18 septiembre 2012

La Verdad sin Disimulos, por Stefanie Claudia Müller (presentada por José Luis Cerdán)


José Luis Cerdán nos ha enviado este texto, aparecido hace doce días en la prensa económica de la BRD. Sabéis que nunca publicamos originales de otros, pero en este caso hemos pensado que conviene hacer una excepción. En cuanto a lo que dice Frau Müller, que por las trazas nos conoce como si nos hubiera parido, de veras que cuesta trabajo no darle la razón al 100%.

Traducción de un artículo publicado el jueves 6 en varios periódicos económicos alemanes, por Stefanie Claudia Müller, su corresponsal en España:

Hoy, 6 de septiembre, se encuentran en Madrid los gobiernos de Alemania y España, acompañados de un nutrido grupo de empresarios, y donde seguro hablarán sobre las condiciones para poder otorgar más ayudas financieras a España o a su sistema bancario. En los dos lados se ha elevado el tono en los últimos meses y es con gran expectación que España espera ahora la decisión que va a tomar el Tribunal Constitucional alemán, que esa sí es crucial, el día 12, sobre la conformidad o no del rescate europeo y las obligaciones derivadas para los alemanes.

En Alemania crece la critica contra la supuesta "mentalidad de fiesta" de los españoles; en España los medios cada vez son más negativos con la supuesta dureza de la canciller Merkel. Pensamos que la situación es mucho más compleja de lo que presentan ambos gobiernos y la mayoría de los medios. España no es Grecia, pero España puede ser un paciente crónico si Alemania, junto con Europa, no contribuye a solucionar sus verdaderos problemas.

España no debería recibir más dinero sin que se cambie a fondo el sistema político y económico, hoy en manos de una oligarquía política aliada con la oligarquía económica y financiera, y sin que se aumente la participación ciudadana real en las decisiones políticas . Para no perpetuar la crisis y endeudar a los españoles durante generaciones, el Gobierno español debe reformar a fondo la administración de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, en su mayoría en bancarrota y completamente fuera de control, sometiendo a referéndum el modelo de Estado.

Este tema es la clave del futuro de España, porque las regiones, ayuntamientos y diputaciones son los responsables de los dos tercios del gasto público -234.000 millones frente a 118.000 el Estado en 2011-, excluyendo la Seguridad Social -23.000 millones-, y este gasto se realiza en condiciones de descontrol, despilfarro y corrupción totalmente inaceptables. Las razones verdaderas de la crisis del país, en consonancia con lo dicho, nada tienen que ver con salarios demasiado altos -un 60 % de la población ocupada gana menos de 1.000 euros/mes-, ni pensiones demasiado altas -la pensión media es de 785 euros, el 63% de la media de la UE-15- ni pocas horas de trabajo, como se ha trasmitido a veces desde Alemania. A España tampoco le falta talento, ni capacidad empresarial ni creatividad. Tiene grandes pensadores, creativos, ingenieros, médicos excelentes y gestores de primer nivel.

La razón de la enfermedad de España es un modelo de Estado inviable, fuente de todo nepotismo y de toda corrupción, impuesto por una oligarquía de partidos en connivencia con las oligarquías financiera y económica, y con el poder judicial y los organismos de control a su servicio. En España no existe separación de poderes, ni independencia del poder judicial, ni los diputados represen tan a los ciudadanos, solo a los partidos que los ponen en una lista. Todo esto lleva también a una economía sumergida que llega al 20% del PIB y que frena la competencia, la eficacia y el desarrollo del país. Además, detrae recursos con los que podrían financiarse educación y sanidad.

Las ayudas para España, igual que para otros posible candidatos de rescates, no deben ir a bancos ya casi en bancarrota y fuertemente politizados. En la CAM, el Gobierno ha comprometido 16.000 millones de dinero público en lugar de cerrarla; en Bankia, 23.000, y el Ejecutivo acaba de darle 5.000 millones urgentemente para cubrir pérdidas en vez de cerrarla, y además de forma tan extraña que despierta todo tipo de recelos. ¿Por qué se ha utilizado el dinero de los españoles (FROB) en vez de esperar los fondos de la UE? Es lícito suponer que la razón es la siguiente: los bancos no quieren que la UE investigue sus cuentas.

