Seguramente más de uno ya se estará preguntando: ¿a quién se estará
refiriendo?
Pues no; no hay tal. Se trata de una
ficción, un supuesto, un cuento… ¿o quizás no? Puede, podría o pudiera haber
sido un sucedido.
El caso es que en cierta ocasión, en plenas Ramblas, se encuentra un
reportero de una cadena de TV catalana, micrófono en mano, con un señor ya algo
mayor, aparentemente en buena forma y con la mirada aguda e inquisitiva que
confiere la experiencia de haber vivido unos cuantos años y estar dotado de
cierta cultura.
“Buen día” – le espetó el periodista con una amable sonrisa – “Ascolti,
¿tiene Vd. unos minutos libres para poder hacerle unas cuantas preguntas para
el canal TV catalán?”
El señor le mira de hito en hito, sorprendido por la inesperada
interrupción de su paseo matutino y decide mostrarse colaborador con una franca
sonrisa.
“Ascolto, ascolto, joven; pues bien, hace buen tiempo, no tengo excesiva
prisa, así que, ¿por qué no? Pregunte, pregunte…”
“Muchas gracias por su amabilidad. Bien veamos: ¿de dónde es Vd.?”
“Pues yo soy de la vivienda 4ºD del nº 415 de la calle Muntaner en
Barcelona, que es donde vivo ahora, aunque he de aclarar que pasé casi todos
los años de mi infancia y juventud en Madrid y soy del Ramiro. Sin embargo,
nací asimismo en Barcelona, de forma que soy barcelonés de nacimiento y por lo
tanto soy catalán. Continuando en línea ascendente, soy también español,
europeo, ciudadano del mundo llamado La Tierra, pertenezco al Sistema Solar y
por lo tanto a la Vía Láctea, dentro de los confines de este Universo, que a su
vez es una pequeña parte del conjunto de Universos que forman el Todo Multi-universal”
La cara del reportero era todo un poema.
“Hombre, no le preguntaba tanto; es Vd. muy puntilloso, ¿eh?”
“No; pretendo ser sencillamente preciso y exacto cuando alguien me
pregunta algo” – respondió el señor con una sibilina sonrisa. “Si yo le hubiese
dado solamente una de las pertenencias anteriores, también sería correcto, pero
es que yo siento que formo parte de cada una de las entidades que he mencionado
y por las que siento un aprecio especial que me distingue de otros que no
forman parte de las mismas y que podrían sentir algo diferente a mí…”
“Ya.” (El reportero quería llevar el asunto por el terreno que quería) “Así
que dice Vd. que es catalán, aunque ha pasado gran parte de su juventud en
Madrid y que es del Real Madrid… ¿correcto?”
“No… le he dicho que soy del Ramiro, no del Real Madrid; no confundamos.
Sería en todo caso del Estudiantes” (con una sonrisa). “Me refiero al Instituto
Nacional Ramiro de Maeztu”
“O sea, un colegio de pago, ¿no?”
“Hombre, pues sí, pero no mucho; sin exagerar…pero por ese “no mucho” la
verdad es que nos educaron bastante bien”
“Ya veo, ya… pero no nos salgamos de la entrevista. Así que es Vd.
catalán; ¿siente Vd. amor por Cataluña, o al menos un hondo sentimiento de
aprecio por lo catalán?
“Pues sí, indudablemente. Pero también debo aclarar que siento un
especial amor por España, por Europa, por este bonito y azul planeta y por toda
la Humanidad, si me apura. Y no digo nada del amor que siento por mi Barcelona,
por mi calle Muntaner, por Madrid, por mi Ramiro y por mi casa. Será que soy muy
amoroso…” terminó el señor con una amplia sonrisa.
“Ya, pero veo que hay una aparente contradicción en lo que me dice” –
continuó el reportero, en tono algo más incisivo y provocador – “Me dice Vd.
que siente amor por España y a la vez por Cataluña, cosa que veo difícil, con
lo que nos está jooo…robando la primera”
“Pero hombre, ¿en qué mundo vive Vd.? Si cada vez que alguien me joroba
renunciase a mi amor, ya me habría mudado (me joroban mis vecinos), me hubiese
separado (me joroba mi mujer), me hubiese ido de Cataluña (me joroba un montón
el Mas), me hubiese tenido que ir de España (me joroba efectivamente el
Rajoy&Co), hubiese tenido que emigrar a América (me joroban las políticas
de la sra. Merkel) y como ya estoy harto de este globalizado planeta, me
gustaría mucho irme a otro que vuelva a ser más humanizado y con menos guerras…
Pero sigo aquí, tratando de hacer algo para me sienta menos jorobado en el
futuro, aunque sólo sea dándome una ducha fría de vez en cuando.”
