02 octubre 2024

LA CIUDAD DE LAS ARTES Y DE LAS CIENCIAS

 ...POR JOSE LUIS CERDÁN

Todo empezó en la última legislatura de Joan Lerma, se proyectó en el antiguo cauce seco del río Turia tres actuaciones: Torre de Comunicaciones, l'Hemisferic y el inevitable Museo de las Ciencias, bautizado después como "Príncipe Felipe".
Con la llegada de Eduardo Zaplana se aprovechó los cimientos de la recién iniciada Torre de Comunicaciones para sustituirla por el Palau de les Arts más tarde denominado "Palau de les Arts, Reina Sofía", añadiendo al proyecto un Oceanografic. Había que hacer algo diferente debido al cambio político producido en el gobierno de la Comunidad valenciana y del Ayuntamiento de Valencia.
Las tres primeras actuaciones correrían a cargo de Santiago Calatrava y las estructuras más significativas del Oceanografic de Félix Candela, este último se murió dejando unos simples dibujos de hiperboloides parabólicos como cubierta de tres edificios; después de muchas penalidades para el hormigonado, vieron la luz estas delgadas estructuras.

27 septiembre 2024

RESTAURACION DE LAS ESTATUAS DE FRUCTUOSO ORDUNA

...Por Manolo Rincón. 2024

Me complace informaros que las estatuas que en su día estuvieron en las tribunas descubiertas del antiguo, campo de fútbol que eran 6, ya han sido totalmente restauradas. Como sabéis tras su retirada estuvieron en la entrada del Magariños, donde fueron salvajemente pintarrajeadas y finalmente troceadas por un camión.

Orduna fue un escultor navarro, que tiene bastantes obras en Madrid y que actualmente es muy valorado, habiéndose celebrado en Navarra una exposición fotográfica de sus obras.

Primeramente se restauraron las estatuas de El Palista y El Remero. Ahora se añaden las otras 4 que fueron más difíciles de restaurar y a dos de ellas les falta el antebrazo. Van a instalarse en el hall del teatro, ya que no pueden estar a la intemperie. La restauración ha sido magnífica.

Es una gran noticia para los que las recordamos de nuestra época de estudiantes y creo que se recupera para el Instituto un patrimonio importante de un excelente escultor.

Desgraciadamente desaparecieron para siempre El Discóbolo que estaba en el campo de fútbol y Minerva, situada a la entrada del recinto de juegos infantiles.

Las 4 estatuas restauradas os las presento a continuación. 






03 julio 2024

FOTOS DEL 60 ANIVERSARIO

Se encuentran editadas en el siguiente enlace

https://interesactualidad.blogspot.com/2024/07/fotos-del-60-aniversario.html


EN EL 60 ANIVERSARIO DE LA PROMOCION 1964 Y 85 ANIVERSARIO DEL INSTITUTO RAMIRO DE MAEZTU

 

Una reseña de JOSE MANUEL SANZ


Entrar por la puerta principal del Ramiro, apenas modificada desde aquellos años, es poner en marcha, como recién engrasado, el motor de nuestra memoria de niños y de nuestra estrenada adolescencia. El propio espacio reconocible nos ayuda y nos devuelve a aquel tiempo en el que si hubo algún día complicado ha desaparecido y solo afloran los buenos recuerdos y la gratitud por todo lo que recibimos, nada menos que la base de nuestra formación.

¿No se puede volver a ser niño? En cierto modo los mejores artistas nunca dejaron de serlo y ese es su gran secreto. Pero tal vez sí somos capaces de recuperar aquellos años por unos momentos en los que nuestra memoria nos hace volver a correr por los patios y campos de deportes o formar alineados, bajo aquella rigurosa disciplina, para entrar ordenadamente a clase al compás de una música que  entonces resultaba fastidiosa, porque significaba terminar el juego o el recreo, pero entrañable hoy como recuerdo.

Así es. La memoria nos trae hechos muy pretéritos pero el tiempo se contrae y no nos parecen en ese instante tan lejanos. Como señala Luis Landero en “El Huerto de Emerson:” tenemos en esos momentos la sensación de que la vida es breve, sí, pero en cambio la memoria de lo vivido no se acaba nunca.

Seguí paseando la calle de entrada, bordeando los jardines de la “prepa”, donde todo empezó. Ahí siguen esas marquesinas elegantes que diseñaron Arniches, Domínguez y Torroja. Continué hasta la encrucijada con la vista en las primeras pistas de baloncesto donde se gira para llegar, cuesta abajo, a la plaza-entonces con la estatua de Franco -donde todos nos reuníamos antes de subir a las aulas y que también era lugar de discursos y advertencias.  ¡Claro que tenía que llamarse plaza de Antonio Magariños!

Hace 10 años nos encontramos para nuestro 50 aniversario. Nos reunimos otra vez el grupo en el vestíbulo, junto a las reconocibles cristaleras con rejas en forma de cruz y las sólidas puertas interiores de madera. En lo alto de las paredes, las placas conmemorativas de las promociones. Justo detrás, en el eje de la entrada, el arranque de la ancha escalera principal, igual que siempre, como si el tiempo se hubiera detenido.

Subimos y aun tuve la curiosidad de recorrer los pasillos y asomarme a las aulas y laboratorios de siempre. 

               


        

Cuando celebramos el 50 aniversario entramos y nos sentamos en un aula, más o menos “donde antes”. Recuerdo la sensación de haber vencido al tiempo por unos instantes, pero ganó la batalla la nostalgia que, como decía Kundera, es algo así como el dolor por el deseo incumplido de regresar…. a ser niños.

Entramos al Aula de Música y la visión del piano nos trajo el recuerdo de Leopoldo Querol, prestigioso pianista pero que, paradójicamente, nos daba clase de francés.  Entonces, como ahora, la Música, esencial para la formación intelectual en la mayor parte de los países de nuestro entorno, no se consideraba una enseñanza necesaria en nuestro país. Y no  podíamos quejarnos del todo en nuestro Instituto como lo demuestra este Aula y   el incipiente Coro al que pertenecí y donde se afianzó una afición a la Música que sentía desde muy niño. (Muchos años después formaría parte del Coro Santo Tomas de la Universidad, donde conocí a mi mujer.  Cofundamos después un coro semiprofesional en el Ateneo, precedentes ambos del Coro de la Comunidad de Madrid).

Sentados en este lugar que nos seguía resultando familiar,


Manolo Rincón, alma junto a Vicente Ramos de estas celebraciones y del blog de la promoción, nos mostró un video resumen de la historia del Ramiro, que es nuestra propia historia, y aparecieron allí unos cuantos niños -nosotros- y unos cuantos mayores -profesores de nuestro recuerdo- Pensé... “ahora somos nosotros los del pelo blanco”. Pero tenía dos filas delante de mí a Vicente y por él y unos cuantos más, hube de matizar mi pensamiento…quien lo tenga.