Control estricto y duras condiciones. Ya el caso de Grecia ha demostrado que las ayudas europeas tienen que estar vinculadas a un control estricto y condiciones duras. Esas condiciones no pueden solamente representar recortes sociales o subidas brutales de impuestos, como hace ahora el Gobierno de Mariano Rajoy con la excusa de Europa . Se tiene que cambiar más en España que cortar gasto social, que de todos modos es mucho más bajo que en Alemania, y hay otros gastos infinitamente más relevantes que se pueden eliminar. Además, los casos de corrupción resultan tan escandalosos, incluso en el propio Gobierno, que uno solamente puede llegar a una conclusión: el dinero de Europa no puede ser manejado por personas tan increíblemente corrompidas.

La pasada semana el ministro de Industria Soria -imputado también por corrupción urbanística en Canarias- acusó al ministro de Hacienda en el Consejo de Ministros de favorecer descaradamente a la empresa líder de renovables, Abengoa, de la que había sido asesor, en la nueva regulación de estas energías, que reciben más de 7.000 millones de euros de subvenciones anualmente. Y Rajoy, al que entregó una carta probatoria, ni dijo ni hizo absolutamente nada.
No puede permitirse por más tiempo este nivel de corrupción, y menos aún a 17 regiones funcionando como estados independientes, con todos los organismos multiplicados por 17, desde 17 servicios meteorológicos a 17 defensores del pueblo, con 200 embajadas, 50 canales de TV regionales en pérdida, 30.000 coches oficiales o 4.000 empresas públicas que emplean a 520.000 personas, creadas específicamente para ocultar deuda y colocar a familiares y amigos sin control ni fiscalización alguna. En conjunto, unos 120.000 millones, equivalentes al 11,4% del PIB, se despilfarran anualmente en un sistema de nepotismo, corrupción y falta de transparencia.

Y con esto se tiene que acabar, entre otras cosas, porque ya no hay dinero. Los últimos datos de las cuentas públicas conocidos la pasada semana son escalofriantes. El déficit del Estado a julio ascendió al 4,62% del PIB, frente a un déficit del 3,5% comprometido con la UE para todo el año (del 6,3% incluyendo regiones y ayuntamientos). Pero lo realmente inaudito es que España está gastando el doble de lo que ingresa. 101.000 millones de gasto a julio fren te a 52.000 millones de ingresos, y precisamente para poder financiar el despilfarro de regiones y ayuntamientos, que no están en absoluto comprometidos con la consolidación fiscal.

El tema del déficit público es algo que roza la ciencia ficción, y que ilustra perfectamente la credibilidad de los dos últimos gobiernos de España.

En noviembre de 2011, el anterior Gobierno dijo que el déficit público era del 6% del PIB; a finales de diciembre, el nuevo Gobierno dijo que le habían engañado y que el déficit era superior al 8%, y que se tomaba tres meses para calcularlo con toda precisión. A finales de marzo, se dijo que definitivamente era del 8,5%, y ésta fue la cifra que se envió a Bruselas. Dos semanas después, la Comunidad de Madrid dijo que sus cifras eran erróneas y el Ayuntamiento de la capital igual… el déficit era ya del 8,7%.

Sin embargo, la semana pasada el INE dijo que el PIB de 2011 estaba sobrevalorado y, con la nueva cifra, el déficit era del 9,1%; dos días después, Valencia dijo que su déficit era de 3.000 millones más; o sea, que estamos en el 9,4% y las otras 15 CCAA y 8.120 ayuntamientos aún no han corregido sus cifras de 2011. Lo único que sabemos es que están todas infravaloradas. El déficit real de 2011 puede estar por encima del 11% , por lo cual en 2012 se está gastando el doble de lo que se ingresa. Como dice el Gobierno de Rajoy, “estamos en la senda de convergencia”. Y es verdad… de convergencia hacia Grecia.

