24 diciembre 2013

MORALIDAD DEL ABORTO


La moralidad del aborto.

José Enrique García Pascua.

 

Nosotros, miembros de la promoción 64, hemos vivido lo bastante como para constatar de qué modo ha cambiado la percepción social del aborto desde aquellos años jóvenes hasta el día de hoy.

Cuando gobernaba Franco en España, la opinión pública y las autoridades consideraban que privar de la vida a un feto humano era un acto abominable, además de un delito; a este respecto, recuerdo que se produjo y distribuyó en los cines del país una película titulada Aborto criminal. Hoy, la opinión pública española, en cambio, es en general favorable a que la mujer que lo desee se deshaga de la vida que late en su seno, aunque la discusión se centra en las condiciones que hacen justificable la interrupción del embarazo, hasta el punto de que la futura ley del aborto –más restrictiva que la vigente, según se desprende del anteproyecto dado a conocer– que actualmente promueve el ministro de Justicia es calificada por las radicales del bando contrario como “injusta” y “cínica”, epítetos que encierran un juicio moral negativo de un intento también moral del ministro de cambiar la ley que este señor considera, a su vez, como “injusta” por  permitir el aborto libre, sin ninguna condición, hasta la decimocuarta semana de gestación.

 

Ante la existencia de juicios morales contradictorios, la prudencia nos mueve a buscar los fundamentos en que se apoyan los juicios morales en general y los que suscita la práctica del aborto en concreto.

Los moralistas nos dicen que han de existir principios absolutos que informen la eticidad de los actos de los hombres. Un principio que no sé si es absoluto, pero que figura en los textos moralizantes desde muy antiguo es el de la obligación de respetar la vida humana. Ya Dios en el Sinaí impuso al pueblo de Israel el mandato de “no matarás” (Ex. 20, 13) y Jesús de Nazaret lo hizo suyo e incluso extendió la prohibición a cualquier malquerencia hacia el prójimo (cf. Mt. 5, 21 y 22). En estos tiempos asistimos en nuestro entorno a un rechazo de la religión, católica en particular, por parte de los liberales, pero estos mismos que se oponen al poder eclesiástico han encontrado otro decálogo en que depositar su fe, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en donde también podemos leer algo semejante: “todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” (artículo 3).

 

Es un hecho biológico que la vida del embrión humano es vida humana, porque esta vida embrionaria, si se desarrolla en circunstancias normales, deviene un ser humano completo y ningún miembro de la raza humana habría alcanzado la plenitud de su naturaleza sin el paso previo de la concepción en el vientre materno. Entonces, cabe pensar que la vida embrionaria debería estar protegida, desde el punto de vista moral, por la inveterada prohibición de matar. Sin embargo, la historia nos da testimonio de multitud de excepciones que unos y otros han encontrado al mandato divino, porque, a pesar de ser generalmente aceptado, los hombres asiduamente se han matado entre sí, y siguen haciéndolo, incluso aduciendo argumentos morales para ello.

Una primera forma de justificación moral que permite matar sin remordimientos a un individuo humano ha sido negarle precisamente la condición de humano. Así, el régimen totalitario que gobernó en Alemania determinó que los pertenecientes al pueblo judío no eran humanos y, por consiguiente, no era necesario observar ningún requisito legal para gasearlos en masa. Análogamente, hay quien afirma que no es cuestión pertinente si debemos o no respetar la vida del nonato, porque éste no es un ser vivo o, al menos, no es un ser humano mientras dependa para perdurar de la contribución de la madre, lo que nos lleva a preguntarnos cuándo –según esto–  el individuo comienza a ser humano, ya que, después de nacido, todavía le queda mucho tiempo en que su supervivencia depende de la madre. En realidad, atribuir o no la condición de humano a alguien es un juicio de valor, es decir, la valoración que hace quien lo emite del sujeto juzgado, lo que no pasa de ser una apreciación subjetiva y ocasional, ya que los mismos que niegan la condición de humano al nonato por su dependencia no se atreverían a negarle dicha condición a un dependiente enfermo de Alzheimer. 

Una segunda forma de justificación moral para eliminar a un semejante ha sido argüir que su derecho a la vida no prevalece ante otros derechos, como es el caso del derecho que tiene la sociedad a defenderse. Así, en tiempos del Santo Oficio los propios eclesiásticos, que se decían seguidores de Cristo, no dudaban, con la anuencia del poder civil, en condenar a la hoguera a herejes y judaizantes, razonando que de ese modo se salvaguardaba la ortodoxia que daba cohesión a la sociedad cristiana. Análogamente, las defensoras del aborto libre afirman que la mujer tiene derecho a decidir sobre lo que sucede en el interior de su cuerpo sin que nadie pueda esgrimir en contra el derecho a la vida de su hijo en gestación. En realidad, no existe ningún derecho indiscutible, sino que todos los derechos son otorgados, desde el momento en que nadie tiene derecho a nada si no hay otras personas que se lo reconozcan. Un dependiente enfermo de Alzheimer tiene derecho a la vida, a pesar de ser una aflicción para el resto de la sociedad, porque sus conciudadanos se lo reconocen, lo que no sería el caso en un hipotético orden social en que la escasez de recursos hiciera aconsejable la sistemática práctica de la eutanasia.