Hubo varias intervenciones destacadas. El propio Manolo Rincón nos habló del Instituto en la actualidad y de las ideas para instalar en el recinto una Escuela internacional, situación problemática   pues el espacio está agotado y parece que la posible edificación en la antigua y- lamentablemente- destruida nevera, - vaya con la inspiración- ha sido congelada.

Miguel Angel Bufalá nos comentó cómo el deseo compartido  de que el Estudiantes recupere su lugar en la máxima división no solo supone un reto deportivo por el que se seguirá peleando sino también económico.

Nuestra promoción ha aportado a la sociedad personas muy valiosas, celebradas y premiadas en profesiones muy diversas. A petición de Vicente intervinieron, además de Miguel Angel, algunos de ellos: El diplomático Arturo Reig Tapia nos habló de su dilatada experiencia internacional, Fernando Picón, notario de Talavera, de su trayectoria personal y Paco Gonzalez, destacado publicista, de la evolución de la publicidad y el actual “marketing”.

Tras una foto del grupo, salimos paseando para dirigirnos a la Residencia de Estudiantes, donde teníamos organizada la comida. 


 Bajamos la cuesta suave que bordea los campos de baloncesto y deja al fondo a la derecha el patio de columnas, el espacio de la antigua piscina y más atrás, el gimnasio. Mi memoria voló hacia los momentos donde en ese lugar me partí un diente y una mano saltando el caballo y el plinto, esos aparatos endiablados.

Justo a la derecha de la entrada del gimnasio, había una pequeña cantina al pie de la escalera donde se comían, por ejemplo, unos maravillosos bocadillos de mejillones. Como los olores y los sabores son los sentidos que más permanecen en la memoria, no puedo, ni quiero, olvidar el sabor de aquellos mejillones que el pan arropaba en perfecta sintonía.  

Hacía mucho tiempo que no recorría este camino que, pasando por delante de los Internados, conectaba el Instituto y la Residencia. Un recorrido relajante, con árboles, vegetación y arquitectura bien cuidados.

Lo pausado del andar me hizo pensar en cómo ha ido cambiando la percepción del tiempo desde aquellos años gloriosos para la Cultura de la Residencia de Estudiantes. Se dice con razón que algo que nos distingue del resto de especies es nuestro pensamiento y la capacidad de ensimismarnos y sumergirnos en la reflexión sobre lo hecho y lo pensado. Todos los cientos de nombres recordados en su fachada, forjadores de la más brillante cultura y ciencia españolas de esa dilatada época, tuvieron en común, junto a su talento y tenacidad, una comprensión inteligente del supremo valor del tiempo, de lo creativo de sus pausas y sus silencios, de lo fértil de los momentos intensos y de lo necesario de la parada y el sosiego.

Pensaba en ese tiempo que tan bien fecundaron ellos como contraste a lo colmatado del  que vivimos, empeñados obstinadamente en llenarlo de más cosas de las que caben, empujados  a la rapidez y superficialidad en la percepción de todo, a poner en valor lo aparente frente a lo real y, consecuentemente, a desperdiciar la oportunidad de ahondar en sus  contenidos, conocer sus secretos y hacerlos nuestros.

La Residencia de Estudiantes nos acogió amablemente. Nos reunimos unos treinta “supervivientes” de aquel 64. Se cruzaron mil conversaciones, casi tantas como partidos se jugaban en aquel campo de futbol de nuestros recreos.  Algunos, como mi “compi” Sanchez Del Cura, no pudieron venir por distintas razones, aunque seguro que estaban allí de deseo y pensamiento. Pero había muchos más, aunque no los viéramos. Estoy seguro de que, silenciosos y sin ocupar asiento, nos acompañaron todos aquellos que antes o después estuvieron a nuestro lado en esta pequeña historia nuestra. Son ya muchos, pero siempre habrá sitio para ellos. Desde los más lejanos, pero no olvidados ¡cuántos salieron en nuestras conversaciones! hasta otros de ausencia bien reciente y presencia aún más palpable.

Por todos, sin nadie ignorado, celebramos este aniversario que quedó, además, grabado en unas tazas con nuestros nombres, fabricadas merced a una estupenda idea de Jose Manuel Bretón Dellmans, compañero de clase y sobrino de uno de nuestros más celebrados profesores.

Una celebración que, sin duda, ha quedado también grabada para siempre en nuestra memoria. ¿Celebramos juntos los 80…nuestros?

02 julio 2024

VIDEO DEL 60 ANIVERSARIO

...POR MANUEL RINCÓN

Nota: Este video fue presentado por Manolo en el acto y se completó con imágenes del pasado sábado 29. También estamos confeccionando una reseña del acto.

Para ver el video ampliado pulsar el cuadro que hay en la esquina inferior derecha del video una vez pinchada la flecha de arranque del video.



 

27 junio 2024

EL OLOR DE LOS MELOCOTONES

...POR JOSÉ MANUEL SANZ

Me recuerdo sentado en el quicio de la puerta, abierta, de la casa de la señora Felisa, una amiga de mi abuela del tiempo de la guerra. Ella, su marido el señor Rafael y sus hijas, mayores, nos acogían encantados cada verano. Íbamos con mi abuela, mi primo, mi hermana y yo, los padres solo el tiempo de permiso del trabajo. Era una de estas casas de portón (maravilloso) de madera grisácea y reseca por el sol, hecha sabiamente con tablones armados con clavos enormes de cabeza redondeada.

La casa era muy modesta y grandiosa al mismo tiempo. Era un espacio profundo y abierto con un primer patio protegido por toldos que se echaban cuando el sol estaba alto y un corral grande al fondo con gallinas y probablemente, no lo recuerdo bien, con alguna parte de huerto. A la derecha un comedor formal al que no nos dejaban entrar a los niños y un poco más allá una cocina en la que habitualmente se hacía la comida al fuego en ollas sobre los trébedes. A la izquierda, según se entraba, estaba en primer lugar la corte, donde siempre se criaban dos o tres cerdos y un poco más allá, para que pudieran maniobrar el carro y las mulas, la entrada de las amplias cuadras. Arriba había varios dormitorios y sobre la corte y parte de la cuadra pero abierta sobre la misma, un “sobrado” en parte granero y en parte pajar para las mulas, que se cargaba desde el carro tirando la paja al ventanuco con una horca o una bienda.

