Acabo
de comer un suculento cordero guisado con patatas y me ha tocado la
taba. Todos sabéis que es una pieza de la articulación de la pierna del
cordero.
Disfruté (es un decir) del juego desde que fui al colegio, primero en las Escuelas Aguirre y después en un intermedio entre estas y la prepa, en un “colegio-academia” que había en la calle Sandoval de Madrid.
Lo de disfrutar lo pongo entre paréntesis porque se jugaban desde cromos hasta palmetazos.
No recuerdo muy bien las reglas, se tiraba la taba y según cayera, panza, hoyo, plana o arruga cobrabas o dabas. Se jugaba en invierno y la posesión de la taba denotaba una cierta clase porque significaba haber comido cordero que junto con el pollo eran elementos de comida “rica”. Ver Carpanta. En invierno era mejor porque te calentaba las manos, igual que el frontón.
Había una variante con cinco tabas, tirabas una al aire y con la misma mano tenías que ir recogiendo las que había en los suelos hábilmente desparramados. A esta variedad también se jugaba con piedras, pero era como mas de niñas. Lo nuestro eran las tabas.
¿QUÉ VA A PASAR CON RTVE SI LA DIRECCIÓN SE ELIGE “A DEDO” Y POR POLÍTICOS?.
En mi opinión nunca hemos tenido una TV tan plural, imparcial y libre como en los últimos años. La comparo con TELEMADRID y me produce, pena, pavor y mucha rabia que pueda llegar a lo mismo.
Temo por emisoras como RNE 3 en la que se puede escuchar música y programas fuera de los circuitos comerciales en los que siempre se escucha lo mismo.
Espero seguir aportando temas de conversación y participando en los que salgan.
Cuando regresemos a la Teleurdaci lo mismo nos aparecen más princesas...
ResponderEliminarA cambio, se acabarán las series españolas con señoras en cueros, los presentadores al estilo de Boris Izaguirre serán despedidos y Monseñor Reig Plá instalará su púlpito en La 1 en lugar de en la 2.
Aunque siempre nos quedarán Salvados y Gran Hermano.
Como dijo Millán Astray, ¡abajo la inteligencia!
Todo sea en aras de la (sub) normalidad.
Alfonso el Malo
Como no todos comíamos cordero en aquellos tiempos (solo alguna vez por Navidades), había tabbas de plástico, que es con las que yo jugaba. La compré al pipero por 30 céntimos y era verde. Las diferentes posturas ya no las recuerdo muy bien, pero no era de mis juegos preferidos yo prefería las chapas por ejemplo
ResponderEliminarY de la peonza ¿que me decis?.
ResponderEliminarAlgún físico de nuestros asociados podría escribir el origen, el juego y sus aplicaciones a la enseñanza de la Física.
¡ Animaros !
Todavía no he visto a nadie evocar el hermoso juego de pídola, donde un infeliz, denominado 'burro', adoptaba una postura asaz humillante para que sus camaradas le saltaran como si fuera un poney si no un plinto bajito, aprovechando la ocasión para, con la bota de más-a-fuera, arrearle un patadón en la retambufa, el cual podía ser brutal (tabaca-dola-obliga) o simplemente bestial (qué-oportuno-don-Fadrique-p'a-saltar-y-darle-un-lique). No recuerdo que tuviera muchos adeptos en el Ramiro, que al fin y al cabo era un centro de derechas donde dominaba el oscuro encanto de la suave burguesía, pero en la calle, y yo sólo era un niño de la calle que estudiaba donde no le correspondía, era el rey indiscutible mientras las chicas -tan salvajes como nosotros- no bajaran de rezar el rosario para unírsenos en la refriega, en cuyo momento el rey pasaba a ser el divino Rusia bi. Qué tiempos, y qué cosas se ven, Don Pero, y qué cosas se ven, Don Nuño.
EliminarAlfonso el Nostálgico.
Acabo de saber que el Estudiantes es Kaputt. No me queda otra que maldecir al Murcia al críptico estilo de Chamberí: ¡así busquen un cogno y lo encuentren!
JUEGOS:
ResponderEliminarA pídola se jugaba poco es cierto, pues era más salvaje e otro juego de amontonarse unos encima de otros. La peonza tenía mucha técnica. Atar y enrollar el cordel, echar la peónza con fuerza... Poníamos una moneda de 50 céntimos (por el agujero), al final del cordel para que no se nos descontrolase.
Poníais una moneda de dos reales por las dos siguientes causas: (a) érais niños con mucha pasta y (b) andábais mal de imaginación. Los niños de la calle preferíamos perforar una perra gorda (10 céntimos), que además de hallarse más en nuestra economía poseía un diámetro mayor, con lo cual no se nos deslizaba por entre los fingers a la hora de lanzar. Ni que decir tiene que siempre os zurrábamos la badana.
EliminarNo eramos tan ricos como supones... La moneda era idónea pues era más consistente que la de 10 céntimos que estaba rellena de cartón.
EliminarRecuerdo que el objetivo del juego de la peonza era dar un "peonazo" a la enemiga que aún estaba girando en el suelo y si era posible partirla. ¡ Hay que jod...se el ánimo destrctivo !. En lo que nunca me fijé era en la moneda que se ponía en el extremo, también podía ser una chapa.
ResponderEliminarReferente a las monedas de 2 reales recordar que había ricos que se las cosían en el cinturón para imitar a los que se veían en las películas del oeste. Esos si que eran ricos.
Lo de la perra gorda agujereada lo empleé en nuestra excursión a Roma-Rampone. Ya lo he contado.