Kurt siempre en mi
memoria.
Queridos Maricarmen, David y compañeros y amigos de Kurt.
Quisiera en pocas palabras condensar como yo he percibido la
vida de nuestro amigo Kurt, desde mi óptica de compañero y amigo.
En aquel lejano 1953 vi por
primera vez a Kurt. Era fácilmente identificable por su acento no español su
pelo muy rubio, piel blanca y por su vestimenta diferente de la habitual
nuestra. Recuerdo que mi madre me dijo que quien era aquel niño tan rubio.
En principio me dijo que era
alemán, lo cual entonces parecía muy exótico pues era extraño tener de
compañero a un alemán,
Hasta mucho tiempo después no
supe nada de su familia. Sé que simpaticé con él por ser una persona que
continuamente reía y estaba de broma.
Juntos asistíamos a aquella clase
de Iniciación A y compartíamos juegos a la hora del recreo. Recuerdo su fuerza,
que en determinados juegos nos llegaba a hacer daño.
A mí no me gustaba ni el futbol
ni el baloncesto y me parece que a él tampoco.
Recuerdo perfectamente a su madre
que venía a buscarle y como entre ellos hablaban en alemán, que para mí era
totalmente incomprensible.
Le gustaban ya los aviones y en
los dibujos de clase solía incluir alguno.
Juntos fuimos creciendo hasta
llegar al Instituto. Me llamaba la atención que se iba en clase de Religión.
Alguna vez le comenté que Lutero era un hereje y me dijo que estaba muy
equivocado. El Padre Gabino de vez en cuando trataba de atraerle al redil
católico.
Varias excursiones las hicimos
juntos y lo pasábamos muy bien con él, pues tenía una amplia conversación y
muchas ocurrencias graciosas.
Ya adolescentes nos señalaba las
profesoras que más le gustaban.
En preuniversitario nos decía que
estudiaría Aeronáuticos.
Al salir del Ramiro le vi en algunas ocasiones. Supe que entró a
trabajar en CASA.
Ahí pudo desarrollar la pasión de
su vida, el diseño de aviones y obtuvo grandes
éxitos profesionales.
Siempre le caracterizaba una
cierta humildad y una gran humanidad.
Cuando me reencontré con él ya
retirado de la vida activa, supe que tenía nuevas pasiones, además de los
aviones: La fotografía, los viajes exóticos y la escritura. Ya podía dedicar
mucho tiempo a todas ellas.
Fui a todas sus exposiciones con
fotos que hizo por los lejanos países que visitó, como tema fotográfico.
También me hizo partícipe de sus obras de ciencia ficción, que tanto le gustaba
escribir.
Me contó la historia de su padre
que estuvo en el lugar no adecuado en el tiempo más inoportuno. Hizo su
biografía novelada.
Escribía asiduamente en nuestro
blog sobre nuestros profesores o sobre temas aeronáuticos y daba conferencias
sobre sus “criaturas” como el AS-380.
Pudo ver a sus dos admiradas
profesoras de antaño Carmina y Pilar, yo le acompañé. También visitamos a
Mercedes Tagle, viuda de nuestro compañero Ignacio López Alonso.
Participó activamente en la
preparación de los actos del 50 aniversario de nuestra salida del Ramiro y era
asiduo participante en nuestro blog, tanto en artículos como en comentarios..
En todos los actos de promoción y
Aula 64, él hacía siempre las fotos, que me pasaba para que las completara con
texto.
Hicimos un viaje de 4 días
Maricarmen, Kurt y yo por tierras gallegas y guardo muy buen recuerdo de
aquellos días y de lo bien que lo pasamos los tres juntos.
Tuvimos cenas en su casa, en casa
de Aberturas y en la mía propia. Y esto facilitó más nuestra amistad.
Disfrutaba de la vida.
Me contó la historia de sus
padres y ya entendí que no eran NAZIS huidos a España, sino todo lo contrario.
Éramos muy amigos y quedábamos
con frecuencia a comer. Me dijo como diseñó su casa y que su segunda vocación
era la arquitectura.