Además de perseguir y jugar con los gatos, o ellos con nosotros, recuerdo mi afición a escuchar los sonidos del pueblo. Yo era muy pequeño, entre tres y siete años y estaba sentado, barbilla sobre rodillas, sobre un escalón de piedra de Colmenar, que apenas levantaba 20 cm. del suelo. Era suficiente sin embargo, junto a la pequeña rampa en la estrecha acera que separaba de la calzada, para que con la lluvia no entrara el agua sucia de la calle, pero tenía rebajes a la medida justa para que pasaran las ruedas del carro.

Imponiéndose sobre el cacareo lejano de las gallinas a mi espalda, el quejido de los bujes y el golpeteo metálico de los cascos de las mulas o los percherones que tiraban de ellos, junto a murmullos de conversación animada, anunciaban, aún ocultos en alguna calle cercana, la llegada de carros con gentes que llegaban de la vega del Tajo.

Recuerdo apostar mentalmente antes de verlos aparecer por la esquina sobre si se trataba de carro o galera (carro más grande de cuatro ruedas) y sobre lo que podrían subir de la vega dentro y en las alforjas. A veces venían tan repletos que se les salía el contenido por las estaquillas.

Pero había unos días en los que no cabía la duda. Subían llenos de melocotones recién cogidos. En esos días todo el pueblo olía profundamente a melocotones. Unos melocotones grandes con un olor y un sabor extraordinario, en el punto de madurez -para comerlos ya- que no creo haber vuelto a ver. Para que duren en la distribución ahora se les hurta horas de sol. Las exigencias (?) del mundo actual les ha quitado el sabor y ese aroma maravillosos. Deberíamos pensar sobre esto.

Me han venido a la cabeza estos recuerdos de infancia del Callejón de Arcaya 5, en Colmenar de Oreja (la famosa piedra de Colmenar utilizada en el Palacio Real es de allí) como un necesario reencuentro con la realidad, con las certezas de lo genuino, pero también como una huida imprescindible de tantos postizos y sucedáneos. Un mundo que nos rodea de contradicciones seguramente inevitables pero también de hipocresía, engaños y falsos aromas.

No sé si mi búsqueda de lo auténtico y de la verdad viene de ese tiempo y ese tranquilo aprendizaje. Me siento privilegiado por disfrutar esas vivencias que han sido hurtadas a los niños de hoy. El medio rural, entonces tan vivo y hoy tan desprotegido, debería tener futuro y todos deberíamos hacer un gran esfuerzo por recuperarlo. Para llenar otra vez de vida esa España vaciada que encierra tanta profundidad y verdad. No es imposible, ni mucho menos. Se consigue y mantiene en otros lugares. Voluntad e imaginación, eso sí, son imprescindibles.

Aquellas sencillas labores y aquellas sencillas gentes nos enseñan un camino de autenticidad que no deberíamos abandonar, al contrario.

Me gustaría volver a sentir, en todo nuestro país, la verdad de aquel maravilloso olor de los melocotones.

 Jose Manuel Sanz. 2023

22 junio 2024

RODRIGO DE BALBÍN BEHRMANN INVESTIDO DOCTOR HONORIS CAUSA

...POR VICENTE RAMOS

Extraigo y copio del diario Huelva Información: 

Rodrigo de Balbín Behrmann, uno de los prehistoriadores españoles más destacados, 
es nuevo Doctor Honoris Causa de la Universidad de Huelva.
Licenciado en Geografía e Historia, trabaja en Huelva desde hace cinco décadas y es un defensor 
acérrimo del patrimonio histórico, prehistórico, cultural y arqueológico.

































En el siguiente enlace podeis leer la noticia completa:

https://www.huelvainformacion.es/huelva/rodrigo-balbin-behrmann-investido-doctor_0_2000214173.html

Aunque en el anterior texto del diario Huelva Información encontraréis el enlace a los videos de la

ceremonia, aqui os copio el enlace a Youtube para visualizarlo:

Rodrigo de Balbín Behrmann es investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Huelva (youtube.com)




17 junio 2024

LA CIUDAD, VICTIMA DEL MOVIMIENTO MODERNO

 ...POR JOSÉ MANUEL SANZ

El debate sobre cómo y por qué la arquitectura del Movimiento Moderno ignoró la ciudad tiene una base sólida. Como decía Julio Cano, no solo la ciudad, sino la Historia. Fue un movimiento de gente bastante “sobrada” en general que creyó que la ruptura que provocaban había nacido sin padre ni madre. Todo es consecuencia de todo, a través de una evolución crítica. Todo es, de alguna manera, herencia de lo anterior como tantas veces se ha demostrado, aunque las interrupciones traumáticas de la Historia como las que se produjeron en Europa (sobre todo) durante más de treinta años lo hagan más difícil de entender.

Como en tantas otras artes el periodo entre guerras fue extraordinariamente fértil en ideas y la Arquitectura no fue una excepción. Se realizaron obras maestras, paradigmáticas, que dieron lugar a un importante desarrollo a partir de los años cincuenta. Para la ciudad, sin embargo el Movimiento Moderno produjo trazados racionales fríos apenas realizados (en las ciudades teóricas de Le Corbusier sería difícil vivir) cuando la ciudad heredada es siempre un reflejo de las continuas huellas de la Historia y como tal, rendida muchas veces a lo aleatorio y casual, con un resultado que nos aparece como espontáneo (de ahí su encanto) cuando es el resultado de mil fuerzas, incontrolables algunas y siempre difíciles de encauzar si no se conocen sus claves.

El Movimiento Moderno fue más de piezas singulares que de espacios y menos aún de espacios urbanos. En ese sentido heredó más del mundo griego que del romano. Pero además los medios de difusión de la arquitectura ya entonces- y desde entonces - promocionan iconos y sus autores porque es lo que vende (consecuencia tal vez de la valoración, que nos persigue, del héroe, de lo singular y lo único, ante tanta uniformidad y monotonía).

La ciudad, como decía Aristóteles, es un hecho colectivo donde se plasman las intenciones y el sentido de los que las crean y habitan (las razones fundacionales). Difícilmente esta civilización nuestra tan individualista (desde hace casi un siglo) puede construir ciudad.

Por otro lado el Movimiento Moderno se consolida entre ambas guerras y se desarrolla en buena parte en momentos de graves crisis económicas y con enorme pérdida de los oficios artesanos. Metafóricamente, hay solo algunos chefs excelentes, pocos cocineros de oficio y materia prima escasa y, por lo tanto, cara.

Pero en la posguerra (tanto que reconstruir) la construcción se convierte en un gran negocio y empiezan a sacarle partido gentes muy ajenas, sin sensibilidad alguna, que incluso huyen de los buenos arquitectos como de la lepra, buscando los más dóciles (aunque celebremos las excepciones). Todo se traduce en una terrible vulgaridad en los nuevos ensanches, que

nacieron con algunas arquitecturas valiosas pero que se van desarrollando con mala calidad general, utilizando (mal) los ejemplos y paradigmas del propio movimiento.

