Incunable histórico de la
excursión a Granada en 1963
por Kurt Schleicher
Hace
unos días, sucedió en el desván de mi casa. Como a la mayoría de las mujeres, a
la mía le dio por poner orden por allá arriba, que si ya era hora, y todo eso.
Yo ya había buscado cierto día lo que pudiera encontrar del Ramiro por allí,
pero en plan más masculino, sin sacar los documentos ni los libros metiendo
solamente la mano a ver qué había. Se me pasó evidentemente una carpetita fina
sin nombre que estaba por allí perdida, con los bordes comidos por el tiempo.
Y allí estaba. ¡No salía de mi asombro! En la primera página aparecía
titulado: “EXCURSIÓN A GRANADA. MEMORANDUM” Me senté en el suelo y me puse a
leer. ¡Era una descripción detalladísima de nuestra excursión a Granada en 1963!
La verdad es que no tengo la menor idea de por qué hice aquél escrito,
afortunadamente con una máquina de escribir de la época (de mi padre, claro). A
lo mejor fue un encargo de redacción del Ramiro, pero, francamente, no lo
recuerdo. Qué más da; el caso es que ahí estaba. Era como un diario: quién,
cuándo, cómo y dónde, sin despreciar las impresiones. Entonces no tendría mucho
valor, pero hoy… descubro excitado con quién fui, en qué hotel estuvimos, con
qué profesores, cuántos autobuses, qué pasó y hasta a qué hora exacta (deben
ser mis atavismos germánicos), ¡y qué comimos!, y, por supuesto, presumir hasta
de con quién ligamos y hasta dónde llegamos… (no demasiado lejos, claro…).
El documento tiene ahora exactamente 50 años y medio; es eso, pues: un
incunable…
A modo de aperitivo (he escaneado cuidadosamente cada hoja), adelanto
que la excursión tuvo lugar entre el 24 de Abril (miércoles) y el 27 de
Abril (sábado) de 1963. Y además:
Que nos acompañaron el padre Gabino y
el sr. Cano; éste último al parecer muy apreciado por todos y que tuvo muchos
detalles con nosotros… ¡hasta nos invitó a todos a unas tapas! Todo un detalle…
Que hicimos un alto en Despeñaperros.
Que cerca de La Carolina en Jaén, nos
encontramos en el restaurante con el padre de Paco Menchén que tuvo el detalle
de invitar a los profesores a su casa.
Que al llegar a Jaén visitamos la
Catedral.
Que al llegar a Granada soltábamos
desde el autobús piropos a toda moza que pasaba por la calle
Que el hotel tenía un exótico nombre:
“Hotel Casablanca”, compartiendo la habitación más grande Oscar Ortiz López,
Gonzalo Echagüe, Gonzalo Sevilla, Emilio Sánchez Direitinho y yo, donde después
de cenar (véase exactamente el qué) nos agotamos tras una batalla a
almohadazos.
Que al día siguiente, el sr Cano nos
llevó a visitar la Catedral, de lo que hay una extensa descripción, igual que
para las demás visitas que hicimos después
Que Pablo Recio, Oscar y yo tapeamos
hasta la hora de la comida (ver detalle)
Que por la tarde visitamos la Cartuja
Que Oscar y yo visitamos a unos tíos de
él que vivían allí, pretendiendo que su prima nos presentara a sus amigas,
pero… ¡ay! nos salió el tiro por la culata. No estaba.
Que después de cenar (véase detalle!)
nos fuimos a la Zambra, con las gitanillas; al parecer, la iniciativa partió
del sr Cano, probablemente no muy bien acogida por el P. Gabino. Encima, nos
invitó a un vinillo. Que armamos follón en la cueva de “La Faraona” y luego continuamos
la farra por la calle, donde nos volvió a invitar a unas tapas y más vino. ¡Qué
tío!
Que para la visita a la Alhambra al día
siguiente nos guió una tal Dª Joaquina, que no sé de dónde habrá salido, pero la
recuerdo vagamente incluso hoy.