 

En conclusión, parece que los hombres han conculcado repetidamente el derecho del prójimo a la vida, aunque, para ello, con frecuencia se han expuesto sutilezas escolásticas que justificasen tal conculcación, y eso también es lo que acontece con las discusiones morales sobre el aborto, de donde se sigue que el mandato “no matarás” no se pueda considerar un principio moral absoluto. Lo que más bien ha venido ocurriendo es que los humanos en toda época de la historia se han desecho de los hijos no deseados, bien por medio del aborto, bien por medio del infanticidio, sin demasiadas cortapisas para ello, pero en los tiempos actuales la idea de que, de alguna manera, los ciudadanos tienen derechos inalienables nos lleva a discutir la licitud del aborto, e incluso a regular su práctica (las leyes que prohibían el aborto comenzaron a promulgarse en el siglo XIX y las reguladoras de su práctica son del siglo XX).

 

Puesto que no encontramos principio morales que justifiquen o no la práctica del aborto, tendremos que preguntarnos acerca de cuáles son los verdaderos motivos que llevan a una mayoría de los españoles a admitir hoy el aborto, cuando no hace demasiadas décadas éste resultaba altamente reprobable, y estos motivos en realidad son de tipo económico.

El régimen anterior se erigió sobre una nación menoscabada en su población a causa de la Guerra Civil y de la emigración, por lo que resultaba económicamente deseable que las mujeres parieran sin tasa y de ahí que se concedieran premios nacionales de natalidad y se proscribiera el aborto, pero los tiempos posteriores contemplaron otras necesidades. El crecimiento constante y expansivo del PIB buscado por la economía del desarrollo precisa de la dedicación de toda la mano de obra disponible, lo que incluye a la parte femenina de la sociedad, a la que se incorporó masivamente a la población activa, ya que el trabajo del ama de casa no proporciona plusvalía a los capitalistas y, por eso, no se recoge en el cálculo del PIB. Cualquier mujer trabajadora y ama de casa experimenta en sus propias carnes la dificultad que hay para compaginar la vida laboral y la familiar y, en consecuencia, los embarazos extemporáneos se convierten en una carga para aquellas que desean completar una trayectoria profesional. Que el aborto esté permitido, sin duda, es una solución para este problema.

La vigente ley del aborto, de 2010, facilita el recurso a esta solución, porque no exige justificación alguna para las interrupciones del embarazo antes de la decimocuarta semana de gestación, pero también la anterior ley, de 1985, proporcionaba cobertura a estos usos. En dicha ley se contemplaba como supuesto para autorizar la práctica de un aborto el grave riesgo para la salud física o psíquica de la madre y bastaba con el informe de un profesional del mismo centro en que se efectuase la operación para avalar que el caso considerado se hallaba bajo tal supuesto.

Leo en El País

 


 

las declaraciones de Francisco Montilla,  representante de la Asociación Española de Neuropsiquiatría: «antes de la ley de 2010, el noventa y tantos por ciento de las interrupciones del embarazo eran por este supuesto, el peligro grave para la salud de la madre. Y de ellas, casi el 100% por cuestiones de salud mental». El anteproyecto de la futura ley contempla exigir, para acogerse a este supuesto, que la mujer presente dos informes de dos especialistas distintos que, además, deberán ser ajenos al centro en que tendrá lugar la intervención. Igualmente, se lee en el anteproyecto que el daño a la salud de la madre debe ser susceptible de permanecer en el tiempo. A este respecto, Montilla comenta: «técnicamente es muy difícil hacer un informe así. Las cuestiones de salud mental no son como la fiebre, que sube o baja, o una apendicitis. Son procesos. Si tienes una descompensación psiquiátrica el diagnóstico certero es difícil porque hace falta una observación de la evolución. Hay veces que se precisan semanas para un dictamen técnicamente seguro». A pesar de estas dificultades, en 2005, bajo el amparo de la primera ley del aborto, se realizaron en España 91.664 interrupciones del embarazo, el 96’68% de las cuales, es decir, 88.620, se acogieron, previo informe médico, al supuesto del peligro para la salud física o mental de la madre, según nos informaba el diario ABC del veintisiete de noviembre de 2007, en su página 27. No puedo evitar que me asalte la sospecha de que en la mayoría de los casos el grave peligro para la salud de la madre fuese sólo la ansiedad producida por el embarazo no deseado.

El número total de nacimientos acaecidos en España en 2005 fue de 466.371, lo que nos lleva a establecer que los embarazos voluntariamente interrumpidos ese año por grave peligro de la salud materna equivalen al 19% de los embarazos que llegaron a término, ¿la salud de todas estas mujeres peligraba realmente por culpa de su embarazo? o ¿fueron consideraciones económicas (una chica que debe abandonar sus estudios y sus expectativas de encontrar trabajo por haberse embarazado, una madre que ya tiene demasiados hijos que alimentar, una profesional que encuentra incompatible su maternidad con su carrera…) las que empujaron a tantas mujeres a abortar, amparadas por un informe médico no demasiado exigente?

Los datos recientes confirman mi sospecha. Leo EL Mundo

 


 

y me entero de que en 2012 el número de abortos acogidos a la ley de plazos de 2010 han crecido con respecto a 2005, como era de esperar, un total de 112.390, de los cuales el 91’26% se efectuaron por voluntad propia de la mujer, sin aducir motivo alguno, a los que hay que sumar el 5’67% que abortaron por riesgo para la vida o salud de la embarazada y obtenemos un porcentaje del 96’93%, curiosamente coincidente con el 96’68% de abortos del 2005 que se realizaron bajo el supuesto del peligro para la madre. Aun debemos añadir que el Ministerio de Sanidad se felicita por el hecho de que en 2012 bajó un 5% el número de abortos en relación a 2011, en que hubo 118.259 intervenciones.

