30 mayo 2016

INVESTIGACIÓN SOBRE LOS APARATOS DE PROYECCIÓN DEL TEATRO DEL RAMIRO

... Por Manolo Rincón.

El Teatro del Instituto es una maravilla. Pensado de manera profesional cuenta con espacios para decorados, poleas de tramoyistas y una serie de complementos impensables en 1.940 en muchos teatros profesionales.
Pero hoy os quiero contar una investigación que he realizado sobre la cabina de proyección, situada en el entresuelo, desde donde se visionaban en la pantalla tantas películas que nos amenizaron en los años en que estuvimos en el Centro.
Actualmente la parte superior del teatro sufre un abandono, solo explicable por la falta de medios para poder rehabilitar ese espacio. Allí se encuentra la cabina de proyección, inaccesible por la puerta de entrada que no se puede abrir.
En la entrada al vestíbulo del teatro hay dos proyectores grandes Philips con aspecto de no haber sido usados nunca, aunque han sido despojados de lentes y poleas.
Me propuse investigar el por qué están allí, algo que nadie actualmente sabe en el Instituto. Únicamente Rosa María cree que se colocaron en los años 80 en ese emplazamiento.
Primero decidí saber cómo estaba actualmente la cabina de proyección. Con permiso de la Dirección y con una linterna, subí poniendo una mesa y una silla a un hueco que me permitió acceder al interior de la cabina.
Me encontré con dos aparatos montados para proyectar películas sin interrupción sobre la pantalla. Examinándolos con detalle vi que eran de 35 mm., que en su día tuvieron ópticas Zeiss, hoy desaparecidas y que estaban todos los elementos necesarios para que funcionasen, pero ya muy deteriorados por el paso del tiempo.
Los aparatos son de la marca SUPERSOND, modelo ERNON IV de los que luego hablaré. Tomé fotos y salí de la cabina, dispuesto a recabar más información.
Primero pude descubrir que SUPERSOND era una empresa que comenzó a producir aparatos de proyección sonoros antes de la Guerra Civil, en Barcelona. Su fábrica estaba en Aribau 21 y sus oficinas en Balmes 111. Vi que finalizada la contienda y al ser productor nacional, prácticamente era el único suministrador de equipos de proyección para salas comerciales de toda España. Un gran negocio en aquella época. Como el Teatro debió de quedar terminado hacia 1.945, es casi seguro que se le equipó con la mejor tecnología y se compraron los dos proyectores hacia esta fecha y fueron instalados de tal forma que ahora sería muy difícil sacarlos de su ubicación. Leyendo las Actas Económicas del Instituto de aquellos años no he podido encontrar nada referente a la compra, por lo que esta debió de hacerla el Ministerio directamente, dada la cuantía que debió importar. Si he encontrado sin embargo pagos a SUPERSOND por reparaciones realizadas en los años posteriores.
Estos proyectores son autenticas piezas de museo y me gustaría poder restaurar la cabina con fines pedagógicos, pero esto parece muy difícil de momento.
SUPERSOND ya ha desaparecido, tragada por el cambio a tecnología digital,  pero sus aparatos eran magníficos para aquellos años.





Os ofrezco alguna documentación de la época que prueba que los equipos SUPERSOND eran de lo más avanzado, técnicamente hablando entonces. Fueron presentados en la Exposición Internacional de Berlín de los años 30, ya que trabajaban con tecnología Zeiss.





El equipo nuestro tenía una lámpara de arco eléctrico como sistema de proyección y se encontraba debidamente refrigerado por un complicado sistema de ventilación.
El modelo se ve en la placa que sigue en el proyector:




Por último se puede ver en la foto como están instalados para poder proyectar hacia el patio de butacas.




La cabina se completa con rectificadores, carretes de rebobinado, ventiladores, etc., lo que es visible en parte en la fotografía.
Me intrigaba ahora el saber de donde procedían los dos proyectores Philips de la entrada. Había oído a D. Pedro Dellmans, que se encargó del cine del Instituto, que habían concedido, por parte del Ministerio el Cinemascope al Centro. Esto era en el año 64. Por tanto deduje que esos dos aparatos, capaces de proyectar en ese sistema fueron los que se enviaron para sustituir a los antiguos.
En la foto se puede ver uno de los proyectores Philips de 35 mm y con capacidad para lentes de Cinemascope (desaparecidas).
Son mucho más modernos que los SUPERSOND y se ve al examinarlos que no se han usado nunca, aun cuando les falten elementos.





Sin embargo dado su gran tamaño, debieron de aparecer problemas técnicos para instalarlos en la cabina y no se pudo hacer el cambio.
Rosa María me informó que hubo otra sala de proyección, con cabina en el Aula Cero, por lo que llegué a la conclusión de que al no poder instalar los proyectores en el sitio originalmente pensado, se hizo una sala de proyección con ellos en el Aula Cero. Esto debió suceder a finales de los años 60 y la sala existió hasta los 80, cuando se convirtió el espacio en aulas, desapareciendo la sala de proyección y quedando como recuerdo los proyectores donde se encuentran actualmente.
Hay esta vez una referencia en las actas económicas del coste de estos equipos, que se elevan a unas 400 mil pesetas en el año 1.966 y que se pagaron por el Instituto en varios plazos, solicitando un crédito al Ministerio para afrontar los pagos.
La sala de proyección paralela debió de construirse en el año 67 y funcionó hasta el 87 aproximadamente.
Por tanto queda todo explicado y documentado.
Sería bonito poder restaurar la cabina original y tener los proyectores Philips en un sitio más resguardado, pero como dio no es de momento posible contemplar tales hipótesis. Los equipos yo pienso que continuarán aún mucho tiempo en sus emplazamientos actuales.
Para detalles complementarios, si os interesan, tenéis más información en nuestro libro “Tecnología rescatada en el IES Ramiro de Maeztu”.





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