26 agosto 2013

Los MAU MAU


Los Mau-Mau, por José Enrique García Pascua


Allá por los años cincuenta éramos unos niños que veíamos cine, mucho cine, en aquellas salas de reestreno en las que nos aficionamos al llamado séptimo arte.

Guardo en la memoria que una de las películas que se proyectaban entonces, tolerada para todos los públicos, se titulaba Simba, la lucha contra el Mau-Mau, que nos contaba tremebundas historias acerca de esos señores, los Mau-Mau, y que hasta el otro día constituyó mi única fuente de información sobre lo que ahora me entero de que era un movimiento de liberación que buscaba la independencia de Kenia, en esos momentos una colonia británica.

La imagen del Mau-Mau que me ha acompañado tanto tiempo retrataba a unos desalmados negros empeñados en degollar pacíficos blancos y que se juramentaban en una ceremonia satánica en la que ingerían trozos de carne humana cruda, ceremonia que era presentada con delectación en el filme y que, desde luego, es la secuencia que recuerdo con más nitidez.

Sesenta años después, me entero por la prensa (véase El País del 6 de junio de2013)


que –tal como reza el título del artículo de referencia– «Londres “lamenta” las torturas a los Mau-Mau durante la independencia de Kenia», o sea que, frente a lo que yo venía creyendo por obra de la propaganda cinematográfica, eran más bien los administradores británicos los que se dedicaban a cometer todo tipo de sevicias con los que antes se nos presentaban como peor que animales, pero que hoy se consideran mártires por la libertad de su patria y que el gobierno británico está dispuesto a indemnizar con veinte millones de libras a los supervivientes de aquellas torturas y matanzas perpetradas por los soldados de Su Majestad.

Una descripción de las prácticas a que los civilizados europeos sometieron a los negros de Kenia (fuesen o no miembros del Mau-Mau) se recogen en otro artículo, «Justicia para los Mau-Mau», publicado en El País del 14 de octubre del 2012.  

Aquí podemos enterarnos de que dichas prácticas incluían internamientos extrajudiciales en campos de concentración, castraciones de los hombres a base de tenazas y violaciones de las mujeres por medio de botellas de agua hirviendo introducidas en sus vaginas.

En un acto de perfecta hipocresía, la típica hipocresía con que habitualmente nos manejamos en las naciones de Europa occidental, el ministro inglés de Asuntos Exteriores, William Hague, ha lamentado ante la Cámara de los Comunes las torturas sufridas por los Mau-Mau, en un intento, es de suponer, de distanciarse de lo que hicieron en Kenia sus padres, como si el asunto no le incumbiera, como si todavía no estuvieran dispuestos los aliados de la OTAN a bombardear poblaciones civiles para salvaguardar el suministro de petróleo, aunque, de una forma igualmente hipócrita, aduciendo que lo hacen para proteger los derechos humanos de esas mismas poblaciones bombardeadas.  

Angela Merkel ha desatado la polémica (véase «Merkel desata la polémica al visitar Dachau en plena campaña electoral», El País, 20 de agosto de 2013)


por ser el primer canciller alemán que ha depositado una corona de flores en desagravio de las víctimas de un campo de exterminio de judíos. Los alemanes continúan debatiendo entre ellos cómo asumir el pasado reciente, quiero decir, la interpretación de su pasado que les impusieron los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, mientras que los franceses no tienen ningún empacho en rendir periódicos homenajes al Soldado Desconocido bajo el Arco del Triunfo de París, erigido a la mayor gloria de ese lamentable emperador Napoleón, famoso entre los peninsulares por los fusilamientos de patriotas y la quema de pueblos sospechosos de haber ayudado a las partidas, y que no dudó en ametrallar a los propios ciudadanos franceses cuando, bajo el Directorio, protestaban por el hambre y la miseria.

