Para una profesora de hoy del Ramiro… por Kurt Schleicher
Parece que los hados continúan relacionándome
con profesoras del Ramiro, aunque en esta ocasión debo decir que ha sido
Vicente quien, al finalizar nuestra cena de la Promoción 64 del viernes pasado,
nos propuso que escribiésemos algo de Mercedes Chozas, profesora del Ramiro en
la actualidad y además escritora.
A esta propuesta me faltó tiempo
para “salir voluntario” levantando el dedo, ya que efectivamente los hados o
las casualidades habían hecho que me encontrase con ella aquél mismo día en la
Feria del Libro, donde había ido a dar una rápida vuelta por la Feria, aunque
en el fondo mis pasos se dirigieron rápidamente a localizar la caseta en la que estaría firmando sus libros
y porque sabía que después ya no iba a tener ocasión de hacerlo.
Todavía no sé realmente el porqué
de mi rápida reacción visceral a aceptar el reto de escribir algo sobre ella;
probablemente esto no tenga mucha importancia, pero ya veré si lo averiguo.
Será mezcla de varias razones dispersas, pero lo más probable es que volví a
constatar que mi afirmación de que en el Ramiro hubo y hay profesoras con encanto ( ver artículo correspondiente http://ramiro53-64.blogspot.com.es/2013/06/profesoras-con-encanto.html
) se volvió a confirmar aquella tarde. Nada más llegar y encontrarme con su
sonrisa, le faltó tiempo para alargarme su último libro (“Los abecedarios”), aclararme que era un regalo de Rosa María y me
lo dedicó. Quizás sea su extraña dedicatoria lo que me llamó la atención: “A Kurt, al arte que hace luz las máscaras,
estos abecedarios que se llenan de historias, disfraces y tejados…” Jamás me han obsequiado con una dedicatoria semejante, pues parece un mensaje
en clave que hay que tratar de desvelar. ¿Será ésta otra razón de mi reacción?
Es probable.
Desde luego, parece claro que Mercedes no es una profesora corriente, lo
que me lleva a reflexionar sobre las relaciones “profesores-alumnos” en el
Ramiro en la actualidad, su didáctica, su “modus operandi”, el respeto que
puedan o deban tener sus alumnos en clase (es vox populi que la juventud de hoy
parece que destaca por su “exagerada confraternización” y llaneza en el trato
con el riesgo subsiguiente) y la formación de los mismos. Me encantaría poder
asistir a una de sus clases y observar sin ser visto cómo se desarrollan las
mismas, pero eso no es posible, obviamente. Sin embargo, para muestra basta un
botón, y tuve la oportunidad al menos de conocer a algunos de sus alumnos de
selectividad (los del “preu” de antes) durante una conferencia en el Ramiro.
Creo que ya lo mencioné anteriormente, pero me quedé agradablemente sorprendido
por la inteligencia y profundidad de las cuestiones y discusión posterior que
hicieron varios de ellos en el turno de “ruegos y preguntas” habitual tras una
conferencia, denotando una madurez sorprendente y un “saber estar” muy
reconfortante frente a la “mala fama” de los estudiantes en la actualidad, e
incluso de los profesores (recordando el escándalo del nivel de las respuestas
habidas en una selección no hace mucho tiempo). Observando aquello, pude
constatar que el nivel era equiparable o mayor que el de las preguntas que se
suelen hacer tras conferencias por sesudos damas o caballeros tras una
conferencia de altura. No nos dejemos llevar, pues, por los tópicos, que tanto
en educadores como en educandos hay personas que brillan con luz propia (o a lo
mejor es que son así por ser semilla del Ramiro (¿?))
Lograr esto solamente es posible tras una espléndida formación por parte
de los profesores, en aquella ocasión Rosa María Muro y Mercedes Chozas. Chapó, como se dice en estas ocasiones.
Tras aquella experiencia, se me encendió una lucecita de esperanza en el
porvenir de este país, pues antes de ella sólo ves fracaso escolar, que estamos
a la cola de la educación comparando con otros países, que hay que cambiar y
recambiar las reglas (Logses y Lomses, etc.), y te das cuenta que lo que importa
es mayormente el nivel de las individualidades, capaces de sacar petróleo en
medio del árido campo de las leyes ineficaces. Cómo lo logran, la verdad es que
ni lo sé ni lo sabré, pero se podría decir muy bien como cierto antiguo
cardenal, mirando en este caso al nivel de los alumnos: “éstos son mis poderes”, sin más que ver los resultados.
¿Qué tendrá Mercedes (o Rosa María) para
lograr esto? A lo mejor lo detecto en sus novelas, que siempre conllevan parte
del espíritu del autor, o incluso se podría vislumbrar en su imagen, en su
expresión, en su modo de ser, en su carácter, pues hay que tenerlo para obtener
estos logros. Al ver la fotografía que le hice en la Feria, veo dulzura,
encanto e ilusión a la vez que firmeza y determinación sobre una persona
aparentemente frágil. Mucha carga para esa aparente fragilidad, pero ahí están
los resultados.