Para la ciudad que crece más allá de los primeros ensanches del siglo anterior surge un nuevo factor nocivo. Apenas hay urbanistas bien formados (y los pocos valiosos son como islas, predicando en un desierto, lleno sin embargo de intereses de otro tipo). Los que hacen urbanismo, muchas veces están a la sombra de las grandes inmobiliarias, que, salvo raras excepciones, muestran hacia la ciudad (o el paisaje, o la belleza) la misma sensibilidad que un oso hormiguero.

Los grandes arquitectos que han construido para esta nueva sociedad, conocían perfectamente esto. Pero se iban a vivir, sin embargo, logrado el éxito, a las magníficas casas victorianas o similares que por esas y otras razones (la crítica cultural arquitectónica en paralelo a las publicaciones) no se podían permitir proyectar a un nivel equivalente de calidad, ni sus clientes pagar.

La ciudad nacida tras estos grandes arquitectos y movimientos, es el gran fracaso de la Arquitectura del siglo XX y amenaza con no enderezarse en el actual. No hemos sido capaces de hacer ciudad con la calidad de tiempos pretéritos. Hay sin embargo algunos signos de un cambio de sensibilidad y de preocupación en este sentido que celebramos, casi siempre apoyándose en la presencia de políticos más cultos, por otro lado tan escasos.

No tiene nada de extraño que aquellos arquitectos que, en lo que producían, siempre quisieron dejar testimonio de la cultura y el pensamiento de su época, de la que se sentían protagonistas, eligieran habitar en las magníficas posibilidades de arquitecturas pretéritas, sobradas de espacios interpretables, producto de momentos económicos y artísticos más gozosos.

Es cierto, la ciudad ha evolucionado y crecido mal.

Pero, sinceramente, tampoco creo en la solución radical de los centros históricos peatonales que se están convirtiendo en reducto casi exclusivo para turistas, con una enorme presión para que desaparezcan los maravillosos establecimientos antiguos y sustituirlo por cadenas “estándar” de ámbito global, aspecto uniforme y personalidad nula. Poco a poco la pérdida de esa identidad original acabará haciéndonos sentir que estamos siempre en el mismo lugar y que esos centros históricos pierdan buena parte de su encanto y paradójicamente, su atractivo. De la misma manera que creo que una arquitectura contemporánea de calidad, capaz de leer el entorno, puede y debe inscribirse en esos centros históricos. Sin duda uno de los ejercicios más difíciles y uno de los retos más atractivos.

Está claro que deben protegerse estos lugares de la contaminación del automóvil actual pero dentro de pocos años todos los vehículos serán eléctricos, muy silenciosos y sin emisiones. No bastará con los transportes públicos, una buena parte de la actividad profesional de la ciudad seguirá necesitando el vehículo privado, se generalizarán los más reducidos de tamaño y ocupación, probablemente las motos eléctricas estables o los pequeños coches de dos personas (lo del patín además de descontrolado es peligroso para todos y, se piense lo que se piense, hay ciudades que admiten muy forzadamente la bici sin grave peligro). Como el

subterráneo tiene fuertes limitaciones de trazado y coste, un transporte público de superficie (en Madrid autobuses, con el tranvía perdido), verdaderamente eficaz, precisaría triplicar su parque y eso llenaría de mastodontes los estrechos cauces de los centros. Ya casi ocurre. Me parece necesaria una reflexión más profunda sobre este tema precisamente en defensa de lo que se quiere proteger.

Un debate sobre la ciudad demasiado simplista ha querido reducirlo a veces a un tema de densidades. Ese es un debate de ignorantes. La ciudad es un organismo mucho más complejo. Estamos perdiendo- hablo de Madrid - y es una terrible perdida, EL BARRIO: Ese lugar fundamentalmente de viviendas con densidades de moderadas a altas, capaces de sostener y hacer rentables tiendas y servicios cercanos, para resolver andando, que es lo sano, las necesidades comunes (tiendas de diario de todo tipo, escuelas, bancos…). Todo esto queda sustituido por los grandes Centros de extrarradio (que paradójicamente te hacen depender del coche) o los pedidos on line (que no solo destruyen aquellas dotaciones de barrio sino que ya amenazan también a los Hiper, además de dejarnos perchados en casa, ensanchando el culo, perjudicando a nuestras piernas y por tanto a nuestro corazón. (Encima vienen “los covid” y “teletrabajamos”)

Debemos entender las diferentes escalas e intensidades de la ciudad que, como en una gran sinfonía, deben alternarse y entrelazarse. Entenderla más transversalmente. Defender el barrio cercano, las calles especializadas a escala de ciudad, entender la diferencia entre las tramas de desplazamiento de vehículos y las peatonales que deben coexistir, que pueden no ser coincidentes (para dejar de llamarnos peatones) pero que deben ser cercanas.

Hace muchos años, siendo aún estudiante, planteé un proyecto de diferenciar las conexiones peatonales entre los centros de las manzanas que Castro (o Cerdá) concibieron como jardines (hoy, en Madrid, desaparecidos todos, menos dos) para introducir las tiendas, locales, cafeterías, restaurantes, en esos espacios interiores ajardinados y conectar las manzanas entre sus centros en vez de por su bordes exteriores junto a las vías de vehículos, como ahora. Repetí una propuesta similar para un concurso muy posterior, para la ciudad de París.

La ciudad evoluciona lentamente pero, por la misma razón, los errores son difícilmente reversibles. Muchas de las cosas que comento son producto de decisiones equivocadas, impuestas por intereses económicos importados de otros climas y sociedades distintas y alejadas del sentido de la ciudad en nuestra cultura. Con una menor explotación de los horarios comerciales, con alternativas en los horarios laborales, la gente tendría más fácil conciliar la vida familiar, tan importante, y la ciudad recobraría una parte de su vitalidad.

Recuperar la Ciudad. Reencontrar la calidad en el discurso sin complejos con la ciudad heredada es uno de los grandes retos de la Arquitectura de nuestro tiempo.

 Jose Manuel Sanz. 2022

14 junio 2024

Alternativa (muy probable) a la situación Económica Actual

 

...Por Manolo Rincón.

Quisiera traer a este foro, unas reflexiones sobre temas económicos que cada vez están más presentes y a todos nos afecta en mayor o menor medida, y que en mi modesta opinión ya nos están alcanzando. Os traslado una opinión razonada que he tratado de exponer de manera sencilla.

