27 junio 2013

Dos modestos museos de Madrid


Dos modestos museos de Madrid, por Kurt Schleicher

   Me estoy refiriendo al Museo del Ferrocarril y al Museo Nacional de Ciencia y Tecnología. El primero seguramente os suena a todos, pues está ubicado en la antigua estación de las Delicias, estación que probablemente llegamos a utilizar de pequeñitos y que hoy se usa para el “Tren de la Fresa”, que alguno habrá utilizado en algún fin de semana de Primavera y Otoño.

  La localización es en el Paseo de las Delicias, cerca de la calle Ferrocarril (¡claro!) y del metro Delicias.

  El calificativo de “modestos” no lo uso con intenciones peyorativas; lo que quiero decir, especialmente para el de Ciencia y Tecnología o MUNCYT, hermano pequeño del de La Coruña, más famoso, es que es pequeño en tamaño y está acogido bajo el ala de su madre el del Ferrocarril en un lateral del mismo. Para algún exigente con eso del rimbombante título de “Museo Nacional etc.”, el museo le resultará algo frustrante por su tamaño, aunque luego está bien aprovechado con sus dos pisos.

   Es relativamente nuevo, pues se inauguró en 1997 y se trata de una sede “provisional” que ya se decidió en 1980, poco antes de que se abriese el Museo del Ferrocarril en 1984 en su localización actual; en fin, ahora con los tiempos que corren parece que no hay intenciones de modificar este emplazamiento. Es curioso que se ha abierto otro posterior en La Coruña a cargo de Ramón Núñez, habitual colaborador de la revista “MUY” y que es bastante más famoso y amplio que éste.

  El que no es tan nuevo es su hermano mayor el del Ferrocarril, que se trasladó aquí desde una sede anterior en el palacio de Fernán Núñez, lugar en el que se inauguró ya en 1967. Antes de esa fecha, los restos dispersos de los ferrocarriles españoles se fueron recogiendo en ocasión de exposiciones temporales desde 1930. Las locomotoras más antiguas datan de 1843 y 1848, y a partir de ahí comenzó una historia plagada de desarrollos. ¿Quién no ha sentido de niño una fuerte impresión cuando veía pasar un tren del que tiraba una impresionante locomotora y te quedabas allí ansiando que viniese el siguiente? Bueno, a mí me pasó lo mismo con los aviones al final de las pistas de Barajas, pero ésa es otra historia…

 A destacar el antiguo edificio de la estación en cuanto a estructura de hierro, tan de moda a finales del siglo XIX y ampliamente representada en París por la exposición mundial en aquella época –de la que se conservan varios palacios-  y por la torre Eiffel. La estación data exactamente de un siglo antes de la inauguración del museo, de 1880.


 Las exposiciones que hay en el Museo de Ciencia Y Tecnología son:

 

Antes que la ciencia

Una mirada a los orígenes de la ciencia y la tecnología desde la Prehistoria hasta la Edad Media.

Experimentación

Los objetos más habituales en los laboratorios de física y química de los siglos XVIII y XIX.

Astronomía, Matemáticas y Navegación

El universo, la tierra y los océanos a través de las piezas más antiguas y relevantes de la colección.

Galvani, Volta... y el desfibrilador

La controversia entre dos grandes científicos que desencadenó el descubrimiento de la pila eléctrica.

Medidas

Las personas han utilizado siempre las medidas: la vida cotidiana y el trabajo del científico sería imposible sin ellas.

Tecnologías de la cultura moderna

Aparatos musicales, ordenadores, electrodomésticos... Nuestro entorno más cotidiano es en esencia tecnología.

Fascinación

La ilusión del movimiento y los orígenes del cine a través de los juguetes del “precinema”: fenaquistiscopio, zoótropo, praxinoscopio…

Sonría por favor

El anhelo humano de reproducir la naturaleza de manera mecánica y perdurable a través de la fotografía.

Salud

La higiene y los cuidados sanitarios son aspectos fundamentales para el bienestar físico y mental de las personas.

Tempus fugit

El tiempo no es sino el espacio entre nuestros recuerdos. Para todo lo demás, nuestra colección de relojes.

Ruedas

Automóviles, motocicletas, bicicletas… forman la colección de medios de transporte del museo.