Si mi propósito fuese emitir un juicio moral, diría que asistimos en España cada año a la eliminación programada de, al menos, el 15% de los niños que podrían haber nacido sin problemas, lo que adquiere tintes de un autogenocidio al que los  españoles someten a su propio pueblo, sin que tal hecho trascienda en una sociedad que, sin embargo, constantemente se escandaliza por las matanzas acaecidas en otros lugares remotos, pero, como me he impuesto a mí mismo la prohibición de formular juicios morales, callaré.

 

La próxima ley del aborto parece que va a poner trabas que hagan más complicado tomar la decisión de interrumpir un embarazo. Si los escrúpulos de Ruiz Gallardón consiguen sacarla adelante, los problemas de las mujeres trabajadoras que no estén dispuestas a una estricta continencia pueden multiplicarse, con el inherente perjuicio para la productividad de la nación, lo que me hace pensar que tal ley tendría sus días contados en el seno de una economía en expansión. No obstante, las consecuencias demográficas del éxito que han logrado en el reciente pasado los procedimientos de control de la natalidad influyen también en el terreno económico y hoy España se encuentra con una población en proceso de envejecimiento y ante la perspectiva de una pérdida neta de habitantes en los años venideros, mala noticia para los pensionistas, que, aunque todavía hoy disfrutamos de un respeto social mayor que el que –para su desgracia– tienen los nonatos, acaso terminemos en el futuro por ser suprimidos legalmente, como efecto de habernos convertido en un insoportable gravamen.

En definitiva, el juego de intereses económicos es lo que en última instancia  decidirá la pervivencia de la prevista ley del aborto. Nada que ver con los juicios morales que merezca. Una vez más, la superestructura al servicio de la infraestructura.

 

En Torrecaballeros, a 23 de diciembre de 2013.

26 comentarios:

  1. "...ya que el trabajo del ama de casa no proporciona plusvalía a los capitalistas..." Pues yo creía que la decisión libre y gratuita de abortar había sido un derecho conseguido por las aguerridas huestes feministas, para deshacerse de la ominosa maldición de parir hijos con dolor, así como el derecho a la incorporación de las mujeres al mundo laboral.

    Y ambos derechos resulta que han sido promovidos y alentados por la llamada izquierda, como parte de su ideología tóxica, basada en la eliminación de cualquier traba moral, o conciencia individual, que impida la colectivización del pensamiento y el control de una nueva "clase social": las mujeres.

    Pero no sabía que había sido por causa del capitalismo. Hay que ver.

    Es relativamente sencillo: vivir es bueno, morir es malo. Y matar es muy malo.

    Que una ideología destructiva esté convenciendo a las mujeres de que pueden acabar con la vida de sus hijos, sin posible apelación, es una aberración, como lo eran las decisiones inapelables sobre vidas y hacienda del pater familie romano.

    Es la misma ideología que cree que ya hay demasiados humanos en la Tierra y que sus recursos se agotan. Bueno, y que el placer debe ser el principal objetivo vital. Y que el Estado benefactor lo debe regular todo.

    Si en una tribu perdida, las mujeres decidieran no parir, supongo que habría que violarlas y tenerlas vigiladas, como al ganado, pues la supervivencia de esa tribu se vería seriamente comprometida con una rebelión semejante.

    La tribu occidental lo está haciendo, pero ha descubierto que existe un nuevo derecho: el de las mujeres a matar a su hijo.

    Y para tranquilizarlas, hay que convencerlas previamente de que se trata de una operación menor, algo parecido a un tumor benigno.

    Esto tiene un problema: que el derecho a nacer no parece estar entre los derechos universales y sí el de la madre a que no nazca. La solución, como bien dices, es negar la condición humana al nasciturus. Lo dijo la ministra y el rector de la Complutense, nada menos. Así es que, privado de su condición humana, no hay trabas morales para el exterminio. Así es que la discusión es a partir de cuantas semanas es humano...

    La tan manida excusa de la falta de recursos económicos a la que se enfrentan estas mujeres es perfectamente falso, como lo demuestra el hecho de que, culturas que aman la vida y la familia numerosa (los gitanos, por ejemplo), o familias religiosas de cualquier credo, fomentan los nacimientos, contradiciendo la excusa.

    Porque, para combatir a la ideología de la muerte, solo se puede oponer otra ideología de signo contrario, no ninguna razón lógica. Exactamente lo mismo que ocurre con los que desean dejar de fumar: un placer solo puede combatirse con otro, no con ninguna razón.

    Mientras tanto el genocidio se evalúa en 120.000 no nacidos al año (es España). Una máquina ideológica de picar carne.

    El lema: libres, lindas y locas (ni sumisas, ni devotas).

    ¿Infraestructura?, ¿Superestructura?, ¿galgos?, ¿podencos?

    Y así

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  2. El aborto es consecuencia directa del fracaso de la educación sexual en España. ¿Como es posible tantos embarazos no deseados, en pleno S. XXI?
    Efectivamente hay diferentes apreciaciones morales por lo que se debe legislar para que quepan todas
    Ahora va a ser cuestión de dos informes psiquiátricos en vez de uno, ¿se cambia el sentido moral de la cuestión? ¿se llegará al aborto cero?. Me temo que es pura burocracia.
    Es como legalizar la droga en un sólo país pero al revés. Siempre le quedará a la embarazada no sólo París, le quedará también Lisboa, Londres, Amsterdam...con lowcost
    El problema de los pensionistas es la ausencia de ofertas de trabajo, si las hubiera el descenso de natalidad se compensaría (como en tiempos pasados) con la población emigrante.