1. Impresión de Dinero y Masa Monetaria

   En los últimos años, todos hemos observado un aumento significativo en la impresión de dinero por parte de los bancos centrales alrededor de todo el mundo. Este incremento en la masa monetaria no ha venido acompañado por el aumento correspondiente en la productividad de las economías, como debería de ser, lo que ha generado diversos efectos en la economía global, que brevemente comento a continuación.

2. Proceso Inflacionario y Devaluación fiduciaria 

   Este proceso de aumento de la masa monetaria sin un respaldo de productividad genera inflación. La inflación se manifiesta como un incremento generalizado en los precios de los bienes y servicios. Sin embargo, este aumento no se debe a que los bienes y servicios valgan más, sino a que el valor del dinero ha disminuido. Como resultado, los ahorros de las personas se devalúan continuamente y su poder adquisitivo se reduce día a día.

3. Necesidad de un Valor Refugio

   Ante la devaluación del dinero, es fundamental buscar valores refugio que protejan los ahorros y mantengan su valor en el tiempo. Tradicionalmente, el oro y los bienes inmobiliarios han sido utilizados como refugios seguros debido a su capacidad para conservar valor durante periodos prolongados de incertidumbre económica.

La Tecnología Blockchain y su Impacto en la Economía Tradicional

4. Blockchain: Una Alternativa Innovadora 

   La tecnología blockchain es un sistema de registro descentralizado que puede sustituir a la economía tradicional. Una de sus múltiples ventajas es que permite a las personas actuar como su propio banco, gestionando préstamos, inversiones y transacciones diarias sin intermediarios. Se basa en millones de ordenadores interconectados por  internet con información transparente pero encriptada.

5. Billetera Electrónica

   Una billetera electrónica es una aplicación que permite almacenar, enviar y recibir criptomonedas de manera segura. Funciona como una cuenta bancaria digital, pero sin la necesidad de una entidad bancaria tradicional como intermediaria. Es 100% segura manteniendo las claves bien guardadas.

Bitcoin: Una Moneda No Inflacionaria, creada sobre el ecosistema blockchain.

6. Características del Bitcoin 

   Bitcoin es una criptomoneda diseñada para ser no inflacionaria. A diferencia de las monedas tradicionales, su oferta total está limitada a 21 millones de unidades. Esto significa que no puede ser inflada artificialmente mediante la impresión de más unidades, lo que tiende a aumentar su valor con el tiempo y puede ser sustitutiva del dinero fiduciario actual.

Contratos Inteligentes y sus Ventajas

7. Contratos Inteligentes 

   Los contratos inteligentes son programas que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen ciertas condiciones predefinidas. Integrados en la tecnología blockchain, estos contratos ofrecen una mayor eficiencia y seguridad frente a los modelos tradicionales, eliminando la necesidad de intermediarios y reduciendo el riesgo de fraude.

Seguridad del Nuevo Modelo

8. Seguridad de la Tecnología Blockchain 

   La tecnología blockchain es extremadamente segura debido a su naturaleza descentralizada y a la criptografía avanzada que utiliza. A diferencia del sistema financiero tradicional, donde los datos son controlados por una entidad central, en una blockchain los datos se distribuyen entre miles de nodos independientes, haciendo casi imposible su manipulación o ataque.

Comparativa y Conclusiones

9. Ventajas y Desventajas 

   - Ventajas:

     - Descentralización: Elimina la necesidad de intermediarios, reduciendo costos y aumentando la eficiencia.

     - Transparencia: Todas las transacciones se registran de forma pública y son verificables por cualquier persona.

     - Seguridad: La criptografía avanzada y la descentralización protegen contra fraudes y ciberataques.

     - No Inflacionaria: Las criptomonedas como Bitcoin tienen una oferta limitada, lo que previene la inflación.

     - Contratos Inteligentes: Automatización de acuerdos, reduciendo errores y aumentando la eficiencia.

   - Desventajas:

     - Volatilidad: Las criptomonedas pueden experimentar fluctuaciones de precio significativas, con relación a las monedas fiduciarias.

     - Adopción: Todavía no están ampliamente aceptadas como medio de pago.

     - Regulación: Falta de regulación clara en muchos países, lo que puede generar incertidumbre legal.

10. Conclusiones

    La tecnología blockchain y las criptomonedas representan una alternativa sólida y segura frente al sistema financiero tradicional, especialmente en un contexto de inflación y devaluación permanente del dinero. Aunque existen desafíos como la volatilidad y la adopción generalizada, las ventajas en términos de seguridad, transparencia y eficiencia las posicionan como una opción viable y atractiva para el futuro económico. A medida que más personas y empresas adopten estas tecnologías, es probable que veamos una transformación significativa en la manera en que gestionamos y protegemos nuestro dinero.

13 junio 2024

DEL INSTITUTO ESCUELA A LA ESCUELA EUROPEA (1939-2024)

 ...POR MANOLO RINCÓN

Introducción

El Instituto "Ramiro de Maeztu" de Madrid tiene una historia rica y multifacética que refleja las transformaciones sociales y educativas de España a lo largo de las décadas. Este documento traza la evolución del instituto desde sus raíces en el Instituto Escuela, su establecimiento en 1939, hasta su integración en la Red de Escuelas Europeas en el siglo XXI.

 Orígenes y Fundación del Instituto Escuela

El siglo XX comenzó con una necesidad urgente de modernización educativa en España. La corriente reformista, influenciada por el krausismo y liderada por figuras como Francisco Giner de los Ríos, buscó alfabetizar y preparar a la población a través de la Institución Libre de Enseñanza (ILE). En 1918, se creó el Instituto Escuela (IE) como una extensión de estos esfuerzos, combinando recursos públicos y privados para ofrecer una educación moderna y laica desde la primaria hasta la secundaria.

Varios hitos precedieron su creación. En 1878, el Museo Pedagógico apoyó la enseñanza primaria, seguido por la instauración del Ministerio de Instrucción Pública durante la dictadura de Primo de Rivera. La construcción de los edificios de la Residencia de Estudiantes en la calle del Pinar, muy cercanos a la Colina de los Chopos, comenzó en 1910, facilitando un entorno adecuado para la nueva pedagogía.

 Transformaciones y Fundaciones (1939-1970)

La Guerra Civil Española interrumpió la actividad educativa en todo el país. En 1939, el arquitecto Eugenio Sánchez Lozano remodeló las instalaciones del Instituto Escuela, fundando el Instituto "Ramiro de Maeztu" en su lugar. Las instalaciones se expandieron para incluir dos residencias, la Hispano Marroquí y la Residencia-Internado Generalísimo Franco, destinadas a albergar a estudiantes internos.