Claramente, la joven democracia española tiene todavía muchos déficits de representatividad y de democracia que deberían interesar a la canciller Merkel y también a Europa, si queremos evitar una Grecia multiplicada por cinco y salvar el euro. Esto es lo que ha hecho posible el despilfarro masivo de las ayudas europeas, con una asignación disparatada de las mismas, a pesar de que estas ayudas han supuesto una cifra mayor que la del Plan Marshall para toda Europa.

Es frustrante que a causa de este sistema oligárquico nepotista y corrupto se destroce talento y creatividad y que ahora muchos jóvenes se vean forzados a trabajar fuera, muchos en Alemania. Esa situación nos ha llevado a una distribución de riqueza que es de las más injustas de la OECD. La antaño fuerte clase media española está siendo literalmente aniquilada.

Resumiendo: no es una falta de voluntad de trabajo, como se piensa tal vez en algunos países del norte de Europa, lo que hace que España sufra la peor crisis económica de su Historia. Es un sistema corrupto e ineficiente. La crítica del Gobierno alemán y sus condiciones para un rescate de España se deberían concentrar en la solución de esos problemas. En caso contrario, solo conseguirán que una casta política incompetente y corrupta arruine a la nación para varias generaciones.

*Stefanie Claudia Müller es corresponsal alemana en Madrid y economista.

6 comentarios:

  1. A mí se me ocurre que en 2007 teníamos los mismos partidos políticos, los mismos bancos, las mismas autonomías y un nivel de corrupción parecido; sin embargo, Fernández Ordóñez proclamó que nos habíamos convertido en la séptima economía mundial (véase "El País", 1 de febrero de 2007). Ahora, estamos como estamos, y me gustaría que Frau Müller, que sabe tanto sobre España, nos explicara por qué el mismo Estado inoperante y corrupto crecía al 3,8 % en 2006 y hoy tiene un crecimiento interanual negativo del -1,3 %. Seguramente nuestro empobrecimiento tendrá que ver más bien con razones económicas que con ese cuadro tercermundista que se complace en dibujar esta señora, aunque comprendo que a los prestamistas alemanes lo que de verdad les preocupe es que la empobrecida España se siga endeudando (¿para pagar las deudas pendientes?) y, al final, se queden sin el dinero que arriesgaron.

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  2. En 2007 se crecía y se crecía, desde luego. De hecho, se crecía imparablemente desde la reforma de la Ley del Suelo del gobierno Aznar. El problema fue que no se hacía sobre un tejido industrial en expansión, sino sobre una burbuja de la que, de vez en cuando, se nos insinuaba que cualquier día reventaría. Un buen día, efectivamente, reventó; entonces empezó a verse que infinidad de préstamos hipotecarios concedidos alegremente a personas de vida económica peor que crítica de ningún modo podrían ser devueltos. A eso se sumó que una economía inflada desmesuradamente gracias a la construcción (no sólo de viviendas; también de obra pública sólo en parte subvencionada por la UE) había traído a España entre cinco y seis millones de emigrantes, a los que se concedieron 'papeles' del modo más alegre, por no decir irresponsable, y que no tardaron en conseguir trabajo, pues venían bien dispuestos a ocuparse de lo que los jóvenes españoles no querían hacer.

    Las causas del desastre actual no son sólo estas dos (hay muchas más, y casi todas tocan más o menos de lleno con la corrupción inherente a nuestro DNA nacional), pero yo diría que son las más graves. Hoy en día la deuda del país excede cualquier cifra razonable (y sigue creciendo, como no puede ser de otro modo; los intereses cada día engordan un poquito más) al tiempo que la inmensa mayoría de los cinco millones que según la EPA nos sobran como país se niegan a irse, fundamentalmente porque no más allá de un quinto de ellos son extranjeros. Por si no lo habéis notado, el paro apenas afecta a los rumanos, bastante poco a los magrebíes y no demasiado a los latinoamericanos (y nada a los chinos). Es porque siguen tan predispuestos a trabajar duro y por poco dinero como cuando llegaron. Entre ellos, a lo que parece, no hay ni-nis (ni tampoco botellón).

