Nuestro compañero Carlos Suárez Sampedro nos remite para su
publicación estas declaraciones del catedrático de la Complutense, profesor Muñoz-Alonso, en relación a un tema tan de actualidad como es la EDUCACION.
Alejandro
Muñoz-Alonso (Catedrático de la Complutense)
Llevo
medio siglo cumplido como profesor y catedrático de Universidad. En la pública
y en la privada. Por mis aulas han pasado algunos miles de alumnos de todo
tipo: algunos muy buenos, muchos buenos, demasiados malos y una excesiva
minoría de muy malos. Algunos procedían de las clases más acomodadas de la
sociedad, pero la inmensa mayoría venían de la amplia y baqueteada clase media,
incluidos sus más humildes sectores. He tenido como alumnos a futuros ministros
de la izquierda y de la derecha, futuros grandes empresarios, abogados,
escritores, directores de periódico. Algunos de ellos han merecido después una
bien ganada notoriedad. Un completo mosaico, en suma, de la heterogénea
sociedad española.
He
mantenido con muchos de ellos una relación perdurable y muchos me han mostrado
su confianza para contarme sus problemas, profesionales o incluso personales.
En estos tiempos y en tantos casos esas confidencias
versaban, muy a menudo, en torno al paro, esa tragedia que ha atenazado a tantos y les ha mantenido en un insoportable dique seco.
versaban, muy a menudo, en torno al paro, esa tragedia que ha atenazado a tantos y les ha mantenido en un insoportable dique seco.
En
ningún caso —y lo escribo con la máxima rotundidad- en ningún caso, repito, me
he encontrado con algún alumno que no haya podido estudiar o que haya tenido
que abandonar sus estudios por razones económicas. En España, y desde hace
muchos años, quien haya querido cursar estudios universitarios y haya estado
capacitado para ello ha podido entrar en la Universidad.
Lo
que sí recuerdo muy bien es a alumnos que hace algunos años me iban a ver para
preguntarme si en vez del 6 o 6’5 con que les había calificado, no podía
subirle la nota a un 7… porque si no, perdía la beca. Porque las becas había
que ganárselas y nadie entendía que pudiera merecerlas un 5 pelado, en tantos
casos muestra de pura misericordia. Sobre todo en estos tiempos en que ha
bajado tanto el nivel de exigencia de modo que —los profesores lo sabemos-
muchos de los 5 de ahora muy posiblemente habrían sido suspensos con los
baremos de otrora.
La
universitaria, no forma parte de la enseñanza obligatoria y exigible. Es un
plus que debe conseguirse sobre la base de la vocación, de la capacidad y del
esfuerzo. En mis tiempos universitarios leíamos Misión de la Universidad de
Ortega y Gasset y otros libros del mismo estilo y teníamos conciencia de que
acceder a la Universidad imponía una responsabilidad a la que había que hacer
frente con la búsqueda de la excelencia y preparándose lo mejor posible para,
una vez obtenida la licenciatura o el doctorado, servir a la sociedad con el
máximo de eficacia y dedicación. La Universidad no era para cualquiera sino
para el que mostraba voluntad y se imponía la exigencia del estudio.
Pero todo aquello se ha venido abajo por un mal entendido sentido de la “democratización” de la Universidad, olvidando que el saber y en el conocimiento no progresan si se aplican los criterios del voto y de las mayorías, válidos para tomar decisiones políticas. Lo he hablado con muchos colegas y todos coinciden: La media de los alumnos que acceden a la Universidad va de mal en peor por el desastre y el abandono de la enseñanza secundaria.
Cada
día ignoran más cosas. Alumnos de los últimos cursos de la carrera no saben
situar en el mapa a Ucrania, creen que Kazajstán en un pequeña república
(2.7000.000 Kms. cuadrados), no saben quién es Baltasar Gracián o ignoran el
siglo en que vivió y reinó Felipe II. La cotidiana lista de anécdotas sería
interminable. Lo que sucede es que en cada curso hay una minoría excelente,
aunque muy reducida, que lee libros (la inmensa mayoría no lo hace), ha podido
viajar, sabe inglés u otro idioma y, sobre todo, practica el estudio, aquello
de “hincar los codos” que nos decían hace décadas. Esa ínfima minoría es la que
justificaría esa solemne estupidez, que tantos repiten, según la cual la
presente generación joven es la mejor preparada de la historia de España. Pero
debe quedar claro que los culpables no son los jóvenes, que no son más que las
víctimas de un sistema que, sencillamente, les ha estafado.