El instituto inició su actividad en octubre de 1939 bajo la supervisión del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que implementó un Patronato para su gobierno. El CSIC nombró a los profesores y administradores, admitiendo a algunos profesores del IE. A lo largo de las décadas siguientes, el instituto se adaptó a varios cambios estructurales y administrativos, incluyendo la separación de la dirección de la escuela preparatoria y la desaparición del Patronato. También se integró plenamente en el sistema educativo nacional, permitiendo que las plazas fueran ocupadas mediante concurso de méritos. Este periodo también vio una creciente colaboración con el Instituto de Pedagogía Luis Vives del CSIC.

 Modernización y Adaptación (1970-2000)

En las últimas décadas del siglo XX, el Instituto "Ramiro de Maeztu" se consolidó como una institución educativa de alto  prestigio. Adoptó el programa del Bachillerato Internacional, lo que atrajo a una comunidad estudiantil diversa y exigente. El instituto promovió un enfoque educativo innovador, destacándose por su excelencia académica y por fomentar una formación integral en sus estudiantes.

 Hacia la Escuela Europea (2000-2024)

Con la formación de la Unión Europea y las nuevas directrices educativas, el Instituto "Ramiro de Maeztu" se unió en 2024 a la Red de Escuelas Europeas (EEA), un consorcio que promueve la educación multinacional y multicultural en Europa. Esta integración ha permitirá al instituto ofrecer una educación de calidad que prepare a los estudiantes para un mundo globalizado, con un énfasis en el multilingüismo y la movilidad académica. La incorporación a la EEA  mejora significativamente las oportunidades de los estudiantes en términos de movilidad académica, aprendizaje de idiomas y comprensión cultural.

 Conclusiones

La evolución del Instituto "Ramiro de Maeztu" refleja la capacidad de adaptación y renovación de las instituciones educativas españolas frente a los cambios sociales, políticos y económicos. La integración en la Red de Escuelas Europeas presenta varias ventajas:

Multilingüismo: La EEA promueve el aprendizaje de múltiples idiomas, lo que prepara a los estudiantes para un entorno laboral internacional.

Movilidad Académica: Los estudiantes tienen la oportunidad de estudiar en otras escuelas europeas, enriqueciendo su experiencia educativa y personal.

Calidad Educativa: La pertenencia a la EEA garantiza estándares elevados de enseñanza y aprendizaje, alineados con las mejores prácticas europeas.

Diversidad Cultural: La exposición a diferentes culturas y sistemas educativos fomenta la tolerancia y la comprensión intercultural, valores esenciales en el mundo moderno.

El Instituto "Ramiro de Maeztu" sigue siendo un faro de excelencia educativa, combinando una rica historia con un compromiso firme hacia el futuro. La institución ha logrado mantenerse a la vanguardia de la innovación educativa, ofreciendo una formación integral que prepara a sus alumnos para los desafíos del siglo XXI.


10 junio 2024

DESDE EL TREN

Por Jose Manuel Sanz

Desde el asiento de un tren, no puede decirse que quieto, más bien mecido cuando no zarandeado, el mundo exterior se desliza al otro lado de la ventana y se convierte en paradigma de la apariencia. Él es quien se mueve y nos frece las impresiones de un mundo pintoresco y cambiante. Se mezclan en esta visión fugaz, cosas inconexas, campos, casas de viviendas y de labor, edificios de todo tipo donde habitan, en ese momento, vidas y acontecimientos tan distintos e indiferentes a nuestro paso. Siempre me pregunto como será la vida de aquel o que ocurrirá tras de aquella ventana…que ya ha escapado a mi vista. Para ellos solo somos un ruido rutinario.

Construcciones y ruinas pintarrajeadas por los grafiteros, postes de teléfonos y eléctricos que pasan raudos sin manera de fijarse en ellos, ¿hay algo tan efímero como la visión de esos postes pasando vertiginosamente delante de nosotros? Otros más lejanos, metálicos y complejos, con figuras antropomórficas diversas, resignados unos con sus grandes brazos caídos, clamando al cielo otros y hasta en jarras como preguntándose ¿qué hago yo aquí?

Y el paisaje, que querría contarnos cómo es en cada paraje pero que sucumbe víctima de esa fugacidad, arrastrado rápidamente por el siguiente. Cultivos o campos sin labrar, verdes tan distintos, terrenos amarillentos de cal y arena o rojizos de arcilla. Manchas extensas salpicadas del tono oscuro de las encinas y carrascas sobre un fondo de tierra ennegrecida que deja asomar, a veces, un verde brillante de pradera. Predios cultivados e irregulares, en aparente desorden y de formas insospechadas, producto seguramente de herencias partidas y rencillas mal resueltas, casi como una metáfora del propio país.

Ríos o arroyos que cruzan de tarde en tarde, demasiado de tarde en tarde. Terraplenes abiertos para nuestro paso que cuentan su profundidad al subir y bajar alternativamente su perfil a nuestros ojos, como si jugaran al escondite de aquello que querríamos ver de lejos. Enormes ¨cultivos¨ fotovoltaicos y más allá, cuando el capricho ondulado nos deja ver los cerros lejanos, los inefables molinos que por fortuna no conocieron Alonso y Sancho.

Antes y después de cualquier estación, junto a unas vías que se multiplican y envejecen según se alejan -descuidadas- para reducirse, acercarse y desaparecer después ruidosas bajo nuestro propio paso, descubrimos un mundo del pasado: espacios que parecen perdidos y sin dueño, lugares y objetos inservibles donde nadie reclamara limpieza ni orden, donde cualquiera parece tener derecho a abandonar lo que no le sirve. Se amontonan, junto a la suciedad, restos de vías, traviesas, vagones viejos y herrumbrosos abandonados. Cerca, otros más nuevos, parecen esperar su turno.

Las afueras de las estaciones nos muestran con generosidad, porque el tren pasa más lento, todo ese mundo suburbial y caótico que nadie ha querido o sabido resolver. El lugar de la indiferencia. Un lugar al que a veces se asoma la nostalgia. Porque el tren y

los viajes parecen traernos inevitablemente recuerdos -buenos y malos-de otros lugares y situaciones. También de otros tiempos que algunos creerán mejores. Yo no lo creo. El mejor siempre es este, el que encierra oportunidades para seguir creciendo y ofrecer ilusiones y soluciones hacia adelante.

Se me ha colado por la ventana algo de nuestra manera de ser, y también el desorden y los errores a superar, pero también una país diverso y hermoso -incluso en este raro otoño- con tantas posibilidades por descubrir y desarrollar.

Así será si somos capaces de entenderlo, entendernos y superar con generosidad tanta disputa política estéril para que nuestro país -y todos nosotros -seamos el auténtico objetivo.

Llego de Mérida, tras cuatro horas y media para unos 360 Km. Muchas cosas por mejorar.

