Ayer día 15 de Febrero de 2021 celebramos en la Iglesia Evangélica de Quesada nº 5 un acto en memoria de nuestro querido compañero Kurt Schleicher, recientemente fallecido.
Poco a poco nos fuimos encontrando todos los asistentes según íbamos llegando, y lo primero que hicimos fue firmar en el libro de condolencias que al efecto habían traído Mari Carmen, su viuda, y David, su hijo.
Mari Carmen y David Schleicher
Ofició el acto, como ministro de culto, nuestro compañero Emilio Aparicio asistido por el Pastor de la propia iglesia Evangélica Mariano Pérez, quien además acompañó al piano a Emilio cuando éste nos recitaba algunos salmos.
En primer lugar, Emilio nos puso en antecedentes de la vivienda donde se aloja la iglesia y nos manifestó que él es ya la quinta generación de Pastores Evangélicos de su familia. Él mismo vivió de niño en esa casa y recordamos juntos aquellos días en que algunos de nosotros éramos invitados por sus padres a jugar y merendar en su casa, cuya terraza trasera se encuentra justo encima de la iglesia. Nos viene a la memoria el compañero también fallecido José Luis Alcaide, quien asistía asimismo a casa de Emilio en esos sábados de juegos.
A continuación nos describió como se realizan los actos litúrgicos y donde se encuentra el baptisterium, dado que ellos realizan el bautismo por inmersión.
Tras la bienvenida y primeras intenciones del acto, hizo uso de la palabra Mari Carmen, quien con gran entereza y fortaleza, aunque muy emocionada, leyó un texto, dijo que no habría sido capaz de hacerlo sin él, recordando a su querido marido y agradeciendo a todos sus amigos las muestras de cariño que había recibido la familia.
Kurt siempre en mi
memoria.
Queridos Maricarmen, David y compañeros y amigos de Kurt.
Quisiera en pocas palabras condensar como yo he percibido la
vida de nuestro amigo Kurt, desde mi óptica de compañero y amigo.
En aquel lejano 1953 vi por
primera vez a Kurt. Era fácilmente identificable por su acento no español su
pelo muy rubio, piel blanca y por su vestimenta diferente de la habitual
nuestra. Recuerdo que mi madre me dijo que quien era aquel niño tan rubio.
En principio me dijo que era
alemán, lo cual entonces parecía muy exótico pues era extraño tener de
compañero a un alemán,
Hasta mucho tiempo después no
supe nada de su familia. Sé que simpaticé con él por ser una persona que
continuamente reía y estaba de broma.
Juntos asistíamos a aquella clase
de Iniciación A y compartíamos juegos a la hora del recreo. Recuerdo su fuerza,
que en determinados juegos nos llegaba a hacer daño.
A mí no me gustaba ni el futbol
ni el baloncesto y me parece que a él tampoco.
Recuerdo perfectamente a su madre
que venía a buscarle y como entre ellos hablaban en alemán, que para mí era
totalmente incomprensible.
Le gustaban ya los aviones y en
los dibujos de clase solía incluir alguno.
Juntos fuimos creciendo hasta
llegar al Instituto. Me llamaba la atención que se iba en clase de Religión.
Alguna vez le comenté que Lutero era un hereje y me dijo que estaba muy
equivocado. El Padre Gabino de vez en cuando trataba de atraerle al redil
católico.
Varias excursiones las hicimos
juntos y lo pasábamos muy bien con él, pues tenía una amplia conversación y
muchas ocurrencias graciosas.
Ya adolescentes nos señalaba las
profesoras que más le gustaban.
En preuniversitario nos decía que
estudiaría Aeronáuticos.
Al salir del Ramiro le vi en algunas ocasiones. Supe que entró a
trabajar en CASA.
Ahí pudo desarrollar la pasión de
su vida, el diseño de aviones y obtuvo grandes
éxitos profesionales.
Siempre le caracterizaba una
cierta humildad y una gran humanidad.
Cuando me reencontré con él ya
retirado de la vida activa, supe que tenía nuevas pasiones, además de los
aviones: La fotografía, los viajes exóticos y la escritura. Ya podía dedicar
mucho tiempo a todas ellas.
Fui a todas sus exposiciones con
fotos que hizo por los lejanos países que visitó, como tema fotográfico.
También me hizo partícipe de sus obras de ciencia ficción, que tanto le gustaba
escribir.
Me contó la historia de su padre
que estuvo en el lugar no adecuado en el tiempo más inoportuno. Hizo su
biografía novelada.
Escribía asiduamente en nuestro
blog sobre nuestros profesores o sobre temas aeronáuticos y daba conferencias
sobre sus “criaturas” como el AS-380.
Pudo ver a sus dos admiradas
profesoras de antaño Carmina y Pilar, yo le acompañé. También visitamos a
Mercedes Tagle, viuda de nuestro compañero Ignacio López Alonso.
Participó activamente en la
preparación de los actos del 50 aniversario de nuestra salida del Ramiro y era
asiduo participante en nuestro blog, tanto en artículos como en comentarios..