El reportero ya se estaba impacientando.
“Por favor, que se me está Vd. yendo por las ramas. Vamos a ver; le
quiero hacer un par de preguntas de una consulta que dicen que es ilegal. ¿Se
atrevería a contestarlas?”
“Si las contesto, ¿tendría entonces que ir a la cárcel?”
“No, Vd. no, pero a lo mejor yo sí, si alguien se pone muy burro…”
“A ver, a ver: ¿me está Vd. haciendo esta entrevista porque le ha dado
la gana o porque alguien le ha ordenado que la haga?
“Pues claro, me lo han dicho…”
“Entonces no me diga Vd.
tontadas, pues si algo es ilegal, a la cárcel tendrán que ir los responsables,
¿no?”
“Bueno, dejémoslo” – el reportero veía que así no iba a ninguna parte –
“se lo preguntaré de todas formas. ¿Quiere Vd. que Cataluña sea un Estado?”
“¿Estado ha dicho? Sí, casado…”
“¡He dicho Cataluña, no Vd.!”
“Disculpe, es que ha pasado un coche y no le he oído bien” – respondió
el señor con amabilidad. “No se sulfure, hombre… me pregunta Vd. si me gustaría
que Cataluña sea un Estado. ¿Me podría definir lo que quiere decir con Estado?”
“Pero hombre, si eso lo sabe todo el mundo. Un Estado es como España,
como Alemania…”
“Ya, ya… pero actuemos con propiedad. Vd. no me está preguntando si me
gustaría que Cataluña sea como Alemania, pues tienen historias muy diferentes y
eso no podría ser, así que seamos precisos. Voy a consultar con internet lo que
es Estado” – el señor echó mano de su Android (por cierto, suena a robot
humanizado).
“A ver, veamos primero lo que dice la RAE.”
“¿Qué es la RAE? – preguntó el repórter despistado
“¡Hombre, que es Vd. periodista! RAE significa “Real Academia
Española”…”
“¡Entonces no me vale!!!! ¡Española y encima Real!!! – el reportero se
había empezado a congestionar…
El señor no pudo por menos que soltar una larga carcajada.
“Desde luego, me está Vd. divirtiendo… Espere, que ya lo tengo. Aquí
dice: Estado es el conjunto
de los órganos de gobierno de un país soberano. O sea, es un “conjunto de órganos” dentro de un “país soberano”
Suena bien, y hasta se intuye por lo de soberano que tenga rey, por lo que
intuyo que se refiere a España. Lo de “conjunto de órganos” no lo tengo muy
claro, la verdad, pero no parece que sea nada malo.
“Que no, que no, que no me vale; mire por
favor otra definición” – continuó el periodista aún algo agitado.
“Bueno, bueno, no se me vuelva a sulfurar,
que no es para tanto… yo aún no le he levantado la voz. Veamos, aquí pone: Unidad política superior
independiente y soberana…”
“¡Eso, eso!”
“Ya, pero si combinamos ambas, resulta que
Estado es un conjunto de órganos con una política superior independiente y
soberana dentro de otro país soberano. Pues no lo entiendo bien…”
El periodista empezaba a ponerse de un
color ligeramente escarlata.
“Mire, olvídese de la primera; la segunda definición
se acerca más a lo que quiero decir…!
“Bueno” – el señor continuó de forma
conciliadora – “O sea, si le he entendido bien, me pregunta Vd. en sintonía con
lo anterior si me gustaría que Cataluña sea un Estado. Pues bueno, supongamos
que sí, que me gusta. Suena bien…”
“¡Ah, muy bien!” – contesto el
periodista ya con aire triunfante. “En tal caso podemos pasar a la segunda
pregunta…”
“¿Y
qué hubiera pasado si le contesto que no a la primera” – le interrumpió
rápidamente el señor.
“Pues que no podría ya hacerle la segunda”
“Entonces, la cosa no tendría la menor
gracia… suponga que la quisiera contestar”
“No, es que no tendría lógica…”
“Me temo que en esto de la lógica no andan
Vds. muy sobrados, pero bueno, como ya le he dado el pase a la segunda,
pregunte, pregunte…”
“¿Vd. quiere que ése Estado sea
independiente?
“A ver si le he entendido bien. Si le sigo,
¿me está preguntando si me gustaría que ésa unidad política superior independiente y
soberana sea independiente? Me temo que hay una repetición; ya tenemos
independencia al cuadrado (es que yo soy de ciencias).”