Este mismo mes, el seis y el nueve de agosto, los japoneses han vuelto a llorar por los centenares de miles de muertos causados por las bombas atómicas caídas sobre Hiroshima y Nagasaki sin que tampoco en esta ocasión ningún representante del gobierno estadounidense haya pedido disculpas por la hecatombe. Los japoneses, en cambio, se vieron constreñidos hace unos pocos años a pedir perdón por su política expansionista en Asia antes y durante la Segunda Guerra Mundial (véase «Japón pide perdón a Asia por el “sufrimiento” causado durante la II Guerra Mundial», El País, 15 de agosto de 2010).


La historia y el juicio moral son instrumentados por los gobernantes para justificar del modo más conveniente sus actos de poder. Nosotros somos simples ciudadanos que difícilmente alcanzaremos posiciones de dominio social, ¿por qué, entonces, suscitar discusiones entre nosotros acerca de si fueron dos mil o veinte mil los presos que redimieron sus penas trabajando en la construcción del Valle de los Caídos? La interpretación de la historia española sirve principalmente para que unos u otros políticos profesionales enajenen las mentes de los votantes y consigan, de este modo, que antes les voten a ellos que no a sus oponentes. 

En Torrecaballeros, a veinticuatro de agosto de 2013.

 

26 comentarios:

  1. Pues el Mau-Mau siempre me son´o a can´ivales que pon´ian en la olla a los exploradores para cocerlos y comerlos.

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  2. Enhorabuena, Enrique, por tu sorpresivo artículo - y digo "sorpresivo" por el inesperado final.

    Dije no hace mucho a este respecto que los años me han hecho escéptico. Cierto, pero también cauto, y un poco de criterio me queda, por lo que cuando leo noticias del tipo que mencionas las tragaderas las suelo tener solo entreabiertas, o por lo menos con un buen y saludable filtro.

    No tengo mayor problema por discutir en relación a los posos del filtro, pues siempre se puede aprender de la diversidad de opiniones, pero pienso que hay temas de discusión mejores, como los que tuvimos nosotros recientemente, por cierto, sobre un tal puzzle japonés.

    Gracias por poner en la mesa temas que nos ayuden a abrir los ojos ante "maquinaciones históricas" del pasado y hasta del presente, pensando en Siria y Egipto. No parece que el siglo XXI haya hecho a la humanidad más sabia; a ver si hay más suerte para el que viene; la pena es que la probabilidad de que lo veamos es más bien poca. ¡Qué le vamos a a hacer!

    Un abrazo, Kurt

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  3. En fin; siempre es deseable aspirar a ser, como Cicerón, ecléctico, aunque las más de las veces sólo alcancemos a ser diletantes.

    Sin duda, la Humanidad no prospera solo mediante el encadenamiento de buenas acciones que generen la paz y la concordia entre los humanos. Esa es la lucha (perdón) entre el Bien y el Mal (no, no soy albigense).

    Es de suponer que en Atapuerca, unas veces roerían los huesos de los muertos y otras de quien no lo estaba, sino solo mal enterrado.

    La pérfida Albión (¡Gibraltar español!)y otros pueblos y civilizaciones, han cometido tropelías innumerables y sin embargo nosotros, que nos la cogemos con un papel de fumar, participamos de los adelantos sociales, científicos, técnicos y energéticos sin que, al poner gasolina por ejemplo, recemos una oración por los muertos o las invasiones que lo hacen posible.

    Hay hechos históricos cuestionables, otros de dudosa comprensión y otros intolerables y los hay también perfectamente comprensibles y conocidos, por la abundante documentación existente. Y para eso están los historiadores.

    Y ¡cielos!, creo que hay guerras justas.

    Así es que no toda la Historia está manipulada, ni todos los juicios morales. Ni el Poder es capaz de ocultar todo, siempre. Así es que comprender nuestro pasado, precisamente cuando se intenta pervertir al modo orweliano, es importante.

    Y más cuando los datos no concuerdan. ¿Debemos jubilar a los historiadores? ¿todos están comprados por el Poder?.

    Tu conclusión es nihilista, aunque parece anarquismo revolucionario. Y para ninguna de esas opciones estamos ya en edad.

    Simplemente, es que hay quien lee la historia "con el color del cristal con que se mira", pero eso es asunto suyo, no del malvado Poder.

