... Por Kurt Schleicher
Este cuento filosófico se me ha ocurrido por la situación de desafección impuesta que sufrimos por culpa del Coronavirus y que nos dificulta ahora el perpetuo anhelo del ser humano de ser felices.
Lo podría haber titulado “Búsqueda de la felicidad en tiempos adversos" o "Satisfacción y felicidad", pero me han parecido títulos demasiado “cartesianos”.
Inconscientemente o por revanchismo irracional ante el Covid 19, las personas (ahora en especial los jóvenes) confunden la felicidad con la satisfacción desmedida, con lo que la prevención se olvida y los brotes aumentan. Y ahí estamos…
Gerardo era un hombre corriente. Se había formado en un buen Instituto desde los años cincuenta y su bagaje colegial era normal, de la media alta, tanto con las ventajas como con los inconvenientes si comparamos con la educación actual medio siglo más tarde. Es evidente que en aquellos años no había que preocuparse por la degradación de las costumbres (algo impensable entonces), dado que nuestro entorno estaba debidamente “protegido” por los educadores franquistas de la época por un lado y los representantes eclesiásticos por otro. Así no había escapatoria.