Al periodista se le empezaban a poner los
ojos rojos y sanguinolentos, por lo que el señor optó por cortar por lo sano
para evitar males mayores:
“Mire, mire, no insista. Si lo que Vd.
quiere que le diga es que si me gustaría que fuese independiente, pues ya le
digo que sí, que sí hombre, que me gustaría…”
El reportero se relajó notoriamente y
respiró profundamente.
“¡Al fin! Así que Vd. vota por la
independencia, ¿verdad?”
“Eh, paso a paso, no corra tanto” – le
contestó el señor con gesto más serio. “Una cosa es que me gustara o lo
quisiera y otra muy distinta que lo decida y lo haga efectivo. Mire, volvamos a
lo de nuestras pertenencias. A mí me encantaría ser independiente de mi mujer,
pero si lo llevara a cabo, ya perdería su compañía, me perdería la felicidad y
la fuerza que da el estar juntos y en buena sintonía, aparte de que me tendría
que buscar a alguien que me echara una mano en todas esas labores que
calladamente hacen la mujeres… y si no lo encontrase, me las tendría que apañar
solo. Y todo eso y mucho más a costa de esa independencia, que suena muy bien,
pero que supondría un compromiso y un nuevo entorno con rumbo a lo desconocido.
Lo mismo me sucede con mi casa, con mis convecinos; estoy harto de tanta
reunión de vecinos, de tener que plegarme a la mayoría…vamos, que me encantaría
ser independiente. ¡Hasta me gustaría una Barcelona independiente! Y ya no le
hablo de todas las consecuencias que me trae ser dependiente, por mucho que sea
de lejos, de la señora Merkel, de la UE, de los mandangas que hay por ahí que
ni avanzan ni dejan avanzar…¡Claro que me gustaría ser más independiente! Si no
hay más que recordar nuestra Guerra de la Independencia contra un opresor
llamado Napoleón, en la que gracias a ir todos juntos en cientos de batallas (y
ya que estamos, le recuerdo el Tambor del Bruch) pudimos darles sopas con onda
a los franceses. ¡Por supuesto que me gusta el concepto de Independencia! Pero
una cosa es que me gustara una situación ideal y otra muy distinta es que SEA
de verdad tan ideal en las circunstancias que tenemos en la actualidad. ¿Se ha
molestado Vd. en decirme qué y cuánto me va a costar esa anhelada
independencia? ¿Se le ha ocurrido pensar en un escenario de fronteras
ficticias, de un euro poco claro, de quién ayudaría a poder llevar a cabo “las
nuevas tareas del hogar” con una situación financiera tan desastrosa? Es como
con las señoras: independizarse de ellas en la ruina no es lo mismo que hacerlo
con pasta de sobra de por medio… En resumen: ¿me ha dicho Vd. claramente cuáles
serían las contrapartidas y el coste de esa bendita independencia?”
“No” – respondió el periodista, un poco
confuso – “Eso es su problema; con lo listo que es Vd., será mucho más capaz
que yo de llegar a una conclusión”
“Ya. Me está Vd. poniendo la zanahoria
delante de la nariz y espera que la siga solamente por el olor. Pues mira,
déjame que te diga, majo (creo que ya nos podemos tutear tras todo esto) que a
todo este asunto le falta un punto de lógica. Creo que a cada uno de nosotros
nos gustaría que nos consultaran, que cuenten con nosotros, pero eso no da pie
a tratar de llevarnos por un camino del que aún no sabemos si está asfaltado o
no, ni cuántos baches tiene, en especial si cayendo en alguno que sea muy
gordo, a lo peor nos quedamos allí tirados”
El periodista se había desinflado un poco y
parecía algo perdido, por lo que decidió salirse por la tangente.
“Veo que Vd. presume mucho de lógica,
señor; ¿quien le ha enseñado tanto?”
El caballero se quedó pensando un breve
momento y soltó con una sonrisa:
“Pues quizás haya contribuido un tal
Mindán, que me dio clases de Lógica como parte de la Filosofía entre otras
cosas cuando yo tenía 17 años, a la vez que unos cuantos profesores más de
prestigio y buen hacer en ése Ramiro que te he dicho antes y que confundías con
el Real Madrid…”
“¿Y quién era ése tal Mindán?”
“Pues te podría contestar muchas cosas,
pero bastará con que te diga que superó los 100 años, de forma que seguramente
lúcido era. ¿Te crees tú que esa Cataluña que soñáis superaría esa pila de
años? No me contestes; con la cara que pones no es necesario; no hace falta ser
tan lúcido como él para responder… En fin, que Dios te bendiga, majete; gracias
por la entrevista”
“Soy ateo, señor”
“Bueno, pues que te sientas colmado de
bendiciones de cualquier otro sitio…”
“¿De qué sitio?”
