Burbujas y Rescates, por Manolo Nolla

Ya nadie quiere recordar como entramos en esto. No con la anécdota de quien empezó, sino con un análisis más profundo.

No hay que echar la culpa a Leman Brothers por iniciar la crisis, cualquier otro factor que saltara hubiera hecho aparecer la gran burbuja que por todas partes corrompía el sistema financiero. No es un accidente. Lo sabían pero no podían dejar de ganar tanto como el de al lado (esa es la enfermedad del sistema).

Hay que hablar de la metástasis de la deuda. En España es principalmente referida a la especulación inmobiliaria, pero no solo.

¿Dónde está el origen?.

1º.- Quieren reducir los salarios porque es el mecanismo fácil (y falso) de la competitividad. Lo vienen haciendo desde hace muchos años. Pero no quieren que se reduzca el consumo, la solución es incitarnos a endeudarnos. Espejismo que nos ha llevado a domesticarnos creyendo que vivíamos mejor, y a atarnos. Algunos echan la culpa a los ciudadanos, pero no. Es una opción del sistema.

2º.- La deuda es un mecanismo por el que la banca gana más dinero, multiplica su negocio y crea dinero de la nada. Eso es mucho más rentable que competir con los chinos. LOS BANCOS han falseado al alza las tasaciones y han emitido luego células hipotecarias por un porcentaje superior a lo legalmente permitido. Han terminado por empaquetar esas deudas mezclando las solventes con las impagables y las venden a sociedades interpuestas, sacándolas de su balance, y lo han fomentado hasta el extremo de endeudarse en el extranjero ellos mismos hasta límites irresponsables.

Esa es la razón por la que en nuestro país el grave problema es la deuda privada. En 1995, el crédito duplicaba los ingresos fiscales del Estado. En 2007 lo quintuplica y había subido al 215% del PIB.

En esta situación pretenden solventar la situación con nuevos endeudamientos ¡!

Si los bancos son tan importantes como para no dejarlos caer (como correspondería en teoría neoliberal a cualquier empresa en quiebra), es entonces un negocio seguro por tener cautivo al poder político. Entonces es como si fueran públicos pero con beneficios privados. Osea, en una palabra, ¿Por qué no se nacionalizan?, si además manejan irresponsablemente una capacidad del Estado cual es la creación de dinero.

Es obvio que la deuda pública y su pago ha sido la excusa puesta por los gobiernos para aplicar las medidas de desmantelamiento de derechos y de nuestro incipiente “Estado del Bienestar”.  Entonces ¿Por qué se dedican a aumentarla convirtiendo la enorme deuda privada en deuda pública?

En los años previos al estallido de la crisis, el famoso déficit anual de España era ¡superavit!, y nuestra deuda acumulada se quedó en torno a un 36% del PIB. ¿Qué ha pasado para llegar al 75% de hoy?. La deuda pública no es la causa de la crisis sino una consecuencia de ella.

Eso han hecho con ayudas a la banca ya concedidas por más de 141.000 millones entre avales y ayudas directas. A eso hay que sumar los Esquemas de Protección de Activos (EPA) que son garantías contra pérdidas durante varios años, que se han dado a los bancos a los que se les han “regalado” las Cajas. Hay que añadir los más de 250.000 millones que han pedido al BCE al 1% a tres años.

Ahora nos dicen que lo que ocurre en los mercados está determinado por el grado de saneamiento de las cuentas públicas. Falso. Países con situación presupuestaria mala (Reino Unido) han sido respetados por los mercados financieros y a la inversa. Irlanda se hunde, con una deuda pública muy baja. Su problema era deuda privada.

La banca, repartía beneficios y millonarias retribuciones, en lugar de recibir las sanciones que corresponderían a su endeudamiento irresponsable. Ahora recibe un dinero que difícilmente podrá devolver, porque la situación es aún más grave de lo que dicen y porque la recesión a que nos llevan sus políticas de recortes la agravarán más. Y la situación no afecta sólo a las Cajas como quiere hacérsenos creer.

El problema no es pequeño, ya que se trata de dar salida a préstamos de los que sólo el ‘ladrillo’  totaliza cerca de 400.000 millones de euros, de los que las tres cuartas partes son promociones inmobiliarias y, el resto, también construcción. Si a eso le sumamos el previsible incremento de morosidad de hipotecas particulares a causa de la asfixia que las políticas gubernamentales provocan, tenemos un panorama alarmante.

La banca española está quebrada. Tiene unos activos 24 veces superiores a sus fondos propios. Eso supone que niveles de morosidad del orden del 5% o 6% consumen su capital.

Si sólo quisieran ayudar a la banca podrían seguir dando el BCE el regalo a los bancos que suman ya 316.000 millones de euros, al 1%. ¿les parecerá poca ayuda?. Sin embargo, lo que hacen es incrementar la deuda pública en 100.000 millones. Europa da un crédito al gobierno al 3% (dicen).

Está claro que lo que quieren, lo que desean, es que se prolongue el endeudamiento público para justificar los desmantelamientos sociales. Tambien prefieren que el  endeudamiento sea público porque, tras haber modificado la Constitución tienen garantizado el pago por encima de todo.

El mercado no son unos entes abstractos que se guían sólo por la confianza. Los grandes fondos de Inversión juegan al desprestígio de las economías con alguna debilidad, para beneficiarse del incremento de las primas de riesgo.

Se llega a la paradoja de que sin poseer aún un determinado producto financiero se puede contratar un seguro contra pérdida de valor del mismo (CDS),  y ganar si se cumple esa pérdida. Han crecido desde 2001 a 2008 en 60 Billones de dólares

Es fácil apostar a que las cosas van mal en un negocio tan volátil y basado en la confianza como este. Para ello cuentan con la inestimable colaboración de las agencias de “rating”. Esas Agencias de Calificación que saben cuando equivocarse.

Quienes creían contentar a los mercados vendiéndoles sin vergüenza alguna nuestra Constitución. Ahora podrán especular más, y sin miedo a romper la cuerda y que dejemos de pagarles.

La actividad bancaria es demasiado importante, demasiado peligrosa como para dejarla en manos de especuladores. No hay más solución que la verdadera nacionalización del conjunto del sistema bancario, sin engaños ni fraudes, (como ha ocurrido en el caso de Bankia). Capaz de otorgar los créditos necesarios para hacer funcionar el sistema económico, que acabe con la destrucción de tejido productivo, que atienda a las necesidades sociales, y no dedicada a la especulación o a proporcionar beneficios inmensos a ejecutivos y accionistas.