    (Por cierto, el Poder es absolutamente necesario, imprescindible y deseable).

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    1. Cuando afirmas tajantemente que crees en las guerras justas, ¿en qué criterios morales te basas? Sin duda, encontrarás justa una guerra porque persigue unos fines con los que estás de acuerdo, pero probablemente los que se opongan a tales fines no compartirán tu valoración.
      La moral, teóricamente, parte de unos principios universales, válidos para todos. Si hay alguien que no piensa, como tú, que determinada guerra es justa, ¿quién es el inmoral?, ¿podemos concluir objetivamente que, por ejemplo, el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima fue un acto de guerra justa, aun contra el parecer de los japoneses, que lo padecieron? Más bien resulta que los hechos históricos, que en sí mismos se pueden establecer gracias a los documentos –y ésa es la labor de los historiadores–, se prestan, en un segundo momento, a calificaciones e interpretaciones por parte de quienes están en una situación prevalente y no dudan en ofrecer el juicio de valor que más convenga a sus intereses (desde luego, no al de sus oponentes). He dado en mi artículo varias pruebas de ello, refiriéndome a diversas intervenciones de políticos en activo.
      Alguna instancia de poder se encontrará detrás de aquellos fines con los que comulgas y, al apoyarla, le prestas tu apoyo, en contra de otras opciones. En general, los ciudadanos no obtenemos ninguna ventaja personal del juego político, por lo que mi anarquista opinión abunda en que sería preferible mantener nuestra inteligencia libre de prejuicios, para evitar que quedemos como tontos.

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  4. Los historiadores serios se dedican a recopilar documentos de hechos que sucedieron en el pasado. Estos hechos son incuestionables, no están sometidos a subjetividad. Después viene el ¿porqué? sucedieron y es dónde cabe la diferente interpretación. El guionista de la película del "Mau Mau" obviaba la totalidad de los hechos, sólo tenía en cuenta una parte de éllos y los interpretaba interesadamente. Después de muchos años han llegado los historiadores y han aportado datos. La violencia del Imperio Británico fue sistemática e institucional y la del "Mau Mau" siendo también indeseable, esporádica y errática.
    Todos los gobiernos clasifican documentos que solamente salen a la luz al cabo de los años o no salen nunca o son destruidos. Siempre nos queda Assange.

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    1. La razón de mi escepticismo es que pienso que no existen los historiadores totalmente serios, o si los hubiese, las fuentes no sabremos nunca hasta qué punto son fiables, salvo contadas excepciones que vayan "autentificadas" y si me apuras, ni éstas.
      La historia siempre ha sido "tuneada" diríamos hoy en spanglish, de forma que no siempre resulta ser del color que nos la presentan.
      Hablo en general, por supuesto, pero ejemplos los hay a montones... y lo que nos cuenta José Enrique puede muy bien formar parte de ellos.

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    1. La eliminación es debido a que el sistema me duplica los comentarios

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  6. Que hay guerras justas no necesita demostración. Tu opinión es que siempre hay uno que no está de acuerdo (sobre todo si pierde)y entonces eso que llamas juicio moral, no es universal.

    Y qué hay cuando dos poblaciones, voluntariamente escindidas en bandos irreconciliables, decide sacarse los ojos, como en las guerras carlistas, o en las de los balcanes, o en nuestra GC?.

    Los japoneses, ya que los nombras, intentaron someter todo a su alrededor, como los alemanes, pero no contaron con los demás y sus modernas armas. Mala suerte, perdieron, así es que el juicio moral que les anima es el de que se trató de una masacre incalificable.

    Seguramente es más moral que las batallas se libraran con armas blancas. Tardan más, pero los buenistas occidentales, no pondrían reparos. Una vez que se inventaron los cañones, los misiles, etc. el juicio moral (solo si el que gana "es de los nuestros"), es implacable.

    Curiosamente, en esta España nuestra llevamos minuciosa cuenta de los horrores de los vencedores, pero no de todos, que de los soviéticos no se dice una palabra.