Las
leyes socialistas —hasta ahora no ha habido otras- han sido nefastas y han
hecho creer a los jóvenes que tener un título es “un derecho” que, más o menos,
hay que regalárselo. Pasar una asignatura sin ver un solo libro, ni de texto ni
de consulta, con sólo unos apuntes mal tomados que circulan como “los del
profesor” es una práctica habitual. Y no les pidas un trabajo porque recurrirán
a Internet y lo entregarán sin saber de qué va la cosa. Y puestos a “ampliar
derechos”, eso que gustaba tanto a Zapatero, también se impuso el “derecho” de
pasar de curso con un montón de asignaturas del anterior, en un insigne
homenaje a la vagancia y a la desidia, que ha sido política oficial hasta hace
poco. Todo ello, por mor de la igualdad y de una mal entendida democracia.
Además no hay que traumatizar a ningún alumno con esa cosa tan fea que es un
suspenso.
La
guerra al elitismo, propia de la izquierda, ha sido en realidad una
guerra a la excelencia. Y nos ha conducido a una mediocridad aterradora.
Así nos ha ido y así nos hemos quedado.
Y
no hablemos de la enseñanza nacionalista porque ahí la estafa alcanza niveles
de escándalo. He visto libros de historia de Cataluña donde no aparecen los
Reyes Católicos y en los que no hay ni una página que no tenga su
correspondiente dosis de patrañas, incompatibles con los mínimos exigibles,
tanto desde el punto de vista educativo como desde el histórico y, sobre todo,
desde el ético.
Lo
que no logro entender es la actitud de los rectores —no sé si todos o sólo
algunos- con su posición ante la cuestión de la becas y, en general, ante el
propósito del ministro Wert de reformar el sistema, al menos en los aspectos
más inquietantes. ¿Es que queda alguien todavía que crea que el sistema educativo
español no exige perentoriamente una reforma a fondo? Ni una sola de las
universidades españolas está entre las primeras doscientas del mundo. ¿No es
bochornoso? ¿No sería mejor que esos rectores se preocuparan más por aumentar
la calidad de nuestra enseñanza universitaria en vez de dar la lata con la nota
exigible para las becas? ¿De qué están orgullosos?
Hay
que decirlo de una vez. En España sobran universidades y sobran universitarios,
alumnos y profesores. En oposiciones a profesor o en tesis doctorales he visto
bibliografías donde no aparece ni un solo libro en inglés o en otro idioma
extranjero. Pero en ciertas universidades, sí he visto trabajos en la lengua
co-oficial… ¡Gran afán de divulgar el saber! Seguro que en Harvard o en Oxford
se despepitan por traducir esas notables aportaciones. En Holanda o en los
países escandinavos todos, o casi todos, los trabajos universitarios se hacen
en inglés. Y como me han dicho muchos colegas de por allí, sus lenguas
nacionales son puramente domésticas.
Hace
años unos diputados franceses, con los que visitaba un excelente centro de
investigación en Barcelona, se sorprendían de que todo, carteles y
publicaciones, estaba en catalán… “¿Es que es sólo para ellos?”, preguntaban.
En
general y de nuevo, la cantidad se ha impuesto sobre la calidad, los
estrictamente “nacional” sobre la universalidad, que es la razón de ser de la
Universidad. Y, lógicamente, los resultados han sido deletéreos. La falsa
democratización no es más que una brutal masificación que ha degradado a la
institución universitaria y ha convertido los títulos en papeles inútiles, de
los que las empresas ya ni se fían a la hora de contratar. Y eso que ahora ya a
nadie se le ocurre decir que las universidades sean el alma máter, el templo
del saber o algo por el estilo. Ahora se las concibe casi exclusivamente como
escuelas de preparación profesional. Pero ni por esas.