    Que Alá se apiade de nosotros y nos conceda un colosal yacimiento de petróleo, uno tan grande que pueda compensar la deuda que cada día nos aplasta un poco más. Bueno, y que la Iglesia pagara el IBI también ayudaría. Un montón, ayudaría.

    Alfonso el Optimista

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    1. Efectivamente, se crecía porque había mucha actividad económica (sea ésta la que fuere) y ahora no se crece porque no hay tanta actividad económica; por lo tanto, los problemas actuales de España más bien tienen que ver con esto que con la corrupción y la ineficacia de los políticos. Considero una actitud peligrosa ésta en la que hemos caído los españoles, de buscar chivos expiatorios en los que recaigan las culpas de nuestros males, en vez de indagar cuáles son las verdaderas causas, a ver si, enfrentándolas, encontramos alguna solución.
      En cuanto a los inmigrantes que en tiempos de abundancia vinieron aquí, hago una observación: la riqueza de las naciones proviene del trabajo de alguien, puesto que la inversión financiera por sí sola no proporciona riqueza, únicamente dinero (que sirve fundamentalmente para el intercambio), a condición que que el que recibe el préstamo lo pueda devolver con sus intereses, es decir, que haya creado con el capital invertido y con su trabajo suficiente riqueza. Los inmigrantes han venido a nuestro país a trabajar y nos han dejado la plusvalía de su trabajo, la cual engrosa la riqueza nacional, así que deberíamos estarles agradecidos, y comprender que ellos tampoco tienen la culpa de que la crisis haya impedido a los bancos recuperar sus empréstitos y a la administración pública devolver el dinero que tomó a crédito, a consecuencia de todo lo cual la deuda nos ahoga.

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    2. El problema principal de nuestros políticos, contra lo que podría pensarse, no es su ineficacia o su deshonestidad. Es su número. Alguna vez se ha comentado aquí que la BRD disfruta menos de 150K en su país de 80Malmas, mientras que nosotros padecemos más de 450K para nuestras escasas 47MA. Dado que son individuos absolutamente improductivos, que no generan riqueza industrial o comercial (cuando no ponen el cazo), su coste, que pagamos entre todos, nos aplasta. Frau Müller lo dice con claridad suficiente para ser entendida, y en la BRD seguro que la entienden, pero aquí todo es mirar para otro lado y, en todo caso, echar las culpas a los buscadores de quimeras.

      En cuanto a los emigrantes, tienes toda la razón; en su inmensa mayoría han venido a trabajar, y trabajan. El problema es que vinieron atraídos por la necesidad de mano de obra barata, en la construcción, en la agricultura y en los servicios de menor cualificación, a ocuparse de lo que no querían ocuparse los españoles de formación profesional equivalente (más o menos, los que no tenían ninguna), ya que conseguían ir tirando de lo que se derramaba por los bordes del Capítulo 1 y del Capítulo 2. Cuando buena parte de sus trabajos se disolvieron en la crisis algunos volvieron a sus países -los más desafortunados-, pero la mayoría ya se había fabricado un hueco gracias a sus elogiables empeños en trabajar mucho, cobrar poco y no protestar por nada. A eso se debe que el paro afecte, de un modo devastador, a los españoles de cuna que todavía no han aprendido a trabajar más horas a cambio de menos dinero, y además sin piarlas. La culpa, dices bien, no es de los emigrantes. En realidad, a estas alturas da igual preguntarse quién la tiene. Lo que importa, lo de veras trágico, es la tremenda resistencia que hay a aceptar la realidad. ¿Quieres un ejemplo? Pues ahí va: el mayor de los hipers de mi pueblo ha contratado en los dos últimos meses ciento y pico personas, para cubrir las necesidades de trabajar fiestas y domingos, así como alguna hora más al día (cierran más tarde, a las 23:00). Según cierta información privilegiada que ha caído en mis manos, sólo un tercio son españoles. Por lo visto, el escuchar 'Vd trabajará todos los sábados, domingos y fiestas de guardar, de 16:00 a 23:30, y también algunos viernes, a cambio de 750 eurillos, y en octubre ya veremos si le extendemos el contrato o no', resultaba mucho más aceptable para los rumanos (bueno, las rumanas) y los latinos que para nuestros orgullosos compatriotas. Gran verdad es el aserto alemán que dice 'quien de verdad quiere trabajar, lo consigue'.

