AULA 64. 29 de octubre de 2018.
“Encuentro con los compañeros de la
64 en torno
a la energía nuclear”
Ponente: José Luis González Martínez
José Luis es
ingeniero industrial y del IESE. En 3M comenzó su andadura profesional en
ingeniería de procesos y laboratorio, pasando en 1975 a trabajar en la Empresa
Nacional de Uranio, de la que ha sido presidente desde 1997 hasta ahora. Es
miembro también del Consejo de Seguridad Nuclear y un largo etcétera
relacionado con la gestión nuclear, asegurando que no nos falte nunca eso de la
energía . Nos cuenta que se ha retirado recientemente de sus actividades
profesionales, lo que le permitirá a partir de ahora asistir a nuestras
reuniones con más frecuencia, pues la última vez que nos vimos fue durante
nuestra visita a Villaviciosa de Odón, en el 2014.
El objetivo de su
ponencia es ilustrarnos sobre la energía nuclear, en especial en cuanto a la
industria y su gestión, así como sobre la situación en España.
Tras hablarnos de
las reacciones en cadena y de los fundamentos de la energía nuclear, pasamos a
conocer cómo funcionan las centrales nucleares, controlando por medio de
elementos moderadores la actividad de esas pequeñas partículas llamadas
neutrones cuando se las echa encima de un uranio muy particular, el U235, con
objeto de producir calor al escindirse, pero sin pasarse. Casi todas las
centrales españolas emplean para ello el agua ligera, excepto la de Vandellós,
que usa barras de grafito y gas. Nos cuenta que básicamente hay de dos tipos:
de agua a presión (PWR), que son la mayoría, o de agua en ebullición (BWR); es
curioso constatar que el combustible nuclear para las primeras pesa bastante más, 670 kg frente a los 260
kg de las segundas.
Uno de los aspectos
que más encarecen el proceso es la necesidad de enriquecer el U235 desde el 0,7
% de origen hasta un 5 %. Es curioso que el material se utiliza en forma de
pastillas como las que nos tomamos de la farmacia, pero con un poder energético
descomunal: equivale a 565 litros de
petróleo, o 480 m3 de gas natural o 1000 kg de carbón; tomarnos una pastillita
de ésas nos debe de poner a cien…
El 88% de
producción de uranio en el mundo se lo reparten entre seis países (Kazastán,
Canadá, Australia, Namibia, Níger y Rusia, de mayor a menor); los demás
funcionan a base de acuerdos comerciales con alguno/s de ellos. El EURATOM se
fundó en su día para asegurar un correcto reparto en Europa. Hay 449 reactores
nucleares en el mundo, lo que supone un 11 % del consumo energético del
planeta. En cuanto a España, la energía nuclear producida es del orden del 21%.
Nos cuenta que las
energías renovables tan de moda (eólica, etc.) precisan de una energía de base
(carbón, gas o nuclear) complementando a aquéllas; si se parase el viento no
debiéramos quedarnos a dos velas (nunca mejor dicho, por cierto). Hasta que no
se pueda almacenar debidamente la energía renovable, habrá que seguir contando,
pues, con la de base.
27000 personas
trabajan en España en energía nuclear; nuestra contribución fundamental es
vender equipos de proceso y de control de calidad. Aparte de esto, ENUSA
también se dedica a actividades tan variopintas como transporte de explosivos,
descontaminaciones de cualquier índole o distribución de isótopos, etc. destinados
a medicina.
Me parece de justicia
comentar que la charla de José Luis ha sido modélica, tanto en el fondo como en
la forma, pues con su pausada forma de hablar y sin necesidad de levantar la
voz, nos ha “desasnado” debidamente en este tema tan energético, tanto a los de
letras como a los de ciencias; todos le hemos seguido con las orejas muy
enhiestas.
Después nos fuimos a
cenar a nuestro sitio habitual de la Residencia de Estudiantes, satisfechos
tras haber rellenado nuestra mente con toda esta interesante información y
pasar a llenar esta vez el estómago. Tan entretenidos estábamos que confieso
que olvidé hacer las fotos de rigor y tuvimos que posar sobre la marcha antes
de abandonar el restaurante para hacer un par de fotos de grupo como recuerdo.
KS, 26 de octubre de
2018