En todos los actos de promoción y
Aula 64, él hacía siempre las fotos, que me pasaba para que las completara con
texto.
Hicimos un viaje de 4 días
Maricarmen, Kurt y yo por tierras gallegas y guardo muy buen recuerdo de
aquellos días y de lo bien que lo pasamos los tres juntos.
Tuvimos cenas en su casa, en casa
de Aberturas y en la mía propia. Y esto facilitó más nuestra amistad.
Disfrutaba de la vida.
Me contó la historia de sus
padres y ya entendí que no eran NAZIS huidos a España, sino todo lo contrario.
Éramos muy amigos y quedábamos
con frecuencia a comer. Me dijo como diseñó su casa y que su segunda vocación
era la arquitectura.
Cuando empezó su enfermedad me pidió
que nada dijese. Quería que todo el mundo le viese como siempre había sido.
Participó hasta el último momento
en nuestras reuniones virtuales de promoción.
Deja un gran vacío entre nosotros
difícil de llenar.
Aún guardo los mensajes de WS que
nos intercambiábamos.
Que tenga la paz eterna que se ha
merecido.
A TI, ALEMÁN CASTIZO
A Kurt Schleicher
Kermesse -verbena- no, fue
un lugar el Instituto
rumbo a ser hombres, nosotros
tan niños en ese ayer.
Sin embargo, siempre fuimos
compañeros del andar
harto iguales aun distintos
logrando un crecer cabal.
El tiempo siguió su paso
incluso, a veces, deprisa;
casi ya cincuenta años
han transcurrido…una vida;
ella nos ofrece al fin
reunirnos en mil citas.
Te quiero escribir, amigo,
alemán, pero castizo,
feliz, estos versos nimios;
esconden tu nombre al ritmo
lozano de mi cariño.
‘Komando Sobre Terciopelo’
Estoy concentrado en lo
que tengo entre manos; a media tarde, suena el teléfono. Doy un respingo,
porque no lo espero; y pienso: “¡A ver
qué me quieren ofrecer ahora!”; en la pantalla, un número de móvil que no
me sé de memoria. Cojo el auricular...
-“¿Dígame…?”
-“¡Hola,
Rafa! Soy Kurt. Estoy saliendo del metro de Sol ¿te viene bien que me acerque
a verte…?”
-“Por mí, encantado”, le contesto
-“Pues,
en veinte minutos, llego”
Me quedo como petrificado
por unos instantes debido a que mi mejor pensamiento no es precisamente ése. Él
me va a interrumpir lo que estoy haciendo, pero, ME ROMPERÁ LA SOLEDAD ¡qué
maravilla!
¡Éste es un verdadero
amigo! Y, lo demás, pamplinas. Alguien que usa una parte de su tiempo para
compartirlo. Me siento privilegiado de contar con personas como tú y eso no se
paga con dinero.
¿Lo que hablamos? Importa
poco. Es la dedicación al otro lo que quiero destacar. Como dice Serrat en su
canción, son “aquellas pequeñas cosas” -no tan pequeñas- las que hoy a ti te
hacen muchísimo más humano. Mil gracias, chaval. No eres un amigo más; eres un
amigo muy muy querido, mi ‘Komando Sobre Terciopelo’.
Y finalmente este otro de fecha de Febrero de 2022
CARTA HACIA EL CIELO
Querida Santísima Trinidad: Hace unos días que, confío,
está con Vosotros un leal amigo, compañero del Instituto y, sobre todo, buena
persona, que se fue de pronto, sin avisarnos, hacia ese lugar donde ya no hay
mal alguno. Sólo un ruego: Cuidadle como sabéis pues vale un valer. GRACIAS.
Querido Kurt: Nada más un reproche: No dices nada a
tus compañeros del A de lo que tienes encima, de la terrible losa que soportas,
mas, ante todo, respetamos tu decisión; por eso, nos duele más tu ausencia casi
repentina a pesar de que te sabemos “EN LA
HABITACIÓN DE AL LADO”.
Ya no tenemos tu presencia aunque sigues estando en nuestro corazón. Saluda en
nuestro nombre a los compañeros que encuentres y, ahora que puedes, te
ruego veles a quienes, tristes, seguimos aquí abajo. Que seas muy feliz. Un
fortísimo abrazo con todo cariño de cada uno de nosotros y otro más de Laura.
Observamos un precioso gesto de Laura ofreciéndole una copia de los versos y escritos a Mari Carmen.
Cerró este emotivo, cariñoso y fraternal encuentro con Kurt el ministro oficiante para posteriormente pasar a departir entre todos mientras nos íbamos despidiendo.
Para mí y para Laura fue un acto protestante solo por la liturgia, pero, ante todo, lo fue "amistante" y "cariñante" por la constatación de la amistad y el cariño entre los que estuvimos y hacia nuestro Kurt que, estamos convencidos, nos miraba dichoso desde ARRIBA.
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