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  3. Cuando a mi padre le dijeron que el problema de las barbaridades cometidas por "el pueblo" en el 36 (quemar el diario IDEAL de Granada), se arreglaría con educación, la respuesta fue que el comité que organizaba esos actos "descontrolados", estaba en el Gobierno Civil y lo integraban varios catedráticos de Universidad.

    Por mucha educación sexual que se de en los colegios (ya se enseña a masturbarse a los de 10 años) y como cantaba el otro: "las niñas ya no quieren ser princesas" y lo importante es el placer (libres, lindas y locas), eso del pontelo, ponselo, estorba.

    Así es que 120.000 abortos al año no es un error de cálculo, sino otro método anticonceptivo más.

    El asunto moral consiste en que hay un conflicto entre dos seres vivos: la madre y el hijo que lleva en su vientre. Y lo aberrante, es que nadie parece defender el derecho a nacer, dejado en manos de una mujer que, ante Dios y ante la Historia, decide hacer de su capa un sayo, sin que nadie pueda intervenir. Con un par.

    Algo así como Fiat iustitia, et pereat mundus, pero cambiando la iustitia por mi voluntad. Porque por ahí, el mundus pereat, ya lo creo que pereat.

    Se llama relativismo moral.

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  4. Buenas noches y Feliz Navidad a todos.

    He de dar mi opinión, en este caso no sobre la ley del aborto, si no sobre el Blog y su contenido.

    En principio este Blog tenía por objetivo, al menos así yo lo entendí, en que fuese un vehículo de comunicación entre los antiguos alumnos de la promoción 64, y que se centrase en temas relacionados con nuestro querido Ramiro.

    La realidad es que poco a poco se ha ido desvirtuando, y se ha convertido en un punto de fricción sobre temas que deberían ser tratados en foros muy diferentes a este, al menos esta es mi opinión.

    Por tanto he pensado en construir otro blog para tratar esos temas, ya que aquí se me ha quitado la gana de escribir, y algunos trabajos, que tenía preparados, como el de la pasada Navidad en el Ramiro, o sobre documentos antiguos encontrados en los archivos, ya no verán la luz aquí.

    Os deseo que os pongaís de acuerdo, y me despido cordialmente de vosotros, recordandoos que yo al menos sigo trabajando para que el 14 de junio tengamos un acto de hermandad todos los miembros de la promoción, o al menos el mayor número posible, con independenci de nuestras ideologías personales.

    Un abrazo:

    Manolo Rincón

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    1. La declaración de principios del blog según reza en su cabecera es:"Lugar de encuentro de los alumnos del 'Ramiro' que comenzaron el bachillerato elemental en 1957 (tras haber pasado o no por la Escuela Preparatoria), o el superior en 1961, o acabaron preuniversitario en 1964".
      Entiendo que cualquier discusión se produce en un lugar de encuentro y las diferentes opiniones sobre cualquier cosa no implica la voluntad de de hacer proselitismo ni de aniquilar la diferencia.
      El ejemplo más claro es el de José Enrique y Miguel Ángel expresan opiniones diferentes en algunos temas y siguen siendo igual de amigos.
      Espero que tu blog sea un subblog de éste y que nos tengas al corriente de la celebración.
      Un abrazo

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    2. Yo creo que el blog NO se está desvirtuando y que sigue siendo un punto de encuentro entre todos nosotros,

      El que se centre en ocasiones más en temas del Ramiro y en otras menos es señal de su riqueza y de la de todos nosotros. Este tema en particular es conflictivo, ya lo hemos tratado hace un año, pero ahora vuelve a ser tema de actualidad y creo que es un punto de encuentro entre este nuestro crisol de maravillosas diversidades.

      Los temas relacionados con el Ramiro siempre nos proporcionarán ese regusto encantador de los bonitos recuerdos de la infancia y siempre creo que tendrán una cabida y una acogida muy especial en este blog, por lo que animo a todos a que cualquier cosa que se nos ocurra relativa a nuestra antigua historia la plasmen aquí, pues es su lugar desde el principio y lo seguirá siendo, siempre.

      Te ruego que independientemente de tu derecho de abrir otro blog o los que tú quieras no dejes de escribir en éste, pues tu colaboración nos es MUY NECESARIA; ya has demostrado la exquisita memoria que tienes y el amor por lo temas del Ramiro que queremos seguir compartiendo (hablo por mí, pero estoy convencido que todos me secundarán en esto).

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  5. Yo sólo he pretendido suscitar un debate sobre un tema de actualidad que se presta a un análisis moral. Según mi parecer, estas cuestiones servirían para mantener un contacto entre nosotros y, además, aumentar nuestro mutuo conocimiento, lo que no es incompatible con que en otras ocasiones nos ocupemos de otros temas interesantes, quizás, menos polémicos. De todos modos, no estoy de acuerdo con la confrontación entre ideologías que presenta Miguel Ángel, según la cual, hay unas ideologías buenas y otras malas. Todas las ideologías de tipo político tienen un objetivo claro, la conquista del poder, y, por ello mismo, también buscan la justificación de las relaciones de producción vigentes. Hoy en día no existen grandes diferencias ideológicas entre partidos de izquierdas y de derechas, como viene demostrado por el hecho de que tantos unos como otros están de acuerdo en que se promulguen leyes que regulen la práctica del aborto, aunque con diferentes matices. Aquello del eje del mal enfrentado a un eje del bien no fue más que una argucia de George Bush, Jr.

