Hace unos días, me llamó desde Honduras nuestro compañero,
Paco Guijarro. En una conversación de más de una hora, me expuso básicamente la
crítica situación que viven en Honduras, donde el dinero prácticamente no
circula, no se les pueden enviar paquetes que se “pierden” sistemáticamente, y
una censura aplastante que no permite ninguna crítica a la situación.
Ellos son muy pocos y van envejeciendo o enfermando, por lo
que no pueden atender a las necesidades materiales y pastorales que presenta la
población.
Parece que poco podemos hacer por remediar tal situación,
como no sea rezar (el que crea en algo).
Puede que él mismo pase por España, camino de una visita
fugaz a Roma, y nos avisaría para tratar de verle si es posible. Esto ya nos lo
dirá.
Sigue trabajando en el tema de canonización de los posibles
mártires católicos que fuesen asesinados en la convulsa época de la pre-guerra
y la guerra civil española.
Ahora que se acerca la fatídica fecha del 18 de julio, que
recuerda hechos que nunca debieron suceder, yo de manera personal, pediría a
los sacerdotes de nuestra promoción una oración porque no se repitan tales
hechos nunca, pese a la época extremadamente incierta para todos, en la que
hemos entrado, de la mano de nefastos políticos y gestores de todas las
ideologías (aunque creo que solo tienen la de coge el dinero y corre). Nos
esperan tiempos difíciles, pero debemos sortearlos de forma pacífica y
procurando implicarnos en el cambio de modelo socio-económico necesario para
los años venideros.
Agradezco a Paco Guijarro su llamada, y trato con este breve
mensaje de haceros partícipes a todos de sus inquietudes, y de las mías
propias.
De paso os deseo muy feliz verano.
Bonita carta.
ResponderEliminarCreo que vivimos en mundos muy distintos el amigo Guijarro y los demás; aquí no hemos llegado (¿aún?) a temer que te asesinen en la próxima esquina.- Espero que decida quedarse, de vuelta de Roma si le dan un destino más amigable.
Cuenta conmigo si llega el día de poder verle
Un abrazo