUEL ARROYO STEPHENS UN EDITOR DE LA CONSTITUCIÓN DE 1978


...POR NICOLÁS PÉREZ-SERRANO JÁUREGUI

Manuel Arroyo Stephens.
Un editor de la Constitución de 1978



Fue alumno del Ramiro de Maeztu. Allí coincidí con él y a menudo nos cruzábamos en pasillos y recreos, aunque pertenecíamos a promociones distintas, al ser Manolo algo mayor que yo. Más tarde la vida nos reencontró, cuando él era ya conocido y venturoso editor y librero, y yo Secretario General del Senado constituyente. Al acabar los trabajos parlamentarios, el Presidente de la Cámara, Antonio Fontàn, me encargó la puesta en marcha de lo que había sido tradición al respecto, a saber, realizar una edición de la Constitución a cargo de un reconocido pendolista, para, como se había hecho a lo largo de los siglos XIX y XX, contar con un Texto de amanuense distinguido. La elección recayó en la persona que,  dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores, se encargaba de hacer originales de Títulos honoríficos, nobiliarios y escolares. Así, Luis Moreno Martín, que así se llamaba este interesante personaje, plasmó, con su letra, su peculiar caligrafía y sus mezclas de tintas de colores, lo que Diputados y Senadores habían decidido que fuera el texto de nuestra Carta Magna aprobado en diciembre de 1978.

El texto contenía al final unas casillas en que, por orden alfabético, figuraban los nombres de todos los constituyentes, para que en la suya cada uno de ellos estampase su firma. Se hizo así, y hoy tal texto original se guarda en los archivos del Congreso. En el Escritorio de la Constitución, próximo al Hemiciclo, se exhibe una copia, guardado en una urna que alberga un arcón que, a instancias especialmente de Luis Gómez Llorente, entonces Vicepresidente de la Cámara, compré en el Rastro de Madrid para tal fin.

Ya en la Legislatura de 1979, la Mesa del Congreso decidió encargar una edición facsímil de la obra. Y su realización se encomendó, tras animarnos a ello Soledad Becerril, Secretaria Tercera del Congreso, a la editorial y librería Turner (calle Génova, Madrid), ideada y dirigida por Manuel Arroyo. Con inusual esmero y filigrana llevó a feliz término Manuel Arroyo esa preciosa edición. Loor y gracias, pues, a este atractivo editor, sin cuya pasión por los libros la Constitución vigente tendría hoy menos vistosidad y difusión.

Manuel acaba de fallecer tras 77 años de fructífera y polifacética vida dedicada a la cultura. Y esta breve historia rinde el debido homenaje a su memoria. D. E. P. mi querido editor de la Constitución de 1978.

4 comentarios:

  1. Como todos recordaréis, Manolo era hermano de nuestro compañero de promoción Edgar Federico Arroyo Stephens, también fallecido.
    Descansen en paz nuestros queridos compañeros de aulas y campos de baloncesto.
    Con Edgar compartí campos, banquillos y vestuarios en el infantil de Estudiantes.

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  2. En efecto era el hermano mayor de Federico. No sabíamos su trabajo como editor y librero. Descanse en paz.Sus obras quedan para la posteridad.

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  3. ¡Si es que el Ramiro deja sus huellas hasta en la Constitución...!

    Yo también recuerdo a los hermanos Arroyo, quizás porque eran rubios y con pinta foránea como yo. Descansen en paz.

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  4. Recuerdo esos apellidos por muy repetidos en el Ramiro, pero no conocí personalmente a ninguno de los hermanos. Descansen en paz.

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