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    1. "El único propósito por el cual el poder puede ejercerse adecuadamente sobre cualquier miembro de una comunidad civilizada, contra su voluntad, es la prevención del daño ajeno. El propio bien, sea físico sea moral, no es garantía suficiente. Uno no puede obligar a la ejecución o abstención a otro porque esto conlleve un beneficio para uno mismo, porque le hará a uno feliz, porque en opinión de otros hacerlo sería sabio o correcto... La única parte de la conducta de una persona por la cual ésta es dócil ante la sociedad es aquélla que concierne a los demás. En la parte que solo atañe a uno mismo, su independencia es, por derecho, absoluta. Sobre sí mismo, su propio cuerpo y mente, el individuo es soberano."

      John Stuart Mill (Londres 1806 - Avignon 1873). Se le considera padre del feminismo. Si no tanto, fue uno de los primeros filósofos que se declararon públicamente partidarios de reconocer a las mujeres los mismos derechos que a los hombres, entre ellos el de ser tan dueñas de sus cuerpos como los propios hombres.

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    2. Es evidente que Stuart Mill expuso el argumento de que el "derecho" de la mujer a disponer de su propio cuerpo "debe" prevalecer sobre el "derecho" del nasciturus a la vida. Un juicio de valor que uno comparte o no, por mucho que Stuart Mill figure en los libros de historia de la filosofía. Añadiría que, contra el juicio de Stuart Mill, se podría presentar otro "derecho": el de los hombres, sí los del género masculino, a que se respete su propia descendencia, la cual necesita la intermediación de una mujer, claro que los "derechos" masculinos son enseguida negados con la socorrida censura de que reivindicarlos es "machismo", mientras que mostrarse "feminista", como Stuart Mill, está muy bien visto. Cosas del pensamiento políticamente correcto.

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    3. Ese supuesto derecho varonil, expresado en términos más claros, se sustancia en que preñar a una señora la convierte, automáticamente, en una propiedad del preñador. No me cabe duda de que sería un derecho reclamado con entusiasmo en el gremio de violadores, así como en determinadas asociaciones 'pro vida' y en determinados sistemas legislativos latinoamericanos, esos que prohiben el aborto incluso en el caso extremo de la violación incestuosa. Hoy, por ejemplo, la prensa explica el caso de una niña de 14 años, argentina, que tras ser violada y preñada por su padrastro, y tras eso apaleada por el mismo junto a su madre, que protestaba, un juez que allá no encuentran asombroso -me temo que aquí tampoco- le ha prohibido abortar. Sin duda el tal juez está en favor del derecho masculino a preservar la propia descendencia. Es, ése, una clase de derecho que no estoy seguro de poder valorar sin que me den arcadas.

      Por lo demás, me hago muchas cruces de que un concepto tan claro y tan sencillo como el 'nosotras parimos, nosotras decidimos', cueste tanto sea reconocido y aceptado por determinada clase de creyentes. En el seno de la UE -los 28 países-, y salvo en cinco casos -roguemos a los dioses que con España no sean seis-, las mujeres son dueñas y soberanas de sus cuerpos al menos hasta las primeras 12-16 semanas de sus preñeces. Me pregunto qué clase de mentalidad poseerán las ciudadanas españolas que aceptan con alegría, o al menos resignación, que el Partido Popular les suprima este derecho y les devuelva a la triste condición de portadoras obligadas de un feto indeseado que no quieren parir. Si algún político pretendiera esto mismo en Alemania, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Austria, Hungría, Chekia, Eslovenia, Grecia, Lituania, Letonia, Estonia, Finlandia, Suecia, Dinamarca y el Reino Unido (espero no haber olvidado ningún otro país europeo civilizado) lo menos que le sucedería sería ser puesto en la calle por su propio partido político, so pena de irse al diablo en las siguientes elecciones legislativas. De aquí mi asombro por lo que andamos viendo en estos días.

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    4. Pues sí Ildefonso, bastante de la sociedad patriarcal sigue pesando en esto de la reproducción y el modelo de familia. Leí a un clérigo poner como ejemplo el módelo de familia de los gatos. Gato con gata (referido al matrimonio homosexual) pero obviaba que el gato forma una familia que dura lo que dura dura y que se aparea con madre, hermanas e hijas.En nuestro debate participa solamente el sexo masculino debido a nuestra educación "diferenciada", ¿fuimos también unos adelantados en las nuevas teorías del aprendizaje?, creo que nos faltó el uniforme. Parece que en el PP, cuando intervienen mujeres el pensamiento único no es tal.
      Pero ¿qué futuro nos espera?, el Estado obliga a parir discapacitados, con los adelantos de la medicina la esperanza de vida de éstos ha aumentado enormemente. Muchos de éllos, sobrevivirán a sus padres, los hermanos no estarán por la labor de continuar cuidándolos, el Estado obliga a parirlos pero se desentiende de éllos (el Estado español recortó en 2013 un 40% de los créditos para la denostada Ley de Dependencia, las obligaciones reconocidas las paga con enorme retraso, para 2014 está previsto un recorte sobre 2013 del 50%). ¿Será parecido a "La noche de los muertos vivientes"
      Por otro lado a los que ponen el grito en el cielo porqué una mujer interrumpa su embarazo en plazo, les parece fatal que una mujer soltera acuda a los bancos de semen para quedarse embarazada o una pareja de hombres adopten niños abandonados y almacenados en los múltiples orfanatos, ¿estamos por la vida o por un modelo único de familia?
      A mi modo de ver para educar nuestra sensibilidad os recomiendo visitar algún centro de paralíticos cerebrales, veréis que para la mayoría de éllos, es difícil evaluar su grado de felicidad