    Vaya tela.

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  7. Me temo que esto de las guerras sí es un problema, que proviene de una extrapolación de la defensa propia.
    Si alguien me ataca con intención de matar y le mato yo antes "en defensa propia", ¿es moral? No sé, pero parece lógico. Extrapolemos a que el ataque se produce a la familia, la mujer, los hijos... pues lo mismo. Extrapolemos que atacan a los vecinos también y todos nos defendemos, y así sucesivamente: vecindad, pueblo, ciudad, región y país (me salto lo de las CCAA). ¿Dónde cortamos? ¿O no cortamos? Pues ya tenemos las guerras "justas" ¿O no?
    Lo ideal es que nadie empiece, ni a matar ni a causar que alguien tenga que matar, pero me temo que seguimos actuando como los gorilas, golpeándonos el pecho y sacando los dientes. Y eso que los gorilas son muchísimo más civilizados... Mondo Cane... ¿os acordáis de esta película?

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  8. "LA RESPONSABILIDAD DE PROTEGER"

    Antes de que alguien mencione la inminente intervención en Siria, conviene recordar que nada menos que la ONU, la inútil e inoperante ONU, en su informe del Milenio 2000, emitió la doctrina del título de este comentario.

    Y lo hizo, tras el escándalo de dejación y cobardía de la comunidad internacional, tras el genocidio de Ruanda, en el que murieron 1 millón de personas. Y luego el de Kosovo.

    Y se hizo tras la pregunta que Kofi Annan le hizo a la Asamblea:

    “Si la intervención humanitaria es, en realidad, un ataque inaceptable a la soberanía, ¿cómo deberíamos responder a situaciones como las de Rwanda y Srebrenica, y a las violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos que transgreden todos los principios de nuestra humanidad común?”

    En el informe de la Comisión se establecía que el concepto de la responsabilidad de proteger incluía una serie de obligaciones:

    la responsabilidad de prevenir que se cometan crímenes de esa naturaleza,
    la responsabilidad de reaccionar cuando ocurran y
    la responsabilidad de reconstruir las sociedades luego de una crisis.

    para saber más: http://www.un.org/spanish/preventgenocide/rwanda/responsibility.shtml

    Así es que, Sí, existen casos en los cuales la legislación internacional, amparada en una moral internacional de protección universal de los habitantes de algunas zonas conflictivas, admiten la intervención (¡cielos!) en la soberanía de otros.

    Y antes de que alguien lo comente: sí; existen lugares en el mundo de mayor repercusión geoestratégica que otros, en donde un conflicto regional, puede hacer estallar el statu quo internacional. Y en esa parte del mundo, que nos afecta directamente, está Oriente Medio.

    Cogérsela con un papel de fumar, achacando -siempre a los norteamericanos- al malvado hombre blanco oscuros intereses económicos, (¡pues naturalmente que también es por el petróleo!) no es más que una forma de diletantismo.

    De nada.

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    1. Te respondes tú mismo. Hay lugares en el mundo con mayor repercusión geoestratégica que otros, por lo que casualmente las grandes potencias intervienen en los conflictos sólo cuando sus intereses geoestratégicos peligran, independientemente de que en otros lugares se produzcan iguales o más graves violaciones de los derechos humanos. Esta circunstancia me lleva a pensar que, en efecto, apelar a la salvaguardia de los derechos humanos no es más que una excusa, un excusa moral, por supuesto, para llevar adelante una agresión que presentada crudamente como movida en exclusiva por intereses económicos queda mal vista en las sociedades occidentales, tan hipócritas ellas.
      En cuanto a la legislación internacional, encuentro un inconveniente para que llegue a ser operativa, y es que los jueces que dictaminan qué casos son punibles y cuáles no –a la vez que actúan como brazo ejecutor de la justicia– son los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, los primeros interesados en conseguir sus objetivos geoestratégicos. De nuevo, nos encontramos en el concurso de las naciones con quien ejerce de juez y parte.

