30 mayo 2017

ACTO DE HOMENAJE Y EN MEMORIA DE MEDARDO FRAILE

...por  MANUEL PEDRO BERNÁLDEZ (Promoción de 1966) 



Ayer, como estaba previsto, tuvo lugar el Acto de Homenaje y en Memoria de Medardo Fraile, dentro de las actividades de la tradicional Feria del Libro de Madrid del Parque del Retiro.


Ante una nutrida asistencia que llenaba el Pabellón Bankia del recinto, los intervinientes expusieron sus recuerdos y vivencias de Medardo, como gran escritor y mejor aún, si es posible, persona.
Estaban entre los oradores el prologuista y responsable de la edición ampliada de sus Cuentos Completos, Ángel Zapata, el editor de Paginas de Espuma, Juan Casamayor, y los escritores José Maria Merino, de la Real Academia de la Lengua, Juan Cruz e Hipólito Navarro, todos ellos grandes amigos del recordado autor y medardianos convictos.



Tuve el privilegio de cerrar el acto, leyendo también unas palabras que Andrea Fraile me había enviado ante la imposibilidad de asistir al evento.



Mi intervención, consistió en resaltar el aspecto docente de Medardo, además de leer la salutación y agradecimiento de Andrea.
El texto va a continuacion:
Buenos días a todos: conocí a Medardo como alumno en el Ramiro de Maeztu, en el curso Primero de Bachillerato, años 1959 -1960.
Desde entonces arranca mi admiración por su obra literaria y bonhomía, que con el tiempo llegaría a ser además de amistad, tanto con él como con su familia.
Algunos de sus alumnos y discípulos de esa época nos acompañan hoy, convocados por la memoria de nuestro añorado profesor de Lengua y Literatura españolas y maestro; el año pasado festejamos el 50 aniversario de nuestra salida del Instituto y lo celebramos con un acto en el Ramiro de Maeztu en el que evocamos a Medardo y su libro Antes del futuro imperfecto, es decir el momento anterior al seré, el tiempo de la formación en la Escuela, en el Instituto y en la Universidad. Medardo los llamaba los Cuentos de las Aulas.
Ese libro magnifico va dedicado: A los niños poetas, a todos los que aprendieron en mis clases que dos y dos son tres y, a veces, cinco.
Medardo falleció en Glasgow el 9 de marzo 2013 a la 9:57 horas, según consta en el Acta de defunción que se registró en el Consulado General de España en Edimburgo.
Había nacido en Madrid, oficialmente el 20 de marzo, él decía el 13, de 1925. Tenía entonces 88 años y tendría hoy 92 años. Descansa en la cripta de la iglesia de Santa Bárbara de su amado Madrid.
Andrea Concepción Fraile Gallagher, su hija y nuestra querida amiga, me llamó este viernes desde Glasgow, para anunciarme que finalmente no podría venir a Madrid para este homenaje de su padre, dado el delicado estado de salud de su madre, la entrañable viuda de Medardo, nuestra querida Janet Hamilton Gallagher, que hoy domingo cumple 84 años, y me pedía que leyese en su nombre las breves palabras que pensaba pronunciar hoy en persona.
Lo que hago con sumo gusto y honor. Dicen así:
Hace años mis padres me escribieron desde la Costa Brava. Mi padre puso lo siguiente en la mitad de la tarjeta postal:
“Después de comer pisto, ensalada, 'chips', mandarinas, helado, beber vino y agua y echarnos una vergonzosa siesta de dos horas y diez minutos, nos ponemos humildemente a escribirte para parecer lo que no somos, personas, y mover, ligeramente, el atontado cerebro.
Pero lo hacemos, eso sí, con mucho amor y con más ganas de verte.”
Resulta que hoy, tener a cualquiera de los Fraile en carne y hueso se está poniendo difícil. ¡Lamentamos enormemente mi madre y yo no poder estar con vosotros! Pero no faltarán palabras de agradecimiento, de gran cariño y amistad (expresadas solo con alguna gracia y verdadera humildad de aquellas que mi padre ponía en sus letras, que incluso las tarjetas postales daba gloria leerlas).
Mi padre quería, de todo corazón, a los hombres buenos aquí reunidos en la mesa; a Ángel, como un hijo. Ellos ven lo que él veía, y en cierto modo, pocos lazos en esta vida pueden ser más fuertes. Gracias, sinceramente, a todos ellos, y especialmente a Ángel por su prólogo magistral, y a Juan por el libro mismo: un objeto, al fin y al cabo, que llevamos en la mano, en la cartera, y que sin embargo abarca nada menos que la esencia y el espíritu de una persona que tantísimo queremos y echamos de menos.
Gracias a todos los aquí presentes: primos queridos, amigos fieles de toda la vida y alguno, quizás, que no haya leído a mi padre todavía – os espera la gran aventura de entrar en la vida ordinaria y extraordinaria a la vez.
Es decir, la vida de cada uno de nosotros.
Abrazos muy fuertes,
Andrea y Janet

Nota de Los del Ramiro

Hemos sabido que hay convocado un premio de relato breve con el nombre de Medardo Fraile, cuyas referencias os publicamos a continuación por si es del interés de alguno de nuestros escritores.


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