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    5. Uno de los extremos más cachondos de la Ley Gallardón es la prohibición de publicidad para las clínicas especializadas. A mi juicio, esto es una evidencia más de lo trasnochado de su planteamiento. En una sociedad donde la internet permite compartir los pensamientos sin tener que dar cuenta al Estado, y donde las 'redes sociales' facilitan la instantánea propagación de información entre todos los que cuentan con un PC, o una 'tablet', o un 'smartphone', y un acceso del tipo que sea a the internet, los cuales venimos a ser bastante más del 90% de los espoles, la pretensión de Gallardón sería patética de no ser ridícula, y es que una ley de un Estado avanzado no se puede permitir esa clase de ingenuidades.

      Al ministro Gallardón le convendría estudiar lo que hacen las irlandesas para defenderse de su gobierno ultracatólico, ese que es capaz de dejar morir a una emigrante india por no permitirle abortar un engendro que la estaba matando (no hace nada de esto; sólo unos meses. Las irlandesas, gracias a Ryanair (Dios la bendiga), abortan maravillosamente bien en el área de Charleroi, una encantadora ciudad a la que se puede volar ida y vuelta desde Dublin por unos €50. Aunque no de un modo formal esta ruta de Ryanair está conectada a la red de clínicas especializadas en devolver a las irlandesas el dominio de sus cuerpos que les niega su gobierno. Esa red se extiende por las poblaciones de Charleroi, Namur, Mons, Chimay, Waterloo, Malinas, Wavre, Ligny y la propia Bruselas, de modo que ninguna irlandesa con su cabeza sobre sus hombros y poco más de €150 (airfare incluido) tiene problemas para librarse de lo que su gobierno tiránico pretende imponerle. Ni que decir tiene que estas irlandesas no se dan con ningún problema de comunicación, pues en todas esas clínicas se habla un inglés lo bastante bueno como para que nadie se quede sin hacerse comprender.

      Si la Ley Gallardón llegase algún día a ser promulgada, las españolas podrían acogerse a lo mismo que las irlandesas, quizá no por €150 pero no por mucho más de €200. Dada la importancia de nuestro mercado (he leído por ahí que su magnitud supera los 110.000 episodios anuales, lo que traducido a euros para Ryanair y para las clínicas del área de Charleroi supondría una espectativa de ingresos superior a €20M/año), a la red de clínicas liberadoras de embarazos les compensaría, y de sobra, buscarse dos docenas de auxiliares que hablen español.

      Me pregunto cómo habrá pensado Gallardón oponerse a esto que aquí os cuento. Si de veras cree que lo va a conseguir es que aún es más ingenuo de lo que pudiera pensarse. Con su ley, me lo temo yo y se lo teme todo aquel que dedique unos minutos a pensárselo, no conseguirá mucho más que nazcan, al año, unos pocos miles de hijos de las ciudadanas más desfavorecidas en lo económico y en lo cultural, de modo que durante los dos años que la ley esté en vigor (no lo estará más tiempo porque al PP le costará las legislativas de 2016, y si no lo véis así se aceptan apuestas) el efecto principal será unos pocos miles de desgraciados más, así como unos cuantos sunormales de propina. Salvo estos desdichados no parece que nadie más vaya a pagar la factura de esta monstruosa ley.

      Eso sí: Ryanair, y también Easyjet y Brussels Airlines, y por supuesto las clínicas del Gran Charleroi, ya deben estar rezando por que Gallardón saque adelante su ley.

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    6. Es interesante esta última aportación. Al final, resulta que la práctica del aborto mueve mucho dinero, y sería una lástima que las clínicas españolas perdieran el negocio precisamente ahora, en época de crisis. Produce la impresión de que toda la discusión acerca de si "deben" prevalecer "derechos masculinos" o, por el contrario, "derechos femeninos", acompañada de tantas descalificaciones de las posturas contrarias a tu propia opinión, tiene principalmente el objetivo de que no cierren las clínicas abortistas del país. La superestructura al servicio de la infraestructura.

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    7. Querido José Enrique, me temo que no me has entendido con el órgano de entender, sino con algún otro. Mi tesis no tiene que ver con lucros cesantes para la sanidad española. Tiene que ver con que, se ponga como se ponga el PP, y se pongan como se pongan los partidarios de la Ley Gallardón, las españolas que posean unos mínimos medios económicos y una mínima cultura seguirán abortando con toda liberalidad. Sólo se verán conminadas a parir sin ganas las pobres de pedir, las cobardes de solemnidad y las que no saben nada de nada, lo cual no habla muy bien de la igualdad entre los ciudadanos españoles como pilar ideológico de nuestra constitución.

