…por Paco Acosta
He
encontrado esta semblanza de D. Luis Ortiz Muñoz publicada, allá por 1942, en
el número 20 de la Revista de Educación con motivo de su nombramiento como
Director General de Enseñanza Media.
No
tiene punto de comparación, ni en el fondo ni en las formas, con el estupendo
trabajo de Kurt que tenemos en el Blog. Pero, aún así, quiero “recuperarlo” y
dejarlo a la disposición de todos, ya que no deja de ser un documento
histórico…
Lo
primero que me ha llamado la atención es que el autor no se identifica. No me
extraña. Y desde las primeras líneas “se nota” el tono propagandístico de muchas
publicaciones de la época. Espero y deseo que todos aquellos que lean este
artículo, sin conocer la verdadera figura de D. Luis, no se hagan una falsa
idea de su labor en la vida política y crean que como Director del Instituto
Ramiro de Maeztu, pretendió convertirlo en un centro de adoctrinamiento del
Régimen… Si alguien cree que fue así, le puedo asegurar que está equivocado, al
menos con las promociones de nuestro entorno. En cualquier caso, cuando el
artículo se lee más de 70 años después de su publicación, cuesta trabajo
digerir este estilo innecesariamente laudatorio, y se nota que algo
“chirría”...
El
anónimo autor podría haber redactado el artículo en forma de biografía o
relación “curricular”, pero estoy convencido que pretendía “otra cosa”… Hasta
es posible que fuera labor de un subordinado del Ministerio, “haciendo
méritos”…
El
nombramiento de D. Luis Ortiz Muñoz como nuevo Director General de Enseñanza
Media se publicó en el BOE el 25 de Julio de 1942, siendo José Ibáñez Martín
Ministro de Educación Nacional. En ABC he encontrado la reseña biográfica de
este nombramiento (por cierto también muy diferente a la anterior), y que viene
acompañada de un “retrato” a plumilla (hasta ahora no descubierto) de D. Luis, por
entonces con 37 años. Por eso adjunto también el artículo.
Kurt
¡aquí tienes otra “caricatura” para completar tu colección!
Interesante documento que refleja la orientación pedagógica en la que se basó la creación del Instituto Ramiro de Maeztu.
ResponderEliminarComo siempre, detectando incunables, Don Paco. Estupendo…
ResponderEliminarNo lo había visto y eso que estuve buceando en internet bastante para la redacción de mi semblanza.
Al leerlo, me doy cuenta que las publicaciones de aquella época mantienen cierto lenguaje común, que hoy en día nos resuena y chirría en los oídos. No me parece una semblanza muy completa, pero también hay que tener en cuenta que D. Luis todavía no se había ni “estrenado” en aquél lejano 1942, año en el que todavía estaba muy reciente el final de la guerra civil. Por cierto, en el ámbito de ése “lenguaje” mencionado, que a nadie se le ocurriera entonces denominar a la guerra civil como tal, sino como “la Cruzada de Liberación” como poco. Hay otros epítetos muy singulares y muy de aquella época –especialmente en los artículos oficiales- como ése que figura en la semblanza de “iluminado por la luz de la Fe” y lindezas por el estilo.
Es cierto que D. Luis poseía una cultura y una capacidad de trabajo fuera de lo común y que defendió el catolicismo en el que se había formado y que sentía un hondo sentimiento por todo lo relacionado con la Semana Santa sevillana y sus tradiciones, lo que confiere a su persona una honda religiosidad. Como dije en mi semblanza, analizando sus hechos, era una persona de gran bondad y que no sabía decir “que no”, como contaba el P. Mindán, y siempre estaba dispuesto a dar lo mejor de sí mismo dentro de una enorme voluntad de servicio a los demás. Eso no significa, como bien dices, que tratara de imponer a la fuerza ciertos dogmas políticos propios de la época a su alumnado, sino más bien al contrario. Por lo que pude saber de él, hasta se avergonzaba íntimamente de muchas de las actitudes del entonces “generalísimo” y de ciertos adláteres, en especial de aquellos que trataban de oprimir la cultura en beneficio de los dogmas de la postguerra. Siempre defendió la Educación, con mayúsculas, aunque dentro de un cierto marco determinado por sus propias creencias religiosas, así como por la tendencia política de la época, muy natural por el entorno que le tocó vivir. Y que el Ramiro fuera “el mejor” en el más amplio sentido de la palabra.
Como siempre, que hay que ponerse en el entorno de aquella época; hoy en día hubiera sido probablemente un “liberal de derechas”, serio y fustigador de la marea de ramplonería que nos inunda. En fin, un ejemplo de lo que hoy se llama “señority”…