Aunque
hay en todo ello, seguramente, un fondo de verdad, porque muchos de los alumnos
universitarios deberían estar en una digna formación profesional, que en España
nunca ha existido de verdad, en buena medida por el mercadeo ideológico de los
sindicatos y, a veces, también de las patronales. La idea, desde luego, ha
cuajado y los alumnos la han interiorizado y si les pides que lean a Tocqueville
(casi ninguno lo sabe escribir bien), siempre habrá algún listo que pregunte:
“¿Pero eso me va servir para encontrar trabajo?”. A lo mejor era un becario al
que sólo le había hecho falta un 5 para conseguir su “derecho a beca”.
1. Ha habido muchos casos de estudiantes (años 60 del S. XIX) que a los 14 años tuvieron que abandonar sus estudios, no por no poder pagarlos, sino porque sus familias necesitaban que ganasen un salario.
ResponderEliminar2. Según estudios, las tasas por matricula sólo cubren en la Universidad Pública, el 10% del coste real de una plaza en ella. Podemos deducir que hay dos clases de alumnos: los becados, subvencionados al 100% y el resto subvencionados al 90%. Si se exige una nota mínima X, para continuar con la beca, se debe exigir una nota 0,9xX para que los no becados puedan seguir estudiando. Esta medida desmasificaría notablemente la Universidad Pública.
3. Me parece que hay un porcentaje más elevado de españoles que saben quién es Abraham Lincoln que estadounidenses Carlos I de España y V de Alemania.
4. Seguimos con que los males de España vienen del socialismo desde 1982. Veamos las Leyes de Educación:
Creo que la primera fue de D. Claudio Moyano, sí el de la cuesta.
Como he tenido 4 hermanos mayores, nacidos en 1933, 1935, 1936 y 1943, veamos:
El bachiller de los 3 primeros eran 7 cursos y Examen de Estado (oral) hasta 1953
1954 Aplicación de la Reforma Ruiz Jiménez: Bachiller Elemental, Reválida, Bachiller Superios, Reválida, Curso Preuniversitario
1957 y 1963 Reformas Curso Preuniversitario
1957 Reforma de las Enseñanzas Técnicas
1964 La Reválida de 6ª pasa a ser opotativa. Otra reforma de las Enseñanzas Técnicas
1970 LGE Reforma Villar Palasí, aparece la EGB y el examen de selectividad, desaparecen las reválidas.
A partir de esta reforma me pierdo. Con ella se instruye mi primer hijo. Mi segundo hijo se instruye en el sistema alemán de educación, bastante más estable y racional que el español. Mientras que ciertos lugares, llegará a ser obligatorio el examen de acceso a la Universidad en la correspondiente lengua minoritaria, en Alemania se puede hacer en alemán o en inglés.
1985 LODE
1990 LOGSE
2013 LOMCE
5. Nuestros técnicos con un nivel intermedio de alemán, no están teniendo ningún problema para trabajar en Alemania en puestos acordes con su formación.
6. Por último si estamos los españoles tan mal en nuestra instrucción, no parece lógico que se recorte para intentar mejorarla.
En mi modesta opinión el sistema educativo, se ha ido dregadando en el transcurso de los sucesivos planes de estudio. Ahora en el plan actual puedes llegar a la universidad sin haber dado Geografía o sin saber Castellano. ¿Es esa buena formación?. Lo dudo. Y sin embargo se dedica mucho más dinero a este capítulo que en el pasado
EliminarMás claro, agua
ResponderEliminarA ver: parece que hay un periodo "pre-constitucional" hasta 1970 en el que la legislación de la enseñanza pasa por diferentes etapas, pero como ese es "nuestro" periodo, a nadie se le ocurrirá denigrarlo. La prueba palpable de su bondad somos nosotros mismos.
ResponderEliminarUna vez que llega la democracia, el rodillo socialista excreta las leyes que han venido rigiendo hasta ahora, por lo que la cita del profesor Muñoz-Alonso, es cierta: las leyes de educación son socialistas.
Hubo un intento de Esperanza Aguirre cuando fue ministro de Educación en 1996 sobre la reforma de la ESO y de los planes de estudios universitarios y Humanidades, aunque creo que no llegó a término, pero no recuerdo si por derogación socialista posterior, o por qué.
