Las polémicas nacionales, por Kurt Schleicher

 Cecilia, Gordillo y Olvido: me apuesto algo a que todos sabéis quiénes son, ¿a que sí? Sobre todo, a la última será difícil “olvidarla”.

¿Qué tienen en común? Pues el “show business” que se forma alrededor. Tampoco tiene nada de extraordinario, pues la mezcla de esperpento y escándalo siempre “vende” y ahora con internet, ancha es Castilla y amplias las vías. Lo malo es cuando se le da una importancia exagerada, y es cuando desde el exterior ya sonamos a pandereta y a cuchufleta. Pensando psicológicamente, hasta cierto punto es normal: tras desayunarnos cada día teniendo enfrente a la prima de riesgo en vez de a la mujer de uno, este tipo de noticias suponen un cierto lenitivo.

Si es que en el fondo somos unos cotillas y nos gusta lo esperpéntico y lo que tenga un poco de morbo. Es normal y la historia está llena de casos de éstos, pero lo sorprendente es, por ejemplo, el caso de Cecilia, encantadora señora de más de 80 años que no se podía ni imaginar que se iban a organizar excursiones a su pueblo para ver su obra porque se había equivocado al confundir la pintura con la restauración, pues no es lo mismo el arte que la técnica. Y que ahora es quien más divisas genera en su pueblo. Los de los bares y restaurantes tendrían que levantarla un monumento.

¿Y qué me decís del Gordillo, nuestro Robin Hood carpetovetónico? Se aprovecha de lo mismo, de los medios, para conseguir unos fines y a lo mejor hasta mata tres pájaros de un tiro. Y con la “cara” que tiene –en ambos sentidos- consigue lo que se propone…

Pero lo que ya ha sido la bomba es lo de la concejala Olvido. La verdad es que no es de extrañar, pues si os informáis de la cantidad de horas que se dedican en internet a visitar páginas porno os llevaríais una sorpresa; es algo así como 100 veces superior a cualquier otro tema (o todos ellos juntos). Lo que pasa es que no es lo mismo vislumbrar ciertas cosas en la intimidad y hasta desfogarse como la concejala, que hacerlo en público a través de imágenes grabadas y distribuidas. No me quiero meter con la guapa señora, pues intuyo que “de momento” lo está pasando mal, pero ya veremos cómo evoluciona su carrera política y su cartel de ahora en adelante.

  Antes de seguir, un chiste ilustrativo:

-          “Oye, me he enterado que a Pepe le han detenido por mearse en la piscina”

-          “Pues me parece un poco exagerado… ¡si lo hacemos todos!”

-          “Ya, pero no desde lo alto del trampolín…”

Y ya no digo nada si encima Pepe es el alcalde del pueblo. En tal caso, la meadita se convertiría en “la página más visitada de internet”. Pues aquí pasa lo mismo.

Igual que con el periodismo rosa: cada “objetivo” tiene un precio también esperpéntico; una de las cosas más rentables para los parados aficionados a la fotografía sería dedicarse a buscar fotos de famosos en situaciones “comprometidas” (una foto, da igual si buena o mala, de un pezón encontrando la ansiada libertad del sujetador de una “famosilla” se puede cotizar por miles de euros – y no digo nada si es un pezón real (no real pezón) que la cifra ya llevaría así como 6 ceros.

Tampoco hay que rasgarse las vestiduras, pues si no, lo que va a pasar es que “las dos Españas” van a ser, una la de la “modernidad” haciendo de doña Olvido una nueva Agustina de Aragón (bueno, sería Olvido de Yébenes, me la imagino llevando una bandera como la de la Egalité y Fraternité francesas, pero con los dos pechos al aire) y la otra España, la “carca” de las buenas costumbres tradicionales. Y digo “carca” sin ánimo peyorativo.

Olvido seguro que no caerá en el ídem. Me ha venido a la memoria un personaje afín de nuestros tiempos; ¿os acordáis de “La Cicciolina” = Illona Staller? Seguro que sí, pues sus partes bajas fueron de las primeras que se vieron en TV, experta en montar escándalos. Lo curioso es que si entráis en internet, aparece como (actriz(porno), cantante y política). Resumo su carrera política:  1979: cabeza de lista de partido radical italiano.-   1987; parlamentaria, elegida con más de 20000 votos.-   2004 y 2006: candidata a alcaldesa de Milán; ya no lo logró (los años no perdonan).

En fin, en este mundo pasan estas cosas, y si lo combinamos con internet y el “show business”, llegaremos a ver cosas impensables  (“cosas veredes, Sancho, que non creeredes”).

En la oclocracia en la que nos encontramos, no me extrañaría que la gente diese votos a este tipo de políticos y que encima progresen; no sería la primera ni la última vez. Lo que habría que hacer es tratar de retomar el afán por el buen gusto en la sociedad en general, lo que no quiere decir en absoluto que nos privemos ni un ápice de libertad. No confundamos churras (por buenas que estén) con merinas…