José Manuel Sanz. Octubre de 2023

05 junio 2024

EL VALOR DE LA NORMALIDAD

...POR JOSE MANUEL SANZ

El marketing y antes del marketing los artistas, convencieron al mundo de que sólo la novedad representaba un valor.

La búsqueda de lo original como valor supremo o incluso como lo único valorable ha producido víctimas.

La normalidad es la primera y principal. Es cierto que puede interpretarse de una manera reductiva como “seguir la norma” pero se confundió enseguida lo bien hecho con lo rutinario y se juzgó como de poco interés ese deseo de perfección sobre las cosas o procedimientos conocidos. Los griegos – los clásicos en general- estuvieron siglos tratando de perfeccionar las proporciones, la elegancia, en definitiva la belleza apreciable en sus obras escultóricas y arquitectónicas, madurando y matizando los diferentes estilos (stilo, columna en griego).

La otra víctima paradójicamente, es la originalidad. El volver a los orígenes para encontrar, en la profundidad de los inicios, nuevos contenidos y argumentos se ha venido confundiendo con “ lo nunca visto”, la ocurrencia sin sentido y sin raíces (con la complicidad imprescindible de la desinformación y falta de criterio reinante en la sociedad actual).

No seré yo el que reste valor a la búsqueda legítima de esa originalidad. El arte y la sociedad avanzan así.

Pero sería bueno empezar a saber distinguir lo que tiene sentido y origen, de la boutade y el capricho absurdo que, sin embargo y por desgracia, aparecen en nuestras ciudades y paisajes y se asoman, a veces jaleados, a las páginas de las revistas. Los más grandes artistas, de antes y de ahora, han buscado siempre raíces auténticas en sus propuestas.

El saber hacer y el buen oficio han hecho más ciudad y mejor paisaje – pensemos en los barrios céntricos de las ciudades o en tantos ejemplos del medio rural- que muchas intervenciones “singulares”, casi siempre ligadas a una moda efímera e inconsistente.

Pediría a los que no sean capaces de ofrecer algo nuevo, enraizado y de interés, que hagan como los clásicos, aprendan de lo bien hecho y traten de interpretarlo de la manera más correcta posible. La ciudad y el paisaje se lo agradecerán. Alguien pensará que eso supone otorgar un valor inmerecido a la “copia” pero, como decía Rosalind Krauss, siempre hay algo de copia en la evolución del arte y el “copista” con frecuencia, toma partido por una interpretación, definiendo algo nuevo. Podríamos encontrar el ejemplo en la interpretación musical o en la aparente similitud de tantos paisajes que, no por familiares, son menos bellos.

En mis largos años de profesor de proyectos he intentado desbrozar los buenos caminos y animar a la investigación. He mostrado naturalmente los buenos ejemplos y los extraordinarios como pautas para el bien hacer. Tan solo me arrepiento de no haber mostrado también los malos – prudencia por si alguien conocía a sus autores- y explicar por qué me parecía que lo eran.

30 mayo 2024

CRISIS Y KATHARSIS

...POR JOSÉ MANUEL SANZ

CRISIS (del griego): Coyuntura de cambios KATHARSIS, (del griego): Purga, Purificación Un gran amigo me mostraba hace unos días, apesadumbrado, sus dudas sobre si la Humanidad, (se refería al mundo occidental sobre todo) sería capaz de aprender algo de esta situación. Piensa, y coincido, que la crisis de valores seguirá poniendo niebla a nuestros ojos y que sólo la economía hará reaccionar al mundo para solucionar el problema….económico. Y que, por tanto, el único optimismo posible para encontrar una solución se basa en el pesimismo de que solo los factores económicos seguirán moviendo los hilos del mundo (digo hilos y me veo marioneta). Hace mucho tiempo que los problemas sociales se miden en euros o en dólares y no en respuestas para recuperar la dignidad. Me parece verdad lo que dice, sobre todo porque la solidaridad de los que arriesgan su integridad por salvar a otros y la sentida en los aplausos de los balcones es la expresión (eso sí, con algunas notables excepciones) de la gente normal, no de los poderosos. A los que mueven los hilos las manos les funcionan de otra manera. Curiosamente Adam Smith, uno de los padres de la Economía, afirmaba que la simpatía y la compasión son tan innatos en el ser humano como la búsqueda del interés personal. No lo dudo, pero al menos en nuestro mundo reina éste, mientras aquellas se reducen generalmente a momentos puntuales, emocionales, señalados muchas veces para justificar-o disculpar- las más extensas y normales acciones interesadas. No faltan motivos para pensar así porque el ser humano ha dejado ver normalmente ese rastro de egoísmo a lo largo de la Historia. Hoy mismo flota en el aire la amenaza de que acabemos con el mundo conocido por hacerlo inhabitable. Y es que el individuo, agrupado en tribus y después- con más o menos naturalidad -en naciones (donde laten todavía los conflictos propios de la tribu) ha conseguido resonar ese egoísmo haciéndolo más extenso, eficaz y peligroso. Se ha visto muchas veces antes, se ve en el tema de los refugiados hoy y se está viendo igualmente en esta crisis. Pero quiero ver y así se lo he señalado, algunos claros entre las nubes: Es cierto que el pensamiento fluye en todo tiempo pero, en “la normalidad”, pocos hacen caso de los pensadores, creadores y poetas, ni siquiera cuando señalan o anticipan derivas que no nos llevan a buen destino. Sin embargo, todos los acontecimientos que han sacudido a la Humanidad, como ha ocurrido con las grandes guerras, han supuesto catarsis de purga o purificación de las cosas que nos condicionan, siendo reveladoras de otras posibilidades y caminos que alguna vez se abandonaron para mal. Lo reconozco como deseo y esperanza, pues como pronóstico no podría disimular las dudas: La única purificación auténtica sería un cambio profundo que pusiera la importancia de lo económico en su lugar y elevara lo verdaderamente útil y beneficioso para los superiores valores del ser humano. Pero a veces los cambios grandes empiezan por pequeñas cosas y al menos, hasta que esto que vivimos hoy desaparezca como presente en la memoria, tal vez sí queden huellas y signos positivos, algo que podamos echar a rodar nieve abajo: Quizá la convivencia continuada, en lugar de acentuar problemas, haya favorecido la comunicación y la necesidad de compartir cosas y quehaceres cotidianos, actuando en favor de una igualdad real. Tal vez los hijos y los padres se han reencontrado. En el caso de los más pequeños sentir más su presencia y para los padres tener oportunidad de conocerles mejor y disfrutar más tiempo de ellos. También es posible que, en la estrecha convivencia, hayan podido apreciar y reflexionar sobre algunas carencias en su educación y sus causas, producto de una sociedad que empuja a divergir los caminos desde muy pronto, favorece los pequeños egoísmos y no ofrece los mejores ejemplos. Los más jóvenes y también los niños puede que sean más conscientes de que en la vida pasan cosas, que hay que prepararse para ganar la batalla porque nada se regala. Y que la solidaridad es imprescindible. Puede que todos recuperemos la sensación de fragilidad, tan necesaria. Muchos habrán comprendido mejor lo que significa la soledad y lo que representan la cultura y las aficiones como magnificas compañeras. Puede que la distancia nos haya permitido reconocer también la auténtica amistad y los afectos que más deseamos recuperar. Tengo la esperanza de que esto nos haya hecho crecer un poco. Crecer hacia dentro que es hacia donde hay que crecer. Y esto es un deseo, tampoco un pronóstico: Tal vez entendamos que debemos elegir a los políticos entre los mejores gestores de la cosa pública y no entre los más simpáticos o más altos (o bajos) ni mucho menos a los de un partido por rechazo del otro o por odio absurdo almacenado. La democracia es un buen invento, pero para que funcione es imprescindible que los partidos se disputen entre si presentar y ofrecernos a los mejores en capacidad y honradez. Si muchas o algunas de estas cosas empezaran a cambiar, habríamos ganado este tiempo. Algo habríamos aprendido verdaderamente.