Así es que los únicos que se atreven a promulgar leyes de la educación, con los resultados que comenta el profesor, son los socialistas. Y curiosamente, cuando se promulga la LOMCE, hay quien dice que es que hay que ver, que no pueden dejar quieta la educación...!
El PP se atrevido ahora a hacerlo y ya se ha anunciado que se derogará en cuanto el frente popular tome el gobierno, como con el Plan Hidrológico.
Otra cosa es que, encima, no sepamos alemán.
Es muy selectivo decir que sólo ha habido cambios en educación en la etapa socialista (1982-1996). Podría entender que se diga que éstos han sido cambios a peor y el resto cambios a mejor (según la valoración ideológica de cada cual)
ResponderEliminarEl intento de la época Aznar tuvo como autora a Pilar del Castillo, también desconozco el motivo de su paralización.
El Plan Hidrológico del 2001 en el que la principal inversión era el trasvase del Ebro hacia las cuencas de Castellón, Alicante, Murcia y Almería; estaba inspirado en el crecimiento de la burbuja inmobiliaria (nuevas Marinas D´Or, PAIH´s con campo de golf...)
En la última sequía 2005-2008 sin el trasvase del Ebro, al regadío del Sureste no le faltó agua para mantener sus cultivos, en parte porque dada la escasa rentabilidad de los productos, se habían abandonado muchos (el 30% en la Comunidad Valenciana).
Con el pinchazo de la burbuja resultó acertada la sustitución del trasvase del Ebro por desalinizadoras próximas a la costa y utilizables cuando la demanda lo exija (sequías y vuelta de la burbuja). El precio del m3 es elevado pero también lo sería el m3 trasvasado desde Tortosa.
INFORME PISA Expectativas cumplidas del Profesor Navarro.
ResponderEliminarLa escuela pública en Suecia estuvo considerada durante muchos años (junto con la finlandesa) como una de las mejores en el mundo. En el informe PISA del 2000 el nivel de comprensión de lectura, matemáticas y ciencias estaba muy por encima del promedio de los otros países de la OCDE, el grupo de países más ricos del mundo. Lo que caracterizaba el sistema educativo sueco era su carácter multiclasista, es decir, que en sus aulas estaban representadas todas las clases sociales
Ahora bien, en el año 2006, una coalición de partidos conservadores y liberales cambió el sistema educativo. Muchas escuelas públicas pasaron a ser gestionadas por compañías privadas, las familias podían escoger las escuelas donde enviar a sus hijos, promocionándose las escuelas de gestión privada, financiadas con fondos públicos (modelo español).
La descohesión del sistema educativo perjudicó a todo el sistema educativo. Y afectó negativamente su calidad. En el informe PISA 2009, en matemáticas y ciencias, Suecia estuvo por debajo del promedio de la OCDE. Y se teme que este año 2012 (el informe PISA sale en diciembre) continuará estando por debajo del promedio.
Efectivamente las expectativas del profesor Navarro se han cumplido Suecia está ahora en 2012 en el puesto 38 de los 65 países y regiones examinados (cinco puestos por debajo de España), cuando en 2003 estaba en el 14.
Muy interesante este tema y proclive a profundos debates.
ResponderEliminarSe me ocurre añadir un poco más de leña al fuego, en forma de variables que en mi opinión inclinan la balanza a veces más a un lado y otras a otro, por lo que me temo que esto de los resultados de PISA no es tan simple como parece. Tengo que decir en primer lugar que sí creo que la educación en España ha empeorado, y no hay más que ver las ingentes cantidades de repetidores (yo no recuerdo cifras de 1 repetidor de cada 3 o 4 alumnos, terrible) y los bajos niveles de comprensión en lectura o redacción.
Este empeoramiento, sin embargo, puede ser debido a factores que no siempre vienen directamente de las reformas de la educación, sino de algo más, sin descartar que indirectamente sí que tienen que ver.
En primer lugar, me llama la atención la diferencia entre "España del Norte y España del Sur" ¿Por qué? Pues por el efecto socio-económico, que es importante.- No es igual el entorno en Pamplona que en Almería o Murcia, aunque me sorprende que en ésta última hayan quedado tan mal los chavales.