Mercedes Chozas, Feria del Libro 2013
Aparte de su faceta de profesora, está la de
escritora, y además de éxito, a la luz de sus premios: el Nacional de
Literatura Infantil (no es extraño, dada su vocación) por Palabras de cuento; el Austral por La mirada, la memoria y la voz de Valle (realizado en equipo con
sus alumnos de COU) y ya más recientemente con el premio Río Manzanares de
Novela por Las horas náufragas, que
le fue entregado por otra dama que conozco desde hace tiempo –otra
casualidad- y por la que siento asimismo
admiración y afecto: Pilar Martínez, ex-alcaldesa de Villaviciosa de Odón y hoy
responsable gubernamental de la Dirección de Vivienda, Arquitectura y Suelo, de
buen recuerdo para los villaodonenses como yo.
Entrega de premios a cargo de Pilar Martínez
Mercedes es además increíblemente prolífica, pues escribe teniendo que
alternar esta actividad con la de profesora y ama de casa y lleva a sus
espaldas, además de lo mencionado en premios, nada menos que una antología de
cuentos contemporáneos (Antes de los 18),
otra ambiciosa antología, como es la
del Teatro español, otro de relatos
en Sus labores, los libros infantiles
Soliturno y los gulusmillas (¿qué
serán?), Cuentos de bolsillo y Trocomocho, las novelas Miulina, Las tres voces de Marina, Cuatro
veces adiós (aparte de la anteriormente citada del premio) y, por último,
la más reciente, Los abecedarios, que
acabo de empezar a leer. Me dijo que ésta última la había escrito en los
últimos 4 años, cosa que si bien en principio parece mucho, no lo es en
absoluto si tenemos en cuenta sus otras muchas obligaciones.
De lo poco que llevo leído, creo que Mercedes debe tener alguna raíz
gallega, por lo bien que utiliza expresiones poco corrientes para los
no-gallegos. Sin embargo, es madrileña, pero no más que yo, pues nació aquí
cuando yo ya había arribado por estos madriles procedente de Alemania y empecé
a ir por el Ramiro de Maeztu…
De su estilo literario no puedo decir nada
todavía, pues soy aún un absoluto novel de su obra, pero por otras referencias
creo que su característica es la capacidad de saber aflorar el encanto de lo
cotidiano, añadiendo florituras de fantasías, imprevisiones y hasta absurdos,
lo que debe darle un carácter muy personal, muy “Chozasiano”, podríamos
inventar. Siente auténtico amor por la belleza de las palabras (Los abecedarios es una clara muestra de
ello, por lo que voy viendo) y tiene auténtica personalidad y fidelidad a sus
objetivos y pretensiones sin dejarse llevar por comercialismos y otros cantos
de sirena. Parece ser que le gustan los personajes de la realidad diaria, a los
que mueve con extraordinaria imaginación, haciendo que escapen de esa inercia
cotidiana por los vericuetos que permiten escapar de su servidumbre. Parece ser
también que la fotografía que ilustra la portada de su novela “Sus labores” es de su propia familia, en
la que ella es la mayor de 8 hermanos, detalle muy bonito.
Portada de la
novela “Sus labores”
Poco más puedo decir de ella, pero creo como fotógrafo aficionado que
“una buena foto vale por mil palabras” y la que le hice el otro día sin
necesidad de ninguna repetición, habla por sí misma.
Es decir, queda demostrado que es “una
profesora con encanto” y que los del Ramiro de hoy son muy afortunados al
tenerla con ellos.
KS, Junio 2013
Pues Kurt tiene toda la razón y lo ha dicho todo. Lo comparto plenamente
ResponderEliminarManolo
Mi dedicatoria
ResponderEliminar" A Manolo, a los abecedarios precisos del conocimiento que intenta explicar el mundo "
Pues aquí va la mía, también magnífica y apropiada:
ResponderEliminar"A Vicente, al juego limpio en la cancha y en la vida"
Ya he comenzado a leerlo y tiene un nivelazo!!
Muy acertado el comentario de Kurt acerca del sentimiento por las palabras. Orienta al lector, presentando en itálica algunas de ellas, para que nos paremos a analizar su etimología, bien árabe, lusa en el caso de las gallegas, griega o latina, asi como como su significado o acepciones. Y no digamos nada acerca de la descripción inicial de cada letra del abecedario...Un tratado de conocimiento.
Me ha hecho leerlo con un diccionario al lado, el cual consulto con frecuencia, para intentar extraer el conocimiento que de las mismas pretende transmitirnos.
Mercedes, mi agradecimiento más sincero y mi enhorabuena.
Y a quienes esto leáis, mi recomendación de que no os lo perdáis.