19 julio 2014

REFLEXIONES, IMPRESIONES Y SENTIMIENTOS DEL ACTO DEL CINCUENTENARIO

...por Nicolás Pérez-Serrano

Contesto a lo que nos pedís con algunas reflexiones, impresiones y sentimientos

1ª.                      Todo es más pequeño que cuando estudiábamos allí. Entonces todo nos parecía enorme. Siempre me he preguntado por qué los directores de películas, para escenas en que los protagonistas son niños, no ruedan con la cámara a setenta centímetros del suelo. Lo contrario distorsiona y produce esas imágenes que al fin y al cabo se nos muestran como irreales, por muy veraces que sean.

2ª.                      Éramos muchos en la celebración. Y ello conforta e impresiona, al tiempo. Simultáneamente quiere decir que aquello nos dejó mucha huella. De lo contrario hubiéramos pasado olímpicamente de celebrar cincuenta años de la salida.

3ª.                      Más que la cordialidad, que la hubo y en grado superlativo según mi escala de apreciación de las cosas, me llamó todavía más la atención la naturalidad de esa cordialidad, la forma como todos estuvimos allí. Incluso para sentarnos en la escalinata, obviando de forma natural artrosis y dolencias que nos aquejan.

4ª.                      Podía haber aflorado -y no lo hizo; o yo no la escuché- alguna crítica de fondo sobre el sistema educativo de entonces, sobre la manera de aplicarlo el Centro, sobre los profesores que diariamente lo llevaban a cabo. Pero no, todos estábamos más que satisfechos, en términos generales aunque con matices, con cómo funcionaron esos tres grandes ejes en torno a los que se desarrolló nuestra educación y formación. Y no es que por definición cualquier tiempo pasado fue mejor. Constato que eso en nuestro caso fue verdad y que todos coincidimos en ello.

5ª.                      Me ratifiqué en la idea de que es falsa de toda falsedad cualquier diferencia entre el A y los demás grupos. Una cosa es que nos conociéramos más los componentes de aquel al que pertenecimos, y otra cosa muy distinta es que hubiera diferencias entre los grupos y menos aún sustantivas o de calado.

6ª.                      Hay Ramiro para rato: junto con nuestras viejas glorias presentes (las Sra. Rey y Pisón), estábamos todos nosotros y jóvenes representantes de la actual docencia en el Ramiro, sin acaso grandes distingos en lo esencial, que parece que pervive aunque las cosas no hayan dejado de evolucionar y de adaptarse a los tiempos que a cada generación le toca vivir.

7ª.                      Cuando la querida Rosa Muro me invitó, hace unos meses, a dar en el Ramiro una charla a sus alumnos del departamento de Historia, lo hice (fue a mediados de marzo) sobre las Cortes; pero incluí unas reflexiones finales, que me valen para terminar estas vivencias de nuestros fastos (bien modestos, por cierto, y que así responden a cómo somos) del cincuentenario, pues me parece que en el momento que vivimos y para los años que tenemos nos pueden ser útiles

·         La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento (Código Civil).
·         El diálogo (que no el dictálogo) debe pertenecer a nuestro código de conducta, como imperativo categórico. Sin él valemos menos.
·         El modernismo no tiene por qué anular la tradición. Lo difícil es modernizar la tradición sin aniquilarla.
·         No resulta imposible adquirir ciertas dosis de sosegado patriotismo.
·         Un moderado “chauvinismo” es exigible a personas de una cierta formación, desde el privilegio que supone el acceso a centros que imparten una excepcional “Weltanschauung” como la que aquí recibís (y en su momento recibimos nosotros).
·         Las gentes de “ciencias” no tienen necesidad de maltratar el lenguaje. No se debe ser mejor científico por hablar peor.
·         El lema del Quijote sigue siendo hoy día válido: “seamos Vd. y yo buenos, y habrá en el mundo dos pillos menos”; luego no hay que esperar a que reaccione el otro o a que venga Papá Estado a resolvérnoslo todo.

Un gran abrazo para todos.


Kolia Pérez-Serrano Jáuregui (en el Ramiro Nicolás Pérez Jáuregui).



Comentarios de Manolo Rincón y Kurt Schleicher:


Querido Nicolás
Gracias por tus reflexiones sobre nuestro querido Instituto.
En efecto todo nos parecía muy grande era natural nosotros éramos pequeños ahora todo es un poco más pequeño pero sigue creo impresionando igual.
En efecto coincido contigo que fuimos muchos en la celebración y eso quiere decir que la huella era profunda pues si no ciertamente habríamos pasado del tema,
La cordialidad o el trato afable que nos dedicamos fue bastante impresionante.
Críticas a la educación recibida yo creo que en estos años que llevamos en contacto habido muy pocas y el otro dia no afloraron de ninguna forma.
Coincido contigo que los alumnos del A nos conocíamos mucho más porque estuvimos más de 11 años juntos y nos relacionamos poco con los otros grupos lo que no quiere decir que hubiera diferencias sino sólo falta de conocimiento,
Espero que tengas razón en lo de que hay Ramiro para mucho tiempo al menos es la intención de bastantes de nosotros que esto continúe y lleguemos al 60 anivetsario.
Hay que reconocer a Rosa Muro varias cualidades humanas importantes . Una es que ha sabido despertar interés en antiguos alumnos sobre el Ramiro. La otra es que ella misma es el nexo de unión  entre el Ramiro que conocimos y el actual y espero que lo sea durante muchos años más.
Tus reflexiones finales son eternamente válidas.
Un fuerte abrazo
Manolo Rincón