(Imagen: escultura de Eduardo Barrón, “Sobre la vida feliz” Seneca y Nerón)

Jose Manuel Sanz. 2021  

21 mayo 2024

LIMITES ( REFLEXIÓN TRAS LA PANDEMIA )

 ...POR JOSÉ MANUEL SANZ

Parece que (los privilegiados del llamado primer mundo) perteneciéramos a unas generaciones que, en general, han preferido vivir sin pensar lo que se vive. Sólo viviendo o simplemente haciendo, como si nos hubieran puesto ahí un buen día para iniciar un recorrido sin fijarnos demasiado en lo que nos rodea. Mirando sin ver. Hacer sin pensar del todo en lo que hacemos.

Vivir con sensación de no tener límites. Sin límite en las costumbres, en el acceso a bienes de todo tipo, en la posibilidad de desplazarnos, con pocos límites en la ciencia, desdibujando los límites de la educación, ejerciendo, sin límites, nuestra voluntad de hacer o no hacer. Confundiendo tantas veces esto con el concepto de libertad.

Sobrados en nuestra sensación de infinitud, hemos vistos lejos, desde este primer mundo, los problemas de otros como ajenos, por graves que fueran, incluso cuando esos “otros” estaban más cerca. Como he dicho en alguna ocasión “el mundo como noticias de un telediario”.

Insensibilizados o al menos poco conscientes, hemos tenido que dedicar “días” especiales, como si nos zarandearan o despertaran del letargo, para recordar a la madre, al padre, la mujer, el colectivo lgtbi, la violencia de género, los refugiados ….. Incluso en la Navidad parecemos concentrar todas nuestras intenciones mejores hacia esos “otros”, a quien ignoraremos en enero, en una extraña mezcla, quien sabe en qué proporción, de afecto y complejo de culpa.

La rutina que ve deslizar los días y superponer los viernes sin darnos cuenta nos hace sentirnos en un paisaje monótono en el que casi nunca pasa nada. Vemos la Historia con cierta admiración y hasta envidia hacia los que vivieron hechos excepcionales, tal vez porque, espectadores cómodos y a salvo por su lejanía, son “los otros” los que la vivieron. Habremos escuchado calificar con demasiada facilidad de “histórico” cualquier acontecimiento eventual o de puntual importancia que destacaba en la plana normalidad, en un deseo, tal vez, de no pasar sin involucrarnos o pertenecer a momentos recordables. Algo nos correspondió en aquellas tragedias lejanas o cercanas de los fatídicos atentados yihadistas.

La generación de mis padres y abuelos, sin embargo, vivió y sufrió con intensidad, en un periodo de poco más de 30 años, el horror de una gripe que causó entre 40 y 50 millones de muertos, de dos guerras mundiales largas y sangrientas y una terrible guerra propia. Sobrevivieron (los que lo hicieron) al miedo y la tragedia.



Este día precioso de primavera, el más largo de sol hasta ahora, presenta las calles vacías y un paisaje extraño como de película catastrofista americana hecha realidad.

Asistimos, incrédulos, a un hecho verdaderamente histórico: Un bichito minúsculo e invisible es capaz de desmontar nuestra seguridad y arrogancia. Y hacer tambalear nuestro tinglado económico.

Las ventanas y paredes de nuestras casas son ahora los límites de la ciudad. Una ciudad que prefiere estar sola porque le apestamos.

La casa era refugio frente a lo público. Lo público se defiende ahora de nosotros y nos encierra en ella.

Las últimas generaciones, que han vivido momentos duros en lo económico pero que desde la caída del muro de Berlín han disfrutado esta larga “segunda Belle Époque “, ya tiene “su guerra” (confiemos que única) y pueden contar la batalla a sus descendientes.

La Humanidad, confiada, desprevenida y sorprendida ante su insospechada fragilidad ha visto, atónita, perdida su coraza de seguridad inviolable.

No sé quién decía que los humanos nos caracterizamos por nuestra capacidad de “ensimismamiento” -es decir de recogernos en nuestros pensamientos – y de reflexión, es decir pensar sobre lo hecho y lo pensado.

Pero puede que esos límites infinitos de los que hablaba al principio hayan dispersado esa capacidad de reflexión y puede entonces que estas paredes cercanas nos ayuden o nos fuercen ahora a “reflejar” nuestros pensamientos.

Porque esta es una oportunidad para replantearnos muchas cosas de un mundo que tiene desviados sus objetivos y olvidados valores que no deben perderse. Algunos de esos valores se muestran en la gente que está luchando contra reloj y sin descanso por salvarnos, y se asoman a los balcones de los que les aplauden agradecidos. Pero hay mucho, mucho más que hacer y pensar sobre lo que no estamos haciendo bien.

También los límites estrechos nos permiten encontrarnos con los otros, que esta vez son los nuestros, y reconocernos. Y abrir los ojos de los niños y los más jóvenes a que la vida es un derecho que no se regala, sino que se conquista.

Tal vez esas paredes sean también un límite que nos obligue a frenar una carrera alocada hacia ninguna parte, recuperar la realidad frente a la apariencia y encontrar el “tempo” para la imaginación y las ideas que necesitamos para superar los retos que se nos plantean. Para convencernos de que lo podemos hacer y sobre todo, encontrar cómo hacerlo.

Porque la pregunta clave es qué pasará cuando volvamos a la “normalidad”. Qué sacaremos y que quedará de esta experiencia.

Cuando vuelvan a abrirse las puertas ¿sabremos no huir?

Jose Manuel Sanz, 30.03.2020