“Pues, ¡qué quieres que te diga, majo! De
ése que estás pensando no sé si queda para muchas bendiciones de ésas…”
El señor se va alejando dejando al reportero
clavado con su micrófono en la mano, cerca de un mimo que detrás de él hace
carantoñas a los niños. La vida continúa en las Ramblas…
Y se baja el telón. Colorín, colorado…
KS, Dic 2013.
El gobierno de la Generalidad catalana, ha decidido abandonar el machacón "España ens roba" en Europa, para que no se les vea como excesivamente peseteros.
ResponderEliminarHe pensado siempre que para nacer hay que tener suerte: suerte con que tu madre te deje nacer; suerte con la familia que te toque; suerte con el paralelo geográfico (el 38 es el límite)...y también suerte con la taifa autonómica.
Somos un prodigio de casualidades: nacer en Madrid (o venir emigrados), de familias bastante normalitas que escogieron el Ramiro...
Es fácil ser español en Madrid. Otra cosa hubiera sido si el Ramiro de Maeztu (ya el nombre hubiera sido imposible), hubiera estado en Barcelona, o en San Sebastián.
¿Qué cosas no escribiríamos todos contra el Estado centralista?. Y si en San Sebastián, habiendo estudiado en Deusto, ni me atrevo a imaginar en lo que pensaríamos de los "chicos de la gasolina".
Conozco gente de mi edad en Barcelona, inteligente y bien formada, que describe la Historia como el nacionalismo predica y que, en su casa, no se pueden tomar las 12 uvas, porque es una imposición de Madrit...
Lo dicho, hemos tenido una suerte...!
Feliz año a todos!.
El sentirse diferente es un sentimiento prerracional. Es fundamental que exista el ajeno, y el resultado de la comparación siempre será favorable a nosotros. Los de un pequeño pueblo, se consideran mejores y diferentes a los del pueblo de al lado. Caso extremo: en Elda se habla mayoritariamente castellano, en Petrer separado por una calle, se habla mayoritariamente en valenciano; el lenguaje en vez de ser un vehículo de entendimiento, se ha convertido en un vehículo de diferenciación que puede llegar a convertirse en un arma arrojadiza sobre el diferenciado.
ResponderEliminarNo demos más vueltas, el nacionalismo que es un instrumento más elaborado de diferenciación, es un sentimiento prerracional y como decía del humo la canción de los 50, "ciega sus ojos"
Nuestro compañero de promoción Joaquín Solana, desde Barcelona nos solicita publicar su comentario
ResponderEliminarComentario, desde Barcelona.
Soy de Barcelona y estudié en el Ramiro los años en que mi familia vivió en Madrid. Cursé desde Ingreso hasta 4º, luego regresamos a Barcelona.
Por razones profesionales he estado, después, en Madrid, tantas veces que, junto a los años del Ramiro, hacen que allí me sienta en mi ciudad. Como decía Max Aub "uno es de donde estudió el bachillerato".
Ello no es problema para que Barcelona sea también mi ciudad.
Al leer el texto de Kurt me he podido sentir muy cerca del personaje entrevistado, casi me parecía un guión que podría representar sin el menor esfuerzo.
Espero saludar a todos, como tarde, si no hay otros eventos, en junio próximo, cuando nos veamos en Madrid.
Feliz año nuevo y gracias por mantener y cuidar este blog y punto de encuentro.
Joaquín Solana Oliver
(Barcelona)
Encantado, Joaquín. Gracias.
EliminarPues ya sabes, si te animas modifico levemente el texto y te nombro protagonista...
Creo que lo que más me molesta particularmente de esta situación es que se puede pasar de una sana rivalidad (los de Madrid vs. los de Barcelona) a una generación de sentimientos negativos provocados e inducidos. Esta es la cara más fea del nacionalismo. Tengo la esperanza de que la mayoría seamos inmunes a esto; lo demás ya tendrá arreglo.
Un abrazo, K
Tengo familia no nacionalista en Catalunya.
EliminarHe podido obsevar que mis sobrinos estudian en el colegio verdades nacionalistas, com o estas:
"Catalunya es un pais que han dividido Espanya y Francia".
"Felipe V destruyo y saqueó Catalunya, y con el botín construyó un palacio en Madrid"
Tras más de 30 años de rodillo nacionalista, se recoge esto y parece difícil que los catalanes (la mayoría con abuelos españole), vuelva a la razón.