Que tras comer en el hotel, se intentó
que fuésemos a Motril, a la playa, pero que no pudo ser. Que el magnánimo P
Gabino nos levantó la prohibición de ir al cine como compensación a lo de
Motril (¡!) y que vimos “Rebelión a bordo”, de donde volvimos excitados con la
guapa protagonista, pese a los cortes de ciertas escenas.
Que nos encontramos a unas chicas que
estaban con Fernando Picón traduciéndolas éste unos temas de grado de latín
(para eso vale ser de letras) y ya nos las llevamos de paseo, invitándolas a
unos helados. Eso fue lo más dulce que conseguimos, pues la hora de cenar se
nos echó encima. Y luego se nos unieron Pablo Recio y Ricardo Alonso Vega.
Que tras cenar (ver detalle) nos fuimos
de juerga con no mucho éxito y que terminamos viendo “Sodoma y Gomorra”
Que Alfredo Fdez. Valmayor nos despertó
para evitar que llegásemos tarde al desayuno… gracias, tío…
Que en el viaje de vuelta vomitaron
unos cuantos por motivos desconocidos… ¿resaca?
Que nuestro magnánimo P Gabino nos
permitió ir a Valdepeñas (pero andando desde la carretera 4 km.), donde pudimos
comprar unas botellas de vino a buen
precio.
Que hicimos un último alto en el
camino, en un lugar en el que había abundancia de amapolas; de ahí la famosa foto con ellas en las manos…
Y que finalmente el sábado 27 de Abril
a las 19:30 se terminó la excursión…
KS, Dic 2013.
Si es que lo tuyo ya era escribir!!!
ResponderEliminarDesde pequeño. Pues es un documento fenomenal, porque no hay que basarse sólo en la memoria. Esto es un guión del viaje en toda regla.
ENHORABUENA!!!
Muchas gracias, Vicente; sí, ya me gustaba escribir, pero se nota todavía la "inocencia" de un niño grande de 15 años. Lo encantador es que proporciona un montón de retazos de memoria perdidos en el tiempo, haciendo que el que lo lea pueda revivir la excursión y sus propios recuerdos, no sólo los míos...eso es lo que le confiere valor hoy en día tras nada menos que medio siglo...
ResponderEliminarMuy bueno, Kurt..... Aparte de ser una verdadera "memoria del viaje", servirá para encajar las "piezas del puzzle" (retazos del viaje y las fotos) que ya están publicadas.
ResponderEliminarMientras vosotros intenábais ir a Motril, unos cuantos (Fdz. Valmayor, Juan Rosas, Glez. Capitel, Glez. Juliá, Pardo, Pérez Jauregui, Naranjo y yo) intentamos subir a Sierra Nevada en el tranvía. Nos quedamos a mitad del camino, porque ya no siguió más... Hicimos unas cuantas fotos y regreso a Granada.
Por cierto ¿alguien sabe algo de Naranjo? No hay forma de localizarlo.... Necesito pistas.
Muy bueno, Kurt. Al estar en el B no me acuerdo si fuimos a la vez, en el mismo autobús o en autobuses distintos, pero sí me acuerdo de la visita a la Alhambra, de las fotos de los "jockeys" y del palacio de carlos V, tan redondito que parecía una plaza de toros de mármol. Y también de que ví la peli de Marlon Brando-
ResponderEliminarFue excursión en la que no estuve por castigo de mis padres, pero, independientemente de esa mera anécdota, me sorprende que tanto tiempo después sigan apareciendo cosas de hace 50 años. ¿Será que pretendemos revivir como si fuese entonces aquel tiempo? ¿Será que nos ilusiona compartir esas experiencias con todos? ¿Será...? Sea lo que sea, es, para mí, bonito lo que va saliendo y este "incunable", Kurt, es muestra de que te gustarían los aviones pero también escribir, lo que no se te daba ni se te da nada mal, más bien, todo lo contrario. Leyéndolo, me parece haber estado allí con vosotros.
ResponderEliminarGracias, Rafa. No es más que pretender arrancar alguna sonrisa y que a los que les guste como a tí recordar viejos tiempos, que pasen un buen rato.
EliminarSiempre digo que no hay nada más bonito que la sonrisa de una guapa mujer, pero en fin, a falta de la belleza femenina, buenas son las de los compañeros...