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  9. La consideración de Kurt acerca de si una guerra en defensa propia es moral nos lleva a que acaso ésta sea justa, al menos porque la jurisprudencia de todas las naciones encuentra lícito el homicidio en estricta defensa propia, pero entonces nos encontramos con que dicha guerra no ha sido lógicamente iniciada por el que se defiende (dejando de lado la discutible doctrina del ataque preventivo) y el agresor habrá actuado injustamente, por lo también este tipo de guerra en sus inicios se convierte en una guerra injusta.
    Miguel Ángel afirma, de nuevo tajantemente, "que hay guerras justas no necesita demostración", aunque esta discusión ha nacido precisamente de la duda de si hay alguna guerra justa, así que yo echo de menos tal demostración. A continuación, Miguel Ángel repasa un par de supuestos bélicos, quizás con la intención de presentar ejemplos de guerras justas. En primer lugar habla de los enfrentamiento civiles, pero yo no entiendo por qué una guerra civil ha de ser mas justa que una guerra internacional: aquí nos encontramos también con un agresor y un agredido, ¿quién es el justo? Las razones que han llevado al primero a comenzar la confrontación sin duda no serán compartidas por los que militan en el bando contrario. ¿Qué juez imparcial existe que dictamine cuál de los dos contendientes está en su derecho y cuál ha actuado torticeramente? Lo que nos muestra el testimonio de la historia es que más bien son los que han vencido en la lucha los que imponen su juicio, pero me temo que nos encontramos con alguien que es a la vez juez y parte.
    En segundo lugar, Miguel Ángel se refiere al expansionismo nipón y lo relaciona con que, como los japoneses al final perdieron la guerra, esto les llevó a emitir el juicio moral de que los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki (supongo que se trata de esos acontecimientos) fueron "una masacre incalificable". Cualquiera puede comprender que el juicio moral acerca de los bombardeos atómicos poco tiene que ver con que haya perdido la guerra y sí mucho con que sesenta y ocho años después el pueblo japonés continúa tremendamente afectado por el horror de aquello, y no sólo él, sino el conjunto de la humanidad, que ha comprobado a qué extremos hemos llegado, dotándonos de armas capaces de acabar con todo vestigio de vida sobre el planeta si es que vuelven a usarse.
    No encuentro que avancemos en dilucidar si es posible una guerra justa. De todos modos, el primer objetivo del artículo que escribí no era éste, sino poner de manifiesto que habitualmente la historia es interpretada a su gusto por quien tiene el control de los medios de comunicación, que, además, aprovecha esta ventaja para emitir juicios condenatorios o exculpatorios según sean sus intereses. Como simple ciudadano, encuentro que esta práctica es alienante y nos lleva a todos a perder la capacidad de desarrollar un pensamiento crítico y libre, que indudablemente es el fin perseguido por el poder, especialmente por el poder dentro del sistema democrático, que pretende condicionar la intención de voto. Menos mal que siempre nos queda Assange.

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  10. La inoperancia de ese tipo de elucubraciones moralistas, propició que en Ruanda muriera 1 millón de personas y 8ooo en Srebrenica, sin que nadie resolviera el terrible conflicto de si eran galgos o podencos.

    Y si tu esperanza es un hacker, receptor de millonarias subvenciones y loado por Amnistía Internacional, que se dedica a filtrar documentos relevantes, en plena guerra, tú mismo.

    La sociedad de naciones aprende, a veces dolorosamente tarde, que no se puede elucubrar tanto: que la gente muere. Y aquél horror de Ruanda, hizo que se emitiera el documento de la "responsabilidad de proteger". Si no se es capaz de comprender que existen zonas más problemáticas que otras; que existen fuerzas incansables que trabajan para el derrocamiento de la civilización que conocemos, y seguimos asumiendo los planteamientos del lado equivocado de la Guerra Fría, es que estamos haciendo el conocido papel de tontos útiles.

    Por eso Rusia y China son un bloque opositor. Ahora, precisamente, en que hasta los saudíes se les pone el turbante tieso cuando ven lo que se les viene encima.