Cuando empezó su enfermedad me pidió
que nada dijese. Quería que todo el mundo le viese como siempre había sido.
Participó hasta el último momento
en nuestras reuniones virtuales de promoción.
Deja un gran vacío entre nosotros
difícil de llenar.
Aún guardo los mensajes de WS que
nos intercambiábamos.
Que tenga la paz eterna que se ha
merecido.
Tras recitar Emilio un salmo acompañado al piano por Mariano Pérez, dió paso al estrado a Nicolás Pérez-Serrano quien glosó con el siguiente texto la semblanza de Kurt.
Jehová es mi pastor, nada me falta.
Me da reposo en blanda y fresca yerba
Y a la orilla de límpidos arroyos
Con piedad infinita me apacienta.
Y por amor de Su bendito nombre
Me guía siempre por justa senda.
Cuando el valle de muerte tenebroso
Cruzaré peregrino por la tierra,
No temeré, pues estarás conmigo,
Tu vara y tu cayado me sustentan
Ante mis adversarios me acogiste
Y me amaste, sentándome a tu mesa,
Y mi copa llenaste con tu sangre,
Y ¡todavía! ungiste mi cabeza.
Sólo bondad, misericordia sólo,
Me seguirán durante mi existencia
Y al fin, de Dios en la ciudad celeste
¡Viviré para siempre vida eterna!
Fray Luis de León
(del Salmo 23)
El homenaje a Kurt.
Queridos Mari Carmen y David. Amigos todos. Voy a
hablaros de hasta siete cosas. Y procuraré no resultar
pesado y centrar las ideas para honrar debidamente a Kurt.
1. Este acto de homenaje.
Hablar hoy y aquí de Kurt es un honor. También un
deber, que cumplo con la tristeza que a todos (familia y
amigos) nos alcanza, y una responsabilidad de la que me
hará salir airoso el cariño que está en todo lo que diré, y
que me consta compartimos, sobre todo por pertenecer a la
misma Promoción -La Gloriosa 64- que acabó
Preuniversitario en el Ramiro de Maeztu en 1964. La
Promoción honra a sus miembros ilustres, a sus amigos
entrañables y Kurt era con creces esas dos cosas.
2. Algunos datos personales y ciertas aficiones.
Kurt: el Madrileño de Stuttgart (nació allí el 8 de
junio de 1947).
A partir de los 5 años vive en Madrid. Luego
residirá en Villaviciosa de Odón.
Su mujer Mari Carmen es de origen burgalés. Si no
me falla la memoria, hizo Kurt en Burgos su mili
universitaria: no era un pisahormigas como yo,
sino un distinguido Oficial de Complemento de
Aviación. Hijo: David.
Estudió Ingeniería Aeronáutica y tenía gran afición
a la física teórica, fascinación por Egipto, le
apasionaban la lectura, el dibujo, la maquetación,
la fotografía (como ejemplo me remito a sus
“Pinceladas del Tíbet” con imágenes de Lhasa la
capital y su majestuoso Potala, que expuso en el
Centro Socio-Cultural Norte-Universidad).
Decía que tenía mal oído y peor voz, pero lo
compensaba con fértil imaginación y con escritura
fluida.
Buscaba conexiones entre culturas (egipcios-incas,
olmecas, etc.).
Afirmaba que siempre trataba de hacer algo felices
a los demás en la medida de sus posibilidades.
Jubilado en 2010, con 63 tacos, pudo entonces
desarrollar muchas facetas que hasta entonces
carecían de la dimensión de tiempo y profundidad
necesarias para que emergieran con nitidez,
intensidad, casi hasta descaro y en todo caso
notable interés.
Fueron sus viajes tanto de placer, como
profesionales (Francia, Alemania, Inglaterra) y a
EEUU, estos sobre todo dada su condición de
Chief Engineer en España del A380.