Sala de exposiciones temporales:

Libros imprescindibles, Instrumentos esenciales

Desde diciembre de 2012 hasta septiembre de 2013, el MUNCYT exhibirá algunos de los libros fundamentales del pensamiento científico. La exposición cuenta con 26 módulos independientes donde se presentan primeras ediciones impresas de obras tan inmortales como De Revolutionibus de Copérnico, los Principia de Newton o el Almagesto de Ptolomeo. La muestra se completa con distintos objetos patrimoniales relacionados con cada una de las obras.

  En las fotografías adjuntas que hice tenéis un par de muestras.










 Del Museo del Ferrocarril hay menos que decir, pues es otro concepto; allí se almacenan en todas las vías representaciones de trenes y locomotoras que nos llevan a un pasado reciente (el Talgo, el TAF, etc) o no tan reciente, pues los vagones se conservan con sus interiores intactos a los años veinte en algunos de ellos. Merece la pena visitarlos, pues te “teletransporta en el tiempo” a esa época; más aún, la cafetería del museo es un vagón de aquellos años, por lo que el esfuerzo de imaginación que hay que hacer es relativamente pequeño.

   Otras cosas que me han llamado la atención son:

-         Una locomotora mostrando todas sus tripas; merece la pena bucear un poco más en su funcionamiento, pues no es tan simple como parece.

-         Varias locomotoras más o menos antiguas, con un encanto particular.

-        El Tren de la Fresa

-        Locomotoras de vapor gigantescas, como la Mikado, la Pacific o la Confederación

-        Locomotoras Diesel, impactantes.

-        Locomotoras eléctricas, no menos impactantes con sus enormes morrazos

-        Un par de maquetas de trenes de tamaño ya importante y funcionando.

-        El enclavamiento de Algodor (de 1927), una antigua estación en la puntita de la Comunidad de Madrid al sur de Aranjuez… Enclavamiento no es aquí nada de clavar, sino el artilugio que comanda el cambio de vías. Es curioso que son 110 palancas, de las que 40 son de cambio de agujas y 70 para señales.

  Algunas fotillos que hice por allí os darán mejor idea de ello (“más vale una buena imagen que mil palabras…”)

























 

No entro en más detalles, porque lo que tenemos que hacer – y especialmente los abueletes con sus nietos-  es darse una vueltecita una mañana de cualquier día laborable, ahora que ya hay vacaciones para los niños y los papis suelen endorsar los tiernos infantes a los amables mayorzotes en que nos hemos convertido. Los nenes lo agradecerán, y de seguro que no olvidarán la visita; las tarifas son de 3,56 € (¡cómo afinan!... pesadilla para la cajera) para los >65 y gratis para los nenes <4 años. Ah, el MUNCYT es gratuito.

KS, Junio 2013

4 comentarios:

  1. Yo conozco un amante de los antiguos proyectores de cine que no se va a perder la visita al MUNCYT aunque sólo sea por ver de cerca esa reliquia...
    Es cierto, Manolo Rincón?

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  2. ¡Qué tiempos!. Vagones de 1ª para ricos, militares de graduación y empleados de RENFE. De 2ª para menos ricos y de 3ª para menos pudientes, soldados, campesinos y familias numerosas (foto de asientos y respaldos de listones de madera), popularmente llamados del "Oeste" por similitud con los que aparecen en las películas de Holywood.
    Durante muchos veranos revivía una aventura similar a la de Shackelton, desplazamiento de 200 Kms. Madrid-Cetina (Zaragoza), duración media 5 horas, el punto álgido era la estación de Torralba (Soria)en el que se enlazaba con el trayecto Pamplona-Madrid, la espera a este tren podía durar horas.
    Me acuerdo que de vuelta de Falces (Navarra), pueblo de Valentín Iturralde, se detectó chinches en algunos vagones, al poco uno de éllos empezó a arder y acabamos llegando a Madrid en autobús, sanos y salvos.
    Para que ahora nos quejemos.

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  3. Voy a menudo con mi nieto a ambos. El coche deportivo le encanta. Y sentarse en los trenes también es otra cosa que que iusiona

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    Respuestas
    1. Efectivamente, ése era el motivo principal de la publicación: una idea que dar a los abueletes para ir con los nietos y pasarlo todos bien...
      Y aunque no me gusta hacer propaganda, justo enfrente de la salida hay un restaurante (especialmente yendo en día laborable) en el que nos trataron muy bien a un precio razonable, aunque suene mal el nombrecito: "El quinto pecado"

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