      En cuanto a las clínicas abortistas, no sufras por ellas. Seguirán todas abiertas, no te quepa duda. Quizá les disminuya un poquito la facturación, pero a cambio subirán los precios, ya que deberán pagar no sólo a los psiquiatras perspicaces, sino soltar la mordida cautelar, y ya puedes imaginar a quién. Por lo demás, business as usual, como en los tiempos de Franco que tanto añoran algunos, esos donde el aborto se camuflaba de ataque de apendicitis y aquí paz y después gloria. Supongo que no habrás olvidado las muchas risas que nos hicimos en nuestros tiempos escolares a cuenta de los prodigiosos intestinos de algunas de nuestras más eximias estrellas de la pantalla, dotados cada uno de tres o cuatro apéndices, a lo menos. Será cosa, en todo caso, de ir resucitando las viejas malas leches. Para los dos años que ha resuelto el PP dure todo esto, no merece la pena inventar ninguna nueva.

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  6. Enhorabuena por el magnífico trabajo, José Enrique.

    Creo que deberíamos tratar de separar los aspectos morales de los legales en la discusión, aunque estén concatenados.

    Es evidente que la sociedad de hoy no es la de hace unos cuantos años ni las situaciones son las mismas, pero creo que los valores morales o eso que llaman moralidad debiera ser menos susceptible a ser cuestionada por el entorno social. Pero lo es.

    Pienso que hay que saber usar los significados: tolerancia no es lo mismo que permisividad y cada vez se confunden más. Lo mismo pasa con el uso y el abuso: te dan la mano y te tomas el brazo.

    Sobre el aspecto moral del aborto no hay mucho que discutir, pues está claro que no se debe matar; no es solamente un mandamiento, sino una ley natural. El aspecto legal es otra cosa; no soy legislador y me confieso lego en esta materia, pero comprendo que no es fácil. Hagamos una burda comparación: ¿Se puede matar en defensa propia? ¿Se puede matar para defender a tus hijos o a tu familia? ¿Se puede matar para defender a un amigo de ser asesinado? No voy a exponer las respuestas, pero se podría hacer una equiparación con el aborto. Pienso que siempre podrá haber alguna razón de peso que excepcionalmente podría hacer justificable el aborto; el problema legal es poner etiquetas a ése "excepcionalmente"
    Otro ejemplo extremo: supongamos que un matrimonio sabe de antemano que su futuro hijo será un ser con tales limitaciones que será muy difícil que pueda desenvolverse en el mundo y que ni siquiera será consciente de su propia persona. ¿Es moral que la futura madre aborte? Probablemente no; si lo fuera, abriríamos una puerta a la eutanasia. ¿Será legal? Probablemente tampoco, por la misma razón. ¿Hay que meter en la cárcel a los padres si permiten el aborto? Pues yo creo sinceramente que no, aunque estén "objetivamente" equivocados. Existen en teoría salidas para ello y las instituciones debieran velar por que existieran hogares para estos casos tan extremos, pero, ¿los hay? ¿Hay financiación para ello? Si todas las puertas se cierran, puedo entender y hasta disculpar que se tomen medidas objetivamente equivocadas; el ser humano es "humano".
    El otro extremo, el de la libertad total para abortar -"es mi cuerpo y hago con él lo que me dé la gana" de las mujeres tampoco me parece correcto, pues olvidan que son responsables de "otro" ser que tiene derecho a vivir. Hoy en día cada vez se tiende a menospreciar más lo que significa "responsabilidad", pero eso ya sería tema para otro artículo.

    De ahí que yo abogue por la tolerancia bien entendida, basada en las buenas intenciones. ¿Difícil de legislar? Pues sí, pero para eso están las aproximaciones sucesivas, difícilmente perfectas. Habrá que ser tolerantes y no rasgarse las vestiduras cada vez.
    Me viene a la memoria eso de "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra"; desde luego, muy sabio.

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    1. Perdón: quería decir eugenesia y no eutanasia. Me he dado cuenta al releerlo.

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  7. La moral es cosa de humanos por lo tanto a estos atañe. Estamos hablando de vida humana no de vida en general (espinacas, merluzas, ternera).
    Para empezar a actuar sobre un donante de órganos, se espera a que su encefalograma sea plano, en ese momento se considera que ya no tiene vida humana aunque su corazón este latiendo
    El feto según neurólogos distinguidos presenta encefalograma plano hasta las 16/20 semanas por lo que no puede hablar de vida humana, si de proyecto de vida humana.
    Con la nueva ley aprobada por el gobierno, se podrían producir abortos de más de 20 semanas, por daño psíquico de la madre, a no ser que en la práctica lo que se pretenda es prohibir de facto, todo tipo de aborto

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    1. Argüir que el feto presenta encefalograma plano es adherirse a los que simplemente niegan que la vida embrionaria sea vida humana, pero, si no es vida humana, entonces ¿qué clase de vida es? Cada uno de nosotros comenzó su vida siendo un zigoto, y de ahí en adelante. Me parece que nos encontramos ante algo más determinado que un simple proyecto: una vida en evolución.

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  8. Manolo: que se traigan aquí asuntos que se debaten en la sociedad "exterior", ajenos a nuestros recuerdos de nuestra época colegial, no me parece que sea malo.

    Precisamente, su ausencia me parecería que no refleja la diversidad entre nosotros, tras una vida entera; centrarnos exclusivamente en los recuerdos colegiales, ciertamente es evocador, pero tiene un límite.

    Siento no aportar muy buenos recuerdos de aquellos terribles años de miedo, incertidumbre y fracasos, así es que me resulta más satisfactorio sin duda, discutir con mi buen amigo José-Enrique y ahora también José-Luis, de cualquier cosa.

