La Capilla de la Virgen de los Estudiantes. Por Manolo Rincón.
La iglesia del Espíritu Santo es un
conjunto de maravillas, como un microcosmos que reúne diferentes manifestaciones
artísticas: frescos, esculturas, bajorrelieves, vidrieras…
Se comenzó su construcción, sobre lo
que era el auditórium de la Residencia de Estudiantes, en 1943 y concluyó en
1946.
Hoy me quiero referir a una parte poco
conocida de esta Iglesia, la Capilla de la Virgen. Pese a que hace cerca de
sesenta años que conozco esta Iglesia y la he visitado en numerosas ocasiones, no
sabía de la existencia de una capilla dedicada a la Virgen, en su lateral
derecho.
Traspasada la puerta que da acceso al recinto, se avanza por el pasillo
central hasta llegar a la escalinata que, en su lateral derecho, y por una
puerta que yo creía sólo comunicaba al recinto del Ramiro, se entra, por un pequeño
vestíbulo, a una Capilla de planta rectangular, solada en mármol colocado con
dibujos geométricos.
La Capilla se encuentra presidida por
un magnífico retablo barroco del siglo XVIII, que está construido con madera
dorada; su cuerpo inferior es la predela, decorada con ramas y hojas dispuestas
en sentido horizontal.
En el siguiente cuerpo del retablo, la
parte más noble del conjunto, el escultor ha hecho un auténtico alarde de la
técnica y características propias del barroco. Predominan los temas botánicos,
aunque también hay elementos arquitectónicos, estos, exclusivamente con
carácter decorativo: son los dos estípites (soportes que tienen forma de tronco
de pirámide invertida) sobre los que descansan lo que, de algún modo, se puede
considerar recuerdo del entablamento clásico. El torneado es precioso, propio del barroco
tardío.
En su parte central, el arco de medio punto enmarca un vano que ha
sido concebido muy del gusto este estilo, porque bajo su intradós pende un
cortinaje que, buscando el efecto teatral, se muestra abierto para cobijar, en
este caso, a la bellísima imagen de la Virgen. Representada en actitud orante.
La imagen, también de estilo barroco, es de autor desconocido.
El retablo se corona con una venera en la que destacan sus formas
voluminosas
Todo el conjunto se encuadra en una
construcción de estuco hecha a medida.
El techo de la Capilla se remata con
una “airosa cúpula, con su pequeña linterna”, a través de la cual llega la luz
natural. Sin embargo, no se puede decir que sea una cúpula en el sentido
propiamente arquitectónico porque no
resalta en el exterior.
En el altar me llamó la atención un precioso sagrario barroco, que también está datado en el siglo XVIII. Realizado en madera y con una bella policromía. El tema que representa es a Santa Teresa de Ávila, con su Amado, Jesús, quien toma en su mano el corazón de la Santa, para simbolizar el Amor divino.
La iluminación
de la capilla, también llega a través de una artística vidriera, que representa
a la Inmaculada Concepción. La podéis ver en la foto.
Dos
lámparas de plata, y una de bronce penden del techo y permiten la iluminación
cuando la exterior no es suficiente.
El
conjunto se completa con un cobre antiguo, de autor desconocido que representa
el Descendimiento del Señor. Parece que existió otro con la Adoración de los
Reyes, hoy desaparecido.
Esta Virgen ha sido desde siempre la
patrona de los estudiantes, aunque yo no lo sabía. Os adjunto la foto de los
años cuarenta y la actual, en la que podéis ver el retablo y la singular imagen.
A la Virgen se la procesionaba llevada sobre unas andas plateadas, a hombros de alumnos
del Instituto. Salía por la puerta que comunica la Iglesia del Espíritu Santo
con el recinto, accedía a la c/ Serrano, pasaba por los edificios del CSIC y,
rodeando todos los recintos y llegaba a la plaza de la Cruz, pasando por
delante de los internados.