Aunque tampoco hay que olvidar el ingrediente
familiar, pues, amén de la española, hacía lo
posible por conectar con los muchos Tafel (Europa
y América), a lo que dedicaba una reunión cada 2
años. Tienen árbol completo desde 1796 aunque
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con un primer Tafel de 1612. Toda su conexión
alemana nos la contó en agosto de 2014. Daños
colaterales de Hitler…
Orden, método, constancia, junto con inspiración
mediterránea, todo un lujo. Un hombre que
siempre aspiraba al renacimiento, dentro de un
universo -el mundo, la Tierra- que él conocía bien
y sabía transmitir. Nada humano le era ajeno, como
diría Terencio, lo estudiaba, lo comprendía, lo
fotografiaba y lo explicaba, con soltura, ciencia y
gracia, exenta de altanería a pesar de volar a gran
altura. De ello da fe su “autobús del aire”. Pocos
como él han contribuido tanto a una navegación
por los cielos confortable, estable, segura.
¡Gracias, Kurt, por lo mucho que nos diste!
Afirmaba que tenía un universo paralelo. No le
hacía falta. O se quedaba corto. Dentro de él tenía
varios, ricos, llenos de matices y de detalles. Fruto
de esas parcelas, en las que se enfrascaba con
ahínco y frutos visibles, son sus libros:
Yo, Nefertiti.
En el lugar erróneo.
Airbus, el proyecto impensable.
El botón de reinicio.
Mi universo paralelo.
En resumen, creo que no es desacertado decir que
tenía un “estrés positivo” (dirían los cursis que
“proactivo”).
3. Los “maridajes” en Kurt.
Hoy se usa mucho el término.
Quiero que tengáis presente cuán difícil resulta en
ocasiones eso de las uniones permanentes, y que ese trato
continuo da lugar no pocas veces a tedio cuando menos, o
a roces que pueden llegar a ser incluso agrios, ácidos.
Pero en Kurt todo eso resultaba armónico. Había en él
muchas fusiones con tintes especiales. Citaré algunos de
esos maridajes que contribuyen a recordarnos su
personalidad:
Híbrido perfecto de alemán y español.
También de científico y literato.
Id. de orden y método a compaginar con libertad
creativa.
Id. de palabra y de imagen/foto.
Id. de teoría y práctica.
Id. de vida y relatos.
Lo terrestre y lo aéreo, aunque en verdad, y aun
sobre el suelo, él siempre estuvo en “modo avión”.
Así, creo yo, se las ingeniaba para amortiguar las
turbulencias de la vida.
La valentía junto con el temor al dolor, tanto del
ajeno como el propio.
Suma cuota: con Mari Carmen.
Fue, además de todo ello, fotógrafo y cronista
oficial de “Aula 64”, esas reuniones tan
entrañables de nuestra Promoción de
Preuniversitario de 1964 del Ramiro de Maeztu.
Con ese motivo, cruzamos correos electrónicos,
muchos, en los que desbordaba cariño. Eran
“cachitos de felicidad”, como creo que él llamaba a
ratos de esa índole.
Toda esa supergamia dotaba a Kurt de una riqueza que
no es fácil adquirir, ni administrar, ni dosificar, ni
compartir con los demás sin despertar envidias. Pero Kurt
lo logró, y todos hemos sido testigos de ello.
4. Fotografía y corazón.
Dato curioso es el de su dedo “corazón”: con él, no con
el índice como los demás mortales, hacía las fotografías,
apretaba el disparador de la cámara. No era gesto grosero,
sino otra manifestación de la pasión, perfeccionista y llena
de ímpetu a la par que cordial, que ponía en las cosas que
hacía y en las que conseguía hermanar nuestra realidad y
su sentimiento hacia lo que le rodeaba. Velocidad, luz,
enfoque: ahí estaba, en el conjunto de elementos que se
conjugaban en el momento decidido por el “corazón” de
Kurt, el éxito de esa faceta practicada por él casi cada día
de su vida.
5. Una paz al estilo Kurt.
En nuestra siguiente dimensión, y cualquiera que sea la
forma que adopte, la paz, para él, será siempre algo activo,
hasta inquieto, no estático ni meramente contemplativo.
Será una paz personalizada. Querrá conocer a Nefertiti. No
olvidará reprender, severamente y en su idioma, a Hitler.