      Otro ejemplo, bien notorio: el tremendo carajal organizado a cuenta de la liberalización del servicio ferroviario. En la BRD, país en el que no me cuesta el menor trabajo fijarme, hay cantidad de compañías privadas rodando sobre las vías de la DB, y nadie se puso como se han puesto aquí los sindicatos. En más de una ocasión he cogido un servicio de cercanías con su base en Hamburg que se llama Metronom, y si algo he deseado, como usuario vulgar y corriente, es que en España lleguemos a contar con algo así. Bueno, pues ya ves lo que pasa.

      Hay que xoderse, ¿verdad? Quizá en Torrecaballeros no, pero te aseguro que en Madrid, y desde luego en Majadahonda, sin duda que sí.

      Alfonso el Metafísico

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  3. Creo que uno de los defectos característicos de los españoles es la manía de buscar culpables en lugar de analizar las causas y proceder eficazmente a corregir.
    Para echar un cable a este gobierno, cada vez más denostado, creo que al menos éste trabaja bastante más que los anteriores, pues si sumamos todas las reformas habidas en este año ya superan las de los dos gobiernos anteriores. Y eso merece un respeto. Se han arremangado y trabajan, pero eso no basta, ni de lejos.
    Lo que ya no merece tanto respeto es el contenido del trabajo, pues sigo teniendo la impresión que se dejan de lado -por oscuros intereses- aspectos que parecen tabúes.- Si hay que sacar dinero bajo las piedras, hágase, pero con equidad. De otra forma, lo que se logra es que haya cada vez más descontentos e indignados, lo que indudablemente resta capacidad de gobernar, a la vez que ocasiona debilidad.- Y de eso se aprovechan los espabilados, de los que hay cada vez “Más”, por poner un ejemplo.

    Coincido, si no en todo sí en gran parte, con la señora o señorita Stefanie; cuando me refiero a los tabués me refiero entre otros a (copio): 17 regiones funcionando como estados independientes, con todos los organismos multiplicados por 17, desde 17 servicios meteorológicos a 17 defensores del pueblo, con 200 embajadas, 50 canales de TV regionales en pérdida, 30.000 coches oficiales o 4.000 empresas públicas que emplean a 520.000 personas, creadas específicamente para ocultar deuda y colocar a familiares y amigos sin control ni fiscalización alguna.
    De todo esto, si algo se ha tocado, ha sido poco menos que nada. Y alguien con “esperanza” vana que quería hacer algo de esto, se ha dicho que mejor será abandonar el barco.
    Hasta que no se coja el toro por los cuernos y no por el rabo, iremos a peor, pues nos seguirá faltando lo más importante: credibilidad.- Y ya vamos por la falta de la misma y con cachondeos in crescendo al mismo tiempo. Y eso es peligroso.

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    1. De momento el objetivo del déficit cero hace que la demanda interna, el crecimiento y los ingresos públicos disminuyan. Si recortamos 100 del gasto público, puede que su incidencia en la actividad económica, haga que los ingresos públicos disminuyan en 102 con lo que el déficit aumenta en 2. Esperemos que esto no suceda y se llegue al objetivo sagrado del déficit cero. Después ¿Qué?,¿La mano invisible del "mercado"?

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