Una de las razones es que a mí el cincuentenario "se me quedó corto", no porque no lo mereciera, sino porque, como comentas, éramos muchos. Cuando ya los fastos pasaron y cada mochuelo se había ido a su olivo, me quedó un sabor agridulce de no haber sabido aprovechar esta magnífica oportunidad para cambiar impresiones con todos y cada uno de los 85 compañeros que nos reunimos allí. Claro, no era posible; como soy de Ciencias, haciendo una simple aproximación matemática, 5 horas son 300 minutos, que, divididos por 85, sale a razón de 3,52 minutos por conversación personal para hablar algo con todos y cada uno, lo que es bastante exiguo (¡!) Si encima como en mi caso tenía que hacer fotos a los 85 para que no se me escapase ninguna para la orla, aún me quedó menos...

  Mi reflexión más inmediata es que atesoramos tantas cosas que necesitaríamos un tiempo tendente a infinito para poder aprovecharlas, de forma que un cincuentenario es solamente una “opportunity” o un comienzo. Como bien dices, “hay Ramiro para rato”. Y si nos reímos, más...

  Respondiendo a alguna de tus reflexiones:
1. Las fotos siempre hay que hacerlas a la altura de la barriga para evitar distorsiones (los que sean más gordos conviene que se pongan además completamente de frente…). A los bajitos conviene hacerles las fotos desde una altura aún inferior (salva sea la parte), pues de esta forma la distorsión les favorecerá.    Por lo demás, donde más se notaba que todo es más pequeño era en las clases y los pupitres…¿Cómo podíamos ser capaces de estar horas y horas ahí metidos?

2. (Véase más arriba)

3. La naturalidad de la cordialidad: ¿Será porque se trata de un re-encuentro y no un encuentro? ¿Será porque nos ha crecido de pequeños un gen común que ahora se manifiesta? En cualquier caso, magnífico.

4. Críticas a la educación de “entonces”: cada uno tendrá sus experiencias, claro, pero yo creo que teniendo en cuenta la época y el entorno, no podíamos haber recalado en ningún “puerto” mejor. Coincido contigo, desde luego.

5. Los diferentes grupos del A al F: como ahora estamos todos juntos y revueltos, ya no estamos “enclasillados” como entonces… se trataba de efecto pared nada más.

6. Cincuenta años son muchos para esperar que nada cambie. Yo me quedé agradablemente impresionado por los “del preu del Ramiro en 2013”, posiblemente con más criterio que nosotros. También es verdad que los medios de difusión y comunicación han evolucionado muchísimo… de esto habría mucho que hablar.

7. Sí que son reflexiones originales, para pensar un rato.   On the spot:

o   Modernismo y tradición no tienen más remedio que convivir

o   Sosegado patriotismo: no nos vendría nada mal, especialmente a unos cuantos más jóvenes que confunden la libertad con la independencia…

o   “Weltanschauung”, que literalmente se compone de “Welt=mundo” y “Anschauung=contemplación” (veo que no has olvidado el alemán). Sin embargo, creo que el sentido real de la palabra aquí es de una contemplación activa = percepción... ¿verdad?

o   Lo de maltratar el lenguaje creo que viene más de una concepción actual del tiempo más comprimida en los jóvenes de ahora (¡los pulgares no dan más de sí en los móviles!) y de un desprecio a las normativas del idioma… ¡si el sr Navarro levantase la cabeza!

o   Del Quijote: no nos vendría mal de vez en cuando ver gigantes y no molinos…


  Un fuerte abrazo,

Kurt Schleicher


2 comentarios:

  1. Cuando el individuo entra involutariamente en una organización colectiva, establece dos tipos de relaciones. Una impuesta en sentido vertical, cumpliendo las reglas jerárquicas de la organización (en caso contrario sería excluido del colectivo) y otra en sentido horizontal, libremente elegida. Al cabo de 50 años, la organización puede haber cambiado radicalmente o desparecido, y las relaciones verticales sólo son recuerdos más o menos distorsionados. Las horizontales en cualquier momento pueden volver a renacer. Creo que esta circunstancia es la que hizo que nos reuniéramos 85 personas en Serrano 127 el pasado 14-06-2014

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    1. ... y que desapareciera el sindicato vertical de Solís de aquellos tiempos...

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