    Claro que siempre se puede hacer como los franceses: estar dispuestos a defender la civilización hasta la última gota de sangre de los soldados...norteamericanos.

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    1. Por lo de americanos y otros vs. rusos y chinos, lo único que les queda es hacer, como dije el otro día, de gorilas golpeándose los pectorales, sacar pecho y mostrar los dientes.
      A lo mejor cuela. A los gorilas les suele ir bien, pero entre ellos...
      Los de este lado del Atlántico ya han empezado a desinflarse. Veremos mañana a los del otro lado.

      Es como ver a un padre desconsiderado (y armado) golpeando a sus hijos; lo que suele pasar es que los viandantes se quedan mirando con horror, alguno chilla ¡Que alguien haga algo! Otros dicen: ¿para qué tenemos a la policía? y la policía se pregunta si es un problema de la municipal, de la Guardia Civil o de las CCAA.
      El problema continúa cuando alguien propone tirar una bomba para matar al padre desnaturalizado para ejemplo de todos. Lo que se suele hacer en estos casos, si falla la táctica del gorila, es distraer al hombre con una maniobra de diversión y otro que le quite las armas...
      En fin, mañana veremos...

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  11. El que Assange sea un hacker y Bárcenas un "truhán" no descalifica en principio, la posible veracidad de sus informaciones (hay que someterlas al recurso tan usado del "contraste).
    Lo de "que existen fuerzas incansables que trabajan para el derrocamiento de la civilización que conocemos" me suena a "el redivivo peligro de la nueva africanización" "Si en todo el mundo es ésta la conjura contra la civilización occidental, en España presenta más delicadas y rápidas coincidencias con lo semita, con lo africano." Onésimo Redondo, "El regreso de la barbarie" 1933

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  12. Las guerras justas son las que se ganan. Las que se pierden son siempre abominables (Voltaire).

    Siempre tiene la razón el que tiene más dinero (Napoleón).

    El pecado no existe, Dios se ha muerto y todo está permitido (Talleyrand).

    Ándate con el bolo colgando y se te llenará de hormigas (Franco).

    Si Dios no nos quisiera esquilados, no nos habría hecho borregos (Antonio López de Santa Anna).

    España no necesita sabios (teniente general Don Pablo Morillo).

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  13. DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS. Proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.

    Artículo 3. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
    Artículo 30. Nada en la presente Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendentes a la supresión de cualesquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.

    Si la guerra es la forma más directa de acabar con la vida, la libertad y la seguridad de quienes padecen sus consecuencias, indudablemente, ningún Estado puede iniciar una guerra, de acuerdo con esta Declaración de la ONU, de donde se sigue que las Naciones Unidas proscribieron, desde sus inicios, todas las guerras y, por tanto, ninguna guerra puede ser justa, al menos conforme a esta legislación de rango internacional. Sin embargo, no ha dejado de haber guerras, y, lo que es peor, algunas de las guerras recientes –empezando por la guerra de Corea– se han llevado a cabo presentando como excusa un mandato de la ONU. Si prácticamente todas las naciones del mundo pertenecen a esta Organización, ¿cómo puede la ONU amparar ninguna guerra contra cualquier nación? La respuesta esgrimida es que la ONU carece de fuerza propia para oponerse a la conculcación de los derechos humanos y delega la faena en alguna de las naciones asociadas, que sí posee fuerzas armadas, pero, claro, el uso bélico de la fuerza necesariamente desemboca en la conculcación de los derechos humanos, lo que a todas luces resulta contradictorio.
    Las guerras que estallan bajo los auspicios de la ONU no son actos de policía internacional, porque para que existiera una policía internacional, antes tendría que existir un Estado cosmopolita que la utilizara con el fin de imponer orden en las relaciones entre los pueblos, sin embargo, lo que existe son naciones soberanas con sus ejércitos, que tienen principalmente la misión de salvaguardar los concretos intereses del Estado nacional al que sirven.
    La ONU es un foro de debate donde eventual y raramente se pueden dilucidar conflictos entre los pueblos y, además, una organismo de cooperación que atiende a determinados problemas que afectan al conjunto de la humanidad, como el problema de los refugiados. Por estos motivos, la ONU continúa vigente, quizás sólo hasta la próxima confrontación mundial, que acabará con ella, como la Segunda Guerra Mundial acabó con la Sociedad de Naciones. Mientras tanto, la ONU resulta muy útil para los países que tienen la hegemonía en el Consejo de Seguridad, que la emplean como pantalla con que ocultar sus verdaderas intenciones cuando deciden atacar a los gobernantes que encuentran molestos, acusándoles de haber atentado contra los derechos humanos de sus súbditos, pero esto es paradójico: proteger supuestamente los derechos humanos de aquellos a los que se bombardea.