Diseñará otras naves que desafíen gravedad y otras
fuerzas. A nosotros, en todo caso, nos ha dado paz su ser y
estar en el mundo.
6. Plenitud de Amado Nervo.
Es bella poesía. En especial su capítulo XLIII “No es
que hayan muerto; se fueron antes...”. Not dead, but gone
before ...
Me lo descubrió mi hermana mayor. Y hoy creo
apropiada su lectura, breve, que no cansa.
“Lloras a tus muertos con un duelo tal, que no parece
sino que tú eres eterno. NOT DEAD, BUT GONE
BEFORE, dice sabiamente el proloquio inglés.
No ES QUE HAYAN MUERTO; SE FUERON
ANTES.
Tu impaciencia se agita como loba hambrienta,
ansiosa de devorar enigmas.
¿Pues no has de morir tú un poco después y no has de
saber por fuerza la verdad de todos los problemas,
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que acaso es de una diáfana y deslumbradora
sencillez?
SE FUERON ANTES ... ¿A qué pretender
interrogarlos con insistencia nerviosa?
Déjalos siquiera que restañen en el regazo del Padre
las heridas de los pies andariegos...
Déjalos siquiera que apacienten sus ojos en los verdes
prados de la paz ... El tren aguarda. ¿Por qué no
preparar tu equipaje?
Esta sería más práctica y eficaz tarea. El ver a tus
muertos es de tal manera cercano e inevitable, que no
debes alterar con la menor festinación las pocas horas
de tu reposo.
Ellos, con un concepto cabal del tiempo, cuyas
barreras traspusieron de un solo ímpetu, también te
aguardarán tranquilos.
Tomaron únicamente uno de los trenes anteriores...
NOT DEAD, BUT GONE BEFORE ...”
No apostillaré al poeta.
Sí daré mi versión del caso
concreto: Kurt no cogió ese medio de transporte. Su alma
voló cómodamente en su Spacebus.
7. Ich hatt’einen Kameraden.
La estrofa inicial de “Der gute Kamerad”, cuya letra
escribió en 1809 el poeta germano Ludwig Uhland y que
se utiliza como marcha funeral tradicional en las Fuerzas
Armadas de Alemania, dice así:
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“Ich hatt’einen Kameraden,
einen bessern findest du nicht”.
En Kurt se daba ese significado: yo tenía un camarada.
No encontrarás uno mejor.
Él me acompañó en el funeral por mi hijo Javier, en
abril 2012. Me alabó que en su recordatorio figurase una
versión (hecha por mi suegro) del “If” de Kipling.
Concluyo con las palabras del poeta premio Nobel: Kurt
fue TODO UN HOMBRE. Otro ex del Ramiro, no hace
mucho, decía que “la memoria es triste porque su alimento
es lo perdido”1
. Suele ser verdad. Pero la memoria que
tenemos de Kurt es otra, dulce, armoniosa, alegre. Y por
ello damos gracias. Ese es el recuerdo que yo tengo de él.
Unas nuevas palabras y salmo leído por Emilio dieron paso a unas sentidas palabras de Alfonso Arenas, quien haciendo gala de una extraordinaria memoria nos fue relatando como se unieron sus vidas de niños desde el principio por su afición a los aviones y por la gran capacidad de ambos de hacer magníficos dibujos de ellos, dibujos, que incluso Kurt dejaba plasmados en la pizarra de clase antes de irse del aula.
También nos deleitó con recuerdos de tardes de juego en casa de Kurt con unos recortables de aviones que no ha podido olvidar. Nos habló de la figura de la madre de Kurt, quien les obsequiaba con un té, infusión que a Alfonso le daban sus padres cuando se ponía malo del vientre, pero que llegó a aceptar como bebida para compartir merienda.
Finalmente destacó el formidable talento profesional de Kurt como escritor de diversos libros, pero más particularmente como director de proyecto del Airbus 365.
Fué a continuación a Rafael García-Fojeda a quien Emilio dió paso para recitar algunos versos