Otro aspecto que debe influír es la motivación del alumno para aprender. ¿Alguien se ha preguntado cómo estamos en nivel de motivación? Pues con la que cae, no creo que muy bien. Hijos que ven que sus inteligentes y universitarios padres o tíos o hermanos están en el paro, no ayuda precisamente a motivarse para estudiar. ¡Qué casualidad! Donde menor es el índice de paro, mejor es el resultado de PISA (ejemplo, Madrid). Y vice-versa. Algo contribuirá, me parece.
Otro aspecto que lastra nuestros resultados es el entorno de valores, no solamente morales. me refiero a la cultura del esfuerzo, tan menospreciada aqui en los últimos años. Se valora más al "listo" que copia en los exámenes, el que defrauda a Hacienda y no le pillan, etc etc. "¿Para qué estudiar? El mundo es de los listillos, de los corruptos,que son los que tienen éxito..." Eso es lo que piensan muchos jóvenes, aunque a veces no se den ni cuenta.
Estos efectos son sumatorios y acumulativos y seguramente contribuyen al empeoramiento o, al menos, que no se vean mejoras.
El mensaje es que no solamente hay que mejorar y hacer una reforma educativa profunda, sino que hay que acompañarla de "algo más" si se quiere salir del pozo.
Me olvidé de comentar un efecto colateral (¿daño colateral?) más: el nivel del profesorado. No se me olvidará el desastroso resultado de ciertas oposiciones a maestros no hace mucho tiempo. ¿Las causas? Pues puede que en parte sean las mismas que acabo de mencionar más arriba....
ResponderEliminarLa posible explicación de lo que pasa en España y Suecia podría ser:
ResponderEliminarAlumnos en escuelas multisocialcultural: 100
Calificación Media PISA: 6
CALIFICACIÓN PAIS: 6x100=600
Alumnos en escuelas elitistas:20
Calificación Media PISA: 8
Alumnos en escuelas donde aumenta el predominio de
la emigración y los estratos con exclusión social
y donde el ritmo de aprendizaje lo imponen los alumnos: 80
Calificación Media PISA: 4
CALIFICACIÓN PAIS: 8x20+4x80=480
Los resultados en cualquier cosa, pero en educación, más, no dependen del dinero que se emplea, sino del buen uso que se haga de él. En España, como en todo, la corriente socialista siempre clama por más y más recursos, los haya o no, para cualquier cosa, suponiendo que el dinero todo lo arregla.
ResponderEliminarEsa tendencia es imposible de cambiar y por muchos datos que se ofrezcan, sabemos que es inútil, como lo demuestra aquél debate entre Solbes y Pizarro.
Para el desapasionado interesado (aviso: está publicado en Libertad Digital) recomiendo el artículo "Así malgasta España los recursos que invierte en educación"
http://www.libremercado.com/2013-12-06/asi-malgasta-espana-los-recursos-que-invierte-en-educacion-1276505748/
Y para masoquistas, el informe PISA 2012 completo
http://www.mecd.gob.es/dctm/inee/internacional/pisa2012/pisa2012lineavolumeni.pdf?documentId=0901e72b81786310
El corolario es que España no está en inversión, en sueldos de los maestros, o en alumnos por clase, muy alejada de los demás países cercanos, pero sí en resultados.
Eso parece demostrar que es el sistema educativo el problema y eso no depende del dinero. Me parece que depende del deterioro en los objetivos de la educación, que trajeron las novedades socialistas en la orientación de la población, en general y de la educación en particular.
Pero esto ya es ideología así es que, seguramente, son galgos.
Desde luego estoy contigo que el factor "número de alumnos por clase" no es determinante.
EliminarAcabo de contar los que éramos en nuestra famosa foto de 3ºA y me sale: ¡46 alumnos! (sin contar los que se escaqueaban en clase de latín...) Si la media está hoy en 15 o 16, me sale una relación 3:1, y no creo que nosotros seamos tres veces más burros que los chavales de hoy. En fin, toquemos madera; ¡a ver cómo saldríamos si hacemos las pruebas PISA!