Esta procesión se realizaba en el mes
de mayo, al finalizar el curso, que muchos recordaréis, en la cual se hacían
varios viacrucis para terminar ante la Virgen del Pilar.
El
Padre Granda supervisaba y dirigía esta procesión, en la que participaban
profesores, alumnos y familiares.
Me produjo
una intensa emoción descubrir esta capilla y ver aquella Virgen que recordaba por
las procesiones escolares de antaño.
Os invito
a quienes no la conozcáis, que repitáis mi experiencia. Creo que no os defraudará
la visita.
El Claustro.
En la
parte izquierda del Espíritu Santo, hay un bello claustro porticado, con una
fuente central.
Entre
1931-33, se construyó el Pabellón del Auditorio y Biblioteca para la Residencia
de Estudiantes. Ambos edificios, estaban unidos por un cuerpo destinado a
clases. En el patio que rodeaba al conjunto se hizo un claustro.
El
arquitecto que construyó la Iglesia del Espíritu Santo, D. Miguel Fisac Serna,
también fue quien realizó la capilla que os he descrito, y tomó la sabia decisión de incorporar al
conjunto el Claustro.
Destaca en
él el juego de luz y sombra creado por los arcos que lo circundan. Se nos
muestra adornado con un bello jardín y, asimismo, con la presencia de la fuente
en el centro, que acompaña y completa el conjunto del sencillo e incluso austero
claustro. Yo tampoco lo conocía
Os dejo
unas fotos para que apreciéis su belleza arquitectónica.
Y yo sin saber que había una Virgen del Estu...
ResponderEliminarYa en serio, recuerdo que el desayuno que se ofrecía a padres y familiares tras la comunión en El Espíritu Santo se celebraba en este claustro.
Buenos recuerdos...
El que sostiene a la desfallecida Sta. Teresa ¿es San Juan de la Cruz?.
EliminarParece que en las Iglesias gestionadas por la Prelatura del Opus Dei, es costumbre dedicar una capilla a la Virgen de los Estudiantes (San Juan del Hospital en Valencia, hay otra)
Si Vicente a veces se utilizó es claustro, Rn mi primera comunión no, La capilla era una gran desconocida. Respondiendo a José Luis, esta capilla es anterior a la ocupación por el Opus Dei de la Iglesia, por tanto no fue pensada como tu dices, si no como el albergue de la Patrona de los estudiantes. En efecto S. Juan de la Cruz sostiene a Santa Teresa, que tiene enfrente a Jesús,
ResponderEliminarSe alude a unas fotos de los años 40 que finalmente no pudieron ser incluidas
ResponderEliminarAsistí a la procesión fin de ciclo. Era consciente que al acabar y salir del Instituto, el entorno que me había acompañado durante 9 años, no iba a ser el mismo. A muchos compañeros no los volvería a ver y a otros tardaría casi 50 años en verlos. Siempre he sentido prevención a lo desconocido y la situación me llenó de melancolía. Al coronar las escaleras de nuestros antiguos desfiles, volví la cabeza hacia la puerta principal y ahí estaba el padre Cuellar rogándonos ¡¡FIDELIDAD!!
ResponderEliminarCurioso, yo no le vi nunca al final de la escalera, más bien divisé al Padre Granda y creo que no nos rogaba nada.
EliminarEn esta vida es una utopía pretender verlo todo. Al más pintado se le escapan vistas.
EliminarCierto José Luis cierto, se me escapan muchas cosas,,,,,
Eliminar¡Vaya! Gracias Manolo, me acabas de hacer recordar que, en una de aquellas procesiones, hice de costalero.
ResponderEliminarPues feliz recuerdo que para esto estamos, pero visita la capilla te gustará.
EliminarMuy buen trabajo, Manolo. Ahora conozco al menos la capilla y te emplazo para que hagas otro estudio de la iglesia en su totalidad... o mejor, que hagamos una visita personalmente a la primera oportunidad.
ResponderEliminarEncantado en septiembre Kurt
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