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  14. ¡Que vivan los debates!
    Acabo de regresar de la India (bastante impactado, por cierto, al "vivir" durante unos días como allí son aparentemente tolerantes ante las fuertes desigualdades sociales, las diferencias religiosas o culturales, no solo con, o frente a, los "visitantes" sino también entre ellos mismos), y me encuentro con esta polémica....
    Mi opinión es que hay diversidad de opiniones, diversidad de soluciones, diversidad de "políticas" (en el mejor sentido de la palabra) para abordar este tipo de conflictos, pero en cualquier caso, el peor de todos, el que nunca deberíamos estar dispuestos a acometer, es el de la "guerra", la imposición e intento de destrucción del "contrario" por la fuerza....

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  15. La DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, no está promulgada por ningún órgano legislativo mundial, así es que no existe ese Estado.

    La Constitución de la Unión Soviética reconocía derechos sociales y económicos colectivos, que incluían el derecho al trabajo, al descanso y esparcimiento, a la protección sanitaria, cuidados de la vejez y enfermedad, a la vivienda, educación y beneficios culturales, la libertad de conciencia, de palabra, de prensa, de reunión y asociación...

    Tras aprobarse la Constitución nazi, Goebbels dijo: «La voluntad del Führer ha quedado establecida totalmente, los votos ya no importan más. Sólo el Führer decide. Esto ha sucedido más rápidamente de lo que esperábamos», lo cual resulta más coherente.

    Pero es que la ONU, la inútil e inoperante ONU, sí tiene policía: los cascos azules, que intervienen cuando es necesario, para restablecer el orden en países en los que se ha conculcado alguno de los principios de la "responsabilidad de proteger". Ruego su lectura.

    La ONU, la inútil e inoperante ONU, precisamente por no ser sino un foro de debate, propicia la inacción y más teniendo en cuenta que hay, sobre todo tres, países que tienen derecho de veto: EEUU, Rusia y China. Estos dos últimos se oponen sistemáticamente a cualquier cosa que diga el primero, porque su estilo de civilización es el que propició la Guerra Fría.

    Y curiosamente, los inoperantes occidentales europeos, siempre se alinean con los que boicotean cualquier acuerdo, porque apelan siempre al "consenso", palabra inventada por los españoles políticamente correctos.

    Los bien-pensantes miraron para otro lado cuando lo de Ruanda y Kosovo y ahora, sin duda, lo volverán a hacer con Siria, porque lo más importante es que su conciencia no se altere.

    Ocurrió con Chamberlain, con el pacto germano-soviético y volverá a ocurrir cien veces más.

    En efecto, todo es discutible, pero qué queréis que os diga, a mí me parece que el "no a la guerra", en muchas ocasiones, encierra bastante hipocresía.

    Porque, por sistema, no se puede estar en contra de la violencia, ni a favor de la paz.

    Sería conveniente que recordáramos que la paz no es, en absoluto, un objetivo deseable en sí mismo, si no se da en libertad. La paz de una dictadura no es admisible, por ejemplo. Pero para algunos sí.