    Hemos ido aprendiendo y los pocos que escribimos (eso de exponer lo que pensamos en público, a muchos les parece que es desnudarse), ya nos nos mandamos a la mierda directamente, sino tal vez con circunloquios, lo que obliga a currarse las respuestas.

    En cuanto al asunto que nos ocupa, ayer mismo una mujer progresista me decía que es voluntaria de la Cruz Roja y que cuando ve a esos niños inadaptados, de familias desestructuradas, sin aparente salvación...

    Y otra mujer que conozco sin embargo, ha tenido 4 hijos, sabiendo que el tumor inoperable que tiene en el útero podría acabar con su vida en cada embarazo. No se quiere operar mientras pueda parir. Pues ahí sigue. Sus 4 hijos son preciosos.

    Qué queréis que os diga.

    Manolo, en este nuestro mundo, coexisten ideas no razonables (no se puede ser nazi, pero sí comunista, por ejemplo), pero que la legalidad permite. No siempre es bueno para la Humanidad, pero hay que aceptarlo.

    Ayer, por ejemplo: una mujer del grupo ese que se desteta enseguida, lo ha hecho en una catedral alemana. La inscripción era "yo soy Dios" y como tiene la suerte de haberlo hecho en el occidente católico, no la han ejecutado por blasfema.

    Personalmente, por ejemplo, no me gusta que este Papa sea socialista, pero qué vas a esperar de un argentino (y "encima" jesuita) que vivió su juventud en medio de una dictadura. Creo que se equivoca denostando la libertad económica, pero...es el Papa y la Iglesia tiene muchos siglos. Cuando León XIII, y tras la publicación de la Rerum Novarum, en España se rezaba por su conversión. ¡Pasa nada!

    Así es que mejor sería que nuestros compañeros se soltaran y como yo, aprendan a tascar sus expresiones (bueno, yo aprendo más lentamente), para no exasperar.

    Y si alguien recuerda algo interesante de aquellos tiempos, bienvenido sea.

    Mientras tanto, aquí estamos Kurt el pacificador, Manolo el sabio, Ildefonso el escéptico, José-Enrique el soviético, Miguel-Angel el furia-converso, José-Luis el socialista...y Rafael, el paracaidista. Necesitamos más. ¡Animo!

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  9. Un chiste sobre el asunto:

    El día del sorteo de la lotería, todos los españoles estaban como Gallardón: pendientes del bombo...

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    1. Lo malo es que seguiremos así con cada alternancia en los poderes políticos, igualito que la ley de educación..

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    2. Más que del bombo, habrá que estar pendientes del péndulo; como la Tierra se mueve, es difícil pararlo y dejarlo en equilibrio...

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  10. Resulta chocante que los partidarios del aborto libre y gratuito (no he leído que pudiera haber alguna restricción), no comprendan que esto es un asunto ideológico y como tal, irreconciliable.

    Los contrarios al aborto, pensamos que es un acto contrario a la naturaleza y al crecimiento vegetativo de las poblaciones y que, para evitar la desaparición de la especie humana, debe ser regulado y socialmente desaconsejado, lo mismo que ocurre en algunos de esos países progresistas con la atención médica de los pacientes con patologías pulmonares o coronarias, fumadores crónicos.

    Los no abortistas, le echamos la culpa a una ideología ecolo-malthusiana y libertaria y los abortistas, al clericalismo.

    Así es que, lo gracioso es que los partidarios muestren una sorprendente superioridad en esto (y en casi todo). Es como si no pudieran comprender que no solo ellos pueden legislar en ciertos aspectos, pues les está reservado (aborto, enseñanza, sanidad, planes hidrológicos, energía nuclear...). Y cuando el otro hace algo propio de su ideología, porque han obtenido mayoría absoluta, pasan cosas tremendas.

    Si habéis visto "Blade Runner", recordaréis cómo el replicante mata a su creador, por haberlos fabricado mortales.

    Ahora me parece que las mujeres (algunas mujeres ideologizadas), se están rebelando contra la maternidad, que las hace vulnerables.

    No creo que 120.000 abortos en España, al año, sean causados por padres desnaturalizados que violan a sus hijas, o a violaciones sistemáticas.

    En España, el 64% de las mujeres que abortan, tienen menos de 30 años. El 4%, entre 16 y 17.

    El 8,87% interrumpió su embarazo por su edad, bien porque se veían demasiado jóvenes o por todo lo contrario, y el 5,08% por patología fetal o materna.

    El 65% son españolas.

    El 48,47% no querían ser madres o no querían volver a serlo en ese momento de sus vidas.

    Así es que, según una encuesta, el 62,35% de las mujeres que abortan no están influidas por su poder adquisitivo, ni por su situación laboral, ni por su situación afectiva.

    ¿Y por qué están influidas entonces?

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  11. No sé de dónde sacas que el 62'35% de las mujeres que abortaron no lo hicieron influidas ni por problemas económicos ni por su situación afectiva. Lo que dice el informe del Ministerio de Sanidad es que el 91'26% de los casos de aborto inducido acaecidos en España el año pasado presentaron como único motivo la voluntad propia de la madre, es decir, que las mujeres que abortaron dentro de este porcentaje se abstuvieron de aducir ninguna causa objetiva, mientras que el 5'67% adujeron grave riesgo para la vida o salud de la embarazada, el 2'78%, graves anomalías del feto y el 0'27%, anomalías incompatibles con la vida.

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  12. Pues entonces, tú mismo te estás respondiendo.

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