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    1. TODO SER APETECE LA PAZ POR NATURALEZA.
      "Imaginemos un hombre con los rasgos que le atribuye el canto de la poesía ficticia de las fábulas. Quizá por su insociable salvajismo nos apetecería, en lugar de hombre, llamarle semihombre. Su reino estaba reducido a la espantosa soledad de una caverna. Tan conocida era su maldad, que no tenía otro nombre sino el de 'Malo' –que es lo que en griego significa , su nombre propio–. Sin esposa con quien intercambiar unas blandas palabras, sin hijo alguno con quien entretenerse durante su infancia y educarlo en su adolescencia. Sin disfrutar de una amistosa conversación, ni siquiera la de su padre, Vulcano, cuya felicidad hubiera podido aventajar al menos en esto: en no haber engendrado él otro monstruo semejante. Jamás daba nada a nadie; al contrario, robaba lo que le venía en gana a quien podía y cuando podía. Con todo, en su antro solitario, cuyo suelo, según la descripción, estaba siempre caliente de la sangre de alguna matanza reciente, nada ansiaba sino la paz, una paz en la que nadie le molestase, ni turbase su reposo con violencias o amenazas. […] Salvaje y feroz como era, cuidaba, sin embargo –de una manera salvaje y feroz–, de tener en paz su vida y su salud. Si la misma paz que él procuraba tener en su caverna y en sí mismo la hubiera querido tener también con los demás, nunca le hubiéramos llamado malo, ni monstruo, ni semihombre".
      San Agustín: "La Ciudad de Dios", libro XIX, capítulo XII.
      Aquellos que perturban la paz de otros, buscando su propio placer, merecen, como Caco, ser llamados malos, monstruos y semihombres.

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  16. Empezamos mal: "todo ser" no apetece la paz por naturaleza. En primer lugar las bestias; su natural es comerse a otra para sobrevivir y perpetuar la especie. Su instinto es salvaje y desde nuestro punto de visa, feroz y despiadado.

    Pero esa paz que el salvaje de tu historia "hubiera querido", es eso: un "hubiera", no un "quiere", porque, como dijera Plauto "Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit.", así es que: 1. existen muchos lobos y 2. existen muchos no hombres, que desconocen a los otros.

    Así es que, querido amigo, el buenismo del no-hacer, queda bien cuando lees el Tao, pero en el mundo real, no en el de Alicia, hay malos y, tal vez, menos malos.

    El de Hipona al que apelas, enfrenta la Ciudad de Dios a la Ciudad del Hombre, ests última ajena a alguna virtud y antes que él está el Apocalipsis: "...por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca".

    Por tanto, concluyo que la Humanidad no ha conseguido el estado perfecto que, erróneamente, atribuyes a todo ser, pensamiento seguramente caro a Rousseau, pero utópico.

    la cruda realidad es que hay que defender constantemente la propia civilización, a veces con soldados. Ya ha ocurrido en el pasado y volverá a ocurrir en el futuro. Los pacifistas, con Chamberlain a la cabeza, tienen corto recorrido.



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  17. Es mejor para todos que existan muchos Félix Rodríguez de la Fuente para domesticar al lobo de Hobbes que instructores que le enseñen a matar más y más rapido. Generalmente los lobos comunes no matan a sus semejantes, el de Hobbes sí.lobos

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  18. Lo que llamas domesticación de un animal salvaje, se llama troquelado y consiste en hacer que el citado animal no sepa que lo es, acostumbrándose a la presencia humana, a la que considera un igual. Llegan a querer copular con su cuidador/a.

    Lorenz lo hacía con los patos, debido a lo que se llama impregnación en esa especie: lo primero que ven al salir del huevo es su madre, sea esta un perro, un humano, u otro pato.

    Lo que hacía FRDLF era algo así, introduciéndose en una manada prefabricada, haciéndoles ver que él era el macho alfa (volteándolos, por ejemplo).

    No sé, no sé...muchos FRDLF? me está dando miedo pensarlo. 1984?, La Naranja mecánica?. Vaya tela.

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  19. Lo de FRDLF era a modo de ejemplo para entendernos. Históricamente el esparto se va convirtiendo poco a poco en seda.

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  20. "Históricamente el esparto se va convirtiendo poco a poco en seda" o también: "el Tao que puede expresarse, no es el verdadero Tao" y así

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